Marcha mundial por el clima: jóvenes de todo el mundo exigen medidas concretas ante el cambio climático

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Millones de personas, la mayoría adolescentes que abandonaron por unas horas sus clases, marcharon el pasado viernes para exigir a la dirigencia mundial que deje ya los discursos y las promesas y empiece a tomar medidas para enfrentar la crisis del cambio climático. La jornada preveía la celebración de más de 5.000 actos en más de 150 países, con especial incidencia en Alemania.

Con la joven sueca Greta Thunberg como líder oficiosa de un movimiento que arrancó la pasada primavera en unas pocas ciudades europeas, las protestas alcanzan ya las cuatro esquinas del planeta. Desde la australiana Sydney a la finlandesa Helsinki, de la africana Dhaka a la estadounidense Nueva York, millones de jóvenes piden acción urgente contra el calentamiento global.

El movimiento va sumando apoyos políticos, sobre todo de los dirigentes de las grandes ciudades. Las marchas «Viernes por el futuro» buscan presionar a los dirigentes ante la Cumbre de Acción Climática que Naciones Unidas celebra la próxima semana aprovechando su cumbre anual en Nueva York, en la que reunirá a la mayoría de los jefes de Estado y gobierno del mundo. En Nueva York, precisamente, se esperaba una manifestación con más de un millón de asistentes.

Con lemas como “No hay planeta B” o “los dinosaurios también creían que tenían tiempo”, las marchas del viernes pasado en Europa se celebraron en un ambiente festivo pero claramente reivindicativo. La pujanza de varios partidos ecologistas europeos en varios comicios de los últimos años, principalmente en Alemania, Holanda y Bélgica, muestra que se viene una generación muy concienciada ecológicamente. En Bruselas gritaban “¡Somos imparables!”.

Histórico plan alemán​

Precisamente la semana pasada llegó el primer gran plan hacia una transición ecológica. El gobierno alemán presentó un plan que debería servir para convertir a la primera potencia económica europea en un gigante verde en apenas una década. Berlín pretende reducir sus emisiones contaminantes un 55% en 2030 (con respecto a las de 1990), de acuerdo con los compromisos de la Unión Europea.

Merkel sabe que Alemania debe acelerar su transición energética. El cierre de las centrales nucleares, decretado tras el accidente de la central japonesa de Fukushima, obligó a aumentar la producción de electricidad a través de las centrales convencionales de carbón, aumentando así las emisiones contaminantes y haciendo muy difícil que Alemania cumpla su parte en los objetivos europeos de reducción de emisiones contaminantes.

«Viernes para el futuro»

En Berlín, unas 80.000 personas, según los organizadores, se concentraron frente a la Puerta de Brandenburgo, no lejos de la cancillería.

En Helsinki, Finlandia, un falso Papá Noel sostenía un cartel frente al Parlamento: «Mi casa se incendia y mis renos no saben nadar».

Se registraron cientos de marchas también en República Checa, Gran Bretaña, Polonia y otros países europeos donde muchas escuelas secundarias dieron licencia a los estudiantes para que pudieran participar en los actos.

En Tokio, cientos de estudiantes y activistas ambientales marcharon a través del distrito comercial de Shibuya con cánticos de «Justicia climática» y carteles que pedían «salvar a la Tierra» o que denunciaban que «la Tierra se incendia».

En Kabul también

En Kabul, la capital de Afganistán, un camión militar blindado protegía a un centenar de jóvenes encabezados por varias mujeres que portaban un cartel con la leyenda «Viernes para el Futuro».

Fardeen Barakzai, uno de los organizadores y dirigente del grupo ambientalista local Oxígeno, dijo: «Queremos hacer lo que nos corresponde. Como jóvenes de nuestro país conocemos el problema del cambio climático. Sabemos que la guerra puede matar a un grupo de gente… El problema en Afganistán es que nuestros líderes luchan por el poder, pero el verdadero poder está en la naturaleza».

Clarín

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