Cambio Climático | Paulo Brack, biólogo brasileño: «El 70 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero de los países del cono sur son por el agronegocio»
Entrevista a Paulo Brack, biólogo brasileño
Por Carla Perelló, de la redacción de Nodal
Paulo Brack
es biólogo y maestro de Botánica en la Universidad Federal de Río Grande del Sur (UFRGS, según sus siglas en portugués) de Brasil. Además es doctor en Ecología y Recursos. En esta entrevista cuenta algunas particularidades de la región de América del Sur y su incidencia en el cambio climático y también hace un repaso sobre la situación en Brasil.
¿Qué lugar tienen los países de la región de América Latina en el fenómeno del llamado Cambio Climático?
En América Latina hay que considerar que, por lo menos, 70 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero de Brasil, Argentina, Bolivia y otros países del cono sur tiene relación con la agricultura, con el sector rural, lo que se conoce como agronegocio. Más del 50 por ciento, por lo menos, tiene relación con la producción, con el monocultivo industrial. Ese es un hecho, al igual que la quema de la vegetación en Bolivia, Paraguay, Argentina, Brasil para la expansión de la cosecha de soja. Estamos viviendo un gran imperio de la soja y hay una expansión muy grande que implica destrucción de vegetación, con eso hay liberación de más gases de efecto invernadero, tanto por la quema como por la sustitución de la vegetación por grandes áreas de agricultura.
¿Cómo afecta este fenómeno en Brasil?
Hay muchos afectados por la crisis climática en el nordeste de Brasil. En la región de la Catinga, un bioma que se está transformando en un desierto la vegetación no resiste y los pequeños agricultores están cada vez peor. En los informes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de la ONU, desde 2007, marcan que esa zona de Brasil podría transformarse en una región muy árida, como un desierto y esto es efectivamente lo que está sucediendo. La Amazonía también se está transformando en sabana y las regiones altas, donde hay hielo, se están derritiendo. Entonces hay menor provisión de agua, son varios los problemas en estas regiones andinas. En el litoral brasileño se estima que el mar subió por lo menos 20 centímetros en los últimos cien años y se prevé que para 2100 el Atlántico crezca entre 50 centímetros y 1,50 metros. Es muy alarmante porque las poblaciones que viven en la costa estarán más sujetas a esta situación. Y, por supuesto, es un problema en todo el mundo. En Oceanía es muy grave, hay islas enteras que están desapareciendo, la vida queda en una situación muy delicada, las plantas y los animales silvestres están desapareciendo y también afecta a las formas de agricultura adaptadas a determinadas condiciones climáticas que casi no existen.
¿Cuál es la situación respecto de las comunidades indígenas?
El presidente, Jair Bolsonaro, ya dijo que no va a reglamentar ni a ceder ni un centímetro para tierras indígenas. Al mismo tiempo quiere incrementar la agricultura empresarial convencional con agroquímicos en áreas que pertenecen a las comunidades. Está dividiendo el movimiento, intentando cooptar a algunos grupos que quieran entrar en el modelo agroexportador. Eso ha generado que crecieran las invasiones de tierras indígenas que se duplicaron en relación con el año pasado porque el gobierno cumple la agenda de los empresarios. Ese sector, incluso, es el que dominó el cambio de legislación ambiental, para hacerla más flexible. En la actualidad nuestro país coloca más de 200 mil millones de reales, unos 50 mil millones de dólares, para expansión, para subsidiar y financiar los intereses de la agricultura empresarial de exportación. Eso repercute en las poblaciones indígenas porque contamina el agua y el ambiente en general. Además, con Bolsonaro también fueron cerrados varios consejos de medio ambiente, hoy reducidos al 25 por ciento. El Consejo Nacional de Seguridad Alimentaria fue prácticamente destruido, como otros con representación de la sociedad fueron cerrados por el gobierno. Estamos viviendo una guerra, incluso con muertes en el campo, de ambientalistas, estamos entre los países en donde más se mata gente en el campo, son personas que protegen la naturaleza. Como sucedió con Chico Mendes y Dorothy Stang, los de ellos son crímenes que permanecen impunes (N de R: ambos eran activistas en la región de la Amazonía y fueron asesinados. Mendes en 1988 y Stang en 2005).