Crisis económica en Argentina: el gobierno anunció por decreto el control cambiario
A través de un DNU, el gobierno impuso un cepo para la compra de dólares
A través de un Decreto de Necesidad y Urgencia firmado por el presidente de la Nación, el gobierno estableció un tope de compra de 10 mil dólares mensuales, tanto para empresas como para personas. En principio, no habrá restricciones para el retiro de divisas que los ahorristas tienen depositados en las entidades bancarias, aunque se descuenta desde este lunes la aparición en escena de un nuevo dólar paralelo, o “dólar blue”, con una brecha aun difícil de imaginar con respecto al precio oficial.
Además, el DNU obliga a los exportadores a liquidar sus ventas en un plazo de tiempo “breve e ingresar sus divisas al país, medidas que el gobierno había liberado luego de criticar duramente esas mismas medidas tomadas por el gobierno de Cristina Kirchner.
Y como ya se había establecido el viernes para los dividendos de las entidades financieras internacionales, ahora también las empresas deberán pedir autorización al Banco Central de la República Argentina para enviar dólares al exterior.
Por otro lado, las empresas no podrán comprar dólares para atesoramiento.
«Ante los recientes acontecimientos económico-financieros desencadenados, de público conocimiento, y la incertidumbre generada en el marco del proceso eleccionario en curso, es necesario adoptar medidas transitorias y urgentes para regular con mayor intensidad el régimen de cambios y, de esa forma, fortalecer el normal funcionamiento de la economía, contribuir a una administración prudente del mercado de cambios, reducirla volatilidad de las variables financieras y contener el impacto de oscilaciones de los flujos financieros sobre la economía real», dice el texto oficial del decreto que se publicó este domingo.
En síntesis, las medidas más trascendentes tomadas por el gobierno e informadas por el Banco Central son las siguientes:
Personas humanas
• Las personas físicas no podrán comprar más de USD 10.000 por mes.
• No podrán realizarse transferencias de fondos de cuentas al exterior de más de USD 10.000 por persona por mes.
Personas Jurídicas
• Los exportadores tienen que vender las divisas fruto de sus exportaciones en el mercado local dentro de un máximo de 5 días hábiles después del cobro o 180 días después del permiso de embarque (15 días para las commodities)
• No hay restricciones para la importación o pago de deudas a su vencimiento.
• Las empresas no podrán comprar dólares para atesorar.
Lacunza reconoció que las medidas son «duras» pero aseguró que es un «disparate hablar de un corralito»
El ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, afirmó que los controles cambiarios que impulsó el Gobierno por decreto en las últimas horas «son medidas incómodas, pero si no las hacemos las consecuencias son peores». Además, habló sobre la posibilidad de que aparezca un dólar paralelo y rechazó las versiones sobre un corralito a los depósitos.
En diálogo con Periodismo Para Todos, Lacunza aseguró que «las reservas totales del Banco Central son de 57 mil millones de dólares para atender la demanda que haya de depósitos, del mercado cambiario, de pago de deuda».
El titular de Hacienda expresó que este «control de capitales» se hace «por una realidad: que no podés negar». En ese sentido apuntó a la contundente derrota del Gobierno en las PASO: «Del 12 de agosto para acá hay un cambio evidente, el riesgo país pasó de 900 a 2000 en esa semana, el dólar de 45 a 55 pesos».
«No es cierto que el Banco Central especuló por instrucción del Presidente», expresó Lacunza tras las críticas del arco político opositor sobre las reacciones del Gobierno tras la fuerte devaluación post elecciones. «No existe tal cosa como teoría conspirativa», agregó el ministro quien también lamentó que «la Argentina perdió crédito después de ese día».
A su vez, declaró que «hay una incertidumbre con respecto a si las reservas alcanzan para todas las demandas potenciales que básicamente son tres: los que quieren dolarizarse, depositantes, y tercero los pagos de deuda». La prioridad está en «los ciudadanos de a pie»: «Que el dólar no suba más de lo que está», manifestó.
Ante el control cambiario que impulso el Gobierno, el economista dijo que «puede ser que aparezca un tipo de cambio paralelo». «Es economía informal que no tiene por qué trasladarse a precios», agregó.
También intentó generar tranquilidad al asegurar que «todo va a ser normado por el Banco Central con un criterio transparente». Y aseguró que el Fondo Monetario Internacional está al tanto de las recientes medidas: «Se le comunicaron las modificaciones y sus fundamentos».
«Estamos de acuerdo con las autoridades del Banco Central que el tipo de cambio actual ya es alto», expresó el ministro quien manifestó que no cree «que haya una corrida esta semana».
Sobre la comparación con el cepo del kirchnerismo, dijo «que la prensa lo llame como le sea gráfico, preferimos pecar de exagerados y no de escasos». Si bien aseguró que es una medida preventiva para asegurar los recursos para los depositantes y que el tipo de cambio no suba, aclaró que «son medidas incómodas, que no son típicas de un país normal, pero si no las hacemos las consecuencias son peores que estas». «Son necesarias para evitar males mayores», enfatizó.
Algunos minutos más tarde, el ex funcionario de María Eugenia Vidal concedió una entrevista en vivo con Luis Novaresio donde repitió la mayoría de los conceptos.
Además de insistir en que las medidas son «incómodas pero necesarias», Lacunza buscó llevar calma a la población y rechazó de plano las versiones sobre un eventual corralito a los depósitos bancarios.
«Hablar de un corralito es un disparate», dijo con contundencia y señaló que «los dólares están todos en los bancos, de hecho mañana pueden abrir más tiempo».
Por otro lado, explicó que las medidas son «duras» porque es mejor «pasarse de largo y luego retroceder que quedarse corto».
También afirmó que Argentina «hizo todo lo que tenía que hacer» para que el FMI avance con el desembolso de los USD 5.400 millones restantes y aclaró que considera que el dólar a 61 pesos «es excesivo». Para el ministro es una cotización que se podrá mantener hasta fin de año.
Cómo se decidió establecer el cepo
Por Werner Pertot
Mauricio Macri venía meditando las medidas de control de cambios desde la derrota que sufrió en las PASO y la posterior corrida cambiaria. Las postergó hasta que ya no tuvo más remedio, según relatan integrantes de la Rosada. El Presidente no requirió de reuniones de emergencia en el fin de semana, porque ya estaba todo hablado previamente. La salida de reservas de la última semana lo terminó de convencer de que no quedaba otra que volver a restringir la compra de dólares, algo que cuestionó en su llegada al Gobierno y fue una de sus banderas. En la Rosada ya delinean un discurso para responder a esa contradicción: dirán que, a diferencia de con el kirchnerismo, esta medida afecta básicamente a las empresas.
Cuando lograron recuperarse del «palazo» de las elecciones primarias, desde el equipo económico de Macri -y especialmente tras la salida de Nicolás Dujovne- empezaron a barajar la posibilidad de disponer algún tipo de control de cambios. En sus primeras versiones era mucho más laxo respecto de lo que finalmente se anunció (por ejemplo, se hablaba de un techo de 50 mil dólares y no de 10 mil mensuales). Pero la idea rondaba. «Siempre estuvo en el paquete post-PASO. Lo que lo detonó es cómo reaccionaron los mercados», indicaban en la Rosada. El tema fue materia de discusión en varias reuniones entre el Presidente y el jefe de Gabinete, Marcos Peña, en los últimos 15 días. Lógicamente, también intervinieron el nuevo ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, y el presidente del Banco Central, Guido Sandleris.
Macri siempre se mostró reacio a tomar esa medida, aún cuando la situación de las reservas y la corrida cambiaria iban mostrando cada vez una fasceta más preocupante. Fue la salida masiva del viernes lo que terminó de despabilar al Presidente. «Era inevitabe para evitar la fuga, frenar la caída de reservas y buscar estabilizar», indicaban en uno de los ministerios que sigue el devenir político. Y quedó en claro en más de una reunión de gabinete: sin algún tipo de estabilidad económica, para el oficialismo no hay campaña posible hacia octubre.
¿Hubo detractores de la medida? En el Gabinete de Macri juran que no. No obstante, la decisión choca de frente contra el discurso que sostuvo el macrismo en los últimos cuatro años, y sobre todo cuando era oposición del anterior gobierno.
Sin ir más lejos, el ex secretario de Política Económica Miguel «Mike» Braun tuiteó hace días: «Cuando una familia argentina decide comprar dólares para proteger sus ahorros, se contabiliza como ‘fuga de capitales’. Nosotros creemos que los argentinos tienen que decidir libremente cómo ahorrar. Al kirchnerismo le gusta el cepo».
Ya hay, por supuesto, un discurso para diferenciarse de las medidas de control de cambios del gobierno previo, pese a que claramente la decisión rompe con un discurso que se vanagloriaba de haber «salido del cepo» y permitir la compra irrestricta de dólares. El discurso será más o menos así: «Lo que resolvimos está más enfocado en las empresas y las exportadoras. Son 600 mil pesos por mes que puede comprar la gente. Es el 95 por ciento de la Argentina que queda fuera de los controles», ensayaban. También destacaban que no hay ningún tipo de restricción para el retiro de depósitos y que, incluso, se extendió el horario de los bancos para dar mayor seguridad a los ahorristas. Habrá que ver si la población lo entiende así.
Cristina habló sobre el flamante cepo cambiario
La candidata a vicepresidenta por el Frente de Todos, Cristina Fernández de Kirchner, no dejó pasar las medidas cambiarias que el gobierno nacional tomó este domingo y las comentó a través de las redes sociales.
En un mensaje escueto, la expresidenta apuntó que «todos tenemos que saber el lugar que tenemos que ocupar para ayudar a cambiar esto y que no sea el péndulo permanente».
Además, llamó a «tener un proyecto de país que sea perdurable y viable».
Asimismo, junto al mensaje adjuntó un video que muestra uno de los pasajes de su discurso del último sábado en La Plata, en el marco de la presentación de su libro Sinceramente.
«Con todo lo que está pasando y va a pasar va a ser inevitable que todos los sectores económicos, todos los actores, se sienten a discutir en serio. Sentarse en un acuerdo estratégico para armar un modelo de sociedad que, necesariamente, tiene que ser de perfil industrial que es el gran generador de trabajo, que también tiene que ser ciencia y tecnología», dice Cristina en el video.
Qué puede pasar hoy en los mercados tras anuncio de cepo light
Por Alejandro Colle
Con un cepo light para la compra de dólares, nuevas reglas de juego para apurar la liquidación de divisas de los exportadores, y una más agresiva intervención del Banco Central en el mercado de cambios, el Gobierno intentará a partir de hoy controlar la volatilidad de la moneda estadounidense, que durante el fin de semana se disparó a más de $70 por unidad en el arbitraje de bitcoins contra pesos.
Cerca del BCRA decían ayer que “están dispuestos a teñir de verde las pantallas del SIOPEL”, el sistema del MAE por el que se cursa la oferta del Central, en alusión al color de la moneda de los EE.UU. No se conocen detalles, pero hablan de cifras de 4 dígitos, que en el contexto de un feriado en Wall Street pueden resultar excesivas.
La falta de actividad financiera hoy en Nueva York por el Día del Trabajo se traducirá en un menor volumen de negocios en la plaza local. Y esto favorece la calma que procuran recuperar Hacienda y el Central. Sin embargo, ya desde el viernes se percibió un clima de nerviosismo entre los traders e inversores, que se tradujo en la suba que tuvo el dólar en la Bolsa a más de 65 pesos, cuando el cierre del Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) había terminado debajo de $60.
Fue una jornada cargada de rumores, que alternaban entre la posibilidad de un inminente desdoblamiento cambiario hasta un control de cambios. Versiones que cobraban verosimilitud luego de que el billete norteamericano avanzara 7,9% en la semana, pese a que el BCRA había vendido u$s1.279 millones y subiera la tasa de las Leliq a más de 83% anual.
La reprogramación unilateral de los vencimientos de las Letras del Tesoro de corto plazo y la propuesta de un reperfilamiento de la deuda no fueron bien recibidas por los inversores. El mercado siguió castigando a los bonos, que cerraron con bajas de hasta 16,8% en la semana, y los ADR de acciones argentinas que cotizan en Nueva York. Los papeles de bancos cedieron hasta 24,8% en los últimos 5 días de negocios y perdieron hasta 68% en agosto.
El riesgo-país saltó a 2.536 puntos básicos y los CDS, los seguros contra un default se dispararon a 4.434 dólares tras los anuncios del miércoles, mientras la calificadora de riesgo Standard & Poor´s ponía y sacaba a la deuda Argentina en la categoría de “default selectivo” y Fitch Ratings rebajaba a los papeles del país al rango de “default restringido”. Falta que se expida la Asociación Internacional de Swaps y Derivados (ISDA, por sus siglas en inglés): si se trata o no de un evento de default, para determinar si se gatilla la ejecución de los contratos CDS.
Si había alguna duda respecto del desembolso del tramo de u$s5.400 millones del Fondo Monetario Internacional (FMI), los controles de cambio dispuestos ayer pueden aumentar la chance de que la llegada de esos dólares quede demorada sine die. Inclusive hay quienes sostienen que técnicamente podría darse por caído el programa stand by.
Ayer el precio en pesos de la criptomoneda más negociada, el bitcoin, era de $685.100 y en dólares, u$s9.590. La simple aritmética permitía ver que la cotización implícita del peso contra el dólar era de 71,44 por unidad. Un 9,9% más que el poscierre del viernes y un 20% por encima del último precio operado en el MULC.
Entre los analistas hay consenso en que no hay restricciones demasiado fuertes para el acceso del público a los dólares. Los límites son considerados razonables. Y no esperan un efecto alcista en el circuito formal. Sí admiten que podría haber algún impacto en el mercado marginal.
Lo que sí puede afectar al mercado es la flexibilización que se dispuso para la reprogramación de las Letras. Se estima que los títulos en poder de los Fondos Comunes de Inversión (FCI), cuyos inversores particulares serán considerados igual que las personas humanas y serán exceptuados del nuevo cronograma, ascenderían al equivalente de u$s1.800 millones, parte de los cuales son en moneda local.
Fuentes cercanas al Central aseguran que no hay pesos disponibles para comprar dólares y que en el mismo sentido funcionan los límites que rigen para la posición general neta de cambios de las entidades, ahora rebajada a 4% de la responsabilidad patrimonial computable o u$s2.500.000. Sin embargo, en los últimos dos días de operaciones se liberaron al mercado más de 200.000 millones de pesos por Leliq que la autoridad monetaria no consiguió renovar, pese a los sucesivos aumentos de la tasa de interés, que en la última subasta se acercó a 85% anual.
Por otra parte, habrá que ver cuál será el comportamiento de los ahorristas a partir de hoy, luego del anuncio de reprogramación unilateral de las Letras. De los exceptuados y de aquellos que tienen otras inversiones y pueden creer que, si estas medidas no llegaran a resultar eficaces, la siguiente batería que hoy esquivaron podría alcanzarlos.
El proyecto para «reperfilar» la deuda llega al Congreso: qué puede pasar con el debate
El ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, prevé enviar este lunes al Congreso el proyecto de renegociación de la deuda pública local, pero la oposición esperará a que el funcionario concurra el miércoles para comenzar a debatirlo, y hay dudas sobre la posibilidad de un acuerdo para darle un tratamiento rápido.
El proyecto, que apunta a extender los plazos de vencimiento de la deuda pública emitida bajo legislación local, se encuentra en la etapa final de su redacción, y el Gobierno trabaja por estas horas en lograr acuerdos con la oposición para que la iniciativa llegue al Senado con el mayor consenso posible y pueda tener así un rápido avance. En esas gestiones se encuentran, además del propio Lacunza con economistas de distintos espacios políticos, el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, y el senador y candidato a vicepresidente del oficialismo, Miguel Ángel Pichetto, según detalló NA.
Sin embargo, los senadores del bloque del PJ, encabezados por el cordobés Carlos Caserio, quieren primero ver «la letra chica» del proyecto y luego esperar a que el ministro concurra a la Comisión Bicameral Permanente de Seguimiento y Control de la Gestión de Contratación y de Pago de la Deuda Exterior. La visita está agendada para el miércoles a las 15:00 en el Salón Atrio del Senado, por lo que el tratamiento formal del proyecto (que en principio será girado a la Comisión de Presupuesto y Hacienda) comenzaría recién el jueves, aunque desde el ámbito parlamentario no se descarta que podría postergarse hasta la semana próxima.
Para la oposición será clave para alcanzar el consenso que espera el Gobierno la exposición que realice Lacunza ante la Bicameral, donde se espera que concurran no solo los diez senadores y diez diputados que la integran, sino los principales referentes de cada bancada para interrogar al ministro. Con la actual composición de la Cámara alta, Cambiemos no puede aspirar a aprobar ningún tema sin el visto bueno de la oposición, aunque en campaña los acuerdos de emergencia suelen tener otro precio. “Con la inestabilidad que hay en el país, no tienen mucho margen como para no negociar o avanzar con algo”, dijo un referente parlamentario en diálogo con PERFIL días atrás.
La bicameral está presidida por el formoseño José Mayans, uno de los más duros dentro del bloque del PJ en lo que respecta a la política económica del Gobierno, y cuenta además con la novedad de reunir a legisladores peronistas que apoyan la candidatura presidencial de Alberto Fernández. En este sentido, el debate que se abrirá sobre el proyecto para renegociar la deuda marcará en cierto aspecto el debut parlamentario del Frente de Todos, donde actualmente están contenidos casi todos los legisladores del llamado «bloque de los gobernadores» y los del kirchnerismo puro. Dado que estos dos sectores todavía están formalmente divididos en el Congreso, uno de los aspectos que impactará en el debate será la unificación o no de criterios, en relación a los acuerdos que logró el Frente de Todos como coalición electoral.
De esta forma, la presentación del funcionario en la bicameral y el tono del debate en ese ámbito no será el único factor que incidirá en un posible acuerdo oficialismo-oposición para que el proyecto avance en el Congreso: también lo hará la discusión interna de la oposición. Sucede que incluso hacia el interior de un mismo bloque, como es la bancada de senadores del PJ, hay dudas frente a la iniciativa que enviará el Gobierno. Mientras Caserio evita bajarle el pulgar al proyecto tanto como respaldarlo abiertamente, otros miembros del bloque advierten que el Gobierno debería negociar con los acreedores por su cuenta y que puede avanzar con una medida de iguales características por decreto.
En esta postura se encuentran también quienes entienden que la intención del Gobierno al enviar el proyecto al Congreso es compartir el costo con la oposición, algo que molesta particularmente a quienes le exigieron en los últimos años que el endeudamiento pase por el debate parlamentario. Uno de los que reclamó esto con mayor énfasis fue Mayans, que estará a cargo de moderar el debate del miércoles con el ministro Lacunza. Otro de los aspecto que podría demorar el tratamiento del proyecto serían las condiciones que el peronismo evalúa poner al Gobierno, como la concurrencia del presidente del Banco Central Guido Sandleris al Congreso, algo que reclaman desde hace varios meses sin encontrar respuesta.
VOLVER