Argentina: Alberto Fernández anuncia su gabinete y Macri se despide con más de 40% de pobreza

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El gabinete de Fernández: veinte ministros para una tarea complicada

Por Fernando Cibeira

En lo que podría considerarse el primero de los actos de la transición de gobierno que asumirá el martes, Alberto Fernández anunciará este viernes su gabinete, que será bastante más numeroso que el actual: habrá un jefe de Gabinete y 20 ministros entre las áreas que el macrismo redujo a secretarías y ahora serán rejerarquizadas y los ministerios nuevos. La expectativa está puesta en quiénes serán los encargados de manejar las carteras de Economía y de Producción -se llamaría Desarrollo Produtivo-, sobre las que hay algunas especulaciones, pero pocas certezas. La presentación se hará en las oficinas de Puerto Madero y el futuro presidente irá revelando de a uno los ministros y explicará los motivos de su elección.

En los últimos días, Fernández adelantó algunos de los nombres. El primero fue el de quien será el ministro de Salud, Ginés González García, quien ya ocupó ese cargo entre 2002 y 2007. El presidente electo había asegurado que su intención era no repetir ministros de anteriores gestiones, pero contó que en el caso de Salud no veía ningún reemplazo que le pudiera asegurar la misma capacidad de Ginés, dada la gravedad que adquirió la situación sanitaria, con la reaparición de enfermedades que se creían superadas.

Algo similar le ocurrió con Agustín Rossi en el ministerio de Defensa, a quien también confirmó durante su encuentro con los diputados del bloque del Frente de Todos. «Les tengo que robar al jefe de bloque», avisó. La conducción política para las fuerzas armadas adquirió nueva relevancia a partir de los hechos que vienen ocurriendo en la región. La tercera confirmación sucedió ayer cuando Felipe Solá fue presentado como futuro canciller en el encuentro que Alberto Fernández mantuvo con una delegación de diputados brasileños encabezada por el presidente de la Cámara, Rodrigo Maia. También fue ratificado Daniel Scioli como el próximo embajador en Brasil.

Casi todo el resto se daba como un hecho. Santiago Cafiero ocuparía la jefatura de Gabinete y como su vice iría la economista Cecilia Todesca, según lo que circuló ayer. Eduardo «Wado» de Pedro será el ministro «político» a cargo del ministerio del Interior. Daniel Arroyo encabezará el ministro de Desarrollo Social y Victoria Tolosa Paz cumplirá un rol destacado en la aplicación del Plan contra el Hambre. Claudio Moroni será el ministro de Trabajo y Marcela Losardo la de Justicia, ambos de estrecha confianza con Fernández con quien incluso compartieron la función pública en algún momento. El intendente de San Martín, Gabriel Katopodis, se encargará de la cartera de Obra Pública en tanto que el ex intendente de Junín, Mario Meoni, representante del massismo, ocupará Transporte, que se mantendrá como ministerio.

También seguirá como ministerio Agricultura, a cargo del diputado formoseño Luis Basterra, en tanto que Seguridad lo ocupará la antropóloga Sabina Frederic. En ambos casos se trató de designaciones conocidas recién en los últimos días. En cuanto al área educativa, el rector de la UMET, Nicolás Trotta, se hará cargo de Educación y tendrá como vice a Adriana Puiggrós. Cultura la manejará el cineasta Tristán Bauer y Ciencia y Teconología, el ex titular del Conicet Roberto Salvarezza. En Turismo y Deportes trabajará el ex candidato a jefe de gobierno Matías Lammens y Medio Ambiente -que también volverá a ser ministerio- estará encabezado por el diputado Juan Cabandié.

Los dos ministerios totalmente nuevos quedarán en manos de mujeres. En Equidad y Género estará la abogada Elizabeth Gómez Alcorta y en Vivienda y Hábitat la rosarina María Eugenia Bielsa.

Hasta allí, más allá de los imprevistos de último momento que siempre pueden ocurrir, está todo confirmado. Las únicas dudas persisten por el lado de la economía. Todo indica que Matías Kulfas se hará cargo de Desarrollo Productivo, un súper ministerio con varias secretarías de peso como Minería, Energía, Comercio, Pymes e Industria. En tanto, Economía -que abarcaría las secretarías de Hacienda y de Finanzas- no tiene un dueño definido aunque las mayores posibilidades irían por el lado de Martín Guzmán, discípulo del Nobel Joseph Stiglitz, con varios papers académicos escritos sobre el tema de la deuda. Justamente, algunos le achacan su falta de experiencia en gestión como para asumir un ministerio tan caliente y por eso había quienes aún le ponían alguna ficha a que Roberto Lavagna tuviera algún lugar.

Por fortuna, luego de la larga espera de meses, con nombres supuestamente puestos que luego quedaron en el camino, sólo quedan unas horas para que Alberto Fernández difunda la lista definitiva. Y, a partir de ahí, lo más importante, conocer sus planes para sacar al país de la crítica situación en la que se encuentra.

Página|12


La vara alta: Macri deja el gobierno con el doble de desocupación y pobreza infantil

De anunciar «el mejor equipo de los 50 años» y pedir que se juzgue a su gobierno por las cifras de pobreza que dejara al final de su mandato, a echarle la culpa de su mala gestión al resultado de las PASO y la falta de tiempo. Mauricio Macri finaliza este 10 de diciembre 48 meses que fueron, con más o menos velocidad, un camino sin fisuras a la recesión, el desempleo, la pobreza, la indigencia y el hambre.

Los datos dados a conocer este jueves por la UCA son concluyentes: según sus registros, en el tercer trimestre de 2019 el 40,8% de los argentinos se encontraba bajo la línea de pobreza. La cifra es escandalosa en gran parte porque el combo inflación-devaluación que castigó el bolsillo entre septiembre y noviembre aparecerá reflejado recién en los próximos relevamientos, cuando haya terminado el año.

En este marco, el 59,5% de los menores de edad no llega a cubrir la canasta básica total, lo que los deja en medio de la pobreza. El 15%, además, no tiene siquiera sus necesidades alimentarias satisfechas, lo que en cifras concretas habla de 1 cada 100 niños.

El desagregado del estudio del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica deja otros datos dramáticos: en los años del macrismo la pobreza que abarca a menores de hasta 17 años se incrementó el 90 por ciento. Es decir, que hoy el país tiene casi al doble de chicos y chicas menores de edad sumidos en la pobreza que los que había en 2015.

En tanto, el incremento de la pobreza entre los más chicos fue de 15 puntos solo en los últimos dos años.

La situación se potencia cuando se tiene en cuenta que entre la población activa considerada como trabajadora «marginal» la pobreza alcanza el 66,4%. Entre los «obreros integrados» el índice es de 51,8%.

Desocupación

Otro ítem paradigmático de estos cuatro años de Cambiemos en el poder es la forma en que escaló la cifra de gente sin trabajo. Desde que asumió y hasta hoy, el número de desocupados pasó del 6% de fines de 2015 (según los números del Indec intervenido de aquellos años) al 10,6 por ciento en el segundo trimestre de 2019 (según datos de un Indec que no registra cuestionamientos a sus cifras).

Con estos números la desocupación hoy afecta a más de 2 millones de personas.

Las justificaciones que surgen desde la Casa Rosada indican que el resultado de las dos cifras de gente sin trabajo es el crecimiento de 1,3% en la fuerza laboral y de sólo 0,7% en la demanda de empleo neto.

En el último año la suba fue de 1 punto porcentual.

Infonews


Macri: «Los resultados no llegaron a tiempo»

Por Werner Pertot

A puro autoelogio, con una mezcla de discurso presidencial y spot de campaña, Mauricio Macri hizo su balance de gestión en cadena nacional. Fue la primera vez que la usó fuera de los actos institucionales. «No me voy satisfecho de cuál fue el resultado de la lucha contra la inflación», fue una de las frases que le regaló a los televidentes. Sostuvo que seguirá siendo una «alternativa sana de poder» a Alberto Fernández. Y se esforzó por demostrar que le deja un mejor país al próximo gobierno, pese a la crisis económica y los números de la pobreza, la indigencia y la desocupación, por los que volvió a culpar a las PASO y a cómo votaron los argentinos.

Macri no había utilizado hasta ahora la cadena nacional por fuera de las fechas obligatorias (las aperturas de sesiones). En el decreto en el que dispuso la cadena nacional, se deshizo en explicaciones de por qué recurría a esta herramienta. Sostuvo que «el Poder Ejecutivo Nacional, previo a la finalización del mandato presidencial establecido en el artículo 90 de la Constitución Nacional, deberá informar a la ciudadanía sobre el estado de la Nación resultante de los cuatro años de gestión». De esta manera buscó camuflar una decisión política -la de hablarle a la población del país que deja- como una suerte de obligación institucional. «La rendición de cuentas a la ciudadanía es uno de los principios fundamentales sobre los que se asienta el sistema representativo y republicano que adopta nuestra Nación como forma de gobierno», proclamó en el decreto, a toda pompa. El secretario de Medio Ambiente, Sergio Bergman, fue más sincero: «Servirá para que no se nos ponga en el lugar que no se hizo nada. No con el concepto del éxito sino con la virtud de la transparencia de cómo llegamos y cómo nos vamos».

La cadena nacional, que salió grabada, comenzó puntual a las ocho de la noche. Macri se presentó de traje y corbata, mirando a los ojos a los televidentes, con la bandera argentina a un costado. Pero rápidamente pasó a parecerse a los spots que lanzó en la campaña Juntos por el Cambio, con planos aéreos de obras, mezclados con gráficos de barras que se esforzaban por mostrar cómo mejoró su gobierno el país. El discurso se dividió en seis ejes, que fueron marcados con gráficas que anunciaban el comienzo de otro bloque. Fueron: Infraestructura y Energía, Cultura del poder y calidad, Desarrollo Humano, Economía, Relación con el mundo y Seguridad y narcotráfico. Eludió incluir un eje sobre la pobreza, una gran ausente en el balance presidencial.

Muy editado

El video tuvo también frases de Macri destacadas en un texto, como si se tratara de un Powerpoint, y también un audio que pegaba saltos de plano, reforzado la idea de un discurso muy editado. «Por única vez en estos cuatro años voy a usar la cadena nacional. Muchas personas me pidieron que hiciera una cadena para hablar de cómo recibí el país. Me parece más constructivo hacerlo ahora», argumentó Macri.

«Hubo avances. Hemos valorado las instituciones. Nuestra Justicia es más independiente. Nuestra prensa es más libre. Nos integramos al mundo. Y combatimos el narcotráfico», enumeró el presidente. También destacó como un logro de gestión llegar al final de su mandato: «Es la primera vez en cien años que un gobierno no peronista está terminando su mandato». «Los resultados de las reformas económicas no llegaron a tiempo», fue su interpretación de lo ocurrido. Y pasó a enumerar «logros».

«Recibimos un país sin energía y con una infraestructura vieja. Todos esos problemas están arreglados», aseguró Macri, con suficiencia. «En 2015 pagaban el 15 por ciento del costo de su factura y hoy pagan alrededor del 80 por ciento», mencionó entre los logros. Luego de prometer un verano sin cortes de luz como antes prometía eliminar el impuesto a las ganancias, destacó que la baja de importación de energía «es un ahorro que el próximo gobierno va a poder aprovechar». «Dejamos 700 kilómetros de autopista», aseguró, aunque lo desmientan los informes de Vialidad Nacional.

«Todo esto lo hicimos con transparencia y sin corrupción, después de una década de corrupción, sobreprecios y obras que nunca se terminaban», aseguró Macri, que evitó hablar de la causa que se instruye por el pago de millones de dólares a empresas de peajes en las que tuvo participación el Grupo Macri.

El siguiente eje fue el de «Cultura de poder y Calidad democrática». «Me enorgullece que hoy podamos ser más tolerantes», aseguró el presidente, un día después de calificar de «traidores» a los diputados que abandonaron su espacio. «Vivimos cuatro años de libertad de expresión, sin guerra contra el periodismo», destacó, a pesar de los empresarios de medios que denuncian que fueron a prisión para presionarlos para que vendieran sus canales o los más de 3000 periodistas que perdieron su trabajo.

«Estoy orgulloso de las mejoras que hicimos en la Justicia», remarcó Macri, días después de que el relator de la ONU para la independencia del Poder Judicial advirtiera sobre serios ataques a la independencia del Poder Judicial. «Los argentinos sufrimos las consecuencias sobre la corrupción. Dejamos un Estado donde es más difícil robar la plata. Siempre habrá pillos y ladrones, pero el Estado tiene que poder atraparlos», sostuvo. Quizás se lo comunique a la secretaria de Lucha contra la Corrupción, Laura Alonso, que hace días debió ir a indagatoria por el presunto encubrimiento del ex ministro de Energía, Juan José Aranguren. «Los ciudadanos ya no se sienten cadetes del Estado», advirtió Macri. Presumiblemente no se refería a la causa del Correo, donde se investiga a Oscar Aguad por el intento de evitar que el Grupo Macri pagara miles de millones de pesos que le sigue debiendo al Estado.

«Recibimos un INDEC que manipulaba la información. Me aseguré de que el mandato siguiente tenga un INDEC creíble y profesional», aseguró Macri, quien en el siguiente eje afirmó que hay más niños con cobertura de AUH. También se animó a hablar de los jubilados, a los que les recortó los aumentos en 2017 y dejó a su suerte este año. A las políticas de género le dedicó unos pocos minutos, sin dar detalles. No mencionó la derogación del protocolo ILE, que forzó la renuncia de su secretario de Salud.

Es la economía, Macri

El segmento sobre economía es el que requirió las mayores contorsiones del presidente. «Quiero explicarles qué intentamos hacer y por qué estoy convencido que hoy estamos más preparados para crecer que hace cuatro años», arguyó. «Nos pusimos a nosotros mismos en una situación demasiado difícil», aseguró Macri, que sostuvo que este año la crisis se estaba terminando y culpó nuevamente a los votantes por la crisis de 2019. «Vinieron los resultados de las PASO. Ese miedo al futuro nos hicieron retroceder varios casilleros», insistió trasladando la responsabilidad a los otros.

«Se habló mucho en estos años sobre el crecimiento de la deuda pública y de cómo es un problema para el próximo gobierno. Ahora debemos más, es cierto», admitió Macri, pero luego argumentó que el porcentaje del PBI que representa la deuda «no es un nivel preocupante para un país como el nuestro». «Otra confusión es qué hicimos con la plata que nos dio el Fondo», dijo. «El próximo gobierno no va a estar obligado a sincerar un dólar ficticio», sostuvo. «Es cierto que tuvimos una inflación más alta, pero ordenamos las bases de nuestra economía», fue su excusa. «Alguno de ustedes puede preguntarse ¿qué me importa todo esto si mi salario no mejora? Es cierto. Pero son condiciones para crecer. Lamento no haber podido ofrecer mejores resultados. Nos chocamos contra la misma piedra: el dólar», fue su explicación.

Macri también sostuvo que defendió los derechos humanos en Venezuela «como hicimos en las últimas semanas», pese a que no condenó el golpe en Bolivia, sino todo lo contrario. «Jamás haría algo para entorpecer el trabajo del gobierno entrante. Hoy hay una alternativa sana de poder en la Argentina», afirmó. Quizás fue el punto al que quería llegar: plantarse como el principal opositor a Alberto Fernández hacia 2021.

Página|12


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