Presiones a la Corte: ningún expresidente mexicano se salva – Por Gerardo Villagrán del Corral

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Por Gerardo Villagrán del Corral *La inopinada renuncia de Eduardo Medina Mora como ministro de la Suprema Corte reavivó la historia de los diferendos de los cuatro antecesores de Andrés Manuel López Obrador en la presidencia de México –Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto– con los representantes del Poder Judicial.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ha sido objeto de la avidez presidencial. Durante el último cuarto de siglo, cuando se inició la actual etapa del máximo tribunal, ningún gobierno ha sido ajeno a su pretensión de influir en las decisiones de los jueces constitucionales, en especial cuando se ha tratado de asuntos del interés del presidente.

La bancada en el Senado de Morena, partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, anunció una reforma integral y profunda al Poder Judicial que combata viejos vicios como el nepotismo y la corrupción de los juzgadores, y en la que se tomará en cuenta la opinión de la Suprema Corte y otros organismos responsables de la impartición de justicia.

Ricardo Monreal, coordinador de la acción, ya había denunciado anteriormentelos salarios millonarios que perciben, así como el nepotismo que impera, ya que tanto jueces como magistrados colocan en cargos en tribunales y juzgados a familiares y amigos, además de sus conflictos de interés y las sentencias a modo.

Ahora, la terca realidad se ha impuesto y no podemos evadir un reclamo social, por lo que se avanza en una reforma de gran calado en materia de procuración y administración de justicia, que tiene que iniciarse este año, dijo el senador, quien añadió que se trata de una reforma estructural en el Poder Judicial y de modificación normativa en el interior del Consejo de la Judicatura, del Tribunal y de la Fiscalía.

Sugerencias, presiones, chantajes, peticiones o propuestas de intercambio han marcado las relaciones entre el Ejecutivo y el Poder Judicial de la Federación (PJF).El ministro en retiro de la Suprema Corte, Genaro Góngora Pimentel, máximo representante de ese poder en el gobierno de Ernesto Zedillo, no fue ajeno a las pretensiones del entonces presidente. Señala un informe especial de la revista Proceso.

Góngora las conoció directamente, pero también a través de otros presidentes de la Corte, quienes al tiempo de estar al frente del tribunal constitucional presiden el Consejo de la Judicatura Federal (CJF), órgano de control y vigilancia de los jueces federales y magistrados que se ha convertido en un ente que ha despertado el interés de la Presidencia y su consejería jurídica desde la actual conformación del PJF, definida durante el gobierno de Zedillo.

Así ocurrió con el propio Zedillo, y con Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto cuando estuvieron en Los Pinos. Según el actual presidente de la SCJN, Arturo Zaldívar, esto no ha ocurrido durante la gestión de Andrés Manuel López Obrador.

Zaldívar abrió el tema de las presiones del Ejecutivo a la SCJN la semana pasada, cuando confirmó públicamente las que sufrió, directamente, por parte del gobierno de Calderón por dos proyectos: uno relacionado con las responsabilidades de altos funcionarios federales por el incendio en la guardería ABC; el otro, cuando Zaldívar se posicionó a favor de otorgar un amparo “liso y llano” a la ciudadana francesa Florence Cassez.

* Antropólogo y economista mexicano, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)


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