Crisis en Haití: al menos 17 personas asesinadas y 189 heridas en dos semanas de manifestaciones

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Crisis en Haití: Al menos 17 muertos y 189 heridos en dos semanas de protestas

Al menos 17 personas han muerto y 189 han resultado heridas en las protestas que se repiten casi a diario en Haití desde el pasado 16 de septiembre, denunció este jueves la Red Nacional de Defensa de Derechos Humanos (RNDDH).

Entre los 17 fallecidos figuran dos menores de edad, según el informe elaborado por la RNDDH.

De los otros dos fallecidos, uno murió por asfixia y la otra, una estudiante, fue atropellada por un vehículo cerca de una barricada en la ciudad de Saint Marc.

La mayoría de los decesos se han registrado en el departamento del Norte, donde la ONG ha contabilizado 9 fallecidos y 46 heridos, mientras que en el departamento del Oeste, donde se ubica Puerto Príncipe, murieron tres personas y 85 resultaron heridas.

De los 189 lesionados, 117 tienen heridas de bala, incluyendo dos periodistas, el fotógrafo Chery Dieu-Nalio, de la agencia AP, al que le disparó un senador a las puertas de la Cámara alta el 23 de septiembre, y el camarógrafo Edmond Joseph Agenor, herido la semana pasada en una manifestación.

Chery Dieu-Nalio, de la agencia AP, fue trasladado a la República Dominicana para someterse este jueves a una operación para extraerle un fragmento de bala que tenía alojado en la barbilla.

Las razones de la protesta

El RNDDH señala que desde el 16 de septiembre, seis periodistas han sido atacados físicamente por individuos armados y, además, una turba atacó la casa de la madre de la periodista Liliane Pierre Paul, de la radio Kiskeya, en el barrio de Pétion-Ville de Puerto Príncipe.

El informe también recoge que cinco comisarías de Policía han sido blanco de ataques de manifestantes, cuatro de ellas el 27 de septiembre, día en el que las protestas antigubernamentales fueron más multitudinarias.

Haití vive una grave crisis política y económica, que se agravó a mediados de agosto por el desabastecimiento de combustible, lo que ha desencadenado protestas violentas que exigen la renuncia del presidente Jovenel Moise.

Las protestas mantienen el país paralizado desde el pasado 16 de septiembre, puesto que la mayoría de días las barricadas bloquean las principales avenidas y carreteras de Puerto Príncipe y de otras ciudades.

La oposición ha convocado una nueva jornada de protestas para este viernes.

El desabastecimiento de combustible también ha afectado al funcionamiento de hospitales, al suministro de agua y de otros víveres.

República Dominicana, miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, convocó para este jueves una reunión del organismo para analizar la crisis de Haití, según el canciller dominicano, Miguel Vargas.

RPP


La crisis de combustible deja sin agua Haití

«Las cosas se han deteriorado. No hay agua, el país no tiene nada y los precios solo suben», protesta el haitiano Jonel Bernier, un vendedor ambulante que se encontraba este jueves en el centro de Puerto Príncipe vendiendo jugos a unos clientes para los que cada día es más difícil encontrar agua.

El agua potable escasea desde que se desataron las virulentas protestas contra del presidente Jovenel Moise el pasado 16 de septiembre, ya que los repartidores, si consiguen diésel para sus camiones, no logran cruzar las barricadas que casi a diario congestionan las principales vías de las grandes ciudades.

En las últimas semanas también se han producido problemas de suministro de agua corriente, porque sin combustible no funcionan los motores y bombas de los sistemas de distribución, según ha reconocido la Dirección Nacional de Agua y Saneamiento (Dinepa), que ha prometido restablecer el servicio hasta el fin de semana.

Jonel Bernier, de 27 años, pero que aparenta más edad, se queja en entrevista con Efe de que debido a las manifestaciones violentas casi no ha podido salir a trabajar en las últimas semanas, por lo que tiene dificultades para sustentar a sus dos hijos.

«Las primeras víctimas de la situación somos los más pobres. Nos arriesgamos a lo peor si la situación no cambia», masculla el vendedor junto a su puesto de jugos, en la avenida Christophe, no lejos del Palacio Nacional.

Pero lo peor ahora mismo para Bernier, y para la mayoría de los haitianos, es la escasez de agua y la subida de precios que ha causado en el país más pobre de América.

«Vivo en Christ-Roi, donde el precio de la botella de agua va de 10 a 25 gourdes (10 a 25 centavos de dólar). Hay una grave crisis del agua. El pequeño galón de agua tratada se vende por 10 gourdes, pero no puedes encontrarlo para usarlo».

El agua, considerada por los haitianos como la vida, también escasea en algunas capitales provinciales, como Les Cayes (suroeste) y Saint Marc, a dos horas en automóvil hacia el noroeste de la capital.

«En Saint Marc casi no hay agua tratada para beber. El galón cuesta 50-60 gourdes (50-60 centavos de dólar). En las panaderías hay que hacer filas para conseguir pan. Las calles están llenas de basura. No ha habido electricidad durante cinco semanas», dijo Max Raymond Junior, un habitante de esa ciudad.

La crisis del combustible, que comenzó en agosto, fue el detonante de los disturbios sociopolíticos que han paralizado las actividades cotidianas de los ciudadanos y de las instituciones públicas y privadas durante al menos tres semanas.

«Los hospitales y otros servicios de emergencia funcionan con una capacidad limitada debido a la escasez de combustible, la falta de agua potable y otros elementos esenciales», afirma la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de la ONU en su informe de situación publicado este miércoles.

La creciente inseguridad, las escenas de violencia, los bloqueos de carreteras, las repetidas protestas y la escasez de combustible son el meollo de la crisis actual en Haití, donde la población sigue exigiendo la renuncia del presidente Moise, que está en el poder desde 2017.

Cada vez que empeora la crisis sociopolítica el problema del agua se agudiza y en las provincias del interior, en especial en Les Cayes, tienen muchas más dificultades, reconoció a Efe el jefe del Dinepa, Guito Edouard.

Edouard aseguró que tiene 3.000 galones de combustible disponibles para hacer funcionar los motores de las instalaciones de la ciudad de Les Cayes; la pregunta importante en este momento es cómo llevarlos allí.

«Las provincias están mucho más afectadas por esta situación», admitió el responsable.

Unicef ha puesto a su disposición un fondo que le ha permitido hacer un pedido de 18.000 galones de gasóleo y además ha recibido unos pocos miles de galones donados por el Estado.

El Dinepa anunció que el suministro de agua corriente volverá este jueves a cuatro barrios de Puerto Príncipe y espera reestablecerlo para toda la región metropolitana en el fin de semana.

Sin embargo, después de la crisis del combustible y del agua, una crisis humanitaria no parece muy lejana, según un experto en economía de Haití.

«Todas las condiciones son adecuadas para un motín de hambre muy pronto», advierte Eddy Labossière, economista y profesor de la Universidad Estatal de Haití.

ListínDiario


Haití bloqueada: sus escritores lanzan un llamado al mundo

“Elegir entre un pueblo y un presidente”: en este texto, Lyonel Trouillot y Kettly Mars (Pen Club), entre otros, exigen la dimisión del Presidente Jovenel Moïse.

Nosotros, escritores haitianos, en respuesta a una petición iniciada por el Centro Pen Haïti el 15 de junio de 2019, llamamos la atención de los ciudadanos del mundo sobre la situación haitiana. Tras la elección de Jovenel Moïse como Presidente de Haití, con una participación muy baja, inferior al 20% de los votantes potenciales, el Presidente y su partido, el PHTK, que goza de una mayoría parlamentaria abrumadora, han administrado los asuntos del país de tal manera que hoy en día todas las instancias de la vida nacional, los representantes de todas las religiones, las instituciones de defensa de los derechos humanos, los profesores universitarios, los colectivos de artistas e intelectuales, los partidos de la oposición de todas las tendencias, los sindicatos, las asociaciones empresariales, reclaman su dimisión. El Presidente es acusado de corrupción por un informe del Tribunal Superior de Cuentas.

La juventud y el pueblo haitiano en su conjunto reclaman la realización del juicio de PetroCaribe por la desaparición de más de tres mil millones de dólares. Durante más de siete meses, el Presidente y el Parlamento no han podido instalar un gobierno en las condiciones exigidas por la Constitución. Privada de todo apoyo institucional, la población recurre desde hace meses a manifestaciones a las que el Presidente sólo ha respondido con el silencio y la represión. En Puerto Príncipe y las principales ciudades de provincia se producen enfrentamientos diarios entre cientos o incluso miles de manifestantes y personas vestidas con uniformes de policía, a menudo con capucha. A los periodistas les dispararon e hirieron. Se ataca a los activistas políticos y se llevan a cabo detenciones arbitrarias. En reacción, los manifestantes se radicalizan. El lunes 30 de septiembre, la represión policial fue particularmente feroz contra los manifestantes de los barrios populares. Se ha visto a policías obligar a los ciudadanos a arrastrarse como animales, para luego meter a varios de ellos en un revoltijo en la parte trasera de una camioneta.

No hay reconciliación posible entre el pueblo haitiano y la presidencia de Jovenel Moïse/PHTK

El Presidente y el PHTK son criticados por no haber hecho más que un uso personal del poder político. A los ojos del país, representan corrupción, represión y exclusión. El presidente no puede presentarse ante la población sin ser apedreado y abucheado. Todas las actividades en el país están bloqueadas desde hace más de una semana. Nada funciona. Comercio, escuelas, hospitales, servicios públicos. Una población que ya vive en la pobreza sufre, por lo tanto, privaciones que sólo pueden conducir a una mayor radicalización. La única manera de que el presidente fugitivo permanezca en el poder es utilizar la policía nacional como arma de represión política y utilizar los recursos públicos como fuente de financiación para la represión contra la población. Sus tardíos llamados a negociar fueron rechazados por todos los sectores organizados de la vida nacional.

La demanda popular es clara: la dimisión del Presidente y lo que queda del Parlamento; el establecimiento de un gobierno de transición orientado a reducir las desigualdades, medidas inmediatas para aliviar el sufrimiento de los más pobres; la celebración de juicios contra todos los actos de corrupción cometidos por los líderes de PHTK; la celebración de una conferencia nacional (cuyos nombres varían) sobre los problemas del país y el camino a seguir para lograr la equidad republicana. Le decimos al mundo: no hay reconciliación posible entre el pueblo haitiano y la presidencia de Jovenel Moïse/PHTK. El único apoyo para este poder criticado provendría de poderosas embajadas extranjeras. Es a costa de la sangre del pueblo, la radicalización y la violencia represiva que Jovenel Moïse permanecería en el poder. Hacemos un llamamiento a los ciudadanos del mundo para que apoyen la causa haitiana. El humanismo de hoy exige una elección entre un pueblo y un presidente, entre un pueblo y sus verdugos.

Los firmantes:

Kettly Mars, Anthony Phelps, Lyonel Trouillot, Evains Wèche, Yanick Lahens, Évelyne Trouillot, Mehdi Chalmers, Gary Victor, Faubert Bolivar, Jocelyne Trouillot-Lévy, Frank Étienne, Marie-Andrée Étienne, Guy-Gérald Ménard, Jean-Robert Léonidas, Louis-Philippe Dalembert, James Noël y Joël Des Rosiers.

Haitinominustah


Statut quo dans la crise haïtienne

Les deux parties dans la crise haïtienne campent sur leur position. Dans la région métropolitaine de Port-au-Prince les activités économiques se sont intensifiées ce jeudi 3 octobre 2019. Les divers circuits de transport en commun ont fonctionné et d’intenses activités étaient constatées dans les centres commerciaux.

Toutefois les protagonistes de la crise n’ont fait que réitérer leur position.

Le gouvernement a, une fois de plus, renouvelé son appel au dialogue aux leaders de l’opposition. Le porte parole du PHTK, Roudy Herriveaux, soutient que le chef de l’état tend le rameau d’olivier à ses frères de l’opposition. Cependant il précise que le président Moïse ne capitulera pas face à ceux qui veulent à tout prix réaliser un coup d’état afin de déboucher sur une période de transition.

De leur cotés les leaders de l’Alternative Consensuelle pour la Refondation d’Haiti annoncent une importante manifestation pour ce vendredi 4 octobre 2019. Il s’agira essentiellement de répondre aux représentants de la communauté internationale qui préconisent le dialogue pour résoudre la crise.

Les dirigeants de l’opposition exigent la démission immédiate du président Jovenel Moïse et insistent sur la nécessité de respecter les principes de bonne gouvernance en Haiti.

La manifestation se dirigera vers la représentation des Nations unies sur la route de l’aéroport.

LLM / radio Métropole Haïti

Metropole Haiti


L’ONU s’inquiète et appelle au calme

L’ONU a appelé jeudi au calme en Haïti, pays secoué depuis plus d’un an par des manifestations sporadiques contre la corruption et qui s’enfonce dans la crise politique.

«Nous appelons tous les acteurs à éviter la violence, à respecter les droits humains et à permettre le fonctionnement normal des hôpitaux et des services d’urgence, ainsi que le travail des humanitaires auprès des plus vulnérables», a déclaré le porte-parole de l’ONU Stéphane Dujarric lors de son point-presse quotidien.

Une nouvelle manifestation est prévue vendredi pour réclamer une démission du chef de l’Etat haïtien Jovenel Moïse. Le président a déclaré récemment vouloir répondre «à la violence politique par le dialogue», mais ses détracteurs lui ont unanimement opposé une fin de non-recevoir.

A la suite d’une requête de la République dominicaine, qui partage avec Haïti l’île d’Hispaniola dans les Caraïbes, le Conseil de sécurité a tenu jeudi une réunion à huis clos sur la crise haïtienne.

«La situation est très inquiétante sur le terrain», commente un diplomate. «Les autorités ne sont pas à la hauteur», déplore une autre source.

Gangrené par plusieurs scandales de corruption, Haïti ne dispose que d’un gouvernement démissionnaire depuis six mois et les élections locales et législatives prévues fin octobre n’auront pas lieu, faute de vote sur la loi électorale.

Mercredi déjà, l’ONU avait mis en garde contre l’aggravation de la situation en Haïti. «Des incidents sécuritaires et des blocages de routes entravent les programmes humanitaires de l’ONU et des ONG», avec des «hôpitaux faisant face à des défis importants», avait alors noté Stéphane Dujarric.

«Si la situation actuelle persiste, des milliers de personnes soumises à une grave insécurité alimentaire pourraient être encore plus touchées, sans qu’une aide alimentaire puisse les atteindre», a averti le porte-parole, évoquant pénuries de carburant, orphelinats manquant d’eau potable et fermetures de nombreuses écoles.

Le 15 octobre, l’ONU mettra officiellement fin à sa mission de police Minujusth en Haïti, qui comptait encore récemment un millier de policiers, afin de la remplacer par une simple mission d’assistance politique.

La Minujusth était déployée depuis octobre 2017. Elle a succédé à une mission de Casques bleus (Minustah) créée en 2004 après l’éviction du président Jean-Bertrand Aristide sous la pression d’une insurrection armée et d’une révolte populaire.

Le Nouvelliste


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