Prereferendum Ley Trans en Uruguay | Josefina González, activista trans: «Una normativa con base en derechos humanos no debería ser llevada a un referéndum»
Entrevista a Josefina González, integrante de la Campaña por la Ley Integral para Personas Trans y de la Colectiva Unión Trans
Por Carla Perelló, de la redacción NODAL
El domingo 4 de agosto habrá una nueva jornada electoral en Uruguay: se trata de un prerreferéndum que, en caso de ser positivo, llevará a un referéndum para decidir finalmente si se deroga o no la Ley Integral para Personas Trans. La normativa fue aprobada el pasado 19 de octubre tras una maratónica sesión en el Congreso nacional y, entre otros puntos, busca integrar a las personas trans en todos los ámbitos de los que han sido históricamente excluidas. Al mismo tiempo que el Parlamento daba su voto positivo Carlos Iafigliola, diputado y exprecandidato a presidente por el Partido Nacional, junto con sectores conservadores hicieron campaña para que no se implementara. En esta entrevista con NODAL Josefina González, integrante de la Campaña por la Ley Integral para Personas Trans y de la Colectiva Unión Trans, cuenta el derrotero del reclamo por más inclusión de esta población y las expectativas ante la votación.
En octubre pasado el Congreso aprobó la ley trans, ¿cuál es la importancia de esta normativa y porqué llevaron adelante este reclamo?
La importancia de esta normativa radica en que por primera vez en nuestro país pudimos generar una conquista histórica en materia de derechos y de accesibilidad a los derechos para una población como las personas trans que históricamente han sido perseguidas, oprimidas, invisibilizadas, negadas, anuladas y exterminadas. Básicamente, esta normativa consiste en una serie de políticas de acciones afirmativas que lo que intentan es lograr y garantizar la accesibilidad al ejercicio pleno de los derechos de nuestras identidades. En sus artículos establecen una serie de mecanismos para generar herramientas para política pública específica que garantice la accesibilidad a los subsistemas del sistema por parte de las identidades trans y de alguna manera impactar en una mejora en el desarrollo de vida de las identidades trans uruguayas.
El diputado Iafigliola y otros sectores que apoyan la derogación de la ley denuncian una supuesta «ideología de género» y alertan sobre el hecho de que menores de edad puedan acceder a tratamientos sin autorización de sus padres. ¿Por qué esos sectores buscan su derogación?
Nosotras creemos que estos sectores conservadores, con una clara alianza con los brazos evangélicos pentecostales, que en realidad tienen una clara alianza política con los conservadores de nuestro país al igual que en el resto de Latinoamérica, están de alguna manera tergiversando los contenidos de esta normativa. Mienten acerca de ella y generan miedo y pánico con cosas tan básicas como, por ejemplo, que por esta ley la niñez va a ser intervenida. Nosotras habitamos la identidad trans y hemos transitado por todos los procesos debidos y por todas las instituciones históricamente y bien sabemos que eso no es verdad, que en realidad la niñez ni en nuestro país ni en ningún otro país puede ser intervenida porque eso es ilegal. Por eso hablamos de adolescencias, porque desde los 13 años para el Código de la Niñez y la Adolescencia, en el que se ampara esta Ley Integral para Personas Trans, sucede lo que se denomina la autonomía progresiva de las personas y eso quiere decir que las adolescencias acompañadas por las personas que están a cargo de esas crianzas comiencen a dar algunos pasos en lo que es el ejercicio de la ciudadanía, tomar ciertas decisiones de autonomía, de quiénes son, qué quieren, qué lugar quieren ocupar en el mundo y de qué manera se sienten. Ahí opera la identidad de género que, en realidad, si bien se construye durante la niñez, se reafirma durante la adolescencia. Lo que establece la ley es claro, dice que adolescentes, sobre todo mayores de 15 años, pueden acceder a ser asesorados e informados por un equipo técnico multidisciplinario de salud, que pueda explicarles qué les está pasando, quiénes son, en el sentido de cómo se sienten con su cuerpo, así como acceder a información legal y en los marcos del cuidado para comenzar algún tipo de tratamiento trans específico en acompañamiento de los equipos y con la autorización de sus padres. Y, en el caso de que sus padres nieguen esa identidad, como sucede con cualquier otra adolescencia trans y no trans, las adolescencias tienen todo el derecho de acudir a un juez para que se dirima en un proceso judicial para que se respete el supremo derecho del o la menor. En realidad, nosotras tenemos claro que estas personas imparten un discurso bastante violento y que intentan adjudicarnos una ideología que no nos es propia, sino que no se hacen cargo de su propia ideología que genera sufrimiento negación e invisibilización.
¿Cómo se llegó a este prereferendúm y cuáles son las expectativas al respecto?
La interposición del recurso del referéndum es una figura legal y legítima dentro de la democracia y tiene tres pasos fundamentales en nuestro sistema. El primero es presentar una cantidad de firmas para habilitar el prereferéndum. La segunda instancia es concretar el prereferéndum, que tiene que contar con la asistencia de 567/570 mil personas en la votación para afirmar la posibilidad de la derogación y, la última instancia, si se logra la asistencia, es la del referéndum con la papeleta del Sí para derogar la ley entera. En este momento estamos en la segunda etapa. El 4 de agosto lo que va a llevarse a cabo es un monitoreo sobre la ciudadanía y el electorado que vayan a votar con una única papeleta que es la del Sí. Ellos ya presentaron unas 70 mil firmas para habilitar esta segunda etapa. Nosotras estamos en contra tal como lo hemos manifestado desde la sociedad civil, la Campaña por la Ley Integral para Personas Trans y todas las colectivas que conformamos la campaña, así como desde nuestra colectiva Unión Trans. También se han expedido la Institución Nacional de Derechos humanos y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, argumentando y afirmando que una normativa con clara base de derechos humanos que garantiza la accesibilidad de derechos a una población históricamente postergada y anulada no debería ser llevada a instancias de un referéndum porque se contradice con lo que ha firmado nuestro Estado en las convenciones internacionales de derechos humanos y todas las normativas que ha ratificado en este mismo sentido. Es contradictorio llevar una normativa de estas características a estos procesos que, si bien son legítimos y democráticos, consideramos y afirmamos que no sería correcto y no corresponde. En tanto, respecto a este 4 de agosto, nosotras creemos en la democracia y creemos también en la solidaridad, en la conciencia y en la claridad del pueblo uruguayo y consideramos que no van a ir 570 mil personas a votar para habilitar un referéndum para la derogación de esta normativa que es tardía, que vino tarde en el tiempo. Nos ha costado muchísimo, pero que hemos hecho un trabajo grandioso en varias cuestiones. Primero, en visibilizar el tema, en colocarlo sobre la mesa. En segunda instancia, lo que hicimos fue generar un sujeto político. Esto quiere decir, una cantidad de adolescentes y de personas que no sabían de nosotras incorporaron esta lucha como suya propia y también construimos una voz trans en primera persona. Una voz política trans en primera persona que en nuestro país no existía. También nos hemos fortalecido en el proceso. Estamos seguras de que el prereferéndum no va a tener éxito, pero también estamos seguras de que estos personajes políticos que están intentando esta instancia están haciendo campaña política con nuestras identidades. Hemos denunciado eso y se lo hemos dicho a ellos mismos: dejen de hacer campaña política con nuestras identidades y no hablen por nosotras, porque nos ha costado mucho construir nuestra propia voz como para que cualquier venga a hablar por nosotras. En definitiva, sabemos que no van a tener éxito, estamos muy seguras y también estamos haciendo un trabajo inmenso para que no suceda.
¿Cómo se combate a estos sectores que militan tanto contra el aborto como contra la ley trans y demás políticas de derechos humanos?
Se les combate con mucha organización, generando y profundizando alianzas entre nosotres y con mucha información, así como recuperar el diálogo con los territorios y los barrios y todas las formas organizativas que luchan por alguna causa justa.