El Senado chileno sanciona e inhabilita por cinco años al exministro Chadwick por la represión

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Contexto Nodal
El 4 de octubre el presidente Piñera anunció el aumento del transporte público en unos 30 pesos (1,16 USD, aproximadamente), lo que provocó que estudiantes secundarios impulsaran “evasiones” en el Metro para no pagar el pasaje. Esa forma de protesta se masificó desde el 18 de octubre y dio lugar a un estallido social en el que salieron a la luz las múltiples demandas del pueblo chileno. La respuesta del gobierno fue la represión y la implementación del Estado de Emergencia y el Toque de Queda. Las movilizaciones, huelgas y cacerolazos continúan en todo el país. Hay numerosas denuncias de violaciones a los DDHH: asesinatos, detenciones arbitrarias, desapariciones y violencia sexual por parte de las fuerzas de seguridad.

Senado inhabilita a Andrés Chadwick para ejercer cargos públicos por 5 años

Por 23 votos a favor y 18 en contra, la tarde de este miércoles fue aprobada por el Senado la Acusación Constitucional en contra del ex ministro del interior, Andrés Chadwick, determinando así, que es él el responsable político de las violaciones a los derechos humanos ocurridas en nuestro país durante la vigencia del estado de Emergencia Constitucional.

Con esto, los senadores decidieron que el exministro incurrió en infracción de la Constitución y las leyes al “omitir adoptar medidas para detener violaciones a los DD.HH.” y que “comprometió gravemente el honor y la seguridad de la nación”.

Fue el voto del senador socialista José Miguel Insulza el que determinó la sanción de inhabilitación del ex secretario de Estado. En su intervención, el congresista por Arica y Parinacota fue tajante al señalar que lo que revisa la Cámara Alta reviste características políticas y no penales. “Este es un juicio político y es la única oportunidad que tenemos de decirle al gobierno del presidente Sebastián Piñera que antes, durante y después de la crisis, ha hecho un pésimo trabajo, que con su ineficacia e insensibilidad ha perdido la confianza de las chilenas y chilenos. Y que para recuperarla, al menos en los mínimos necesarios, debe aclarar lo ocurrido en cada una de las graves violaciones de derechos humanos cometidas por la fuerza pública bajo su autoridad”.

Previamente, los senadores oficialistas habían expuesto su parecer respecto de la acción constitucional iniciada contra quien fuera la mano derecha de Sebastián Piñera hasta el 28 de octubre. Así, Manuel José Ossandón , el primero de los parlamentarios en exponer la mañana de este miércoles, aseguró que los hechos que se le imputan a Chadwick son complejos y que no se condicen con la realidad.

“La del ministro es la acusación más delicada que puede formularse a las autoridades. En el fondo se le está acusando de violar su juramente de guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes”, señaló el representante de la circunscripción Santiago Oriente, quien votó en contra del libelo.

Tal como lo anunciara Ossandón, los legisladores pertenecientes al bloque oficialista se refirieron principalmente a la absoluta inexistencia de responsabilidad penal de Andrés Chadwick, así como de negar las violaciones a los derechos humanos durante el Estado de Excepción. “La acusación constitucional no puede determinar la existencia de violaciones a DD.HH u otros ilícitos que actualmente investiga el Ministerio Público y menos extender responsabilidad por estos hechos a Andrés Chadwick”, aseguró la senadora Jacqueline Van Rysselberghe (UDI). En ese mismo sentido se pronunció la senadora Carmen Aravena “No tiene sustento, ya que el ex ministro no abusó ni violó confianzas públicas; lo contrario, nos trató de proteger frente a una amenaza grave” .

En tanto, para la oposición el punto común fue el establecer la naturaleza puramente política de la instancia ante el Senado y la facultad de éste para controlar al Ejecutivo, “incluso en un sistema presidencial como el que tenemos”, según aseguró Felipe Harboe del PPD.

“No estamos en posición de calificar si los hechos acaecidos se traducen o no en una figura penalmente típica. Eso tenemos que desecharlo porque no es la sede para ello, por consiguiente, veamos la responsabilidad política. El ministro no es responsable de los actos operativos, pero eso no lo excluye de su responsabilidad política”, puntualizó Harboe.

Mientras se discutía la acusación en el senado, los ministros de Estado expresaban públicamente su apoyo al ex titular de Interior utilizando el hashtag #EstoyConChadwick, además de que varios de ellos estuvieron presentes en la sala, como fue el caso de Felipe Ward, Gonzalo Blumel y Karla Rubilar.

En el caso del único senador del Frente Amplio, Juan Ignacio Latorre, la justificación para aprobar la acusación constitucional se relacionaba con la necesidad de que las autoridades civiles también enfrenten la responsabilidad de los abusos, excesos y violaciones a los derechos humanos cometidas por uniformados. “Chadwick es culpable por omitir el apego al derecho internacional y nacional sobre el monopolio del uso de la fuerza, y es responsable por haber infringido gravemente la Constitución al participar en declaración de estado de emergencia y permitir la afectación de derechos no contemplados. Es importante que los civiles asuman sus responsabilidades”, aseveró el parlamentario.

Otro de los puntos que se analizó en las exposiciones de los senadores al momento de justificar sus votos fue la diferencia entre el actuar de Andrés Chadwick y el de Gonzalo Blumel en el mismo cargo. Así, el senador Lagos Weber expresó que el actual ministro del Interior, recién asumido, instruyó la facción de cambios en los protocolos de Carabineros, lo que posteriormente fue rebatido por la senadora Ena Von Baer quien aseguró que no ha habido variación en las instrucciones que siguen los encargados del Orden y Seguridad. “Cuando uno hace una acusación tan grave como ésta tiene que tener los datos. Resulta que los protocolos siguen siendo los mismos”, expresó airadamente la parlamentaria, para luego retrucar también al senador Insulza manifestando que sobre Chadwick se considera una doble condena política. “Cuando un ministro no cumple con su trabajo, se le separa de su cargo. Pero señor senador Insulza, hoy en este Senado, no comparece un ministro, comparece un exministro, que ya asumió su responsabilidad. Entiendo que no se puede juzgar a la misma persona por el mismo hecho dos veces. Eso es lo que se está haciendo en el día de hoy”.

El resultado de esta votación de los senadores implica que Andrés Chadwick, de 63 años, ex diputado, ex senador y ex ministro no podrá ejercer cargos públicos ya sea de confianza o por elección popular por un lapso de 5 años, pues se le considera responsable de violar la Constitución Política de la República y de comprometer gravemente el honor y la seguridad de la nación.

Radio UChile


Comisión aprobó la acusación constitucional contra el Presidente Sebastián Piñera

La comisión especial sorteada para revisar la acusación constitucional contra el Presidente Sebastián Piñera aprobó el libelo, por lo que este pasará a su discusión en la sala de la Cámara de Diputados con recomendación favorable, aunque esta decisión no es vinculante.

Con tres votos a favor y dos en contra, la comisión decidió aprobar la procedencia del libelo acusatorio y se verá este jueves en Sala.

A favor votaron los diputados Daniel Verdessi (DC), Boris Barrera (PC) y Gastón Saavedra (PS), mientras que en contra estaban Sofía Cid (RN) y Gastón von Mülhenbrock (UDI).

Verdessi presentará el informe este jueves ante la Sala de la Cámara Baja.

Este miércoles, en tanto, el Senado decide el futuro político del ex ministro del Interior Andrés Chadwick, y votará -como jurado- la acusación constitucional en su contra, que apunta a su responsabilidad política en las violaciones a los DDHH durante el estado de emergencia.

Para el actual jefe de esa cartera, Gonzalo Blumel, «la acusación contra el ex ministro y también contra el Presidente de la República no tienen fundamentos».

«De hecho, entre las argumentaciones se ha hablado más bien de argumentos de carácter político, y la acusación constitucional, además de no tener fundamentos, no es un juicio político, eso no está contemplado en nuestro ordenamiento jurídico, por lo tanto, lamentamos que se impulsen este tipo de acciones que además no contribuyen a superar los problemas que tiene el país, y que esperamos se resuelvan en Justicia», exouso.

Cooperativa


Los coletazos políticos del réquiem de Chadwick

Su rictus al momento de la votación lo dijo todo. Ninguna llamada, ninguna gestión política del Gobierno ni el oficialismo pudo salvarlo. “No se está condenando a alguien por un crimen, ese no es el papel del Senado y eso no ha pedido nadie aquí. Lo que se está haciendo efectiva es la responsabilidad política de un Gobierno y sus principales autoridades que perdieron de vista lo que estaba ocurriendo en las calles de su país y equivocaron plenamente la respuesta a esos hechos. Este es un juicio político y es la única oportunidad que tenemos de decirle al Gobierno del Presidente Sebastián Piñera que, antes, durante y después de la crisis, ha hecho un pésimo trabajo, que con su ineficacia e insensibilidad ha perdido la confianza de las chilenas y chilenos”, dijo ayer en el hemiciclo el senador PS José Miguel Insulza, palabras con las que sentenció el destino del exministro del Interior Andrés Chadwick.

Así, el umbral de votos para sacar adelante la acusación ya estaba asegurado y, con ello, una de las estocadas políticas más grandes que ha recibido la derecha en las últimas décadas. Después de las palabras de Insulza –y luego del senador PS Juan Pablo Letelier, de quien también había dudas– en las bancadas de oposición respiraron más aliviados, la sesión transcurrió por casi siete horas más, mientras uno a uno los senadores fundamentaban su voto a favor y en contra. Minutos antes de las 21:00 horas, el Senado acusó a Chadwick –por 23 votos a favor– de haber omitido acciones para evitar violaciones de los Derechos Humanos en los diez primeros días del estallido social y haber infringido la Constitución y las leyes durante el estado de emergencia.

La aprobación de la acusación contra Chadwick es una pésima noticia para La Moneda, no solo porque era una pieza clave y estratégica del piñerismo, sino además porque marca un precedente que en Palacio no gustó nada y que trataron de evitar a toda costa: ahora queda en la mira el actual ministro del Interior, Gonzalo Blumel, y además está expuesta la figura del propio Presidente.

La teoría del «cordero de Dios» –de sacrificar a Chadwick para neutralizar la acusación contra Piñera que hoy se debe discutir en la Sala de la Cámara de Diputados– es efectiva, ya que el libelo contra el Mandatario tiene casi nulas opciones de prosperar. El punto es que si Chadwick –tal como lo sentenció anoche el Senado– omitió acciones para evitar violaciones de los DDHH en esta crisis social y, además, infringió la Constitución y las leyes durante el estado de emergencia, no se mandaba solo.

Así lo dejó claro el propio abogado defensor del extitular de la cartera del Interior, Luis Hermosilla, quien en su argumentación ante la Cámara de Diputados del 28 de noviembre dijo textual: “Acusan a mi defendido como si él fuera el que preside el Gobierno”. La frase no pasó inadvertida en ese instante, ni en el oficialismo ni en Palacio, y anoche volvió a rondar.

Facturas internas

Con la aprobación de la acusación, Chadwick tendrá prohibido ejercer cargos públicos por cinco años. Así, para la UDI la jornada de ayer marcó simbólicamente el fin de una era. Es la salida forzada de uno de sus últimos «coroneles» en la primera fila política. Con Jovino Novoa y Pablo Longueira relegados de la coyuntura y los cargos públicos, era Chadwick quien –se lamentaron en la colectividad– sostenía el espíritu de los fundadores del gremialismo, y si bien el senador Juan Antonio Coloma mantiene un alto grado de respeto interno, reconocieron en el partido que tiene un estilo y sobre todo un peso político distinto al del exministro.

Es cierto que en la UDI desde hace casi una década que internamente consideraban a Chadwick más un piñerista que uno de los suyos, que su prioridad era siempre el Mandatario por sobre los intereses de la colectividad: “Mano derecha del Presidente en su primer mandato, mano derecha como ex-Presidente, y mano derecha nuevamente en el poder”, afirmaron en el gremialismo ayer.

Sin embargo, eso no le quita un ápice a lo emblemático de la figura de Chadwick en el gremialismo, en su historia desde su fundación y en los últimos 30 años. Y con su piñerismo y todo, gracias a él la UDI tuvo un acceso privilegiado a la toma de decisiones más exclusivas de la primera administración piñerista y de lo que va corrido de esta. De ahí lo doloroso que fue para la UDI la jornada de ayer.

A diferencia de lo sucedido en la Cámara Baja y el martes en el Senado, ayer Chadwick no estuvo solo, fue flanquedo por varios ministros –desde la vocera Karla Rubilar, Blumel, hasta la titular de Educación, Marcela Cubillos– y los parlamentarios de Chile Vamos, tanto en la Sala como en el punto de prensa que dio una vez terminada la sesión, donde dijo que esta era una acusación «injusta y politizada».

Pero tras esa imagen, había una serie de resquemores y facturas internas en el seno de Chile Vamos, entre los partidos y con el propio Gobierno. Desde la UDI consideraron tardío y forzado el despliegue ministerial de ayer para acompañar a Chadwick y., a medida que se acercaba la votación, se escucharon con mayor intensidad las críticas por un débil desempeño de La Moneda por salvar, efectivamente, al «coronel».

Desde el seno del gremialismo señalaron que durante la semana pasada se había abierto un espacio para que el Gobierno enviara su mejor contingente político a negociar con Insulza, Letelier y el senador PS Rabindranath Quinteros. “Insulza era quien tenía que dar el paso para que los otros dos lo siguieran”, confesaron.

Una estrategia que, a la luz del resultado de la votación de ayer, no prosperó. Unos en la derecha apuntaron a la falta de calibre político de los negociadores, la poca experiencia en estas lides de los equipos desplegados, una crítica que está dirigida directamente a Blumel y su par de la Segpres, Felipe Ward. Una segunda lectura en la derecha es la desconfianza, respecto a que quizás nunca hubo una “intención” real por salvar a Chadwick, ya que el beneficio de su caída no solo es para el Presidente Piñera al desactivarse así la acusación en su contra, sino que además –agregaron– baja la temperatura de la calle. Sea una, la otra o ambas, lo que se sabe es que la UDI le reprochó al Gobierno no haber realizado todos los esfuerzos necesarios y así se lo hicieron saber al ministro Blumel.

No es un buen momento para La Moneda que la UDI esté «dolida». El Gobierno vive un momento de extrema fragilidad, Piñera es el Presidente con la aprobación más baja en la historia desde el retorno a la democracia, además del recelo interno que genera en Chile Vamos el empoderamiento de Evópoli y el hecho cierto de que RN tiene libreto político propio, al ser el único partido de derecha en dar con el tono y propuestas más acertadas durante la crisis social.

En el Gobierno se sabe que cualquier movimiento equívoco puede presionar una tecla de extrema sensibilidad. Ya cometió el error con RN, al dejarlos fuera del comité político, y ahora se abrió un nuevo flanco con el partido que se supone sostendría la estantería, al menos por un período más largo. Declaraciones como la de la diputada María José Hoffmann -“el alto precio que está pagando la UDI por su lealtad nos hace replantearnos muchos temas”– sonaron bastante a una advertencia.

Andrés Pío Bernardino

Cuando se inició este segundo Gobierno de Piñera, el diseño político del equipo del búnker de Apoquindo 3000 prometía ser infalible y el flamante ministro del Interior era «intocable», pero se resquebrajó irremediablemente con el asesinato de Catrillanca. Dicho episodio dejó a Chadwick con el ala rota, jamás pudo recuperarse y nunca se dejó de hablar en el oficialismo que ese comité político –junto a Blumel y Cecilia Pérez como vocera– ya no funcionaba como anillo protector ni fusible de las crisis políticas que enfrentó La Moneda en los meses siguientes.

Pero ya era tarde, el caso golpeó muy fuerte en su persona y, luego de haber sido sumergido para recuperarse, Piñera le lanzó un salvavidas con el que pretendió situarlo nuevamente en la primera plana: puso a Chadwick como encargado de llevar adelante una serie de reformas a las instituciones públicas. Sin embargo, rápidamente la propia derecha olió la debilidad política del entonces ministro y le bajó el telón a la iniciativa, le puso paños fríos al tema y acusó que el trabajo en el Parlamento ya era demasiado complejo como para distraer la atención en otras materias.

Su actuar desde entonces fue cargado a la agenda de seguridad, un sello que, en medio de un estallido social, terminó por ser la lápida a una carrera política que conoció de luces y sombras, pero sobre todo de mucho poder. Anoche se cerró el capítulo más amargo de Andrés Pío Bernardino Chadwick Piñera.

El Mostrador


Gobierno le pidió a Carabineros realizar cambios a fuerzas especiales

El ministro del Interior, Gonzalo Blumel, informó este miércoles que solicitará a Carabineros un plan para realizar cambios a Fuerzas Especiales.

El secretario de Estado señaló que “se le ha pedido a Carabineros poner en marcha una serie de a cambios a Fuerzas Especiales para que pase a constituirse en una prefectura de orden público, dependiente directamente de los jefes de zona territoriales”.

Agregó que “el objetivo de esto es mejorar la efectividad, el control, el trabajo, las capacidades operativas y el respeto por los derechos humanos de las actuaciones que realizan las Fuerzas Especiales de Carabineros”.

El jefe de gabinete explicó que estas modificaciones no forman parte de la reforma a Carabineros, debido a que la comisión sobre este tema se encuentra trabajando actualmente.

Blumel también se refirió a los hechos producidos el martes en la Plaza Baquedano, que dejaron dos personas en riesgo vital debido a impactos con bombas lacrimógenas, según denunció el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH).

“Nos reunimos esta mañana con el general director Mario Rozas, junto al subsecretario Rodrigo Ubilla, a partir de lo cual se dio cuenta de los antecedentes de las situaciones ocurridas en la tarde de ayer que fueron puesto a disposición de la Fiscalía para que realice las investigaciones penales, además de las investigaciones administrativas que va a realizar Carabineros”, comunicó.

El ministro confirmó que “los funcionarios involucrados fueron apartados de las funciones operativas hasta conocer los resultados de dichas investigaciones”.

La Nación


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