Las PASO fueron plebiscito y encuesta – Por Patricia Berrotarán

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Por Patricia Berrotarán *

El del 11 de agosto no fue un escrutinio convencional, el de las denominadas PASO -primarias abiertas, simultáneas y obligatorias- en el que seeligen los candidatos para la próxima elección del 27 de octubre. La práctica de las Primarias no tiene una tradición en la Argentina -son de creación reciente-por lo que descartamos lecturas unidireccionales o tradiciones instituidas en sus usos societales. Se trata de la selección de los candidatos, pero terminaron por constituirse en una especie de plebiscito y encuesta. ¿Qué nos dice esa votación? ¿Qué lecturas pueden hacerse? En primer lugar, se analiza la derrota por más del 15 % del partido gobernante Cambiemos y puede hacerse una interpretación lineal sobre un consenso contrario a la reelección del presidente Mauricio Macri. También el voto contraun gobiernoneoliberal y el voto “bolsillo”son algunas de las razones por las que el Mgana con más del 47%. Haber perdido las PASO supone para Cambiemos una interrupción inaugural de una larga serie de victorias electorales supuestamente obtenidas gracias a tecnologías comunicacionales o, según otros, a una aguda interpretación de la presunta disposición de sectores populares a consentir con sacrificios hasta el extremo del hambre y la indigencia en favor de sentar las bases de un vibrante capitalismo exitoso y futuro.

En segundo lugar,también se manifiesta un voto favorable a la aceptación del camino que inicia el Frente de todos. La Argentina tiene una tradición en la conformación de coaliciones centrada en la recuperación de derechos y la centralidad de la política.El Frente encabezado por Alberto Fernández a través de la unidad del peronismo con sectores del progresismo conforma una fuerza popular de oposición. Esta coalición heterogénea y transversal, en la que están representadas distintas fuerzas políticas, cuenta con el apoyo de sectores del sindicalismo, los movimientos sociales, los organismos de derechos humanos, organizaciones feministas, científicos, empresarios. Un dato no menor es que haya ingresado al acto de celebración de la victoria del brazo de dos de las Madres de Plaza de Mayo, Línea Fundadora. Este núcleo es necesario para fundar un gobierno popular en la medida en quesu legitimidad está dada por la contundencia en cantidad y la calidad por la representación sectorial para hacer frente a algunos de los intereses económicos predominantes. Los gobiernos populares necesitan -se constata- refrendar permanentemente esa legitimidad, ese lugar de mayoría. Esta coalición es posible a su vez por el auto desplazamiento a un lugar de escaso relieve institucional hasta ahora como es la vicepresidenciade una figura clave: la de Cristina Fernández de Kirchner, dos veces presidenta de la Argentina.

Asimismo, la crisis sostenida en el tiempo estimula las expectativas acerca de pensar y acelerar la recuperación de derechos y genera una escena política compleja, ya que tal como afirmaba el ministro de Hacienda renunciante Nicolás. Dujovne un año atrás hablando de las políticas impulsadas durante la gestión macrista“esto nunca se había hecho en Argentina sin que caiga el Gobierno”. En ello el peronismo también tiene un estigma instalado por su oposición: en la Argentina democrática postdictadura ningún gobierno no peronista finaliza su mandato y hay una coalición que intenta quitarse de encima esa carga.

Los resultados de las PASO deben ser pensados de manera multicausal, como respuesta a un gobierno que con la complicidad de los medios negaba la contundencia del malestar societal.La sociedad realizó con las PASO una encuesta contundente que no pudiera ser ocultada.

La espera frente a los lapsos impuestos por el calendario institucional, la convicción sostenida tanto por actores políticos como por la población acerca del alto costo que han tenido comportamientos insurreccionales, en el pasado, ha dado lugar a una distorsión cognitiva por parte del colectivo gobernante y de algunos opositores, en el sentido de que implicaría una aceptación de las políticas de ajuste y de su respectivo costo social gravoso en sacrificios, malestar e injusticia. La pregunta susceptible de formularse en estos días de post PASO es si tal costo abonado en favor de la institucionalidad democrática rendirá frutos o augura frustraciones ulteriores. Pregunta que hoy no cabe responder ni aún formular, pero está latente y por ahora se manifiesta como contención ante una última espera de elecciones definitivas no obstante el deterioro de las condiciones económicas y las enormes dificultades aseguradas para los próximos tiempos cualquiera que sea el siguiente gobierno.

En las PASO se confirmó la fidelidad del tercio que vota por Cambiemos, así como del tercio que vota por el kirchnerismo. La novedad respecto de las elecciones anteriores en las que Cambiemos triunfó fue el giro de gran parte del tercio blando del voto, tercio susceptible a la propaganda estructurada por nuevas tecnologías de redes y big data de la que se jacta Cambiemos, así como proclive a la estigmatización y criminalización del peronismo de centro izquierda o kirchnerismo. Fueron esas tramas las que hicieron pasar por alto en 2015 las reiteradas desmentidas acerca de lo que se sabía que Cambiemos haría y negaba, así como el triunfo por inercia en las legislativas de 2017, cuando se iba evidenciando el engaño electoral perpetrado dos años antes. Curiosamente, semanas después de las elecciones de 2017 el intento de imponer la reforma jubilatoria inició una serie de develamientos que abrieron los ojos de quienes habían votado en 2015 por Cambiemos, muchos de los cuales al ser interrogados por el desengaño afirmaban que de todos modos volverían a votar igual que antes. Lo notable de las PASO es que no lo hicieron: votaron al peronismo asistidos por la amplitud con que fuerzas anteriormente divergentes se unieron con tal de derrotar al macrismo. La discreción del cuarto oscuro los protegió de la vergüenza por haber votado antes dos veces en contra de los propios intereses, y ahí fue que optaron-por fin- por defenderlos.

* Doctora en historia, Profesora de la Universidad de Quilmes (UNQ), especializada en estudios del peronismo y el estado


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