Colombia | Sandra Ramírez, senadora por el partido FARC: «Es una aventura delirante haber retomado las armas»
Por Por Lucio Garriga y Gerardo Szalkowicz*
El escenario político colombiano sufrió un nuevo sacudón luego de que un sector disidente de las FARC anunciara el regreso a la lucha armada. Para Sandra Ramírez, senadora del partido FARC, el grupo encabezado por Iván Márquez y Jesús Santrich “no hace una lectura correcta de la realidad” y le da nuevos argumentos a la extrema derecha. Ramírez, histórica ex guerrillera (y compañera sentimental de Manuel Marulanda, fundador de la insurgencia bolivariana) ratifica además el compromiso de su espacio por seguir buscando la solución política al conflicto armado, pese a los incumplimientos del gobierno a los acuerdos de paz.
¿Cómo analiza la decisión del sector liderado por Iván Márquez y Jesús Santrich? ¿Qué desafíos se abren con este nuevo elemento que complejiza aún más la realidad colombiana?
-No es una buena noticia para Colombia. Para nosotros es desafortunado que nuestros ex compañeros hayan tomado esa decisión, porque se apartan del acuerdo de paz, de la JEP [Jurisdicción Especial de Paz], se apartan de la línea de nuestro partido y de la vida política. Retomar las armas es, sencillamente, darle razones a la extrema derecha para no dar la oportunidad a que las casi nueve millones de víctimas conozcan la verdad, para no permitir que los colombianos conozcamos la realidad del conflicto que hemos vivido por más de 53 años. Es una aventura delirante que toman nuestros ex compañeros: no hacen una lectura correcta de la realidad que vivimos en Colombia, teniendo en cuenta que en las pasadas elecciones tuvimos más de 8 millones de votos por el cambio. Eso significa que la sociedad colombiana está predispuesta a un cambio.
¿Cuál cree que es la responsabilidad del gobierno en esta decisión que anunció Iván Márquez?
-Cuando se firmó el acuerdo todos sabíamos que no iba a ser fácil. Pero las dificultades que hemos vivido en el incumplimiento del gobierno en la implementación del acuerdo no pueden ser superiores a las que vivimos en la confrontación armada. Por eso decimos que, desafortunadamente, ha sido una lectura que no condice con la realidad que se vive en Colombia. Lo que clama la sociedad es no más guerra. Este acuerdo nos ha permitido que la gente se dé cuenta de la crisis que tenemos y quiénes son los responsables, antes siempre culpaban a la guerrilla y al conflicto armado. Ahora que no está esa confrontación continuamos con la crisis y, al contrario, se agudiza. Entonces, eso es lo que tenemos que ver, por eso nos sirve muchísimo el acuerdo, el acuerdo en sí mismo es la mejor obra en el sentido de la reparación a las más de ocho millones de víctimas que tenemos en nuestro país.
¿Cree que esta decisión de este sector disidente de la FARC tiene apoyo en la población?
-Colombia ha clamado por la solución política del conflicto, eso lo hemos vivido en muchas ocasiones. Ha crecido mucho el apoyo al acuerdo. En este momento está gestándose un movimiento muy grande por la paz junto a periodistas, intelectuales, profesionales, tenemos diferentes matices pero todos y todas buscamos el fin del conflicto. Está creciendo un movimiento grande a favor de la implementación del acuerdo y a no retroceder a la guerra. Puede ser que en ciertas regiones de nuestro país encuentren apoyo, hay territorios donde el Estado no llega. En eso está la principal debilidad de que el gobierno no ha implementado el acuerdo, empezando por garantías de vida, de transitar, de seguridad, garantías de vida para que no nos asesinen por pensar diferente.
¿Cuáles son, concretamente, los incumplimientos del gobierno a los acuerdos de paz?
-Podemos empezar por el primer punto: no se ha iniciado una reforma rural integral, y eso es muy importante. El gobierno ha paralizado programas importantes que se pactaron, como el programa de sustitución gradual de cultivos; no hemos logrado adelantar una reforma política en el Congreso para abrir la participación a organizaciones y partidos minotarios en igualdad de condiciones; no hemos logrado una reforma en el Consejo Nacional Electoral. Necesitamos tribunales independientes, no dirigidos por los gobiernos de turno. En el tercer punto se pactó el desmantelamiento de los grupos paramilitares, que aún persisten y son los que están asesinando a los líderes sociales, a nuestros dirigentes, a los defensores y defensoras de los derechos humanos. Tampoco se cumplió con que en el Congreso estén representadas las víctimas.
La mayor parte de nuestro partido está por la paz, por la implementación del acuerdo, por la construcción de una paz estable y duradera. Y continuamos firmes y convencidos en nuestro propósito con mucho optimismo, con dificultades, sí, pero con optimismo de que, acompañados de la sociedad colombiana, vamos a lograr la paz. Porque, como siempre decimos, la paz de Colombia es la paz del continente latinoamericano.
(*) Entrevista realizada en el programa “Al sur del Río Bravo” que se trasmite por Radionauta FM 106.3 (www.radionauta.com.ar)
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