Panamá rechaza convertirse en tercer país seguro para EEUU y recibir migrantes
«Con los migrantes que tenemos es suficiente», afirma presidente panameño ante supuesta petición de gobierno de los Estados Unidos
«No veo eso viable», dijo ayer el presidente Laurentino Cortizo, en referencia a la posibilidad de que Panamá acceda a una petición de Estados Unidos para negociar el envío a territorio panameño de solicitantes de asilo de África, Asia y otros países, que EE.UU. no estaría dispuesto a recibir.
La intención de negociar este supuesto acuerdo bilateral causó revuelo en Panamá, luego de una publicación del diario The Washington Post en la que se filtró que el Gobierno de Estados Unidos enviaba a un alto representante para esos fines.
No obstante, una fuente de la Embajada de Estados Unidos aclaró el tema, aunque sin negar conversaciones bilaterales sobre este particular.
La información ampliada compartía declaraciones del propio secretario interino de Seguridad Nacional de EE.UU, Kevin K. McAleenan, en las que negó que su visita a Panamá tenía la intención de negociar o firmar un acuerdo específico sobre «tercer país seguro».
La figura del «tercer país seguro», es una modalidad incluida en la Convención de Ginebra sobre el Estatuto de los Refugiados, que establece que el país que recibe una solicitud de refugio, puede negarla o remitirla a un tercer país que considere seguro (en este caso Panamá).
McAleenan llegó ayer a Panamá, y antes de su arribo adelantó que «en realidad tenemos una agenda mucho más amplia» que solamente buscar un acuerdo de asilo.
«Hablaremos de manera amplia de nuestra relación de cooperación en seguridad y en construir una fuerte base para continuar nuestra asociación y el intercambio de información con Panamá. Esto incluye el trasiego de drogas, tráfico de personas y un diálogo sobre flujos de migración irregulares y narcotraficantes en la región, pero no habrá ningún acuerdo específico que se negociará durante este viaje», dijo el secretario de EE.UU.
Cortizo se planta
No obstante, el mandatario panameño descartó que se acceda a cualquiera solicitud de albergar más migrantes.
«Nosotros con lo que ya tenemos es suficiente», indicó Cortizo.
Agregó que esa realidad, Panamá la tiene bien clara, y que él esperaba que Estados Unidos lo tuviera igualmente claro.
Sin embargo, voces experimentadas en diplomacia, como el exvicepresidente de la República Arturo Vallarino, señalaron que por las buenas relaciones de Panamá con el gigante norteamericano, cualquier tema -incluso este- debe ser atendido, aunque coincidió con Cortizo en que Panamá es muy pequeño para aceptar flujos de asilo para extracontinentales de manera masiva.
«Y si se aceptaran excepciones, pienso que deberían ser casos muy especiales, como asilo político, que sean pocos, y de personas que no vengan a competir con la mano de obra panameña», opinó.
En todo caso, Arturo Vallarino criticó que las informaciones sobre este tema llegaron primero a los panameños por medios extranjeros.
Giammattei pide a EE. UU. un pacto migratorio sin concepto de tercer país seguro
El presidente electo de Guatemala, Alejandro Giammattei, aseguró este martes que pidió a Estados Unidos retirar el concepto de tercer país seguro del acuerdo migratorio de asilo suscrito a finales de julio y dejar por escrito que solo puedan ser recibidos salvadoreños y hondureños.
El futuro mandatario guatemalteco exclamó que el país “no puede caer en ese concepto” y para evitarlo aseguró que bastaría con certificar que únicamente se daría asilo a ciudadanos de los otros dos países que componen el Triángulo Norte de Centroamérica y evitar que se hable de nacionalidades de otras naciones.
Durante una gira de trabajo que se inició esta semana en EE.UU., Giammattei ofreció una videoconferencia de prensa desde ese país en la que destacó que concretó reuniones en conjunto con su canciller designado, Pedro Brolo, y asesores del secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo.
Giammattei aseguró que las contrapartes con las que se reunió solicitaron al Gobierno del presidente guatemalteco, Jimmy Morales, que “haga el favor de incorporar” al equipo del mandatario electo a las negociaciones del acuerdo migratorio de asilo para “poder intervenir y conocer las interioridades que hasta hoy no se logran conocer”.
Agregó que aún no hay “definiciones absolutas del alcance del acuerdo (de tercer país seguro)” y tampoco hay “una ruta de implementación”, por lo que consideró fundamental su participación en las negociaciones más allá de ser solo “observadores”, como adelantó el propio Morales en una rueda de prensa conjunta con Giammattei.
Negó que en el acuerdo hayan “errores”, pues dijo que entiende y comprende “perfectamente el problema de EE.UU. en cuanto a tratar de detener la migración”, pero mencionó que había “puesto sobre la mesa” la “imperiosa necesidad” de generar más oportunidades en Guatemala “para que la migración no se dé”.
Aclaró que no busca “ni un centavo” del Gobierno norteamericano sino “aumentar el flujo de exportaciones de productos que no están permitidos entrar a EE.UU.”, como bayas, aguacates, carne y “liberar la regla de origen del hilo” para lograr importar mayor cantidad de textiles y abrir “100.000 puestos de trabajo en menos de un año, con enfoque en áreas fronterizas”.
La idea del futuro presidente guatemalteco, quien tomará posesión el próximo 14 de enero, es llevar a cabo un “programa de desarrollo fronterizo” con departamentos colindantes con México, como San Marcos, Huehuetenango y Quiché -y una parte del norteño Alta Verapaz-.
En esta misma línea, detalló que busca “integrar a los migrantes guatemaltecos al desarrollo del país” y “no solo darles las gracias por los 9 millones de dólares que nos mandan en remesas cada año” con fórmulas que les permitiría, desde EE.UU., comprar su casa en Guatemala o cotizar directamente en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social.
Finalmente, Giammattei adelantó que pactó una próxima visita del secretario interino de Seguridad Nacional de EE.UU., Kevin McAleenan, al país centroamericano para acudir “en conjunto a las áreas específicas de la migración”, aunque no especificó la fecha de la gira.
“Queremos que (McAleenan) vaya al campo”, pronunció el político guatemalteco, y advirtió que McAleenan “no ha estado cerca de la realidad guatemalteca y lo vamos a llevar para que se de cuenta de lo que estamos hablando y de la urgente necesidad de que efectivamente desarrollemos e implementemos el programa de desarrollo de la zona fronteriza”.
El pasado 26 de julio, EE.UU. firmó un acuerdo de asilo con Guatemala que según el Gobierno estadounidense se aplicara solo para refugiados salvadoreños y hondureños, quienes deberán tramitar su petición en el país centroamericano, aunque el máximo tribunal constitucional guatemalteco lo suspendió de manera provisional.
Un pacto que fue celebrado por el presidente Morales, quien aseguró que con el acuerdo evitaba sanciones arancelarias y a las remesas a Guatemala, mientras que el mandatario estadounidense, Donald Trump, festejó que ahora Guatemala y EE.UU. se llevaban “bien”, debido a que “ellos (los guatemaltecos) están haciendo lo que queremos que hagan”.