Karen Longaric, canciller de facto boliviana: «Teníamos que actuar ante la injerencia de Venezuela»

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‘Teníamos que actuar ante la injerencia de Venezuela’, dice canciller boliviana

Hasta hace poco Bolivia era uno de los principales aliados de Venezuela pero, desde que el gobierno interino de la derechista Jeanine Áñez asumió el poder el 13 de noviembre, dio un giro radical en política exterior: se distanció de Nicolás Maduro y se acercó al Brasil de Jair Bolsonaro.

A cargo de la cancillería, Karen Longaric, una jurista y experta en derecho internacional, se propone «rechazar la injerencia» de Venezuela y «desideologizar» la relación de este país andino-amazónico con otros países, según aseguró en una entrevista exclusiva con la AFP.

— A inicios de este año usted escribió que era «urgente rediseñar» la política exterior de Bolivia, sin saber que meses después estaría a cargo de la cancillería. A los pocos días de haber asumido su puesto, Bolivia rompió relaciones con Venezuela, restableció lazos con Israel y designó a un embajador ante Estados Unidos. ¿Qué más le queda por hacer? 

— Queremos estrechar los lazos con todos los países. Pero lamentablemente con Argentina la situación cada vez se va ir tornado mucho más difícil cuando se ve el cambio de gobierno de (Mauricio) Macri por el gobierno de los señores Fernández (ndlr: el presidente electo Alberto Fernández y su vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner). Pensamos que va a ser muy difícil la situación porque ellos históricamente han sido muy amigos de Evo Morales durante sus 14 años de gobierno.

La relación con Brasil estaba bastante venida a menos, bastante devaluada, es del interés de Bolivia el estrechar los lazos, activar la cooperación internacional, también el abrir mercados con Estados Unidos.

— ¿No le parece que para ser un gobierno transitorio, cuyo fin principal es la pacificación y la convocatoria de elecciones en el país, se tomaron decisiones demasiado fuertes en política exterior? 

— Nosotros no consideramos que sea así porque este es un gobierno constitucional que no tiene limitación de accionar alguno. Nosotros basamos nuestro accionar en la Constitución política del Estado. No vemos por qué razón tendríamos que haber parado el país durante los tres meses que durará la transición hasta la entrega de gobierno a otros.

Estamos haciendo lo correcto, lo justo.

No podíamos quedarnos indiferentes ante la ostensible injerencia de Venezuela. En los últimos días previos a la transición constitucional, se constató que funcionarios diplomáticos de Venezuela estaban seriamente y activamente involucrados en actos desestabilizadores. Teníamos que actuar.

— Usted ha dicho que «México ha violentado la esencia del asilo» por mantener asilados en su embajada en Bolivia a altos exfuncionarios acusados de delitos de sedición y terrorismo. ¿Podría Bolivia romper relaciones con México? 

— Yo no creo que lleguemos a ese extremo. Sí sufriría un desgaste en la medida en que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador no solamente tolere, sino que también aliente la actividad desestabilizadora que realiza Evo Morales desde México.

— Usted afirmó en Twitter: «No fue golpe de Estado, sucedió que finalmente Evo Morales acató la decisión del pueblo», pero para muchos sí fue un golpe de Estado. ¿Cómo lo explica usted? 

— Yo en calidad de jurista, puedo sostener con absoluta certeza y convicción de conocimiento que no fue un golpe de Estado porque hubo una renuncia de Evo Morales, que no estuvo presionada bajo ningún aspecto, no hubo fuerza militar, no hubo cohesión. Evo Morales sintió que realmente no debía mantenerse en el poder porque, durante 20 días, marchas pacíficas, que aglutinaron a toda la juventud boliviana sin distinción, le pidieron que deje el poder. Él sintió que esa fuerza moral pesaba demasiado sobre sí, que lo había aplastado, lo había aniquilado, entonces dijo: «me voy». A esto le precedió que la Policía, la Central Obrera boliviana y muchos sectores que anteriormente lo respaldaban también empezaron a decir: «Evo debería irse».   Aquí en Bolivia siguen funcionando los tres poderes del Estado: el poder judicial, donde no hubo cambios, el legislativo que aprobó una ley de convocatoria a elecciones nacionales. Entonces, ¿dónde está el elemento que permita llamar golpe de Estado a una transición constitucional?

–¿Qué pasaría si dentro de tres meses gana el MAS (Movimiento al Socialismo, partido de Morales) y revierte las decisiones que ustedes han tomado en estos tres meses? 

— No lo creo, porque la visión que tiene la juventud del MAS no es la misma visión de los viejos dirigentes del MAS, que están contaminados con algunos temas que no le hacen bien al país. Yo creo que se van a ratificar muchas de estas políticas. Me atrevo a decir todas. Porque todo lo que se hace en este ministerio es en función de los intereses de Bolivia.

La Razón


Evo Morales: “Estados Unidos no quiere que vuelva a Bolivia”

Desde México, donde permanece como asilado político tras el golpe de Estado con el que fue desplazado de la presidencia de Bolivia, Evo Morales reveló que “altas autoridades de América latina” le confirmaron que “Estados Unidos no quiere” que él vuelva a su país para favorecer el diálogo pacífico tras el golpe de Estado en su contra. Durante una entrevista por AM 750, se refirió a las amenazas a la delegación de dirigentes sociales y de derechos humanos argentinos que viajó a territorio boliviano, y analizó los motivos del golpe en su contra y el escenario político de la región.

“Estados Unidos no quiere que Evo vuelva y la derecha boliviana obedece fiel y sagradamente a ese mandato”, denunció el ex mandatario durante una charla con el programa Toma y Daca en la que, además, cuestionó el proceso hacia nuevas elecciones anunciado por el gobierno de facto de Jeanine Añéz .

“Qué derechos políticos pueden haber” si él no puede volver y se “persiguen y amenazan” a los dirigentes del Movimiento Al Socialismo (MAS), se preguntó y puntualizó que uno de los motivos centrales de su derrocamiento fue la nacionalización de la extracción y explotación “de recursos naturales, especialmente del litio”.

Según Morales, antes del golpe de Estado “teníamos previsto instalar 14 plantas para la industrialización del litio” en alianza “con Argentina y otros países”. “Podríamos hacer litio para todo el mundo”, remarcó.

Por otra parte, Evo manifestó su decisión de retornar a su país desde México, donde está exiliado, y ratificó que para que ello pueda ocurrir renunció a presentarse como candidato a presidente para los comicios anunciados por el gobierno de facto, al que cuestionó por «no dar garantías de ninguna transparencia» en el eventual acto eleccionario.

“Elecciones sin democracia no son elecciones”, sentenció y aseguró que, a pesar de ello, “el MAS va a tener candidatos y va a participar para ganar las elecciones”. Al respecto, reveló que él, como presidente de ese partido, está “haciendo consultas” con algunos referentes para saber si están dispuestos a candidatearse. “Seguiré consultando y luego informaré a los compañeros (del MAS y las organizaciones sociales), que consensuarán oportunamente quién va a ser el candidato a presidente”, adelantó.

Por otra parte, Evo Morales también condenó las intimidaciones del gobierno de facto de ese país hacia la delegación argentina que viajó en los últimos días para registrar las violaciones a los derechos humanos ocurridas desde el golpe de Estado, sobre todo en las provincias donde la mayoría de los habitantes son campesinos e indígenas que resisten tras la caída del gobierno democrático.

“Lamento mucho” que hayan tenido que “soportar los amedrentamientos en el aeropuerto”, dijo el ex presidente y afirmó que con ese y otros hechos “el pueblo argentino y los de todo el mundo pueden ver cómo es vivir en un gobierno de facto y al estilo de las dictaduras militares”.

Sostuvo también que esos hechos son parte del “amedrentamiento, intimidación y procesos de terrorismo” contra delegaciones extranjeras y medios de comunicación, y expresó su “solidaridad” hacia quienes fueron víctimas de esos hechos. “Sorprende al mundo la actitud del gobierno de facto que empieza con un modelo neoliberal”, añadió.

“Nuestro pecado fue haber demostrado al mundo que otra Bolivia es posible”, dijo y reiteró sus críticas hacia la Organización de Estados Americanos (OEA) por “no estar con los pueblos de América latina sino con los sectores que ostentan el poder económico”.

“Yo quiero volver a mi país”, insistió y manifestó que “ojalá Argentina pueda permitirme volver”. Sin embargo, no dio garantías de poder estar en Buenos Aires para el 10 de diciembre durante la asunción de Alberto Fernández en la Presidencia. “No lo hemos decidido por razones operativas y logística” que aún restan resolver, pero “lo veremos y oportunamente lo comunicaremos”, cerró.

Evo Morales también recomendó a los gobiernos de la región “escuchar a sus pueblos” para evitar “sublevaciones como las de Chile y Ecuador contra las políticas económicas” liberales. “Entiendo que a veces los pueblos puedan equivocarse, pero también se revelan y es importante que los gobiernos entiendan las demandas”, definió.

Finalmente destacó “la resistencia al golpismo” tanto dentro de Bolivia como desde otros países, a través de la denuncia de violaciones a los derechos humanos cometidas por la administración de Añéz. Así y todo, lamentó que “muchos dirigentes” del MAS se hayan prestado al diálogo con los golpistas, aunque aclaró que “seguramente no lo hicieron por traición sino por miedos y sustos” ante las amenazas recibidas continuamente.

Página 12


Parlasur lamenta crisis política en Bolivia por informe de la OEA

La Comisión de Derechos Humanos de Parlasur lamentó que el informe preliminar de la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre un supuesto fraude en las elecciones generales de Bolivia provocara una crisis política en el país.

Paula Cecilia Merchán, presidenta de esa comisión del Parlamento del Mercado Común del Sur (Parlasur), cuestionó el informe de la Misión de Observadores de la OEA sobre presuntas denuncias de fraude en los comicios del 20 de octubre que desató una ola de violencia y provocó el derrocamiento de Evo Morales el 10 de noviembre pasado.

‘Lamentamos que se haya dado toda esta situación por un informe preliminar, es como si nosotros después de este informe dijéramos que pasó esto y esto y no pudimos corroborar lo que estábamos diciendo, y a partir de eso se genere en el país un conflicto político que se ha llevado la vida de tantas personas’, declaró Merchán en conferencia de prensa.

La parlamentaria argentina aseguró que esa situación no solo significa dolor para Bolivia, sino también para América Latina, tras dialogar durante dos días con organizaciones políticas y sociales para recibir y dar tratamiento a las denuncias de violaciones de derechos humanos ocasionadas por el golpe de Estado contra Morales.

‘Vemos que efectivamente hay grandes violaciones de los derechos humanos. La muerte de personas, encarcelamientos, heridos. Eso es lo que estamos viendo y que claramente coincidimos con lo que dice la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y que es algo donde hay que poner la mirada muy fuerte’, enfatizó.

Por otra parte, la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de Parlasur consideró que el expresidente boliviano puede ofrecer declaraciones en su condición de asilo político en México, sin que sea considerado sedición.

‘Creemos que él (Evo Morales) puede hablar lo que quiera desde allá. Nosotros consideramos que se debe revisar que no es sedición hablar, decir algo. Sí creemos que parte de la posibilidad de sanear y de mirar realmente para adelante es que todas las personas de este país tengan las posibilidades de vivir como ciudadanos y expresarse’, comentó.

Asimismo, destacó el derecho del pueblo boliviano a decidir y el de Morales como ciudadano a ser parte del nuevo proceso electoral.

El informe final de la comisión será entregado al pleno legislativo regional de Parlasur en la sesión plenaria prevista en la ciudad de Montevideo, Uruguay, el día 9 de diciembre próximo.

Prensa Latina


Serrate viaja a EEUU sin planes de la DEA

El embajador boliviano en misión especial para Estados Unidos (EEUU) y la Organización de Naciones Unidas (ONU), Óscar Serrate, viajó a Washington con la idea de reactivar paulatinamente el diálogo político. En el guion que llevó consigo está prácticamente excluido el retorno de agentes de la DEA, fuerza antidroga de la nación del norte.

«No creemos que la DEA (Administración para el Control de Drogas, por sus siglas en inglés) hubiera tenido una actuación con resultados que pueda demostrar que es el enfoque correcto. Cualquier agente externo que venga a ‘ayudar’ no necesariamente nos dará una solución sostenible y nosotros necesitamos una solución sostenible», manifestó Serrate.

El diplomático boliviano viajó a Washington con el propósito de llevar adelante una «misión de buena vecindad» y preparar el camino para que Estados Unidos y Bolivia designen embajadores permanentes, que no se tienen desde 2008.

En noviembre de 2018, el entonces presidente Evo Morales expulsó a la DEA tras acusarla de realizar «espionaje» y «conspiración» contra el Gobierno. En tanto que en 2013 corrió la misma suerte la agencia estadounidense Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), que apoyaba en áreas como la lucha contra el narcotráfico.

Serrate dijo que la droga es un «cáncer» y hay que buscar una solución para extirparlo, disminuirlo, controlarlo y hacerle una quimoterapia. Afirmó que, en una primera fase, se la debe combatir deslegitimándola.

Correo del Sur


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