Alberto Fernández a Trump por Bolivia: «EEUU retrocedió décadas y volvió a las peores épocas de los 70»

822

lberto Fernández provocó este martes un primer roce en el proceso de recomposición de las relaciones con Estados Unidos. Las críticas del presidente electo contra la administración de Donald Trump por su actitud frente a la caída de Evo Morales, en Bolivia, puso entre signos de interrogación los intentos de dar vuelta la página y dejar atrás las tensiones entre el kirchnerismo y Washington.

«Ayer, Estados Unidos retrocedió décadas. Volvió a las peores épocas de los años 70, avalando intervenciones militares contra gobiernos populares elegidos democráticamente», dijo Fernández en diálogo con Radio 10. Respondió, así, al comunicado de anteayer de la Casa Blanca, en el que EE.UU. afirmó que la renuncia de Morales «preserva la democracia».

En lo que fue una reacción sorpresiva que contrastó con los intentos de mostrar sintonía en los contactos más recientes entre el Frente de Todos y la administración republicana, el entorno del presidente electo explicó que los planes de construir un buen vínculo bilateral a partir del 10 de diciembre sigue en pie, pero advirtieron que el futuro presidente no desviará la mirada cuando haya actitudes como las de anteayer, aunque pueda generar rispideces. A puertas cerradas, en el espacio aseguraron que la postura de la Casa Blanca fue incomprensible y reiteraron que esa posición es de otros tiempos históricos y que está «lejos de lo que haría cualquier jurista o demócrata».

Pese a los cuestionamientos, el presidente electo reiteró que no busca confrontar con Trump. «Quiero tener la mejor relación con Estados Unidos y eso supone poder decirnos las cosas francamente. Lo que ha pasado no está bien. Ha sido lisa y llanamente un golpe de Estado. No se puede disfrazar de otra cosa», manifestó en la radio.

Por eso, antes de salir a criticar públicamente, Fernández se comunicó con el Departamento de Estado, para transmitirles que el comunicado había sido «muy poco feliz».

Los dichos radiales de Fernández no fueron conversados previamente en la mesa chica del presidente electo, donde mantienen la idea de sostener una relación «de respeto» con Estados Unidos. «[Fernández] no va a pedir permiso para salir a hablar», dijeron. Este martes el mandatario electo argentino se reunió con Juan Notaro, titular de Fonplata Banco de Desarrollo, con quien analizó la cartera de créditos de este organismo financiero multilateral, conformado por la Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay.

Hasta ahora hubo señales claras en el camino hacia la distensión del vínculo entre el kirchnerismo y EE.UU. El más importante fue la comunicación telefónica entre Trump y Fernández, el 1º de noviembre. En esa charla, el mandatario felicitó al presidente electo y le auguró que hará «un trabajo fantástico». Además, le transmitió un gesto amigable al contarle que había «instruido» al equipo del Fondo Monetario Internacional para trabajar con él. Fernández, en tanto, le manifestó su voluntad de construir «una relación madura y cordial» entre ambos países.

Menos de una semana después, en México, Fernández se reunió con Mauricio Claver-Carone, el asesor de Trump para asuntos de la región. El director de Asuntos del Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional representa la visión más dura de los republicanos, que exige más presión económica a Venezuela para forzar la salida de Nicolás Maduro. Fernández no comparte la idea y prefiere mantenerse en una postura neutra, como México.

La Nación


Macri sobre Bolivia: «Esperamos que rápidamente puedan convocar elecciones»

El presidente Mauricio Macri le dedicó por primera vez más de un minuto a hablar de Bolivia. Nuevamente, evitó hablar de un golpe de Estado. Dos días después de concretada la salida de Evo Morales, que debió exiliarse en México ante el riesgo para su vida, el mandatario argentino sostuvo que condena «la violencia», en abstracto. “Quiero dejar en claro que repudiamos la violencia de cualquier tipo y bajo cualquier circunstancia”, fue la forma en la que Macri optó por referirse a lo que está ocurriendo en Bolivia. Su canciller, Jorge Faurie, siguió diciendo que las Fuerzas Armadas le «sugirieron» a Morales que dejara la Presidencia. Lo contradijo su antecesora, Susana Malcorra, quien advirtió que se trata «de un golpe de Estado, no es una cuestión debatible».

Mientras su sucesor, Alberto Fernández, se mostraba hiperactivo para asistir a Evo Morales, Macri no mostró ni interés por hablar del tema, algo que delegó en su canciller. Lo abordaron ingresando a la Casa Rosada y contestó, al pasar, que estaba «preocupado, como todos». Finalmente, en un acto en el Museo de Casa Rosada, debió encarar algún tipo de discurso sobre el exilio forzoso de Evo Morales. «Quiero dejar claro que repudiamos la violencia de cualquier tipo y bajo cualquier circunstancia. Nosotros creemos en el diálogo como único método de salida de cualquier crisis que pueda tener una Nación», aseguró Macri sin hacer referencia a la renuncia forzada de Morales ni tampoco a su exilio.

«Entendemos que las elecciones son la mejor manera de trasparentar la voluntad del pueblo boliviano y que sus mecanismos previstos en la Constitución son los que van a permitir resolver esta cuestión», aseguró Macri, quien muchas veces habló de Venezuela como una dictadura, pero aquí no dijo nada sobre los ataques a funcionarios, que debieron asilarse en embajadas extranjeras.

De esta manera, Macri se alineó con Estados Unidos: «Como establece la Carta democrática Interamericana de la OEA, cuyos principios reafirmamos, la celebración de elecciones libres y justas son esenciales para la democracia. Por eso vamos a trabajar siempre para una región en paz con instituciones fuertes e independientes que renuncien a la violencia y consoliden la unidad de los pueblos”.

«Estamos siguiendo de cerca el tema y esperamos que rápidamente puedan convocar elecciones”, concluyó Macri. Sus frases, de todas formas, no fueron incluidas en el comunicado que mandó luego la Presidencia, y en el que se dedicó a autoelogiar su gestión en materia institucional.

El canciller Jorge Faurie volvió a negar que exista un golpe de Estado en Bolivia y dijo que se trata de “una grave crisis institucional”. Según el ministro, las Fuerzas Armadas sólo le “sugirieron” que renuncie, pero no existió “una interacción”. También imaginó que la policía se acuarteló «para no reprimir» y que «las Fuerzas Armadas se declararon prescindentes». No explicó por qué policías y militares salieron a cazar seguidores de Morales apenas fue derrocado.

Su antecesora en la Cancillería, Susana Malcorra , lo contradijo en todos los puntos. «Hay tres elementos objetivos que hay que evaluar. Primero, que se haya interrumpido el mandato de un presidente democráticamente electo. El procedimiento por el que se interrumpió no es el establecido constitucionalmente, es decir, a través del Congreso», analizó la ex canciller de Macri. «Eso no fue así. Él renunció ante una sugerencia por parte de las Fuerzas Armadas, que tuvieron un rol importante en ese desenlace». Cuando uno puede decir estas tres cosas, sí se puede considerar esto un golpe de Estado», remarcó. «Que esto se diera en un contexto muy complejo donde hay cuestiones que se pueden poner sobre la mesa como motores que llevaron a la expresión de la gente en las calles, no quita que uno objetivamente tenga que hablar de golpe de Estado y así lo considero», definió Malcorra.

De esta forma, la ex canciller se sumó a los sectores del oficialismo que se desmarcaron de Macri, tal como hicieron la UCR, la Coalición Cívica y hasta algunos dirigentes cercanos al Presidente, como Fabián Rodríguez Simón. Macri no acusó el golpe y, fiel a sí mismo, continuó en su estrategia de eludir hablar de golpe de Estado.

Página 12


Malcorra criticó la postura del gobierno: “Hubo un golpe, no es una cuestión debatible”

La ex canciller Susana Malcorra habló este martes sobre lo ocurrido en Bolivia y enfatizo en que dadas las condiciones, en Bolivia hubo un golpe de Estado y cuestionó al Gobierno y los medios hegemónicos: “La región supo decirle Nunca Más a los golpes, me parece peligroso que ahora se pongan consideraciones en torno al golpe en Bolivia».

«Acá hubo un golpe de Estado, no es una cuestión debatible, es un golpe de Estado liso y llano», en diálogo con el programa de radio Crónica Anunciada ( FM Futurock) y agregó: “A Bolivia se le podría aplicar la cláusula democrática en la OEA y en el Mercosur».

«No sé porqué Macri y Faurie no llamaron golpe de Estado a lo que pasó en Bolivia. Hay una lectura ideológica por parte del gobierno argentino y eso es muy peligroso, hay que ser cuidadoso en este sentido».

«Hay tres elementos objetivos para evaluar que esto es así o no. Primero, ha sido interrumpido el mandato de un presidente democráticamente electo. La respuesta a eso es obviamente es sí. El procedimiento no fue el constitucional, a través del Parlamento, renunció ante una sugerencia de las Fuerzas Armadas. Y la tercera es que efectivamente las Fuerzas Armadas tuvieron un rol importante en ese desenlace. Desde mi evaluación sí se puede considerar a esto un golpe de Estado», explicó.

«La diplomacia es muy criticada en muchas cosas, pero debe mantener un compás de reglas para no perder relaciones internacionales. No comparto lo que se ha manifestado”, cerró.

Tiempo Argentino

Más notas sobre el tema