María Teresa Rivera, primer caso de asilo en el mundo por aborto: «El Salvador protege al violador y encarcela a las víctimas»

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Por Rafael J. Álvarez

En 2011, sufrió un aborto espontáneo y la Justicia la condenó a 40 años de prisión. Pasó cinco años en la cárcel, su caso fue revisado y Suecia accedió a refugiarla. Hoy, respaldada en España por Amnistía Internacional, denuncia la vulneración de los derechos humanos en su país

¿Qué pasó aquel 24 de noviembre de 2011?

De madrugada siento un dolor extraño. Voy al baño, que era una fosa oscura, y siento que algo cae rápido. Y cuando me levanto estoy llena de sangre. Me desmayo y despierto en el hospital esposada a una camilla. Los doctores y los policías me decían: «Eres una asesina, mataste a tu hijo». Yo no sabía que estaba embarazada. Nadie me creía. A las dos de la tarde me dan el alta y me llevan a la cárcel preventiva.

¿En qué situación estuvo allí?

No me daban fármacos, ni ropa… Los policías me decían: «Te vamos a matar como mataste a tu hijo». En la primera audiencia, el juez preguntó: «¿Con qué cortaste el cordón umbilical?». La abogada no habló y le dije al juez que analizaran si yo había tomado algo o me había introducido algo. Pero no lo hicieron. Me enviaron a la cárcel de mujeres a esperar el juicio. Allí estuve ocho meses.

Y llegó el juicio…

Sí. En menos de 10 minutos me condenaron a 40 años. Pensé: «Cuando salga, mi hijo tendrá 46 años». Eso era lo que me deprimía.

¿De qué fue acusada?

De homicidio agravado. Al principio, de aborto. Pero cambian el delito y lo convierten en homicidio agravado. Por eso, la Fiscalía dice que no hay mujeres encarceladas por aborto, sino por matar a sus hijos.

¿En qué condiciones estaban las mujeres que conoció en la cárcel?

No hay agua. Está sobrepoblada; éramos 250 en un espacio para 100. Dormíamos de lado, en el suelo. Hay tanta violación de derechos allí… Los funcionarios se llevaban las pocas cosas que nos traía la familia. Nos metían mano en nuestras partes íntimas para registrarnos…

¿Por qué pudo salir a los cuatro años y medio?

Porque se revisó la sentencia. Se comprobó que yo no había matado a mi hijo. Me dieron la libertad y el juez dijo que el Estado debía indemnizarme. Pero el Estado no me pagó, lo que hizo fue perseguirme.

¿Y cómo la persiguió?

A los 10 días, la Fiscalía apeló. Mi libertad estaba en riesgo. Es lo que le pasa hoy a Evelyn Hernández [absuelta en agosto tras 33 meses de cárcel por dar a luz a un bebé muerto por una violación]. Sufrí discriminación social y laboral. Iba a buscar trabajo, me decían que no había plaza, pero el rótulo decía que sí. Iba al mercado y decían: «Mira, la asesina». Oía los gritos. Estaba marcada.

¿Cómo salió de El Salvador?

Tres ONG suecas me invitaron a un seminario. Llegué a Suecia y fue la primera vez que me sentí escuchada, protegida, libre. Aunque no lo seré totalmente hasta que las mujeres lo sean. En El Salvador, Latinoamérica o África. Hay tanta violación de derechos sexuales y reproductivos…

¿En qué se basó Suecia para concederle el asilo?

En que es una tortura encarcelar durante 40 años a una mujer por ser mujer. Y por pobre.

¿Cómo se presiona hoy en El Salvador a una mujer que aborta?

El Estado ha olvidado a las mujeres. A las pobres. Las ricas pagan sus médicos privados.

¿Qué hace una mujer que queda embarazada de su violador?

La obligan a tener el hijo. Maira, que pasó 15 años en prisión, Evelyn, Alba… Fueron violadas, quedaron embarazadas, perdieron a sus hijos, estaban en la cárcel y su violador era libre. Mi país protege al violador y encarcela a las víctimas. Me violaron con 8 años. Si hubiera quedado embarazada, ¿qué habría hecho?

¿Qué hace allí una mujer si el embarazo hace peligrar su vida?

Morir. Ya ha pasado.

Se habla de aborto espontáneo, donde no hubo voluntad por parte de la mujer. Pero el aborto es un derecho. ¿Usted lo cree?

Sí. A nadie se le puede obligar a tener a su hijo si no quiere. Vemos cuántas niñas de 10 a 14 años son víctimas de violencia sexual y están embarazadas y el Estado las está torturando al obligarlas. Si yo hubiera podido hacer algo por mi hijo lo hubiera hecho, pero no puedo obligar a nadie. Es su vida.

En su camiseta pone: ‘Libertad para las 17 y más’. ¿Qué significa?

Pedimos el indulto de 17 mujeres presas por abortar. Algunas salieron, pero llegan más. Ahora hay 16.

¿Quién está detrás de la prohibición del aborto?

La religión y el machismo. El hombre quiere decidir por el cuerpo de la mujer. Los derechos sexuales son derechos humanos y no hay una ley que los proteja. En El Salvador, vale más la vida de un hombre que la de una mujer.

Si volviera, ¿qué le pasaría?

Correría riesgo. No por el delito que dicen que cometí, sino por haber denunciado. Puedo ir a la cárcel o me pueden hacer desaparecer.

El Mundo


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