El gobierno colombiano abre la puerta al uso del fracking para la extracción de hidrocarburos

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Duque desafía a ambientalistas: permitirá fracking en Colombia ‘cueste lo que cueste’

La alerta roja por la caída del nivel de reservas petroleras de Colombia está encendida, y la discusión sobre cómo encontrar más crudo incluye el desarrollo de proyectos de fracturación hidráulica (fracking), a pesar de sus nocivos impactos en el medio ambiente.

Pese a que el petróleo es la mayor exportación de Colombia, el país cuenta con reservas equivalentes a 1.958 millones de barriles, lo que supone una vida media útil de 6,2 años. Una cifra baja en comparación con los más de cuarenta años que posee Ecuador y los cuatro siglos de Venezuela.

Las proyecciones de la Agencia Internacional de Energía (IEA, por su sigla en inglés) estiman que la producción de crudo de Colombia para 2019 será de 870 mil barriles y, a partir de allí, iniciará una tendencia descendente para bajar en 2020 a 830 mil barriles diarios; en 2021 a 770 mil barriles por día; en 2022, hasta los 720 mil barriles y finalmente a 670 mil barriles para 2023 y 630 mil barriles diarios en 2024.

El caso del gas presenta el mismo panorama, las reservas probadas en el país cayeron 2,9% en 2018 al pasar de 3.896 giga pies cúbicos a 3.782, lo que supone una autosuficiencia de 9,8 años.

Con la baja de la producción Colombia podría perder 15 puntos del Producto Interno Bruto (PIB) por los ingresos tributarios provenientes de las exportaciones de hidrocarburos y los costos de importar el combustible necesario para mover la economía.

Ante los datos negativos, el Gobierno colombiano insiste en que el fracking se puede realizar sin afectar los recursos naturales y a las comunidades, por lo que podría ser una técnica útil para garantizar la producción de hidrocarburos. Sin embargo, investigadores y ambientalistas advierten que es perjudicial para los ecosistemas y le recuerdan al presidente, Iván Duque, sus compromisos electorales cuando se opuso a la técnica.

Gobierno da luz verde

El gobierno de Duque ha ido abriendo la puerta para que la industria petrolera nacional implemente el fracking, que incluye la extracción de hidrocarburos compactos a más de dos mil metros de profundidad, fracturando el subsuelo e inyectándole sustancias químicas de alta presión.

Ante la crisis que podría generar la disminución de las reservas de petróleo y gas, la ministra de Minas y Energía María Fernanda Suárez, dijo que este escenario hace que el fracking sea una opción viable y por la cual valdría la pena apostar.

«Los yacimientos no convencionales pueden cambiar la historia energética de Colombia, podrían existir hasta 50 años de reservas en esta clase de yacimientos», dijo.

En defensa del fracking, Suárez indicó que si el país comienza a explotar los yacimientos no convencionales, la autonomía energética se podría triplicar y las reservas de petróleo y gas serían de 24 años y 30 a 50 años, respectivamente.

En el ámbito económico, según la Ministra, los beneficios serían considerables pues el país podría obtener ingresos adicionales anuales por el orden de 14 billones de pesos (4.100 millones de dólares).

También destacó que los ingresos vía recaudación tributaria estarían por el orden de los 230 billones de pesos (68.000 millones de dólares), además de 90 billones en regalías (26.500 millones de dólares), en total 320 billones de pesos (94.500 millones de dólares), lo que representa un 35 % del PIB en Colombia.

Para los defensores de la controversial técnica de fracturación hidráulica, su aplicación no pondría en riesgo la sostenibilidad fiscal del país, tal como indicó el presidente de la Asociación Colombiana del Petróleo (ACP), Francisco Lloreda.

Según la ACP, el fracking podría traerle al país suramericano unos 5.000 empleos y un ahorro de 16.000 millones al año en importación de combustibles.

Parte importante en la ecuación es la estatal Ecopetrol, cuya directiva ha manifestado estar lista para arrancar con los pilotos de fracking.

Su titular, Felipe Bayón, mostró las zonas que pueden repotenciar las reservas gasíferas: en Ranchería, departamento de Cesar, hay unos 10 terapiés cúbicos; en el convulsionado Catatumbo cerca de dos terapiés, y en el Valle Medio del departamento del Magdalena se estima que hay entre cuatro y 13 terapiés. Mientras que en reservas de crudo se tendrían un potencial de 7.000 millones de barriles.

Según la Agencia de Información Energética de Estados Unidos, Colombia tendría no menos de 6.800 millones de barriles recuperables mediante el uso del fracturamiento hidráulico, y se calcula que tendría 55 terapiés cúbicos de gas.

“Estamos ad portas de perder la autosuficiencia energética y combinar el conocimiento con ese riesgo de autosuficiencia energética es fundamental para que tomemos la vía correcta”, señaló recientemente la ministra Suárez, en lo que supone un espaldarazo más a los proyectos de fracking.

Duque rompe sus promesas electorales

El Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2018-2022 propuesto por el gobierno de Iván Duque y aprobado en mayo pasado por el Congreso colombiano, deja abierta la puerta para implementación del fracking.

La página 639 del plan deja claro que el reto del Gobierno es incrementar las reservas para preservar la autosuficiencia de hidrocarburos en el mediano y largo plazo. “En este sentido existen dos grandes oportunidades: (1) proyectos costa afuera y (2) yacimientos no convencionales (YNC)”.

Asimismo, la página 642 del mismo documento establece que el Ministerio de Minas y Energía “estudiará la viabilidad de la exploración y producción de yacimientos no convencionales.

Por su parte, la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) “establecerá las zonas para la exploración y producción de los yacimientos no convencionales y los ministerios de Energía y de Ambiente actualizarán, de ser necesario, la regulación técnica y ambiental específica para su exploración y producción”.

Sin embargo, durante su campaña presidencial el actual Mandatario había prometido que en su Gobierno no se practicaría la técnica de fracking para aumentar la producción petrolera.

“Tenemos una sobrexposición de ecosistemas diversos y complejos acuíferos subterráneos de enorme riqueza y unos riesgos de mayor sismicidad por los tipos de suelo que tenemos. Por eso he dicho: en Colombia no se hará fracking”, dijo el entonces candidato, Iván Duque, durante su intervención en un foro en abril de 2018.

“Es claro que todos los políticos realizan propuestas que jamás cumplirán, pero tener un giro de 180 grados en uno de los temas más polémicos y peligrosos en el mundo, demuestra la poca independencia que tiene el Jefe de Estado para tomar sus propias decisiones”, condenó el analista Rodrigo Bernardo Ortega.

Alerta de los ambientalistas

Bogotá insiste en que el fracking es posible sin afectar los recursos naturales y las comunidades. La posición de la administración de Duque se basa en la recomendación de una comisión de 13 supuestos expertos que dieron el “visto bueno” a la controversial técnica.

Los expertos indicaron que la Casa de Nariño debe implementar un plan para llegar a la creación de un Proyecto Piloto de Investigación Integral, un proceso donde debe haber una fase de fortalecimiento institucional, mejoramiento de la transparencia, y diálogo con las comunidades para lograr lo que el grupo llama “la licencia social”.

Sin embargo, dicha comisión de expertos ha recibido críticas de la ONG Alianza Colombia Libre de Fracking, que ha puesto en duda su independencia y objetividad.

Carlos Andrés Santiago, integrante de esta ONG, indicó a la agencia Anadolu que, si se aprueba la fracturación hidráulica, el país tendría altos riesgos en materia ambiental, de contaminación de acuíferos y de afectaciones a la salud pública.

“Son riesgos que el país no debe asumir y en ese sentido lo que consideramos es que la decisión más sensata debe ser aplicar el principio de precaución para no permitir el desarrollo de esa técnica”, aseveró.

En contraste con la postura del Gobierno y los analistas de ultraderecha, los cuestionamientos a la fracturación hidráulica se concentran en tres aspectos: la posible generación de terremotos, el alto índice de contaminación del aire y la propagación de enfermedades.

Camilo Prieto, también vocero de Alianza Colombia Libre de Fracking, explicó que actualmente hay 685 estudios que afirman que hay 69 % de riesgo de deterioro del agua ,84 % de riesgos para salud y 87 % de riesgo de contaminación del aire.

Además, dijo que 2.000 médicos especialistas afirman que “no es una técnica segura para la salud pública y no hay forma de mitigar estos riesgos”.

Igualmente, recordó que la documentación de los peligros del fracking han llevado a su prohibición en varios países como Francia , Bulgaria, Australia, Irlanda, Escocia, Gales, Holanda, Irlanda del Norte y Alemania.

Incluso, esta técnica también está prohibida en regiones como: Entre Ríos (Argentina), 50 municipios del área de influencia del acuífero Guaraní, Isla Príncipe Edward (Canadá), además en distintos puntos de EE. UU. como Vermont, Portland, Maryland, la cuenca del río Delaware y Nueva York.

Incluso, expertos de la Universidad Nacional de Colombia insisten en que no se pueden perder de vista los riesgos de que se dé vía libre a la realización de esta actividad en el país suramericano.

No al fracking

Multitudinarias marchas en por lo menos 100 municipios colombianos se han producido para rechazar la decisión del Gobierno de dar vía libre a esta técnica de explotación.

La denominada «Marcha-carnaval por el agua, contra el fracking y la minería contaminante» logró reunir a miles de personas que se concentraron en las principales plazas del país para exigirle a Duque que cumpla su palabra de prohibir la fracturación hidráulica.

Lo más resaltante de esta protesta es que los líderes de la marcha han sido estudiantes de colegios y universidades comprometidos con la protección del medio ambiente y los recursos naturales.

El objetivo de los movimiento sociales es llevar el fracking a la agenda pública y generar un debate nacional sobre los daños para el medio ambiente y las comunidades que trae consigo esta técnica.

Sumado a la toma de conciencia política, la implementación del fracking tiene una oposición de orden jurídico, ya que el Consejo de Estado suspendió las normas que regulan la explotación de yacimientos no convencionales (Decreto 3004 del 26 de diciembre de 2013 y Resolución 90341 del 27 de marzo de 2014), al considerar que no existen elementos que prueben su utilización segura.

Entre las razones que evaluó el Consejo para aplicar esta medida se encuentra el aumento de la sismicidad, contaminación hídrica y afectaciones a la salud; tomando en cuenta que el fracturamiento se desarrolla en zonas protegidas y ecosistemas estratégicos como los páramos.

Adicionalmente, en una reciente decisión, el alto tribunal pidió a la Universidad Nacional conformar una comisión que entregue un concepto para tomar un fallo de fondo sobre la suspensión definitiva de la reglamentación o permitir su uso controlado. Este grupo es otro diferente a la comisión de expertos convocada por el Gobierno

Si el Consejo de Estado emite un fallo y reafirma su decisión, es posible que el fracking quede prohibido definitivamente. Sin embargo, el presidente Duque y las empresas petroleras ya están tomando cartas en el asunto para tener un plan B, C y D, que les permita lograr sus objetivos.

Ecopetrol hará fracking en Texas

La estatal petrolera colombiana Ecopetrol y la multinacional Occidental Petroleum Corp suscribieron un acuerdo para ejecutar un plan conjunto para el desarrollo de yacimientos no convencionales en la cuenca Permian en el estado de Texas, Estados Unidos.

Según una nota publicada en el sitio web de Ecopetrol, la alianza le permitiría a la estatal una rápida incorporación de reservas probadas cercanas a los 160 millones de barriles para finales de 2019, lo que representaría un aumento aproximado del 10 % frente a las reservas de 2018.

Asimismo, se estima que antes de 10 años, Ecopetrol esté produciendo unos 100.000 barriles por cuenta de extracción vía fracking, lo que contribuiría a la sostenibilidad petrolera y financiera de la empresa.

El trasfondo del convenio es que la empresa más grande de Colombia adquirirá la experiencia en esta clase de proyectos y podrá implementar un piloto de esta tecnología en el país suramericano.

Incluso, Felipe Bayón, presidente de Ecopetrol, admitió que esa asociación significa una gran oportunidad para poder desarrollar en su momento la técnica del fracking en Colombia.

En entrevista con W Radio, Bayón puntualizó que esperan el pronunciamiento del Consejo de Estado, que determinará el momento en que “el fracking se podrá empezar a desarrollar en el territorio nacional”.

“Hay ocho personas en Estados Unidos adquiriendo conocimientos en dicha técnica para poder implementarla aquí”, apuntó.

Esta más que claro que la explotación de yacimientos no convencionales sólo traería ventajas a los grandes grupos económicos, quienes precisamente son los socios de Duque, por lo que no descansarán en aplicar tarde o temprano el fracking en Colombia, pese al daño que se pueda generar en los ecosistemas y en las comunidades.

El Ciudadano

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