Nodal CULTURA | Martin Inthamoussu, del SODRE: «Hay mucho interés por la danza, en los públicos y en quienes quieren dedicarse profesionalmente»
Por Daniel Cholakian – Nodal Cultura
Martin Inthamoussú es director y coreógrafo uruguayo. Licenciado en Teoría de las Artes Escénicas por la Universidad de Manchester y Magister en Comunicación con énfasis en Recepción y Cultura de la Universidad Católica del Uruguay, dirige de las Escuelas de Formación Artística del SODRE, institución pública dedicada a la formación de público, difusión de la cultura y el arte que cuenta además con las Escuelas y los Cuerpos Estables.
Su trabajo ha sido representado en Estados Unidos, Argentina, Brasil, Venezuela, Uruguay, Bolivia, Chile, México, España, Holanda, Francia, Alemania, Italia, Austria, Canadá, Corea, Rusia e Inglaterra. También dirigió el Festival Montevideo Sitiada por seis años consecutivos.
Inthamoussú se apasiona a hablar de la danza, pero también al referir al trabajo que vienen desarrollando desde el Sodre y del futuro posible para la disciplina en Uruguay. En sus palabras se reconoce una visión capaz de cruzar la perspectiva artística, el campo docente y la misión del sector público tanto en relación con los jóvenes artistas y la comunidad educativa, como en respecto de los espectadores que en todo el país se acercan a ver los trabajos.
En el marco del Festival Internacional de Artes Escénicas de Uruguay, Nodal Cultura dialogó con Martín Inthamoussú sobre la situación actual de la danza, los elencos estables, la formación de artistas, los públicos y la participación de los elencos juveniles en el FIDAE.
El sábado 17 de agosto se presentará Variaciones de la carne, espectáculo que él dirige.La danza en Uruguay es muy reconocida. Los espectáculos tienen una gran aceptación por parte del público en sus diferentes estilos y expresiones. ¿Cómo describirías el estado de la danza en Uruguay?
Por un lado es cierto que hubo un gran cambio con respecto a la danza clásica principalmente. Pero cuando hablamos de elencos públicos, solo tenemos uno. No tenemos una compañía nacional de danza contemporánea, por ejemplo. Tenemos solamente el Ballet Nacional del Sodre, que tiene un perfil clásico y a veces presenta un repertorio contemporáneo. Creo que tenemos en el debe la creación de una compañía que tenga un repertorio contemporáneo.
Desde lo institucional lo que ha pasado con esta danza es que tiene una gran trayectoria en el país desde lo independiente. El movimiento de los artistas independientes autogestionados ha realizado cambios radicales en cuanto a la percepción que el público tenía de la danza contemporánea.
Yo soy fundador de la carrera de danza contemporánea dentro del Sodre, que vino a responder a la necesidad del medio profesional, ya que muchos estaban trabajando y había fondos que cubrían las producciones, pero no había desde el Estado una respuesta a la formación de esos profesionales. Por eso se crea la carrera de danza contemporánea. Ahora estamos teniendo egresados, alrededor de 20 por año, que entran al circuito independiente. Pero también estaría interesante que pudieramos pensar en otra opción. Tal vez a nivel estatal nosotros podemos responder con una compañía de danza contemporánea o algún otro tipo de espacio donde se le de cabida a todo ese capital humano.
Lo mismo pasa con el folklore, que acá tiene una tradición muy grande. Es una de las escuelas que fue fundadora de la escuela nacional de danza del Sodre y no tenemos un ballet folklórico oficial. Tenemos un ballet folklórico juvenil, que se crea por iniciativa de Hortensia Campanella, que es miembro del consejo directivo. Está integrado por egresados y estudiantes de las escuelas del sodre de folklore, pero no es una compañía profesional. Ese es un paso que tendríamos que dar ahora, que este ballet se transforme en un ballet profesional como tienen casi todo los países, y que como tal cumpla el rol de representarnos también fuera del país. Este cuerpo es de los que más funciones tienen al año, acá y también haciendo giras internacionales. Se los toma como una primera experiencia laboral, que les sirve mucho por supuesto, pero son profesionales.
El panorama es que hay mucho interés por la danza, no solo en los públicos sino también en quienes quieren dedicarse profesionalmente. En este momento tenemos cerca de 560 estudiantes de danza entre contemporáneas, ballet clásico, folklore, candombe y tango. Hay gente, hay público, se puede seguir pensando en políticas que ayuden a responder a la demanda profesional.
No es solo que sigan existiendo fondos para que lo independiente pueda seguir realizando sus producciones, sino también para que desde el Estado, más allá de la formación, se pueda llegar a ofrecer un espacio laboral.
O sea que es un camino abierto
Exactamente. Es una discusión que está vigente ¿se necesitan más cuerpos estables o hay que potenciar aquellas estructuras que ya existen? Es una discusión que se tiene que dar y que enriquece a todo el mundo. Ahora que tenemos tantos egresados es un buen momento para pensar todas estas cosas.
Nuestros egresados deciden llevar adelante sus propios proyectos, especialmente en danza contemporánea, a través de la autogestión. Buscan fondos, producen sus propias obras. Hay un circuito que está funcionando y allí participan docentes y estudiantes.
La escuela, además de las actividades académicas, tienen un montón de funciones por todo el país. Hay una misión que las escuelas tienen que es llegar a la población a través de los bienes culturales que se producen en este ámbito. Para nosotros es vital estar presente en festivales como el FIDAE o cualquier tipo de instancia donde el público pueda conocer un poco más de lo que se hace acá. Sino queda muy encerrado en estas cuatro paredes y necesitamos llegar a la población que en definitiva es quien paga que esto exista y sea gratuito. Y por suerte tenemos muy buena recepción.¿Cómo es la relación con los públicos?
Es divino. A mí me encanta por dos cosas. Primero por lo que decía en relación con devolver a la comunidad lo que sucede acá. Pero por otro lado también porque es una oportunidad para estos chicos de salir del salón de clases y enfrentarse al público. A veces son chicos de 10 años que ya están haciendo funciones. Eso les da mucha “cancha”. Enfrentarse a un teatro o a los más diversos espacios de país es muy importante.
El año pasado estuvimos cerca de las 120 funciones en total. Cada dos días teníamos una función prácticamente. Esa experiencia el público la recibe super bien. Las escuelas tienen esto de la diversidad. Podés acercarte a ver un espectáculo de danza contemporánea, pero siempre va a haber algo de tango y de otros géneros.
Además dentro de las escuelas de formación artística además de la danza tenemos la carrera de canto lírico, o sea, casi siempre hay arte lírico. Esa oferta diversa se refleja en la diversidad de públicos.
¿Se trabaja integrando en las distintas escuelas de artes escénicas en algunos espectáculos?
Nosotros potenciamos mucho creaciones conjuntas. Hay al menos un par de presentaciones donde todos tienen que participar, miembros de todas carreras juntos. En Octubre vamos a hacer un espectáculo en el auditorio nacional del Sodre donde va a haber bailarines de todas estas disciplinas, más cantantes, más el Coro Naciona del Sodre, más músicos en vivo. Vamos a hacer La misa criolla de Ariel Ramirez.
Son espectáculos donde los chicos pueden estar en escena y pueden compartir con compañeros de otras disciplinas. Eso para mí fue muy importante desde el mismo momento de asumir la dirección. Entendí que el cruce le iba a dar un lenguaje único a la escuela y que la realidad es que cuando salgan a trabajar afuera se van a tener que cruzar. Así que mejor que empiecen a cruzarse ahora. Acá se da muchísimo el encuentro donde hacen funciones todos juntos. Tienen que crear trabajos y dialogar.
¿Cómo participan del FIDAE?
Yo veo la programación del FIDAE, dentro de danza, y a mí me parece maravilloso que haya tantos egresados nuestros, de las escuelas del Sodre, participando. Y que las escuelas estén participando con el ballet folklórico. Los estudiantes del ballet van a bailar Doble corchea, del coreógrafo venezolano Vicente Nebrada, que nos cedieron los derechos para que se haga con la orquesta juvenil en vivo. Participamos del FIDAE con estudiantes y los egresados también. Eso habla muy bien de la institución, que le da cabida a estas propuestas. Pero como te decía, hay de todo ahí. En las obras de danza ves los repertorios de las obras que se están presentando y veo estudiantes, egresados y también profesores nuestros que están participando del FIDAE. Por eso es muy lindo agarrar un programa y ver todos los que están allí llevando la presencia de la escuela a nivel profesional en un festival super importante para todo el país.