Argentina | Lucia Cirmi Obon, economista feminista: «El FMI es un prestador que viene con condicionantes en el espectro macroeconómico»
Entrevista a Lucia Cirmi Obon, economista feminista
Por Carla Perelló, de la redacción de NODAL
Cuando Mauricio Macri asumió la presidencia de la Argentina prometió “pobreza cero” y dijo que la inflación no sería un problema durante su gobierno. Desde entonces, su gestión ha implementado políticas públicas cuyos resultados no alcanzan las metas esperadas. Por el contrario, la situación pareciera agudizarse para los sectores populares y la clase media a medida que se acerca el fin de su mandato, el 10 de diciembre. Por mencionar algunos ejemplos, en 2015, la pobreza estaba estimada en un 29,2 %, hoy en un 35%, la inflación pasó de 26,9% interanual a 55,8 en junio de este año y, por último, el dólar cotizaba a 9,87 pesos Hoy el dólar ya superó los 55,58 pesos, tras la devaluación después de las elecciones abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) que ubicaron lejos la posibilidad de reelección del presidente. ¿Cuáles son los ejes de la situación económica actual? Lucia Cirmi Obon, economista feminista especialista en desarrollo económico, responde algunas de estas preguntas en entrevista con NODAL. Cirmi Obón, además, trabajó en el diseño y la coordinación del Programa de Respaldo a Estudiantes de Argentina (PROGRESAR) así como de otras políticas públicas, tanto en el ámbito ejecutivo como en el legislativo.
Desde hace aproximadamente un año que se viene hablando de la crisis económica en Argentina, pero esto se visibilizó aún más tras las PASO cuando se volvió a disparar el dólar y aumentó el riesgo país a 1467, con una suba del 68,23%, por ejemplo. ¿Por qué sucedió eso? ¿Cuáles son los principales ejes de la situación económica actual?
Creo que la situación económica que enfrenta la Argentina hay que dividirla en tres momentos: la crisis estructural, la coyuntural y la política. Si bien aclaro que no me gusta tanto la palabra crisis porque disipa responsabilidades, pareciera que es un proceso natural cuando es un proceso que tiene que ver con una serie de elecciones que se fueron dando. Dicho eso, con respecto a la crisis estructural es un problema que tiene América Latina en general, pero Argentina en particular con respecto a la generación de dólares, por la diferencia entre los dólares que necesita para funcionar y los que produce. Y, la verdad, es que el gobierno de Macri en los últimos años no hizo más que profundizar esa diferencia entre los dólares que necesita y los dólares que produce. Por un lado, porque desarmó bastante la industrial local y cualquier proyecto para aumentar en el futuro las exportaciones locales y, por el otro, porque al abrir todos los grifos y todas las posibilidades para que esta sociedad, que le tiene bastante miedo a la moneda local, acabe por comprar dólares. Esa necesidad de dólares se magnificó. Al mismo tiempo, está la crisis coyuntural, que también tiene responsables específicos y que tiene que ver con que se eligió una tasa de interés demasiado alta y eso aplastó completamente lo productivo, eso se hizo justamente para que esta apertura en la parte financiera y en la compra de dólares no profundizara todavía más la fuga de divisa. Ese aplaste en lo productivo impactó en el empleo y con las sucesivas devaluaciones profundizó la inflación. La inflación que tenemos hoy en día es una composición entre varias devaluaciones y el aumento de tarifas, que ya no es lo principal este año, pero también motorizó la escalada de precios en una sociedad que sobrerreacciona a cada una de estas devaluaciones porque tiene una memoria inflacionaria que se despierta cada vez que ve estos hechos. Con respecto a la crisis más política, que explica un poco lo que pasó después de las PASO, tiene que ver con que el propio presidente el viernes previo, el domingo en la noche de las elecciones e incluso el mismo día que ocurrió la devaluación pos-PASO, incentivó la idea de que los mercados iban a hablar, a decir si les gustó o no el resultado de las elecciones. Ahí hubo un poco de autogestión o autoproclamación de la crisis. El domingo a la noche, el presidente dijo: “Los mercados esperan que los argentinos sigamos en el mismo camino, es obvio. Y, bueno, al día siguiente, sucedió. Por eso, al día siguiente de las elecciones cayeron las acciones de las empresas argentinas y hubo oferta de dólares a un precio más alto; no es que necesariamente hubo corrida cambiaria ese mismo día.
¿Qué rol tiene el Fondo Monetario Internacional (FMI)?
El FMI tiene los intereses y un proyecto que ya conocíamos porque lo vivimos en Argentina en la década de 1990, pero ahora tiene el lugar que la Argentina le dio. Se podría haber negociado de distinta forma o se podría haber evitado un nuevo contacto, pero se sabe que es un prestador que viene con condicionantes en el espectro macroeconómico. Es más moderado que hace 20 años porque hay algunas cosas que ya no puede decir. Tiene que hablar de gasto social, tiene que hablar de géneros, aparecen nuevos elementos, pero en la práctica la receta del recorte fiscal para mejorar la situación económica no se modifica y el problema es que, en Argentina, entre el 2018 y el 2019, eso fue como un círculo vicioso porque al final se fue congelando la economía y el Estado fue teniendo cada vez menos ingresos de donde recaudar. Así que no es que el FMI tiene un rol puntual en lo que pasó en el día tras las elecciones, por ejemplo, sino en un contexto más general que es un rumbo político que se eligió localmente conociendo ya cuáles son las cartas con las que juega este organismo. Como para resumir, el trayecto de deuda del macrismo tuvo dos etapas. Primero, la emisión de distintos bonos antes de llamar al FMI y cuando ya estaba tan endeudado que no podía ir a otros prestamistas fue con el Fondo. Y, desde ahí, ya toda esa situación de sobredeuda es la que hace que cualquier leve modificación en otros mercados del mundo o incluso en el argentino, tenga tanta reacción sobre la cuestión financiera e impacte tan negativamente sobre la cuestión real, no sólo sobre lo que pasa en las fábricas y en los trabajos, sino lo que pasa en la calidad de vida de las personas que hoy están sufriendo más inflación.
¿Qué caracterización hace sobre la situación económica regional y cómo incide eso en Argentina? ¿Y a nivel internacional?
El contexto vino siendo adverso para la región, más allá de que ahora se empiezan a ver unas leves modificaciones en cuanto a lo que es inversión extranjera. En ese contexto Argentina mostró uno de los peores desempeños. Y, un poco la promesa del ajuste de Argentina en términos fiscales y la apertura en términos financieros, era que iban a venir inversiones reales que iban a abrir fábricas. Eso es lo que no pasó. Con respecto al contexto global creo que se está transformando bastante el escenario y considerando la disputa o la bipolaridad a la que se está yendo en términos del comercio China – Estados Unidos, es complicado y es un mundo más proteccionista. Argentina tiene que saber cómo meterse, pero con astucia. No es «volver al mundo» o «estar en el mundo» porque Argentina nunca se fue. En términos de importaciones y exportaciones netas no es que estaba más abajo en periodos anteriores ni nada por el estilo, pero sí es necesario saber jugar con astucia en un contexto bastante adverso y saber aprovechar esa disputa global para una mejor posición local.