Rep. Dominicana | «Manolo» Pichardo, presidente de la COPPPAL: «Si insisten en burlar la voluntad popular nos llevarán a confrontaciones de imprevisibles consecuencias”
Por Carla Perello, de la redacción de NODAL
La República Dominicana atraviesa un periodo conflictivo a nivel institucional. El presidente Danilo Medina intenta reformar la constitución que le habilite otra reelección. Medina fue electo en 2012, reelecto en 2016 y su mandato termina en 2020. La constitución no permite una segunda reelección y Medina planea reformarla en el Congreso. Sin embargo, se oponen los seguidores del expresidente Leonel Fernández de su misma formación política, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Para comprender la situación NODAL consultó a Manuel Pichardo, del mismo partido y a su vez presidente de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe, COPPPAL, un foro que agrupa a más de 60 partidos políticos progresistas de la región.
En los últimos días la idea de una reforma constitucional ha llevado a un fuerte conflicto institucional, ¿cómo se ha llegado a este punto en el país? ¿Cuáles son los principales ejes de la discusión?
Quisiera de entrada que nos pongamos en contexto recordando cómo llegamos a esta situación. Danilo Medina fue electo presidente de la República en el año 2012 en medio de una discusión que giraba en torno a una posible modificación a la Constitución que le permitiera al mandatario de entonces, Leonel Fernández, modificar la Carta Magna para que pudiera optar por un tercer período. En medio del debate el candidato Medina se oponía a esa posible reforma bajo el argumento de que durante la campaña para la reelección los funcionarios que acompañan al mandatario no distinguen entre fondos públicos y recursos económicos que se usan en el proceso electoral, añadiendo que se pierden los escrúpulos al extremo de que “hay que ser capaz de tragase un tiburón podrido sin eructar”. Por ello insistía en decir: “Solo necesito cuatro años y ni un días más”.
Leonel, con una popularidad que rondaba el 70 por ciento, no se dejó seducir por el cuadro de funcionarios que buscaban continuar en el poder por un tercer período consecutivo, alegando que legislar para provecho personal pudiera contar con el amparo de la legalidad que permita el marco jurídico, pero carecería de la legitimidad social desprendida del consenso y normas que se establecieron para poner límites al ejercicio del poder.Pero el compañero Danilo Medina a tres años de haber alcanzado la Presidencia de la República, propuso una reforma constitucional, sin tener la mayoría en el Congreso, para buscar un segundo mandato, pues la constitución con la que fue electo solo permitía un período presidencial de cuatro años.
Los medios de comunicación de la época se hicieron eco de denuncias relacionadas con la compra de legisladores para hacer posible esa reforma. De hecho, el actual ministro de Energía y Minas, Antonio Isa Conde, afirmó en su libro “Relato de la vida de un desmemoriado”, que publicara poco después de aprobada la reelección, que el proceso de reforma se logró mediante la venta de votos. Ya antes, legisladores como Minou Tavares Mirabal, hija de las heroínas hermanas Mirabal, se quejaban del acoso a que eran sometidos con ofertas de dinero para que reformaran la Constitución con la finalidad de permitir la repostulación y reelección de Medina. (ndr. Las hermanas Mirabal fueron asesinadas el 25 de noviembre de 1960 durante la dictadura de Rafael Trujillo. En 1999 Naciones Unidas instauró esa fecha como el “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer”)
En el año 2010 hubo en 2010 una reforma constitucional, ¿en qué consistió y cuáles son las diferencias con la propuesta actual?
La reforma constitucional de 2010, fue producto de un consenso. Durante cerca de dos años el país, a través de toda la sociedad organizada, se sumió en un debate que buscó un nuevo contrato social semejante al que promovió Juan Bosch durante su presidencia sietemesina en 1963 que fue la más progresista de toda nuestra vida republicana. Al llegar el gobierno conservador del presidente Joaquín Balaguer en 1966 con la ayuda de las tropas estadounidenses que ocupaban el paísfue cambiada por una de cariz y contenido semejante el régimen.
La constitución de 2010 vino a sustituir aquella y a definir un Estado social y democrático de derecho. Como dije, la consulta a la sociedad, además de la integralidad que le daba el carácter de nuevo contrato social, le dio legitimidad. Y fue así, pues cuando hablo de consulta a toda la sociedad, quiero decir que en realidad fue a toda; las iglesias, sin exclusión, las universidades, los trabajadores y empresarios organizados, los partidos políticos; además de las organizaciones de la sociedad civil expresadas en los barrios, en los círculos intelectuales y en toda suerte de asociaciones. En fin, todas las ideas e intereses ciudadanos convergieron en las discusiones bajo el liderazgo del presidente Leonel Fernández.El modelo electoral salido de aquel consenso nacional, planteaba la no reelección consecutiva.
Hay quienes hacen referencia a una discusión dentro del Partido de la Liberación Dominicana, ¿es así? ¿Qué hay de las posiciones de las organizaciones sociales y cómo lo vive la ciudadanía?
El debate a lo interno del Partido de la Liberación Dominicana es álgido pues el presidente Medina impulsa una nueva reelección que le permitiría un tercer mandato consecutivo, mientras el expresidente Fernández y su equipo entienden que el modelo que impuso el actual mandatario para poder repostularse, y que consiste en dos períodos y nunca más, es el idóneo. Debo destacar que para que se produjera aquella reforma, hubo un pacto de quince puntos en el Comité Político, refrendado por el Comité Central, el Pleno Nacional de Dirigentes y avalado por Tribunal Superior Electoral (lo que le da fuerza de ley, según algunos expertos), que estableció, entre otros puntos, someter la reforma para habilitar al presidente Medina para un segundo período y nunca más.Pero el debate no se circunscribe al PLD. Toda la sociedad se ha involucrado, e incluso los partidos de oposición. Las encuestas revelan que alrededor de un 70 por ciento de la población rechaza una reforma constitucional para permitir la reelección del compañero Danilo Medina. Aquí entran en escena las mismas fuerzas o sectores que trabajaron en el consenso para dar a luz la constitución de 2010 como las centrales sindicales, los empresarios, las iglesias, los intelectuales y todas las organizaciones de la sociedad civil. No se trata de un rechazo a la administración del mandatario, pues la población la valora de manera positiva. Lo que no acepta la sociedad es que se cambien las reglas de juego de manera permanente para satisfacer intereses personales o grupales.
Tenemos meses en este debate, pues luego que el presidente prometiera no buscar la repostulación como lo hizo en el primer gobierno, ha declarado que no está decidido aún y mantiene al país en una parálisis que está afectando la economía. La desaceleración ya es admitida por el Banco Central. Los inversores no quieren arriesgarse, la incertidumbre y el miedo a lo que pudiera ocurrir cunde y, en medio de este temperamento social crispado, se militariza el Congreso, que es el primer poder del Estado, se reprime a los legisladores opuestos a la reforma constitucional y se ofertanmillones por cabeza a cambio de voto. Es una especie de locura que pone en evidencia la debilidad de nuestras instituciones y amenaza con quebrar el frágil el orden institucional y democrático del país.
Pienso sinceramente que la democracia podría estar en peligro, pues si insisten en burlar la voluntad popular las convulsiones sociales nos llevarán al desastre, a la desobediencia civil y a confrontaciones de imprevisibles consecuencias.