Cierran las campañas para las primarias en Argentina, el primer test entre Macri y Alberto Fernández
Este jueves será el turno del precandidato a presidente que comparte fórmula con Cristina Fernández de Kirchner
El precandidato presidencial del kirchnerista Frente de Todos, Alberto Fernández, encabezará este jueves el acto de cierre de campaña en la ciudad de Córdoba, plaza elegida por su poderío electoral, en función de las PASO del domingo y de las presidenciales de octubre.
El acto proselitista se realizará en el predio del Orfeo Súperdomo, ubicado sobre Manuel Cardeñosa 3450 del barrio Alto Verde, y se espera que el precandidato presidencial que tiene como compañero de fórmula a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner cierre la campaña con su discurso alrededor de las 19.
El jefe de Gabinete de ministros durante del kirchnerismo, entre 2003 y 2008, estará acompañado por los principales precandidatos a diputados nacionales por Córdoba, entre ellos el presidente de la Asociación de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme), Eduardo Fernández; a la diputada nacional Gabriela Estévez y al jefe la Asociación Gremial de Empleados de Comercio (AGEC), Pablo Chacón.
Córdoba renueva 9 bancas de diputados nacionales, de las cuales dos corresponden al kirchnerismo: el de Gabriela Estévez (Frente para la Victoria) y su aliado del bloque de Concertación Forja, Juan Manuel Pereyra.
Fernández concurrió regularmente durante la campaña al distrito cordobés, a sabiendas de que se trata de una provincia con un gran caudal electoral, al punto de convertirse en decisiva para la consagración de Mauricio Macri en 2015.
El Presidente encabezará el cierre de campaña en Vicente López
El presidente y candidato a la reelección, Mauricio Macri, encabezará este jueves en el Gran Buenos Aires el cierre de la campaña electoral de Juntos por el Cambio, de cara a las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) que se realizarán el próximo domingo en todo el país.
El acto se llevará a cabo desde las 18.30 en el Centro Asturiano del partido bonaerense de Vicente López, y Macri estará acompañado por su compañero de fórmula, el senador peronista Miguel Angel Pichetto.
Además, estarán presentes la gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, su vicegobernador y quien la acompañará nuevamente para la reelección, Daniel Salvador; el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y los integrantes de la lista de diputados nacionales del oficialismo por la provincia.
Según se informó, Vidal y Macri cerrarán el encuentro en un escenario tipo 360 grados, como vienen siendo los actos del macrismo desde 2015, rodeados de funcionarios del gobierno nacional y provincial, candidatos, familiares y militantes del espacio oficialista.
Antes de que hablen Macri y Vidal está previsto que suban al escenario y hagan uso de la palabra los principales postulantes de la lista para la Cámara baja: el ministro bonaerense de Seguridad, Cristian Ritondo; María Luján Rey, madre de una de las víctimas del accidente ferroviario de la estación de Once; y los diputados nacionales Miguel Angel Bazze, Silvia Lospenatto y Waldo Wolff.
El de mañana será el cierre de una maratón de actos importantes, como los que Macri encabezó esta misma semana en las ciudades de Córdoba, Rosario y Buenos Aires, donde Juntos por el Cambio pretende agrandar la diferencia con el peronista Frente de Todos.
Final dramático para una campaña floja: fuerte disputa por indecisos y territorios
Mauricio Macri viene de actos en Rosario y la ciudad de Buenos Aires, ayer volvió a Córdoba y hoy cierra en Vicente López, distrito fuerte en la provincia más grande del país. Alberto Fernández tuvo acto porteño, agregó unas paradas en Buenos Aires, ayer estuvo con Cristina Fernández de Kirchner en Rosario y hoy hará otra pasada por Córdoba. La pelea territorial resulta clara: los cuatro distritos referidos suman más del 60 por ciento del electorado nacional. El otro desafío son los indecisos, pero ahí ya nadie arriesga números y menos aún un perfil único del voto a seducir en este intenso final de una campaña floja.
Son horas de tensión en los laboratorios de campaña del oficialismo y del peronismo kirchnerista. No hay comodidad y hasta se registran estados más bien ciclotímicos en cuestión de horas. Junto con el monitoreo y tracking de encuestas nacionales, el foco está puesto en Buenos Aires y en tratar de discernir si puede producirse o no un corte de boleta significativo. Es decir, si lo que aparece como intención de corte en algunos relevamientos puede traducirse el domingo en la práctica con boletas sábana, incómodas hasta para doblar tramo por tramo.
La cuestión sigue siendo si todo lo que sumaría la lista con sello CFK está asegurado para Axel Kicillof y, en especial, hasta qué punto María Eugenia Vidal puede traccionar a Macri y cuánto podría captar más allá de la disputa presidencial. Lo que ocurra en ese enorme tablero será determinante a nivel nacional. Eso explica en buena medida la ofensiva sobre la gobernadora desde el Frente de Todos –con la ex presidente en lugar destacado- y la réplica sobre el ex ministro de Economía, con registros buscados y divulgados de los no tan lejanos cuestionamientos duros en el propio PJ.
No todo está en la superficie. Ese enigma bonaerense es nutrido además por suspicacias y versiones sobre el corte inducido o directamente facilitado o empujado por jefes locales, sobre todo del PJ pero también en algún distrito oficialista. Todo importa en la provincia que representa sola 37 puntos en el padrón del país. Se ha dicho: la lupa también se detiene en una combinación entre el tramo de la ex presidente y el de la gobernadora, algo que podría ser considerado insólito pero asoma aunque en un porcentaje marginal.
La desconfianza sobre el manejo individual de cada intendente es una cuestión recurrente en cada elección. Sin entrar en otras consideraciones, es extendida la siguiente idea: el corte entre presidente y gobernador no sería absolutamente espontáneo pero sí menos trabajado; pero el uso de la tijera entre la lista municipal y la de gobernador dependería sobre todo del trabajo territorial. Jugarían varios elementos. El primero, por supuesto, asegurarse la continuidad como jefe local y casi al mismo nivel, garantizarse la mayoría estable en los concejos deliberantes, clave para la supervivencia. Y el segundo, mostrar más votos propios que gobernador y presidente: supremacía territorial. Se verá si esto corre ya para las PASO, como sugieren algunas versiones, o es reservado para octubre.
Otra es la historia en Córdoba (8,71 por ciento del padrón nacional). Allí, Juan Schiaretti se mantuvo con la boleta corta -gesto a Macri- a pesar de que algunos dirigentes e intendentes trabajan para Alberto Fernández. Se trataría de no quebrar ningún puente. Diferente también en materia de pronósticos es el caso de Santa Fe (8,18 por ciento). Dicen que la pelea es más cerrada y que también talla Roberto Lavagna, por el aporte socialista. El Frente de Todos apuesta al ganador provincial, el peronista Omar Perotti, aunque la campaña está lejos de mostrar el esfuerzo agotador de la disputa por la gobernación. Desde el macrismo dicen que renacieron sus chances.
En el distrito porteño (7,65 por ciento) se juega la otra ficha de la apuesta a la «triple reelección» oficialista, con Horacio Rodríguez Larreta completando el cuadro de Macri y Vidal. Esta vez, con Martín Lousteau de su lado. Será una señal para octubre, porque en la Capital la pelea es con ballotage de verdad, es decir, se gana con el 50 por ciento más un voto. El Frente de Todos va con Matías Lammens, que debuta en la política, y su apuesta central es con el kirchnerista puro Mariano Recalde para ocupar una banca en el Senado, que asoma asegurada por minoría e importa mucho a la ex presidente.
Con los indecisos las cosas son más complicadas por el perfil heterogéneo y hasta inasible de ese conjunto, y también por los puntos débiles de las campañas. Los indecisos, en rigor, no serían exclusivamente desinteresados hasta último momento. En los escritorios de los candidatos se los identifica más bien como disgustados con las ofertas electorales, oscilantes entre candidatos pero básicamente por malestar antes que por atracción. Podría tratarse de una última estribación de los rechazos cruzados que generan los polos de esta disputa.
El oficialismo ha realizado una campaña muy elaborada en sentido técnico y tecnológico, segmentada, con mensajes para múltiples públicos. Y ahora convoca a una asistencia masiva a la votación. Pero su debilidad parece expresarse sobre todo en la falta de debate sobre temas que consideraba difíciles o directamente adversos, en particular la economía. No pareció prepararse para una discusión áspera pero que nadie diría innecesaria como crítica propia y discusión a futuro. Más bien, regaló ese espacio.
Enfrente, Alberto Fernández desplegó una campaña errática, como evalúan no muy lejos de sus oficinas, pero sobre todo poco sostenida en temas que, en espejo con el Gobierno, consideraba fundamentales, empezando por la crisis. Fuera de las críticas generales al Gobierno, no es tampoco éste último un rubro en el que haya consenso interno básico, como lo evidencian algunas tensiones con Kicillof.
Con todo, el punto adicional es que, cuando pudo «imponer» el tema económico, lo hizo con referencias inquietantes al «sinceramiento» del dólar y sin lograr sostener un debate interesante sobre las Leliq. Después, sin quererlo seguramente, cambió el eje con la pésima señal sobre una investigadora del Conicet. Y otra vez, en sus dos últimos actos, volvió a hablarle al público propio antes que a la franja más amplia de la sociedad, que habría sido el objetivo táctico de su lugar en la fórmula con un perfil moderado.
Hasta aquí las campañas no se han lucido. Y a pesar de todo, la polarización avanzó, favorecida además por la frustración de una tercera vía sólida, según todas las encuestas. También los sondeos enfrentarán su prueba mayor el domingo.
Roberto Lavagna y Juan Manuel Urtubey cierran la campaña en el conurbano
Con un formato “tradicional y prolijo”, Roberto Lavagna y Juan Manuel Urtubey cierran la campaña este jueves en el conurbano. Aferrados al mensaje anti grieta, le pedirán a la gente que vote sin miedo.
«Las PASO son una especie de gran encuesta. Es el momento donde los ciudadanos pueden expresarse de manera libre, sin pensar en el voto útil, sino expresar realmente lo que sienten», apuntó ayer, en esa línea, Lavagna.
En un inicio, el espacio quería aprovechar la impronta federal que pregona y hacer dos cierres: uno en el Interior y otro en Ciudad. Pero por una cuestión de recursos y tiempos cancelaron esa idea y el acto será este jueves al mediodía en el centro de convenciones Migueletes, de San Martín.
La elección del lugar no es casual. De esa localidad es oriunda la candidata a primera diputada de Consenso Federal, Graciela Camaño. Además, si bien querían evitar hacerlo en Capital, buscaban una ubicación lo suficientemente cerca para que los medios puedan llegar.
Para el evento está previsto una «puesta grande», con todos los candidatos sobre el escenario, junto a la fórmula presidencial de Lavagna y Urtubey.
De fondo habrá proyecciones sobre una pantalla led gigante que mostrará videos con las recorridas de campaña de los candidatos, spots publicitarios y cortos creados especialmente para ese día.
«La puesta en escena será moderna, refinada. Algo prolijo y correcto, como la imagen que proyectan nuestros candidatos, que van a estar acompañados arriba del escenario», cuentan desde el equipo del economista y precandidato presidencial.
Habrá varios oradores. Entre ellos, Camaño, el candidato a gobernador Eduardo “Bali” Bucca, el socio santafesino Miguel Lifschitz, el candidato a gobernador de Mendoza, José Luis Ramón, y algún representante de la juventud del espacio.
Entre el público y la militancia estiman entre 2 mil y 3 mil personas.
Sobre el final llegarán los discursos de Lavagna y Urtubey, cargados de críticas tanto hacia el modelo de gobierno kirchnerista como macrista.
«Estamos al fin de una campaña lamentable donde para hundirnos más en la grieta, macrismo y cristinismo extreman sus agresiones que no son más que ofensas a la paz social», se quejó ayer Lavagna.
Aunque con más arenga y entusiasmo, los discursos de este jueves harán hincapié en los temas que vienen repitiendo hace semanas: la necesidad de «saltar la grieta» para buscar un «gobierno de unidad nacional» y la experticia de Lavagna, como único candidato capaz de ordenar y poner en marcha la economía.
El FIT-Unidad cerró su campaña en el Congreso
El Frente de Izquierda y los Trabajadores – Unidad cerró su campaña electoral con un acto en la plaza de los Dos Congresos, en el centro de la Ciudad de Buenos Aires, ante 10 mil personas.
En la fría tarde-noche del miércoles, la actividad tuvo el calor de las luchas que vienen animando los trabajadores, las mujeres y la juventud en estos tiempos. En ese sentido, el Congreso se vistió de verde con un pañuelazo que reflejó la férrea posición del FIT-U a favor de una ley que legalice el aborto seguro y gratuito.
Hicieron uso de la palabra: María Del Carmen Verdú, Celeste Fierro, Juan Carlos Giordano y Romina Del Plá y Nicolás del Caño, estos últimos los candidatos del FIT-U a vicepresidente y presidente, respectivamente.
Como es tradicional en la izquierda, Del Plá planteó una visión amplia de los problemas que aquejan a la Argentina y fustigó a los partidos mayoritarios por sus propuestas: “A días de las PASO, el agravamiento de la crisis mundial y el modo en que golpeó en nuestro país, acentuando y acelerando la fuga de capitales, le da un baño de realismo a la campaña electoral porque expone tanto la inviabilidad de los planes del macrismo, que se muestra rotundamente fracasado, como del de los Fernández, que se proponen negociar con el FMI respetando la deuda impagable, ilegítima y usuraria”.
Del Plá posee una extensa militancia en la docencia bonaerense y es secretaria General de la seccional La Matanza del Suteba, el sindicato que agrupa a los maestros bonaerenses. También es diputada nacional.
La dirigente advirtió que “la devaluación que plantea Alberto Fernández no traerá competitividad y va a devaluar los salarios, las jubilaciones, la educación y la salud. Son orientaciones sin perspectiva de salida en favor del capital y que descargan la crisis contra los trabajadores”.
“El único planteo realista es el del Frente de Izquierda, cuando decimos que hay que romper con el FMI, que hay que repudiar la deuda fraudulenta, nacionalizar la banca y defender el ahorro nacional para destinarlo a un plan de reindustrialización del país bajo la dirección de la clase obrera”, enumeró respecto de las propuestas de gobierno que impulsa el Frente.
Del Plá vinculó la elección al FIT con un fortalecimiento de las luchas reivindicativas populares. “Una gran elección del Frente de Izquierda expresará la vitalidad del movimiento obrero y popular frente al macrismo y que no se ha dejado embaucar por la engañosa polarización. Si la izquierda hace una gran elección, se reforzará notablemente la lucha del movimiento obrero y popular para que no pasen los planes antiobreros que los capitalistas y el FMI tienen en carpeta, gane quien gane.»
La diputada concluyó llamando a la juventud a concretar un «voto anticapitalista, por el aborto legal, contra la represión y por una salida de los trabajadores para que la crisis la paguen los capitalistas».
Nicolás Del Caño cerró el acto. El candidato a presidente aseguró que “son cientos de miles los que ya están decididos a votar al Frente de Izquierda Unidad, pasando por encima de esta falsa polarización que nos quieren imponer, entendiendo que nuestro Frente es el único que plantea un programa realista para que la crisis la paguen los que la provocaron, porque siempre estamos y estaremos junto a los trabajadores y sus luchas”.
En su cuestionamiento a la polarización entre el macrismo y el peronismo-kirchnerismo, Del Caño, también diputado nacional, apuntó a los indecisos: “Y a los que no se decidieron todavía los convocamos para que juntos este domingo le demos un fuerte mensaje a los poderosos: de que somos muchos los que no nos resignamos y queremos fortalecer a la única fuerza política que sostiene que no nos debe gobernar el FMI”.
El FIT – Unidad es el resultado de la unión electoral de la mayoría de los partidos argentinos de izquierda. Lo integran el Partido Obrero, el Partido de los Trabajadores Socialistas e Izquierda Socialista –los integrantes originales del FIT- junto con el Movimiento Socialista de los Trabajadores y Poder Popular.
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