Chile: continúan las marchas en todo el país y el gobierno mantiene el toque de queda
Movilización nacional no baja de intensidad: masiva concentración en Plaza Italia y regiones marcan séptima jornada de protestas
Pasadas las 11 de la mañana, un grupo de manifestantes ya comenzó a congregarse en Plaza Italia por séptimo día consecutivo mientras en diversas ciudades de regiones también se desarrollan varias marchas en apoyo a la movilización nacional
Con banderas, pancartas y de forma pacífica, las personas que protestan ya se encuentran alrededor del monumento a Manuel Baquedano en esta nueva jornada de movilizaciones que inició el viernes pasado.
En la convocatoria han tenido protagonismo los trabajadores del sector público que se mantienen en segundo día de Huelga General convocada por la Mesa de Unidad Social que conforman organizaciones sindicales, estudiantiles y movimientos como No+AFP.
Los funcionarios agrupados en la ANEF marcharon en Paseo Bulnes hacia La Moneda. La derogación del estado de emergencia y soluciones a los reclamos sociales son sus principales demandas.
En regiones, ciudades como Antofagasta, Copiapó, Valparaíso, Concepción, Chillán, Temuco y Punta Arenas también han ido escenario de masivas manifestaciones.
Solo ayer se registraron en el país 68 marchas en todo el territorio, la mayoría pacíficas, con la asistencia de 424 mil personas, de acuerdo al reporte oficial del Ministerio del Interior.
Presidente: «Estamos trabajando en un plan de normalización de la vida para terminar con el toque de queda»
El Presidente de la República, Sebastián Piñera, anunció esta mañana el envío al Congreso del proyecto de ley que busca estabilizar las tarifas de la electricidad, una de las medidas de la «agenda ciudadana» anunciada hace algunos días.
Según afirmó el Mandatario las medidas de esta agenda «van a requerir un tremendo esfuerzo del estado, pero estamos convencidos de que vale la pena llevarla adelante».
De esta manera el proyecto que congela el alza de la electricidad del 9,2% fue enviado para su aprobación en el Congreso.
«Queremos anular esta alza en el precio de la energía que habría afectado casi a siete millones de hogares y lo hacemos retrotrayendo el precio que estaba antes del alza lo que se mantendría hasta diciembre del próximo año», afirmó Piñera.
Además el Presidente anunció que los proyectos anunciados se seguirán enviando en los próximos días.
«Mañana firmaré y enviaré al Congreso el proyecto de ley que permite el alza en las pensiones lo que va a favorecer a casi tres millones de pensionados. Y en los días siguientes seguiré enviado los proyectos al Congreso para implementar esta agenda social», puntualizó.
Tras los anuncios correspondientes el Mandatario aseguró que está trabajando junto a las fuerzas de orden para comenzar a normalizar la situación del país y así terminar con los toques de queda y el Estado de Emergencia en el que se encuentran varias ciudades del país desde el viernes 18 de octubre.
«Estamos trabajando en un plan de normalización de la vida, esto ya está en marcha y se ha traducido en ir reduciendo los periodos del toque de queda para avanzar con la mayor fuerza, pero con total prudencia, para terminar con el toque de queda y levantar los Estados de Emergencia, esto esta íntimamente ligado con lo que podamos hacer en materia de orden público y seguridad ciudadana», afirmó Piñera.
«Todos queremos levantar los Estados de Emergencia, pero como presidente tengo el deber de utilizar todos los elementos que me entrega la ley para proteger a nuestros compatriotas», agregó, pero para eso solicitó la colaboración de la ciudadanía.
«Llamo a todos a colaborar en esta noble campaña de recuperar la paz, el orden público para reemprender los caminos del futuro», finalizó.
¿A qué hora será el toque de queda en tu ciudad?
Casi todas las regiones del país están bajo estado de emergencia producto de la crisis social que llevó a masivas protestas a nivel nacional, situación que motivó a las autoridades a decretar toque de queda en algunas ciudades.
Este es el listado para este jueves 24 de octubre:
- Arica: Entre las 22:00 y las 04:00 horas
- Iquique: Entre las 23:00 y las 05:00 horas
- Antofagasta, Mejillones, Tocopilla y Calama: Entre las 22:00 y las 05:00 horas
- La Serena y Coquimbo: Entre las 22:00 y las 04:00 horas
- Región de Valparaíso continental: Entre las 22:00 y las 05:00 horas
- Región Metropolitana: Entre las 22:00 y las 04:00 horas
- Rancagua: Entre las 20:00 y las 06:00 horas
- Talca: Entre las 21:00 y las 04:00 horas
- Provincia de Concepción: Entre las 23:00 y las 04:00 horas
- Valdivia: Entre las 22:00 y las 06:00 horas
- Osorno y Puerto Montt: Entre las 21:00 y las 05:00 horas
El jefe de defensa de la Región de Tarapacá levantó el toque de queda en la comuna de Alto Hospicio.
General director de Carabineros: “No estamos entrenados para hacer daño a la comunidad”
El general director de Carabineros, Mario Rozas, conversó con la prensa luego de participar de la Comisión de Derechos Humanos del Senado, en la sede del Congreso Nacional en Santiago.
Allí, indicó que “nosotros los carabineros somos parte de la comunidad, nosotros trabajamos con la comunidad y por la comunidad, por lo tanto nosotros no estamos entrenados para hacer daño a la comunidad. Al contrario, estamos para servir a la comunidad”.
“Somos los más interesados en que en cuanto al control del orden público las cosas se hagan de acuerdo a los protocolos de actuación que hemos diseñado y han sido aprobados”, agregó el alto mando de la institución.
El uniformado hizo un llamado “a todos mis compatriotas que todo lo que sea manifestaciones, expresiones se hagan con la mayor prudencia, tranquilidad, y sobre todo respetando a los carabineros. Los carabineros estamos para cuidar a las personas”.
En ese sentido, aseguró que cada vez que “han tenido alguna situación”, han actuado “bajo los protocolos” que son el diálogo, la contención y el restablecimiento del orden público.
“El llamado que yo hago a la comunidad es a hacerlo con bastante tranquilidad, mucha prudencia y, sobre todo, respetando a los carabineros que estamos para cuidarlos”, agregó.
Al ser consultado por la represión en las manifestaciones, Rozas precisó que prefieren no usar esa palabra, sino que “control del orden público”, puesto que “la palabra represión es muy fuerte”.
En ese sentido, manifestó que en caso de un exceso en su actuar, no tiene problemas en pedir perdón, ofrecer las excusas del caso y, sobre todo, “enmendar conductas”.
Al momento de referirse a los 657 uniformados, quiso rendir “un público homenaje a nuestros carabineros porque eso da cuenta que estamos involucrados en superar esta situación de desorden”.
«El pueblo no es el enemigo sino la víctima y hay que protegerlo»: la carta abierta de Baltasar Garzón a Piñera
Baltasar Garzón, el juez español que ordenó la detención del dictador Augusto Pinochet en Londres en 1998, publicó una carta abierta al Presidente Sebastián Piñera. En ella analiza lo que sucede en nuestro país y criticó el actuar del Mandatario, recalcando además que «no le conozco, ni he mostrado interés en hacerlo».
Cabe mencionar que la misiva fue publicada en el medio hispano InfoLibre. Mira la carta:
«Señor Presidente:
Soy Baltasar Garzón, el juez español que ordenó la detención de Augusto Pinochet en Londres el 16 de octubre de 1998. No le conozco, ni he mostrado interés en hacerlo. Sí lo he hecho con todos los demás presidentes democráticos de su país, al que tanto quiero. Quizás por el cariño hacia el pueblo chileno y por la defensa que siempre he hecho de las víctimas, mi defensa de los pueblos originarios y de los más vulnerables, he decidido dirigirle esta misiva con profundo dolor e indignación por lo que está ocurriendo en Chile.
Señor Presidente, tal parece que chilenas y chilenos han dicho basta. Y lo están diciendo fuerte y claro. Se trata de un estallido social espontáneo que no está dirigido por partido político alguno. Una simple protesta estudiantil por el alza en el billete de metro, severamente reprimida por la policía, Carabineros de Chile, fue la mecha que encendió la rabia y la ira acumulada durante casi treinta años. Ellos han sido los ejecutores de una medida política ordenada por su gobierno.
Señor Presidente, convendrá conmigo que, debajo del pretendido milagro económico que muchos atribuyen a Pinochet, un modelo de desarrollo mantenido por la transición chilena y la posterior democracia, se esconde el triste récord de ser uno de los diez países más desiguales del mundo, al mismo nivel de Ruanda, según el índice Gini aplicado por el Banco Mundial. Es cierto que en el país existe desarrollo y mucha riqueza, pero sólo para una reducida élite política y empresarial. Así mismo, Chile posee también unas cifras macroeconómicas inmejorables, con un sostenido crecimiento durante décadas, pero con un paulatino y constante empobrecimiento y endeudamiento de la inmensa mayoría de la ciudadanía, que este año alcanzó su máximo histórico, según la prensa y el propio Banco Central. Su país, señor Presidente, también ingresó hace años en el selecto club de las naciones ricas, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), como flamante país desarrollado, con altos niveles de productividad y competitividad, pero, nuevamente, a costa de bajos salarios de los trabajadores y de una casi total desprotección social.
Como la máxima autoridad política, usted debe saber que la Constitución que rige actualmente en Chile fue adoptada en plena dictadura militar, mediante la celebración de un referéndum que tuvo lugar mientras los testaferros de Pinochet torturaban, asesinaban y desaparecían a los opositores políticos. Esa Constitución experimentó varias modificaciones para hacer posible la transición y luego la entrada en democracia, y ha sido reformada después en innumerables ocasiones, pero su espíritu y su orientación sigue siendo la misma. No hay un Estado “social” y democrático de Derecho, sino un Estado “liberal” o “neoliberal” o “subsidiario” de Derecho. Ello implica que, salvo excepciones, los servicios públicos del Estado son de mala calidad, pensados para personas de muy escasos recursos o indigentes, por lo que quien quiera acceder a ellos en condiciones adecuadas, debe contratarlos en el mercado. Así ocurre con la educación, con la sanidad, con las pensiones, con el transporte y con un largo etcétera. Realmente, pese a los esfuerzos de algunos gobiernos progresistas, no existe Estado de Bienestar. En la lógica neoliberal el Estado debe ser pequeño, lo más pequeño posible, por lo que si alguien quiere acceder a servicios de calidad, debe pagarlos con sus propios recursos, convirtiendo así a ciudadanas y ciudadanos en meros consumidores de servicios privados.
Es por ello, señor Presidente, que en los últimos años se han dejado ver las protestas de estudiantes secundarios y universitarios, de pensionistas, de trabajadores que reclaman un sueldo digno, sin que sus demandas hayan sido debidamente atendidas. Se ha hecho patente el descontento, la falta de expectativas, la indiferencia de las autoridades y sus promesas incumplidas, sumado a millonarios escándalos de corrupción de grandes empresas, de políticos, incluso del Ejército, del propio cuerpo de Carabineros de Chile y, cómo no, de usted mismo. Usted está acusado de enriquecerse presuntamente en forma ilícita en la dictadura y de evadir impuestos de bienes inmuebles durante treinta años. Todo ello hizo que una leve alza en el precio del metro fuera la gota que rebosó el vaso, unida a una descontrolada y brutal represión policial sobre estudiantes secundarios.
La violencia engendra violencia
Quizás no le guste oír esto, pero usted, como presidente, frente a una protesta social sin precedentes en democracia, y con los neoliberales herederos de Pinochet que gobiernan actualmente el país, no han encontrado mejor salida que implementar una estrategia que conocen muy bien: acudir al Ejército para que los militares nuevamente salgan a la calle a reprimir a la gente.
De más está decir que la violencia engendra más violencia, que no se puede combatir el fuego con gasolina, que con los militares en la calle tarde o temprano habrá heridos graves y más muertos. El ejército no está preparado para controlar el orden público, sino para hacer la guerra, para doblegar al enemigo o destruirlo. Siempre que los militares salen a la calle, incluso si es para “combatir” o “luchar” en una supuesta guerra a la delincuencia, las cosas no han hecho más que empeorar. La delincuencia, los saqueos y desmanes no cesan, sino que a ellos se suma la violencia estatal, que se ejerce de manera indiscriminada y que luego se oculta de la peor manera para garantizar su impunidad. Pero, señor Presidente, usted y el gobierno que dirige se equivocan de objetivo: El pueblo no es el enemigo sino la víctima, y al pueblo hay que protegerlo y no castigarlo con medidas de excepción.
“¡Hemos perdido el miedo!”, dicen chilenas y chilenos en redes sociales, “¡Chile despertó!”, es uno de los lemas de este movimiento social espontáneo que ya comienza a organizarse. “¡Esto no ha hecho más que empezar!”, aseguran otros. “¡Tenemos que seguir!”, afirma un campesino al ver cómo ante las protestas, aquel río seco ayer fluye hoy a caudales después de que una importante empresa liberase el agua injustamente arrebatada a quienes subsisten de la agricultura.
Por nuestra parte, seguimos y seguiremos muy atentos a lo que ocurre en Chile. Sepan que las violaciones de los derechos humanos que se están cometiendo y los crímenes perpetrados en contra de la población civil, esta vez no quedarán en la impunidad porque, además de la Fiscalía de Chile y del Instituto Nacional de Derechos Humanos, existe la Jurisdicción Universal, existe la Corte Penal Internacional, el Sistema Interamericano de Derechos Humanos y una comunidad internacional atenta y vigilante, que no permitirá que en Chile se vuelvan a repetir los horrores del pasado.
No le quepa duda, señor Presidente, que no somos de la opinión del secretario general de la OEA, que echa la culpa de todo lo que ocurre en Latinoamérica a Cuba, Venezuela, Rafael Correa, Lula da Silva, Cristina Fernández de Kirchner o Alberto Fernández y de quienes discrepan de la ola neoliberal que nuevamente con el patrocinio del norte, como aconteciera en los años 70, asola el continente. Esta vez no nos vamos a dejar engañar ni humillar por aquellos que de nuevo quieren avasallar y acabar con la resistencia y expresión democráticas del pueblo».
Noam Chomsky y la semana negra de octubre: «No me sorprende para nada lo que ocurre en Chile»
-¿Le sorprende lo que está pasando en Chile?–
No me sorprendente para nada lo que ocurre en Chile. Estas son las consecuencias que eran perfectamente previsibles tras el asalto neoliberal a la población en los últimos 40 años, verificadas constantemente en todo el mundo. En los Estados Unidos, por ejemplo, el 0.1 por ciento de la población ahora posee más del 20 por ciento de la riqueza, la mitad de la población tiene un patrimonio neto negativo, los salarios reales son casi los mismos que hace 40 años, por primera vez en un siglo la mortalidad está aumentando, principalmente entre los blancos en edad laboral y un largo etcétera.
-El sistema económico chileno se presentó como una fórmula exitosa en América Latina. ¿Qué tan ilusorio era?
–La dictadura de Pinochet proporcionó condiciones experimentales perfectas para la aplicación de los principios neoliberales guiados por las principales figuras de la doctrina. Fue un fracaso total. Para 1982, la economía colapsó. El Estado tuvo que intervenir radicalmente. Los economistas internacionales bromearon diciendo que era «el camino de Chicago hacia el socialismo». Sin embargo, los efectos perniciosos permanecieron y continuaron.
-Pero en el caso chileno, a pesar de seguir las recetas de Friedmann, no se privatizó Codelco.
-Los expertos de Chicago fueron lo suficientemente inteligentes como para apartarse del dogma en el caso de Codelco, una productora de cobre estatal altamente eficiente y una fuente importante, si no la principal, de ingresos para el Estado.
-Ese es el único caso en Chile. ¿Cómo describe ese dogma?
-Margaret Thatcher expresó bien el dogma neoliberal: no hay sociedad, solo individuos, solos para enfrentar las devastadoras fuerzas del mercado. La solidaridad es un crimen. Es por eso que desde la década de 1920, las principales figuras del neoliberalismo, Von Mises, Hayek y otros, han acogido con satisfacción la violencia estatal a gran escala para destruir los sindicatos y otras interferencias similares a la «buena economía». Pinochet es un ejemplo clarísimo de esto.
-El neoliberalismo supone que el derecho a la propiedad es superior al derecho a la vida, ¿pero de donde viene la ira que estalló en Chile?
-Como le he comentado, el neoliberalismo fue fundado por Von Mises y otros en Viena, en la década de 1920. Es una versión particularmente salvaje del capitalismo. Ganó poder con Reagan y Thatcher, con efectos devastadores en gran parte del mundo. Esa es la razón básica de la ira, el resentimiento y el desprecio por las instituciones políticas que están barriendo gran parte del mundo, creando oportunidades para los demagogos de ultraderecha como Trump, Bolsonaro, Orban, Salvini y otros que buscan desviar la ira justificada hacia chivos expiatorios, como inmigrantes, negros, musulmanes, etcétera. Una táctica milenaria, con graves consecuencias.
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