Crisis económica en Argentina: nueva marcha contra el hambre y fuerte derrumbe de las acciones
Movilizaciones en todo el país contra el hambre y el desempleo
Los que se quedan afuera del corralito y de las medidas para los bancos marchan hoy por todo el país para hacer sentir el drama social que se manifestó en las urnas el 11 de agosto pero cuya luz al final del túnel sigue apagada.
Movimientos sociales como el Frente Popular Darío Santillán, Barrios de Pie, la MTD Aníbal Verón y otras organizaciones sociales y barriales protestan durante toda la jornada de hoy en las principales ciudades argentinas con cortes de ruta incluídos, según adelantaron.
Además, las medidas de protesta incluyen un acampe frente al Ministerio de Desarrollo Social con el fin de reclamar al gobierno nacional un aumento a los salarios que perciben los cooperativistas y la creación de nuevos programas de empleo.
Por este último punto gente de la mesa chica de la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, mantiene contactos permanentes desde la noche del martes con algunos de los líderes de las organizaciones para frenar o al menos morigerar el acampe que promete conflicto en las calles.
«La crisis actual, de final incierto, nos plantea una encrucijada donde día a día nos empobrecen y endeudan más y más», sostuvieron las agrupaciones en un comunicado.
Además, apuntaron que reclaman a la Casa Rosada que «se reúna con las organizaciones populares para acordar un salario complementario superior a los $10.000 y nuevos programas de empleo para quienes no tienen trabajo».
«Seguimos sin encontrar respuesta a los reclamos: trabajo para las cooperativas; aumento, calidad y variedad de los alimentos con los que se asiste a comedores y familias; ampliación de la cobertura de los programas sociales a todos los desocupados; duplicación de los montos del Salario Social y Hacemos Futuro», detalló Silvia Saravia, coordinadora nacional de Barrios de Pie sobre la protesta frente a Desarrollo Social.
Derrumbe histórico: las acciones argentinas cayeron a un mínimo sin precedentes en dos años
Las acciones de empresas argentinas en el Mercado de Valores de Buenos Aires (Merval) cayeron este martes en promedio 12,5 por ciento y operaron por debajo de las 23.000 unidades, un nivel que no se alcanzaba desde agosto de 2017.
El índice Merval se contrae en promedio 12,01 por ciento y se sitúa en las 22.919, según relevó la página bursátil Rava.
Según consignó Agencia Sputnik, las acciones que perdieron más valor pertenecen a bancos y a empresas energéticas, como Banco Macro, Grupo Financiero Galicia, Pampa Energía o YPF, con bajas que se sitúan en torno al 16 por ciento.
En agosto, la bolsa local sufrió la mayor caída de su historia, con una retracción del 41,7 por ciento, que se originó tras las elecciones primarias del pasado 11 de agosto en que el oficialismo perdió por más de 16 puntos.
El peso continúa este martes sin variaciones respecto a la víspera al cotizar el dólar a 57 unidades para la venta, en una jornada en la que el Banco Central (BCRA) intervino en el mercado de subastas para contener el tipo de cambio.
La moneda local se apreció 6,5 por ciento entre el lunes y el martes, pero debido al control de capitales que entró en vigor esta semana, surgió una cotización paralela del dólar en el mercado informal que en la actualidad se sitúa en los 62,5 pesos para la venta, un 8,7 por ciento más, según informaron a Sputnik fuentes locales.
Las Letras de Liquidez (Leliq) que el BCRA ofrece a los bancos a siete días de interés se encuentra en un nuevo máximo histórico, con un rendimiento del 85 por ciento.
Por la devaluación, a fin de año el desempleo llegará al 11,1% y la pobreza al 37,3%
El impacto de la última corrida cambiaria que llevó el valor del dólar a oscilar alrededor de los $60 se hará sentir fuerte en los niveles de actividad e incluso podría afectar la cadena de pagos. Con todo, la devaluación tendrá como blanco preferencial a los trabajadores asalariados y los sectores más relegados de la población.
La Secretaria de Trabajo difundió la última semana los datos de empleo relativos al mes de junio de este año. La presentación que realizan el último jueves de cada mes incluye la evolución del trabajo registrado según el relevamiento del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) de la AFIP y la Encuesta de indicadores laborales (EIL) que releva y procesa la propia cartera laboral.
En el caso del empleo registrado el informe aparece como una foto ya demasiado vieja. Más allá de que los resultados indican una persistencia en la pérdida de puestos de trabajo que acumularon 172.200 entre junio de 2018 y el mismo mes de este año, los funcionarios de la cartera laboral lo celebraron como un indicador de estabilización del mercado laboral y una desaceleración del retrocesos. Es que la caída interanual del 1,4%, que consolida un acumulado de 10 meses consecutivos de pérdida de puestos de trabajo, al mismo tiempo, reflejó una merma en los índices de retrocesos por cuarto mes consecutivo. En lo que se refiere al conjunto del trabajo registrado (incluyendo empleo público, monotributistas y privados) los niveles se ubican algo por debajo que los registros del mismo mes de 2017. Bernardo Díaz Astarloa, Subsecretario de Planeamiento Productivo del Ministerio de Producción y Trabajo, destacó que los datos estarían reflejando “una consolidación del cambio de tendencia hacia una estabilización”.
Algo similar se verifica en los datos del empleo del sector privado que también en junio dieron como resultado el décimo mes consecutivo de retroceso interanual (en este caso del 2,4%) pero con una leve desaceleración de la caída. Fueron 148 mil los empleos privados que se perdieron en el período de un año. Belén Rubio, Directora de Análisis de Estadísticas Productivas destacó que “nueve de un total de catorce sectores mostraron un cuadro de estabilidad mientras que 12 provincias se mostraron estables y tres, de un total de 24, generaron empleo en junio”.
A nivel de los ingresos, los funcionaros celebraron que, en junio, la pérdida del poder adquisitivo interanual del salario promedio privado fue de 8,1% consolidando una desaceleración con relación a los dos meses previos que se explican por “la combinación del cierre de la convenciones colectivos y una desaceleración de la inflación”. Con todo, claro, reconocieron que el escenario descripto por el informe ya ha quedado negado por la realidad generada por la devaluación de la moneda nacional posterior a los resultados de las PASO. Según el propio Díaz Astarloa “el movimiento del tipo de cambio, en general, afecta al mercado de trabajo por el nivel de actividad. Es posible que haya impactado aunque que todavía no sabemos cuánto”.
Sin embargo, explicaron que el relevamiento de la EIL se realizó entre el 1 y el 18 de agosto y, de la muestra de 3.300 empresas, “un 40% se realizó luego del 11 de agosto”. De esa forma el indicador sirve para mostrar parcialmente la percepción del empresariado sobre el futuro inmediato del mercado de trabajo. El índice, que luego de seis meses de valores negativos (más empresas esperaban reducir dotaciones que las que esperaban incrementarlas) se había recuperado durante las dos mediciones anteriores, volvió a exhibir resultados negativos (1,4%) en ese relevamiento que incluye la percepción empresaria posterior a las PASO.
No es posible establecer una correlación entre los movimientos del tipo de cambio y la generación o destrucción de empleo puesto que depende del contexto económico y, sobre todo, del dinamismo del comercio internacional y de las exportaciones que pudieran generarse a partir de la mejora en la competitividad, entre otros elementos. De hecho, la brusca devaluación de la moneda nacional generada a partir de la salida de la convertibilidad a principios de 2002 fue el punto de partida de una desvalorización del salario y los costos internos que ofició de motor del mercado interno y plataforma de exportaciones que generaron la recuperación de la actividad y el empleo. Bien distinto ha sido el impacto de la desvalorización de la moneda nacional en los últimos dos años que han abonado a una espiral recesiva con un marcado impacto negativo en el empleo. Javier Lindemboim, Director del Centro de Estudios sobre Población, Empleo y Desarrollo (Ceped), efectivamente, señaló a Tiempo que “el funcionamiento del mercado de trabajo tiene razones de mediano y largo plazo. Es posible encontrar como se deteriora la capacidad de compra pero la cuantía no se puede establecer. La devaluación del 2002, por ejemplo, sirvió para generar empleo. El latiguillo no sirve en todas las circunstancias”.
Claudio Lozano Director del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP), explicó a Tiempo que es posible adelantarse a lo que ocurrirá en el próximo período con el empleo como resultado del salto del tipo de cambio a partir del comportamiento de esas variables en el último período. El economista elaboró un estudio para Tiempo del que, explicó, se deriva “un escenario de agravamiento del cuadro social y mayor sufrimiento para una sociedad ya muy castigada. Dos millones y medio de personas de la clase media cayeron a una situación de pobreza, vulnerabilidad e indigencia. Hoy hay 25 millones de personas en vulnerabilidad de los cuales 15 millones son pobres y los otros 10 están en situación de riesgo porque no logran reunir los recursos para obtener los bienes de una canasta de bienes y servicios media razonable”.
En concreto, para el economista, “la tasa de desocupación va a estar en el último trimestre del año en el orden del 11,1% de mínima que implica 2,2 millones de personas desocupados plenos a los que hay que agregar la desocupación encubierta que pasaría a 18,1% equivalentes a más de 3 millones de personas. Se trata de un total 5.770.000 personas, el 29,2% de la PEA que estarían buscando trabajo en forma permanente. Los salarios caerán, como piso, un 14% y la pobreza estaría como mínimo en 37,3%, equivalentes a 16.870.000 personas. También prevemos que durante el año se habrán perdido 119.900 puestos de trabajo registrados más”.
Así las cosas, en apenas un año, el desempleo habría crecido dos puntos porcentuales desde el 9,1% registrado en el tercer trimestre de 2018 y la pobreza más de cinco puntos desde el 32% registrado en el segundo semestre de 2018 y casi doce puntos con relación al 25,7% del mismo período de 2017.
Miguel Acevedo, de la UIA: «Nos va a costar 10 años recomponer la industria»
El titular de la UIA, Miguel Acevedo, criticó duramente a Mauricio Macri cuya presidencia -consideró- fue una desilusión y consideró que el mandatario «ignoró a la industria». Además, consideró que al sector «le va a costar 10 años recuperarse» ya que no crece desde 2011.
«Para analizar su presidencia habría que dejar pasar el tiempo y ponerlo en perspectiva, pero creo que ha ignorado a la industria. Me parece que ha tratado de hacer muchas cosas en la parte institucional, pero en la parte económica se ha cerrado mucho en su círculo», afirmó en diálogo con radio La Red.
Y añadió: «Al principio lo veía como un tipo más abierto en sus pensamientos y de a poco fue cerrándose en un grupo que se hablaba a sí mismo. No tuvo la sensibilidad de escuchar a la sociedad».
Acevedo criticó, por otra parte, el manejo del gobierno de la coyuntura económica. «La coyuntura económica es muy mala, pero estamos ahogándonos en un charco de agua. No veo al problema como económico o financiero, sino como político. ¿Se acuerdan de los diez puntos? Eso fue hace tres o cuatro meses. Yo no pido que se cumplan los diez, sino dos o tres. Que se cumplan los contratos, que no haya una devaluación del 30% cada año, que no tengamos estos niveles de inflación. Tenemos que tener previsibilidad, al menos para empezar», lanzó.
Respecto de las paritarias, el industrial manifestó que deberán reabrirse. «El poder adquisitivo ha caído muchísimo y tenemos que empezar a crecer y ver cómo lo recomponemos», aseveró.
Las declaraciones del titular de la UIA van en línea con los dichos del ministro de la Producción y el Trabajo, Dante Sica, quien en el almuerzo del lunes en la entidad, con motivo del Día de la Industria, consideró que, una vez que se conozcan los números de agosto, «habrá que analizar si hay algunas actividades que tienen necesidades y sentarse a discutir».
Años de destrucción
«Desde el 2011 hasta hoy tenemos una destrucción del 15% de la industria», explicó Acevedo al evaluar el estado del sector.
El presidente de la UIA explicó que «hay mucha destrucción de valor» y advirtió que «va a costar mucho levantar» el saldo de 4074 pymes industriales cerradas desde que inició la gestión de Cambiemos.
«No sé cuánto va a tardar en recomponerse. La última suba de la industria fue en 2011 y desde ese momento hasta ahora hubo un 15% de destrucción. Pero no podemos crecer con tasas del 120%. No tenemos referencias de valor porque la gente se mueve en dólares. Al 3% anual, para levantar eso vamos a demorar más de 10 años», concluyó.