Argentina: historia de la cumbia santafesina, el sonido que sorprendió al propio Gabo

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Texto e imágenes por Lucho Rombolá para Nodal Cultura

Durante un seminario periodístico en la ciudad de Monterrey, Gabriel García Márquez, en ese entonces presidente de la Fundación Nuevo Periodismo, conversaba con un cineasta argentino que había filmado un documental sobre las radios comunitarias de la ciudad de Colón, en el norte de la provincia de Buenos Aires. Juan Mascardi le contaba entonces a Gabo que en todas aquellas emisoras sonaba cumbia argentina a lo largo de todo el día. Esto provocó la reacción del escritor colombiano. “¿Cumbia argentina? Yo soy un especialista y no la conozco”. Mascardi entonces le respondió: “¿Cómo? ¿No conoce a Los Palmeras, maestro?”.

El realizador argentino se refería al conjunto tropical que sorprendió a propios y ajenos durante la última final de la Copa Sudamericana de fútbol, disputada en Paraguay, entre Colón de Santa Fe, e Independiente del Valle, de Ecuador. La banda, identificada con el equipo rojinegro, actuó en el espectáculo de apertura. Y fueron más de 40 mil personas las que cantaron, emocionadas y hasta las lágrimas, “a e e á, yo soy sabalero, a e e á, sabalero, sabalero”. Un grito de batalla al ritmo de El parrandero, uno de sus máximos hits.

Los Palmeras es una de las primeras agrupaciones de cumbia colombiana que fueron formadas en las provincias argentinas durante la década del ´60, influenciadas por grupos como Los Wawancó o El Cuarteto Imperial. En el litoral, el acordeón provocó un estallido. Y la ciudad de Santa Fe se transformó en la cuna de un férreo movimiento musical.

Por esos años, el acordeonista Alberto Fernández formó la Orquesta Santa Cecilia y le propuso formar parte de la banda a un joven que cantaba a cambio de un poco de dinero: Czeslaw Popowicz, actual líder de Yuli y Los Girasoles.

Yuli nació en un campo de refugiados de la ciudad italiana de Bari, luego de la Segunda Guerra Mundial. Su madre era polaca y con algunos de sus hijos logró emigrar a la Argentina. “Nos subieron a un buque como ganado y nos llevaron a trabajar en la cosecha, aunque a los cinco años me internaron en un asilo debido a que vivía en la calle”, recuerda dolorido.

Sin embargo, el encierro del hogar para niños fue el mismo que lo acercó al canto. La música que llegaba desde los cercanos bailes vecinales lo impulsó a presentarse en varios concursos de canto, luego de haber abandonado el asilo. Fue allí que conoció a Fernández en busca de algo para comer.

Czeslaw Popowicz, más conocido como Yuli

Fernández fue nombrado Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Santa Fe. Se lo homenajeó por su condición de profesor de música desde 1951, tiempo durante el cual dio clases a los principales líderes de las bandas que todavía siguen tocando. “Estoy orgulloso de que mis alumnos hayan triunfado, después de tantos años de lucha”, había asegurado.

Osvaldo Raggio del Grupo Alegría y Darío Zanco del Grupo Cali son algunos de los músicos que tomaron sus clases junto a Marcos Camino, quien ingresó al Sexteto Palmeras, que había formado Yuli en 1972 luego de su paso por Santa Cecilia y por Los Cumbiambas.

Los acordes de Camino, junto a la voz sufrida del cantante, formaron una identidad que llamó la atención de Martín Robustiano “Chani” Gutiérrez, dueño de una disquería en el centro de la ciudad.

Chani tuvo la idea de producir grupos locales que grabaran temas propios. Fue así que hipotecó su casa para obtener los fondos y llevar al Sexteto a los estudios Ión de Buenos Aires, a que grabaran el primer LP en la historia de la cumbia regional. Era septiembre de 1976 y el disco se llamó sencillamente Los Palmeras, como los seguidores habían empezado a llamar a la agrupación.

Otro de los músicos que tuvo su oportunidad de grabar fue el guitarrista Juan Carlos Denis, quien conocía a Chani desde su infancia. Con la viola reemplazó al acordeón y le sumó letras consideradas tristes en comparación al ritmo alegre de las bandas que continuaban el estilo de Colombia. Surgió un sonido tropical nuevo, con mucha más complejidad. “A partir de ahí se empezó a decir que era santafesina, antes se hablaba simplemente de cumbia”, afirma el líder de Los del Bohío.

Juan Carlos Denis el hombre que cambió el acordeón por la guitarra y le dio una nueva identidad a la cumbia santafesina

El estilo, disruptivo, se transformó en un culto en la zona sur del conurbano bonaerense, a tal punto que el último 28 de noviembre, el Concejo Deliberante de la Municipalidad de Avellaneda declaró de interés legislativo a la cumbia santafesina estilo guitarra. En ese acto nombró personalidades destacadas al propio Denis y a Carlos Chipata López, un productor tropical que trajo los primeros grupos de Santa Fe a Buenos Aires.

La movida tropical santafesina es mutante; con el correr de los años ha incorporado diferentes melodías e instrumentos. Primero, tuvo su propia grieta: se disputó entre la cumbia con guitarra y la que lleva acordeón. Luego aparecieron las trompetas para darle ritmo de sonora. Y sumó sonidos electrónicos en los últimos años. Incluso su estética y resonancia se han acercado mucho a la salsa. Pero nunca perdió la esencia ni su identidad.

Marcos Castelló, de los escenarios de la cumbia al Senado de la Provincia de Santa Fe

Es un movimiento que puede influir en aspectos diversos. Incluso en el terreno electoral. Como el caso de Marcos Castelló, líder del grupo Kaniche y ferviente militante peronista. El vocalista en 2017 se lanzó a la política a través del Frente Justicialista y fue electo legislador de su ciudad. En las elecciones de este año el frente Juntos lo colocó en un nuevo lugar:

El baile se adapta y acompaña los reclamos sociales, como la lucha LGBTIQ+. Así lo demuestra Ayelén Beker, la primera cantante trans de cumbia santafesina, que encontró en la movida tropical un espacio para manifestarse y reclamar por sus derechos. Como la aprobación del proyecto de Ley Diana Sacayán, entre otras normas exigidas por travestis, transexuales, transgéneros y masculinidades trans.

Otro acontecimiento es la Escuela de Cumbia formada en la ciudad de Rosario, que le dio a la bailanta un carácter institucional.  A partir de una iniciativa de la Secretaría de Desarrollo Social, junto a la Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad, los chicos y chicas, de manera gratuita, aprenden a tocar los instrumentos e incorporar canto, ritmo, armonía y expresión corporal.

En Rosario, también, se vive la Cumbia Cruzada, un estilo de baile que se transformó en una danza local. Incluso, ha generado la formación de academias en distintas ciudades de la provincia, que compiten anualmente y realizan múltiples pasos inspirados en el tango y la milonga. De allí que el 28 de junio fue establecido como el Día Municipal de la Cumbia Cruzada.

La fecha del fallecimiento del productor Chani Gutiérrez, el 5 de noviembre de 1992, fue elegida por el poder legislativo de Santa Fe para reconocer a la música. El Día de la Cumbia Santafesina instituido en 2005. Según la norma, “la música tropical es una referencia de la región y permite que mucha gente viva gracias a su existencia”.

Años más tarde, en 2014, la legislatura provincial aplicó esta ley en todo el territorio santafesino. Y facultó al Ministerio de Innovación y Cultura a que implemente “acciones tendientes a recordar el sentido del mencionado día”. El sustento legal necesario para el gran acierto del gobierno socialista liderado por el entonces gobernador Miguel Lifschitz: la Fiesta Nacional de la Cumbia Santafesina.

Este mega evento tropical fue lanzado en 2016 al estilo de los clásicos festivales provinciales. Un espacio donde la mayoría de los conjuntos de la ciudad tienen su lugar para actuar. “Los que empiezan ahora, los más renombrados y también los patriarcas”, según las palabras de María de los Ángeles «Chiqui» González, exministra de Cultura de la Provincia de Santa Fe.

Ayelén Beker, primera cantante trans de cumbia santafesina

En noviembre de este año se realizó la cuarta edición consecutiva del espectáculo. Y generó un alerta sobre una posible cancelación. Es que el cambio de Gobierno, derrotado en las últimas elecciones, podría generar su discontinuidad. Para González, “esto tiene que quedar en manos de una gran comisión de cumbianteros. No lo puede tomar y cooptar un Gobierno. Porque ha aumentado la pobreza, la gente tiene más problemas y su reacción es la cumbia”, advirtió la saliente funcionaria.

Según diversas fuentes, el actual gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, que acaba de asumir funciones, habría garantizado la continuidad del festival. ¿Habrá bailanta en la nueva gestión peronista?

Como dijo el actual presidente de la Argentina, Alberto Fernández, “es con todos y con todas”. Que sea con Los Palmeras. Que sea con Los del Bohío. Que sea con la cumbia santafesina.

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