EEUU presiona para debilitar los estándares en la lucha contra el cambio climático y afianzar la Geoingeniería

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Un informe periodístico reveló un nuevo intento por establecer la base para un mercado de “créditos climáticos” para usar técnicas de geoingeniería. Grupos de la sociedad civil están denunciando las negociaciones a puerta cerrada de la Organización Internacional de Normalización (ISO por sus siglas en inglés), que podrían debilitar los esfuerzos para frenar el cambio climático.

El estándar apunta al establecimiento del “forzamiento radiativo” como la base para referirse al cambio climático, en vez de utilizar la reducción de gases con efecto invernadero. Si se implementa, el estándar cambiaría completamente la forma actual de medir el cambio climático y socavaría el Acuerdo de París.

Una norma basada en el forzamiento radiativo crearía incentivos financieros para las actividades que bloquearan la luz del sol a grandes alturas o para otras intervenciones que permitieran el escape del calor. Establecer ese estándar plantea preocupaciones en el sentido de que ciertos actores estarían abriendo paso a un mercado de créditos de geoingeniería solar, similar a los mercados existentes de “créditos de carbono.”

“Estados Unidos ha socavado consistentemente las negociaciones sobre el clima por largo tiempo”, dijo Neth Daño, codirectora ejecutiva del Grupo ETC, desde Filipinas. “Abandonó el Acuerdo de París y recientemente se opuso a cualquier discusión sobre la gobernanza de la geoingeniería en la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.”

“La pregunta es, ¿quién está tratando de establecer nuevas medidas para la acción climática que pavimentarían el camino para el despliegue y comercialización de la geoingeniería? ¿Se trata de un intento por usurpar la gobernanza climática?”

Geoingeniería solar: riesgos y moratoria global

La geoingeniería solar incluye técnicas extremadamente riesgosas, como bloquear la luz del sol que entra a la atmósfera o reflejarla de vuelta, en un intento por bajar la temperatura del planeta. La investigación sugiere que manipulaciones de este tipo del sistema global climático podrían crear sequías en África y perturbar el monzón en Asia.

Hay preocupaciones por la posible instalación de infraestructura para modificar el clima global, pues podría utilizarse como arma, al apuntar a ciertas regiones para alterar su clima. Hasta ahora, pocos han propuesto dicho plan de forma seria, e intentos previos para hacer pruebas a cielo abierto se han cancelado después de protestas públicas.

Por su alto riesgo, el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), que tiene 196 Estados miembro, ha establecido una moratoria sobre la implementación de la geoingeniería. Estados Unidos no ha ratificado el CBD.

Uno de los grupos principales que intentan avanzar la geoingeniería solar es el Programa de Investigación sobre Geoingeniería Solar de Harvard, que está presionando para que se realice el primer experimento a cielo abierto (SCoPEX), para que avance la geoingeniería solar.

Una coalición, global, diversa, de organizaciones ambientales, de indígenas y agricultores se oponen a esta iniciativa y otros intentos para implementar los experimentos de geoingeniería. Comunidades indígenas que se encuentran en la ruta de SCoPEX ya indicaron su desacuerdo con que el experimento avance.

El forzamiento radiativo socavaría radicalmente los actuales esfuerzos para frenar el cambio climático.

Documentos filtrados sobre la propuesta ISO para la gestión del forzamiento radiativo sugieren que las corporaciones involucradas en rociar a la atmósfera químicos para bloquear el sol podrían beneficiarse con enormes ganancias.

“Cambiar las mediciones hacia el forzamiento radiativo es el sueño de los inversionistas que respaldan la geoingeniería solar”, explicó Jim Thomas, co-director ejecutivo del Grupo ETC, con sede en Quebec. “Hasta ahora, la geoingeniería solar se ha mantenido, correctamente, fuera de los mercados de carbono.”

El presidente de Estados Unidos contrató entusiastas de la geoingeniería como parte de su equipo al inicio de su mandato, y sus consultas reiteradas sobre el uso de armas nucleares para detener huracanes dan razones preocupantes para pensar que Estados Unidos está detrás las discusiones en la ISO.

“Es una forma de debilitar la moratoria internacional de la ONU y forzar al resto del mundo a asumir riesgosas técnicas de geoingeniería”, agregó Jim Thomas.

Investigaciones recientes han revelado que las compañías de combustibles fósiles llevan décadas investigando sobre geoingeniería solar y promoviéndola. Se sabe que las discusiones en la ISO están dominadas por intereses industriales y que no dan espacios para las perspectivas de la sociedad civil.

Muchas voces clave, desde organizaciones de la sociedad civil, a pueblos indígenas y expertos gubernamentales en ambiente y biodiversidad, son excluidas del proceso de la ISO.

“La ISO es una organización sumamente técnica —explica Silvia Ribeiro, directora del Grupo ETC en América Latina— sus estándares afectan millones de personas, que nunca tienen oportunidad de conocer las discusiones que se llevan a cabo, pero en este caso, los riesgos son mayores. La gestión del forzamiento radiativo podría afectar sustancialmente las vidas de miles de millones de personas y cambiar para peor el destino de continentes enteros.”

“La geoingeniería es una solución falsa y peligrosa al cambio climático, y al mismo tiempo una excusa muy útil para las compañías que ganan con la quema de combustibles fósiles. La geoingeniería podría causar daños profundos a territorios indígenas, tierras campesinas y comunidades locales, por eso la norma ISO sobre forzamiento radiativo debe detenerse drásticamente” agregó Silvia Ribeiro.


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