Daniel Martínez, candidato presidencial por el Frente Amplio: “Para la derecha uruguaya, la Argentina de Macri es el paraíso”

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Por Mercedes López San Miguel

Sus padres nunca aprobaron su militancia de izquierda. Él, que fue al colegio Marista Champagnat, se hizo socialista a los 16 años, inspirado por su lectura de Artigas. Hoy, a los 62 años, con tres hijas adultas y larga experiencia en militancia y gestión pública, Daniel Martínez bromea: “mi madre hipercatólica y blanca (Partido Nacional) murió rezando por mí para que no fuera al infierno porque decía que yo era comunista. Yo le decía: vieja, soy socialista, y ella contestaba: es lo mismo”.

Daniel Martínez, candidato presidencial por la coalición de centro-izquierda Frente Amplio (FA), vino a Buenos Aires a un almuerzo con empresarios argentinos para reivindicar, con precisión del ingeniero que es, los datos económicos de su país tras 15 años de gobiernos del FA, pese a un presente que, si bien lejos del derrumbe argentino desde 2018, encuentra algunos números preocupantes.

Martínez lidera los sondeos para la primera vuelta presidencial del 27 de octubre en torno al 40 por ciento de los votos, seguido por el blanco Luis Lacalle Pou (22 por ciento) y el colorado Ernesto Talvi (17 por ciento). En cuarto lugar se ubica el militar Guido Manini Ríos (10 por ciento) con su partido de ultraderecha Cabildo Abierto. En un muy probable ballottage, el escenario se complica para el candidato de izquierda.

El exintendente de Montevideo y expresidente de la petrolera Ancap dio una entrevista a PáginaI12 en un hotel de Puerto Madero. Anticipó que en su próximo viaje, 6 de octubre, mantendrá un encuentro con el candidato del Frente de Todos. “Hice una buena relación con Alberto Fernández, pasó por casa cuando fue a visitar a Pepe (Mujica)”.

Si Fernández es electo presidente en Argentina y Martínez en Uruguay, el hincha de Defensor de Montevideo sostiene: “Nuestro objetivo será trabajar, sumar, y hacer que nuestros pueblos se hermanen. Eso sí, en el fútbol no nos vamos a amigar”

—Después de 15 años de gobierno del Frente Ampliio se percibe un desgaste. ¿Cómo se recrea el encanto del electorado que votó al centro-izquierda pero hoy se inclinaría por la oposición?

— En algunas encuestas venimos creciendo bastante. Quince años de gobierno desgastan a cualquiera. Pero si vos escuchas a la derecha, Argentina es el paraíso al lado nuestro. Y nosotros llevamos 15 años de crecimiento continuo, Uruguay ha pasado buenos tiempos de crecimiento, y sin embargo, la distribución de la riqueza nunca se había dado. El índice Gini siempre andaba en 0,45 y lo bajamos a 0,38 (N de la R: el 0 representa nivel de equidad absoluto).  Somos el país más igualitario de Latinoamérica; el salario real creció un 60 por ciento; la pobreza bajó del 34 por ciento al 8 por ciento; la indigencia del 4,5 al 0,1 por ciento, universalizamos el sistema de salud. Además, se está invirtiendo un 4,2 por ciento del PBI en la enseñanza –siendo que antes era un 3 por ciento–, e hicimos crecer el PBI un 80 por ciento. O sea, crecimiento con distribución de riqueza y mejores salarios. Aparte de todas las leyes de derechos que aprobamos como matrimonio igualitario, aborto legal, legalización del consumo de marihuana. Tenemos 140 puntos de riesgo país: a ustedes les encantaría (se ríe). Pero para Lacalle Pou estamos peor que Argentina.

– Pero el déficit fiscal es del 4,9 por ciento. Lacalle Pou dice que no subirán ni los impuestos ni las tarifas. ¿Ustedes que proponen para reducir el déficil?

— En broma le he dicho que es Papá Noel. No va a subir las tarifas según él. El que conoce la industria petrolera siempre sabe que refinar en un país es mucho más barato que importar los derivadosSeguramente algún amigote de alguien va a hacer mucha plata trayendo los derivados y cobrando las comisiones.

El déficil fiscal es alto, y el gasto público tiene que crecer menos que lo que crece el país, de todas formas no es el único parámetro. Lacalle Pou es un hombre neoliberal igual que (Ernesto) Talvi, el otro candidato, y yo entiendo y respeto que para ellos sea lo peor del mundo. Durante el gobierno de los blancos el déficil fiscal tuvo valores muy altos. Nuestra propuesta ha sido que el crecimiento de la economía sea superior al crecimiento del gasto público, de todas formas, si Standard & Poor`s y Fitch califican a Uruguay con grado inversor tan mal no andaremos. Lacalle Pou es más inteligente y más vivo que todos los expertos internacionales, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, que califican bien al país. Igual tengo claro que si nos endeudamos permanentemente terminamos trabajando para los bancos.  En Montevideo veníamos de un déficit fiscal endémico y los tres años enteros que gestioné pasamos a tener superávit. Responsabilidad y experiencia de gestión. Algunos pueden decir: lo voy a hacer, yo lo hice. Hicimos una inversión histórica en Montevideo, es una ciudad en obra; hemos logrado ser una de las 3 ciudades más inteligentes de Sudamérica. Antes la intendencia era autárquica y yo la modernicé. Vengo de una vertiente que dice: la gestión no es de izquierda ni de derecha. Es hacer las cosas bien para los ciudadanos.

-El fracaso de Macri prenuncia lo que puede hacer Lacalle Pou?

– Tanto él como Talvi aplaudieron el triunfo de Macri. Ahora Lacalle Pou jura y perjura que no va a hacer lo mismo.

— Si gana Alberto Fernández y usted es electo ¿cuáles serán las áreas de trabajo conjunto y de cooperación?

— Sueño con un Mercosur que se parezca más a Mercociudades, con un nivel de colaboración enorme. Nuestro objetivo es trabajar, sumar, y hacer que nuestros pueblos se hermanen. Creo que el Mercosur siempre tuvo la gran meta inconclusa de la complementariedad. Yo quiero que Argentina y Uruguay sigan retomando la complementariedad industrial, productiva, científica,tecnológica y medioambiental. El río Uruguay ya viene contaminado desde Brasil. A mí me importa el medio ambiente y no debe ser un discurso, sino una práctica cotidiana. La apuesta conjunta a la investigación científico-tecnológica, el registro de patentes, que nuestros centros de investigación colaboren y se complementen. Hay que hacerlo. Llegué a la izquierda porque me tomé en serio el artiguismo y creo que somos una patria dividida. Eso sí, en el futbol no nos vamos a amigar… nos vamos a matar en la cancha (se ríe).

–Bolsonaro y Macri plantean flexibilizar el Mercosur.

–Nosotros defendimos el acuerdo con la Unión Europea. Uruguay lo defendió y lo negoció aunque todavía hay un montón de capítulos, sobre todo los industriales, que quedaron para seguir negociando. No queremos el Mercosur para la autarquía, sino que busque complementariedad para potenciarse y para poder competir mejor en el mundo. Pero abierto al mundo. A nosotros nos pasa con China que pagamos cientos de millones de dólares de impuestos para venderle nuestros productos. Nos interesa competir en igualdad de condiciones. Para los acuerdos internacionales defiendo la utilización de las compras públicas como motor de desarrollo y las patentes. A mí me importa que los acuerdos no inhiban el desarrollo, lo que a veces Estados Unidos intenta imponer.

–Estuvo en Puebla, México, en julio junto a referentes de izquierda de la región debatiendo el futuro del progresismo. Es un grupo que condena una eventual intervención militar en Venezuela por medio de la activación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR).

— Uruguay acaba de votar en contra de las sanciones a Venezuela. Somos anti-intervencionistas y mucho más si está al frente EE.UU. En particular soy crítico del gobierno de Nicolás Maduro, pero en el Frente Ampliio hay quienes lo defienden incondicionalmente. Sí todos coincidimos en que hay que buscar una solución pacífica, por eso somos parte del grupo de contacto junto con Noruega.

— El 27 de octubre junto a las presidenciales se vota también un referéndum para modificar la Constitución a fin de permitir allanamientos nocturnos y la participación del Ejército en seguridad interna. ¿Le preocupa que gane esta propuesta impulsada por el senador blanco Jorge Larrañaga?

— Soy absolutamente contrario a esa propuesta. Según las encuestas parece que no sale. Hoy un juez ya puede determinar allanamientos nocturnos. El Ejército está preparado para combatir, no tiene nada que ver con la seguridad interna. En Brasil se ha aplicado y el número de muertos por delitos ha continuado, y sobre todo mueren las personas de mayor vulnerabilidad que viven en las favelas. Por lo tanto, nos negamos filosóficamente. Sería un paso atrás y antidemocrático.

— Guido Manini Ríos cuenta con un 10 por ciento de intención de votos. Fue nombrado comandante en jefe del Ejército en los gobiernos frentemplistas. Hay quien dice que es una creación del FA. ¿Sienten algún mea culpa al respecto?

— El teóricamente cumplía los requisitos democráticos. Pasó dos veces la línea y Tabaré le cortó la cabeza. No diría que es una creación del Frente Amplio. En el sistema democrático uruguayo conviven y coexisten reglas de juego. Cuando Manini Ríos transgredió esas reglas primero estuvo detendio y luego fue destituido. Manini Ríos tiene una visión muy militarista. Creo que la institución fue cooptada durante la dictadura por unos trogloditas y corruptos que violaron los derechos humanos sistemáticamente.

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