Maduro, Díaz Canel y Raúl Castro cierran encuentro antiimperialista contra el neoliberalismo
Con todos los delegados y delegadas de pie, puño en alto, agitando un mar de banderas de los distintos países asistentes y cantando con fervor “el pueblo unido, jamás será vencido”, se clausuró en la tarde del domingo el tercer Encuentro Antiimperialista de Solidaridad, por la Democracia y contra el Neoliberalismo, que durante tres días deliberó en La Habana, Cuba. No era para menos el entusiasmo ya que la gran sorpresa de este domingo fue que en la mesa que presidió el evento se sentaron el primer secretario del Partido Comunista, comandante Raúl Castro, el presidente Miguel Díaz Canel y el presidente de Venezuela Bolivariana, rompió el aplausómetro apenas apareció en escena. Junto a ellos también estaban el ex presidente de El Salvador, Sánchez Cerén y la secretaria Ejecutiva del Foro de Sao Paulo, Mónica Valente.
Previamente, durante la mañana se habían leído los resúmenes de todas las comisiones que deliberaron el sábado y cuyos contenidos nutrieron el plan de acción y documento final del Encuentro. Este recoge la necesidad de aumentar la solidaridad con Cuba en momentos en que el bloqueo agudiza las dificultades económicas, pero también enfatiza el apoyo a otros procesos que en el continente están desarrollando luchas anticapitalistas y como consecuencia de ellos también sufren ataques buscando desestabilizarlos. La rebelión del pueblo chileno y la batalla que está librando el presidente Evo Morales figuran, junto a Venezuela como prioridades de la atención de los movimientos y partidos de izquierda que reunieron 1350 delegados de 86 países.
La libertad de Lula es un capítulo especial de la declaración, así como la devolución de la base naval de Guantánamo que Estados Unidos usurpa desde hace décadas.
Se resalta el levantamiento popular del pueblo chileno contra las medidas neoliberales, la defensa de las Malvinas argentinas, garantías a la vida de todos los excombatientes colombianos acogidos en el Acuerdo de paz. Asimismo, se repudia la actitud fascista del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, así como la exigencia al Gobierno colombiano la implementación integral de los acuerdos con las FARC y la retoma del diálogo de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
El documento habla también del apoyo a Argentina en el tema de la soberanía sobre las Islas Malvinas, además de mostrar como muy positivo el triunfo del Frente de Todos en este país.
En un aparte del texto final se expresa: «Se abren tiempos de esperanza, la unidad es un deber, la movilización un grito de orden, la organización popular una tarea inminente y la integración una estrategia que nos llevará a la victoria (…) nos comprometemos hacer nuestra la solidaridad con Cuba, movilizándonos en acciones permanentes, continúas y sistemáticas contra la escalada agresiva del imperialista”.
Con aplausos y ovaciones fueron recibidas las menciones de las luchas del pueblo haitiano, las de Puerto Rico por su independencia, y las que desarrollan desde hace años palestinos y saharauis.
Maduro, “al Yanqui dale duro”
Luego, vino el momento más esperado: escuchar a los dos líderes fundamentales de la América Latina rebelde. Primero le tocó el turno a Nicolás Maduro, al que la nutrida delegación llegada desde Venezuela recibió con la consigna de “traidores nunca, leales siempre” y el resto de los presentes agregó: “Maduro, Maduro, al yanqui dale duro”.
«La Declaración final de este encuentro -señaló Maduro- recoge el entusiasmo de este momento histórico, la esperanza que se ha levantado y la fuerza que representamos constituyendo un alternativa al capitalismo salvaje, a la dominación imperialista, al neoliberalismo». Apuntó, entre aclamaciones de las delegaciones presentes que: «Es la respuesta que vamos dando. Fidel está presente, en la inteligencia, en la fuerza, en el espíritu de este encuentro para buscar respuesta al modelo neoliberal», comentó. Recordó el esfuerzo de Fidel por despertar el mundo, por iluminar el mundo, cuando quería imponerse el modelo del pensamiento único a través de la deuda externa. Fue Cuba la que convocó a desentrañar los mecanismos financieros que ya se gestaban en diversas partes del planeta.
Recordó que Chávez le decía que los pueblos tienen en su gen un patrimonio histórico, y solo falta un momento histórico para que renazca esa fuerza. Dijo que la Revolución Bolivariana surgió como una respuesta temprana al pensamiento único, para demostrar progresivamente que otro mundo sí es posible, un modelo alternativo que demuestra que sí se puede distribuir las riquezas para el bien de todos.
Comentó sobre las luchas actuales del pueblo chileno frente al Gobierno de Sebastián Piñera. Señaló que «Chile ha despertado una Revolución social, es muy emocionante que el pueblo de Chile quiera cambiar la Constitución de Pinochet. Han resucitado los mártires, los héroes, el canto que lleva el joven chileno es el de Víctor Jara».
A pesar de tanta manipulación mundial, «nosotros estamos de pie, gracias al voto del pueblo, gracias a una fuerza revolucionaria consciente», expresó Maduro y aseguró una nueva victoria en la Asamblea Nacional el próximo año.
América Latina vivió un momento de esplendor, que empezó a a retroceder con el golpe de Estado a Zelaya, a Lugo, a Dilma, y después contra el propio Lula, que se hizo para impedirle ganar las elecciones. La pérdida de Argentina hace cuatro años, la muerte de Chávez, el acoso, la conspiración y el acoso, le bloqueo contra Cuba fueron golpes que fuimos recibiendo. Pero después de todo eso, hoy, a finales de 2019, podemos a decir que empieza a reconfigurarse una nueva situación geopolítica y a levantarse una nueva ola antioneoliberal.
Habló de tres frentes que se abren, como el del Alba, el de las fuerzas progesistas y el de los movimientos sociales y de izquierda. Los pueblos tienen derecho a la rebelión y a la búsqueda de alternativas, dijo , y concluyó con un llamado a la unidad para vencer la ofensiva capitalista neoliberal.
Díaz Canel llamó a derrotar la mentira imperialista
Enseguida habló Díaz Canel, a quien le tocó cerrar el Encuentro. El mandatario cubano instó a Gobiernos y movimientos alternativos de la región a luchar contra el aparato cultural imperialista, el cual pretende destruir la idiosincrasia de los pueblos.
Consignó luego que el principal enemigo a derrotar es la mentira imperialista, la cual pretende condenar y sancionar a los pueblos que apuestan por un modelo diferente al capitalismo salvaje.
“Acabamos de regresar de un largo e intenso viaje por países europeos, que incluyó la visita a Azerbaiyán para asistir a la XVIII Cumbre de Países No Alineados. Esta organización que se había debilitado al término de la Guerra Fría, ha vuelto a retomar el espíritu de Bandung. Los moviliza el curso dramático de los acontecimientos y la crisis del multilateralismo que hoy está poniendo en riesgo el sistema de Naciones Unidas”.
El mandatario aseguró que allí Cuba llevó un discurso enérgico de denuncia y condena a esa crisis que amenaza a todos los países, especialmente a los de menor desarrollo.“Denunciamos a los responsables de esa situación y dijimos: ‘Jamás se mintió tanto, con mayor desfachatez y más terrible costo para la inmensa mayoría de la Humanidad, en función de los intereses de una minoría que ha llevado sus lujos a excesos alucinantes’”.
Según el presidente cubano, a nivel global se advierte gran preocupación por los retrocesos en ámbitos importantes como la paz, autodeterminación y soberanía de las naciones, el medio ambiente y enfrentamiento al cambio climático, los derechos humanos, la justicia social y búsqueda de la equidad económica.
“En nuestra área geográfica en particular, la preocupación no es menor. América Latina y el Caribe sufren el retorno de la Doctrina Monroe y las peores prácticas del macartismo. Sobre los postulados de ambas políticas imperialistas descansa la secuencia descontrolada de acciones injerencistas que la administración estadounidense ha desatado desde su llegada al poder.
“Trump y su corte de viejos halcones arremeten contra la Revolución cubana, la Revolución Bolivariana, el Foro de Sao Paulo,, el sandinismo, los liderazgos políticos de izquierda brasileña, boliviana, argentina y movimientos sociales, populares, progresistas de toda la región”.
Sobre la OEA dijo: “Sus ‘preocupaciones’ no llegan a las profundidades del enojo de los pueblos que se levantan contra el neoliberalismo y reciben balines, gases y plomo por protestar pacíficamente”.
El dirigente cubano insistió en que es muy importante distinguir en esta guerra que se nos hace, el curso de su complemento mediático.
«A la vanguardia de las políticas imperiales, avanza siempre los tanques de la ofensiva cultural y simbólica, que está orientada a legitimar las injusticias del sistema capitalista y descalificar alternativas de izquierda y destruir nuestra identidad cultural», Indicó el jefe de Estado.
«Hablan de socialismo, sin la menor idea de lo que significa y decretan el fin de cualquier programa político que se proponga superar la injusticia imperante, como si en sus manos estuviera la historia (…) la historia sólo puede cambiarla los pueblos», indicó el presidente Díaz-Canel.
«Ser solidarios es saldar nuestra deuda con la humanidad. Por ser solidario y coherente con la historia de luchas y sacrificios, por ser hermana de los pueblos que resisten, a Cuba se le condena y sanciona sin límites», afirmó Díaz-Canel.
Finalmente, agradeció los gestos solidarios de movimientos populares a la isla, «los años han demostrado que Cuba cuenta con el apoyo de los pueblos que luchan por la justicia», agregó.
Aplaudido con emoción por todo el auditorio, Díaz Canel dejó paso a dos excelentes repentistas cubanos que entonaron en un mano a mano inolvidable estrofas que hablan de las maldades del imperialismo y lo contundente de las batallas que libra el pueblo.
Finalizando el acto, estos tres líderes imprescindibles se acercaron a la multitud a saludar agradecidos por tanta fraternidad demostrada hacia Cuba y Venezuela, en las tres jornadas que duró el Encuentro. Maduro, Díaz Canel y Raúl se reunieron en tres abrazos que sellaban de esta manera la necesidad de sumar por abajo todas las luchas como en el documento y en los discursos se había planteado con mucho énfasis.