Los muertos y heridos de octubre de 2003 – Cambio, Bolivia

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Un día como hoy, 8 de octubre pero de 2003, comenzaba el paro cívico con bloqueo de calles en la ciudad de El Alto bajo la consigna de “gas para los bolivianos” y “Asamblea Constituyente”. La sublevación popular intentó ser acallada con balas durante la gestión de Gonzalo Sánchez y Carlos de Mesa.

Ese 8 de octubre se registró el primer día del paro cívico movilizado con bloqueo de calles, determinado por la Federación de Juntas Vecinales (Fejuve), con el apoyo de la Central Obrera Regional (COR) y la Federación de Gremiales. Esa medida se cumplió ese día en un 95%, según el texto “57 muertos en Masacre del 9 al 13 de octubre”, de Édgar Ramos Andrade.

Esa jornada, los vehículos de servicio público solo circulaban de noche y de madrugada hasta las ocho de la mañana. El corte de tráfico y el cierre de mercados de abasto era evidente.

Grupos de vecinos y dirigentes gremiales recorrían todo el día los puestos de vendedores en el sector comercial de la Ceja para evitar que esos negocios trabajen. Se produjeron amagues de enfrentamiento y algunos comerciantes colocaron alambre de púas para proteger sus propiedades.

Los principales choques se produjeron en la Ceja, donde los estudiantes de la Universidad Pública de El Alto (UPEA) y trabajadores, entre ellos mujeres de pollera, enfrentaron a la Policía que gasificaba toda la zona. Los obreros y vecinos encendieron fogatas con llantas en varias esquinas.

Dos comunarios de Amachuma (cerca de Ventilla) fueron heridos con armas de fuego: Cristina Mamani (17 años, estudiante de secundaria) y Norberto Condori (22 años, estudiante de la UPEA). Los mineros de Huanuni se acercaban a la ciudad de El Alto.

El 9 de octubre de 2003, el segundo día del paro vecinal alteño fue contundente. Excepto de madrugada y con mucho riesgo de ser apedreados, no circulaban vehículos públicos en El Alto.

En los barrios era común ver llantas quemadas, cierre del tráfico con piedras, pedazos de chatarra de coches y todo objeto que podía servir para el bloqueo. Cada zona estaba encargada de vigilar y grupos de dirigentes se instalaron en las avenidas 6 de Marzo, Tahuantinsuyo, Juan Pablo II, camino a Viacha y otras.

Los mineros comenzaron a llegar en dos grupos.

Se produjo una primera refriega con los efectivos militares que disparaban armas de guerra y ocasionaron la muerte del minero José Luis Atahuichi Ramos (42) y del trabajador y estudiante Ramiro Vargas Astilla (22), según el texto de Ramos Andrade.

La Asamblea de Derechos Humanos denunció públicamente que Vargas recibió un disparo en la cabeza por parte de un hombre que se acercó montado en bicicleta y abrió fuego a quemarropa, a muy pocos metros de la víctima.

En ese enfrentamiento se produjeron 14 heridos, muchos de ellos de bala. Los mineros de Huanuni se quedaron en Senkata (ingreso a El Alto) para curar a sus heridos.

Ese mismo día no se realizó la conocida feria 16 de Julio.

El único medio de transporte que salía de La Paz era el avión. Las flotas no podían circular y las pocas que lo hacían llegaban a La Paz apedreadas y con mucha demora.

Por la noche, el presidente Gonzalo Sánchez de Lozada emitió un breve mensaje al país en el que reiteró que no hay contrato de venta de gas a ningún país y que Bolivia no es miembro del Acuerdo de Libre Comercio para las Américas (ALCA). Casi no se refirió a las dos muertes de ese día, aunque sí remarcó que una minoría quería dividir a Bolivia.

Ese día ejercía la vicepresidencia del país Carlos de Mesa Gisbert.

Un día como hoy, 8 de octubre pero de 2003, comenzaba el paro cívico con bloqueo de calles en la ciudad de El Alto bajo la consigna de “gas para los bolivianos” y “Asamblea Constituyente”. Fue el inicio de la rebelión popular contra las políticas de Gonzalo Sánchez de Lozada y Carlos de Mesa.

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