Gobiernos de cercanía – Diario Extra, Costa Rica
Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.
Estamos a pocas semanas de las elecciones municipales, los ticos debemos elegir 6.138 puestos en los gobiernos locales de las 82 divisiones territoriales.
Esta es la primera vez que Río Cuarto elige representantes para su municipalidad, luego de ser reconocido como cantón hace apenas nueve meses, mediante plebiscito en abril de 2019.
Costa Rica debe vestirse de fiesta en este nuevo proceso electoral y dejar de lado la apatía política. Es bien sabido que muchos ciudadanos no consideran salir a votar para escoger funcionarios municipales, pero la responsabilidad de poner a las autoridades locales no debe quedar en pocas manos.
En cada cantón se eligen alcaldes, vicealcaldes, regidores, síndicos, concejales de distrito e intendencias; es decir, todas las personas que deben estar frente al gobierno local, el encargado de solucionar y gestar el desarrollo en cada una de nuestras comunidades, a quien hay que pedir explicaciones directas y contundentes.
Este proceso es muy importante, reviste trascendencia porque el alcalde y su grupo de colaboradores, además de los concejos municipales, son los responsables inmediatos de manejar un millonario presupuesto anual para obras de todo tipo, gestionar los planes de desarrollo local y como si fuera poco son los encargados de recaudar los impuestos para luego administrarlos con eficiencia en favor de los habitantes.
Entonces si los elegidos en estas votaciones que se avecinan tienen tan importantes funciones, lo correcto es que sean personas idóneas, honestas, trabajadoras y ante todo conocedoras del proceder municipal, de la ley y la administración pública.
Con esto no desacreditamos a quienes han llegado a las sillas de alcaldes, regidores o síndicos, pero para ser sinceros algunas personas se postulan, las eligen y cuando asumen no conocen nada de nada del quehacer del ayuntamiento y se produce un caos.
Este siempre ha sido un proceso bastante frío, pese a las molestias de los ciudadanos con los gobiernos de turno, lo que es contradictorio en un país cuya carta de presentación es su democracia.
Isaac Asimov escribió en 1955 el cuento “Sufragio universal”, en el que relata la historia de Norman Muller, un hombre que debe votar por el presidente en representación de todos los ciudadanos de su país con ayuda de una supercomputadora.
En la historia las emociones del protagonista cambian de un estado de completa apatía, pasando por el miedo a equivocarse y cosechar el odio de sus conciudadanos, hasta el terrible orgullo de saberse servidor de la democracia.
Todos nos hemos sentido como el protagonista del “Sufragio universal” y es entendible, pero no debemos ignorar nuestras responsabilidades ciudadanas para que otros elijan.
Esta es la oportunidad que tenemos los ciudadanos de ejercer el poder de forma civilizada y respetuosa.
Cuando salimos a votar en cualquiera de las elecciones no es para ganar o perder, sino para hacer valer un derecho que muchos aun en pleno siglo XXI ni siquiera ven cercano a su realidad.
Hay quienes manifiestan su animadversión por los asuntos políticos porque consideran que las agrupaciones quedaron debiendo a sus seguidores y al país, que hay corrupción, que muchos usan los eventos públicos como trampolín para otros asuntos como llegar a las nóminas de diputados, pero nada de eso justifica la ausencia en las urnas.
Votar no solo es un derecho, es una vivencia extraordinaria que debe perpetuarse en el tiempo, que los más chicos aprendan y sientan la máxima expresión de la democracia.
Las municipalidades son el gobierno de cercanía, las encargadas de la calidad de vida, del progreso y el desarrollo del cantón; se debe procurar en ellas la máxima participación ciudadana, pero además la mayor resolución de conflictos comunales.
No opaquemos el acto universal del sufragio. Empoderemos a las nuevas generaciones, hay que seguir creyendo en la gente que hace las cosas bien, seguir dándole apoyo, eso solo lo decide usted con su voto.
Sacar un rato para valorar a los postulantes es una obligación, no permita que unos pocos en su comunidad decidan el futuro. Analice y decida su voto, es su derecho, pero también su responsabilidad como ciudadano.
Los candidatos deben ser más visibles y exponerse para que los votantes los conozcan.