Ecuador | Paola Pabón, prefecta de Pichincha: «Si nuestro Gobierno denostó de la CIDH, no fue correcto»

Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
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Por Daniel Romero

La prefecta Paola Pabón fue detenida el 14 de octubre. La Fiscalía pidió su prisión preventiva, mientras se la investigaba por el supuesto delito de rebelión. Estuvo en la cárcel de Latacunga y la CIDH le otorgó medidas cautelares. El miércoles 25 de diciembre de 2019 fue liberada, tiene grillete electrónico y debe presentarse semanalmente ante un juez.

¿Por dónde va a empezar tras salir de prisión?

Hay dos tareas urgentes. La primera es gobernar Pichincha. Tenía el dolor de no estar con mi familia. La necesidad de estar con ellos, pero también tenía la necesidad de responderle a Pichincha. Y segundo ejercer mi defensa en libertad con la firme convicción de mi inocencia.

¿Cómo será su relación con el Gobierno central?

En medio de mi prisión tuve la grata noticia del presidente del Congope, Pablo Jurado, que había mantenido acercamientos con el Gobierno Nacional. Se han comprometido en ponerse al día con las deudas que tiene con los gobiernos provinciales. Así que al igual que el resto de Gobiernos Provinciales, espero que esta promesa que ha hecho el Gobierno se cumpla por el bien de los ciudadanos que representamos.

¿Tuvo la oportunidad de tener contacto Jorge Glas?

Es posiblemente más doloroso. Jorge y yo no solamente teníamos la condición de presos. Nos tenían incomunicados, por el argumento de que nuestra seguridad era fundamental. No nos dejan hablar con nadie. Tanto Jorge como yo pusimos una carta a las autoridades correspondientes porque sentíamos que había un acoso político. Incluso nuestra relación, el poder saludar. Hubo momentos en los que nos decían: no pueden saludar. ¿Por qué no podemos? Si yo puedo hacerlo con los guías, con los PPL, con la Policía, por qué no puedo con mi compañero. Entonces fue de los temas más duros que viví en estos 72 días. Sí tuvimos contacto. Sí saludábamos. Conversamos. Pocos minutos porque no nos dejaban casi nada. En horas de la mañana después de haber pasado la primera noche que dormí en la celda con 14 detenidas en el suelo y el frío, la primera voz amiga que oí fue de Jorge.

La presidenta de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dijo que las medidas cautelares estaban para proteger sus derechos humanos. ¿Por qué asumieron como defensa que esto implicaba también sus derechos políticos?

Son siete países que se pronuncian sobre la necesidad de precautelar los derechos humanos y políticos en este caso de la Prefecta de Pichincha. Es importante leer la resolución de forma integral. Le sugiero que revise el numeral 34 de la comisión en donde señala que de acuerdo a la Constitución de los ecuatorianos yo no puedo perder los derechos políticos hasta que no haya sentencia ejecutoriada.

¿Por qué ahora defiende la labor de la CIDH cuando el gobierno de Rafael Correa se denostó este organismo?

No tengo más que palabras de agradecimiento a la CIDH. Yo agradezco la visita que tuvo la Comisión a la cárcel de Latacunga, fui testigo de la gran sorpresa e indignación de los comisionados respecto al trato, no solamente a Paola Pabón, sino a quienes en representación de la Comisión y con autorización del Gobierno estaban haciendo su trabajo. Así que yo creo que no podemos descalificar los instrumentos y si nuestro Gobierno denostó la Comisión, no fue correcto, porque la Comisión finalmente tiene la capacidad de expresar sus inquietudes respecto de temas nacionales. Muchos juristas han señalado que no es vinculante; en efecto y nosotros lo dijimos en nuestro Gobierno, a tal punto que también el Gobierno Nacional ha hecho caso omiso de las recomendaciones de este último informe, ni siquiera su delegada se sentó con nuestros familiares. A este punto llegó la descalificación del informe de la CIDH, pero son instrumentos importantes y para el caso ha sido fundamental.

¿Cómo fue el encuentro con la CIDH?

Es importante recoger del informe dos elementos, más allá del caso Paola Pabón: reconoce que hay persecución política y, segundo, señala que hubo un abuso desproporcionado de algunos elementos como, por ejemplo, el tema de la prisión preventiva que todos sabemos tiene que ser un elemento de último ratio.

La revocatoria de la prisión preventiva no significa que fuera declarada inocente, sino que se podrá defender en libertad. ¿Cómo está el proceso?

La reformulación de cargos empezaría por ahí. Hasta pocos días antes que se reformulen los cargos la Fiscalía General y Provincial señalaban que existen indicios contundentes para que González, Hernández y Pabón hayan perdido su libertad y sean procesados por el delito de rebelión. ¿Cómo si había elementos contundentes días antes se plantea una reformulación de cargos? Porque no hay elementos de convicción que puedan sostener. Entre ellos, yo quisiera resaltar el informe de la Asamblea Nacional, donde no tenemos mayoría, una Comisión en donde tampoco tenemos mayoría, que recoge tres elementos importantes. Primero, que hubo persecución. Segundo, que no hubo un alzamiento en armas y que no hay grupos armados, eso es fundamental. Por lo tanto, con estas tres condiciones que la Comisión establece no cabe un proceso judicial por rebelión.

Ni los tuits con los que soy procesada, ni los chats colectivos, porque son cadenas que circularon esos días, ni los audios ni imágenes que se han visto pueden ser elementos de convicción para responsabilizarnos. No han encontrado ni un audio ni un chat de los tres procesados. Y lo que es más, en ninguno de los allanamientos han encontrado un solo elemento, un arma, que pueda demostrar que estuvimos involucrados. Hoy con la convicción de mi inocencia, asumo la posibilidad de defenderme en libertad.

Se hablaba de reuniones en la Prefectura…

Soy vicepresidenta de Fuerza Compromiso Social (FCS). No pertenezco a ninguna organización al margen de la Ley. Al igual que se reúne la bancada, se reúne la instancia de conducción del partido. El elemento que más promocionaron era que había un testigo que señalaba que yo me reunía con Virgilio Hernández. Él es funcionario de la institución. Es tan ridículo.

El Comercio


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