Todo lo que dejó el encuentro entre Bolsonaro y Macri
Con la gorra puesta
Por Sebastian Abrevaya
“No queremos nuevas Venezuelas en la región”. Con esa frase bajo el brazo, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, llegó a la Argentina para hacer campaña por la reelección de Mauricio Macri. Muy lejos de la máxima de la diplomacia internacional que llama a los jefes de Estado a no inmiscuirse en asuntos de política interna de otros países, el mandatario brasileño hizo un enfático y curioso pedido para las elecciones nacionales: “Dios ilumine al pueblo argentino en las próximas elecciones para que voten con la razón y no con la emoción”. Aunque no lo especificó, para él esto implicaría no acompañar las propuestas opositoras y sí el proyecto de Cambiemos financiado por el Fondo Monetario Internacional. En paralelo, por la tarde organismos de derechos humanos lo repudiaron con una movilización frente a la Plaza de Mayo.
Luego de visitar Estados Unidos, Israel y Chile, entre otros países, finalmente Bolsonaro realizó una visita oficial a la Argentina. El encuentro entre los mandatarios se produce en un momento en que ambos están muy debilitados políticamente, el primero a seis meses de asumir, el segundo a seis meses de terminar su (¿primer?) mandato. Acompañado por una extensa comitiva –que incluyó a su esposa Michelle y su hijo, Eduardo– y con una agenda sumamente apretada (estará menos de 24 horas en la Argentina) Bolsonaro llegó al país después de las 10 de la mañana.
En la explanada de la Casa Rosada lo esperaron con la Fanfarria Alto Perú, del Regimiento de Granaderos a Caballo “General San Martín”, que le rindió los honores correspondientes. Previamente Bolsonaro había depositado una ofrenda floral ante el Monumento al Libertador San Martín, ubicado en el barrio de Retiro.
Antes de dar su primera declaración conjunta en el Salón Blanco de la Casa Rosada, ambos mantuvieron una reunión bilateral, en la que, según informó oficialmente la cancillería, “reafirmaron los vínculos de amistad y cooperación que unen a ambos países y abordaron temas de agenda bilateral, regional e internacional”.
Con la campaña electoral argentina ya en marcha, ambos presidentes hicieron esfuerzos por mostrar buenas noticias en medio de sus respectivas crisis económicas. Hubo elogiosas palabras del mandatario brasileño hacia Macri por sus negociaciones para lograr un acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea. En rigor, se trata de gestiones que el líder de Cambiemos viene intentando sin éxito desde prácticamente el inicio de su gobierno. El problema central es la posición de Francia, que adoptó una actitud proteccionista y de cuidado a su mercado interno.
“Estamos en la inminencia de firmar un acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea. Felicitaciones a vuestra excelencia por este trabajo, por la forma cómo trabajo en eso”, aseguró Bolsonaro. En la misma línea, Macri pidió reconfigurar a la unidad de la región: “Hay que girarla no sólo de una integración y aprovechamiento en la integración de nuestros mercados, sino de que esta integración tiene que estar focalizada también en cómo nos incluimos, en cómo nos insertamos en el desarrollo global que es fundamental para el futuro de nuestros países”. Minutos más tarde, durante el brindis y almuerzo en honor al jefe de Estado brasileño, Macri hizo la misma promesa que su par: “Estamos muy cerca de un acuerdo con la Unión Europea, y también con el EFTA (siglas en inglés para Asociación Europea de Libre Comercio), con Canadá y con Corea. Eso nos va a permitir darle un dinamismo distinto a nuestro sector industrial y a la agricultura, donde creemos que tenemos un gran desarrollo a futuro”, resaltó.
Leales a la posición trazada por el gobierno de Estados Unidos, ambos se refirieron al conflicto venezolano y criticaron al presidente Nicolás Maduro. Macri eligió abordar el tema haciendo alusión al compromiso con la “defensa de los derechos humanos” y la democracia que llevan adelante tanto Argentina como Brasil. No fueron los mismos términos que utilizó Bolsonaro, fuertemente criticado por los retrocesos en materia de derechos humanos en su país. Sin embargo, eso no impidió que compartieran la crítica de fondo al gobierno de Maduro. “Seguiremos haciendo todo lo posible, desde acá, para ayudar a que se reestablezca la democracia en Venezuela”, prometió Macri, uno de los primeros en reconocer a Juan Guaidó como autoproclamado “presidente designado” del país caribeño.
Durante el mensaje protocolar emitido en el Salón Blanco no hubo espacio para preguntas de los periodistas, ni para los típicos chascarrillos futbolísticos del Presidente. De hecho, Macri buscó en varias oportunidades, y sin éxito, la mirada cómplice de Bolsonaro cuando le dedicaba algún guiño de su discurso.
El momento más distendido llegó después, durante el almuerzo en el Museo del Bicentenario, ubicado a pocos metros de la Casa Rosada. Allí, además del jefe de Gabinete, Marcos Peña, y los ministros Jorge Faurie, Dante Sica, Patricia Bullrich, Oscar Aguad, estuvo presente el resto de los miembros del gabinete como Rogelio Frigerio, Andrés Ibarra y Sergio Bergman, entre otros. Los únicos opositores fueron el diputado Marco Lavagna y el senador Miguel Angel Pichetto.
Dos asistencias que llamaron la atención fueron las del titular de la Agencia Federal de Inteligencia, Gustavo Arribas, quien se saludó afectuosamente con funcionarios y legisladores nacionales. Además de ser un íntimo amigo de Macri, Arribas desarrolló buena parte de su actividad profesional en Brasil como empresario y representante de jugadores de fútbol hasta que fue nombrado como jefe de los espías. La segunda fue la presencia fue la del “hermano de la vida” de Macri, el empresario Nicolás Caputo. Nicky charló entre risas con Peña y buena parte de los funcionarios. Ambos estuvieron sentados en una de las mesas más importantes junto con Eduardo Bolsonaro, la ministra Carolina Stanley, el secretario general de la Presidencia, Fernando De Andreis y el secretario de Medios, Jorge Greco.
Con un mensaje en su cuenta de Twitter, el diputado e hijo de Bolsonaro dejó en claro el motivo de la visita de su padre: “En algunos meses de los gobiernos de Bolsonaro y Macri, las relaciones Brasil-Argentina produjeron más frutos que en décadas de gobiernos anteriores, notoriamente de izquierda. Esperamos que esta próspera amistad no termine en 2019”, aseguró sin mencionar un sólo dato que la primera afirmación.
Ya en el cierre del brindis, antes de sentarse a comer el menú de centolla fueguina, bife de lomo y tarta de chocolate, Bolsonaro se despidió con una frase propia de su fervor ultrareligioso que no se condice con la diatriba anticorrupción del macrismo: “Siempre les digo: ‘nosotros combatimos la corrupción’, sí. Pero algo mucho, mucho más importante para combatir es el tema ideológico. Eso no puede volver a ningún país de América del Sur. Así como le debo mi vida a Dios, también debemos a Dios esta libertad maravillosa que tenemos. Si la corrupción se lleva algo concreto, la ideología se lleva algo a lo que sólo se le da valor después que se pierde, que es la libertad que tenemos en este momento”. Todavía no había probado los vinos D.V. Catena Malbec y Chardonnay elegidos especialmente para la ocasión cuando sentenció: “Dios por encima de todos”.
Masiva marcha en repudio a la presencia de Bolsonaro en Argentina
Una nutrida marcha se concentró desde la tarde en Avenida de Mayo y 9 de Julio, con las consignas “Fuera Bolsonaro de Argentina”, “Fuera Trump y el imperialismo de América Latina”.
Organismos de derechos humanos y agrupaciones políticas protestaron también bajo la consigna «Tu odio no es bienvenido aquí».
«Argentina rechaza a Bolsonario», «Fuera Bolsonaro» y «Malvenido por misógeno y homofóbico y racista», fueron algunas de las frases que inundaron la Plaza de Mayo.
«Llenamos la plaza para decirle a Bolsonaro que no es visita grata. Fuera, porque no es usted el que representa a los derechos humanos», señaló la referente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora Taty Almeyda.
Participaron también el Frente de Izquierda y de los Trabajadores, el colectivo Ni una menos y la CTA Autónoma, entre otras agrupaciones, que rechazaron la visita de Bolsonaro al país, donde fue recibido por el presidente Mauricio Macri.
En Plaza de Mayo se realizó un festival artístico #ArgentinaRechazaBolsonaro. Con las siguientes consignas:
¡Marielle, presente! ¡Ahora y siempre! #FueraBolsonaro
Tras el encuentro con Macri, Bolsonaro habló de «una moneda única» ante empresarios
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se reunió en la tarde de este jueves con importantes empresarios locales, frente a quienes habló sobre el futuro del Mercosur, recibió reclamos de los industriales y sorprendió al hablar de «una moneda única» para el bloque.
A la salida del encuentro con el mandatario, el titular local de Fiat Chrysler, Cristiano Ratazzi, se mostró entusiasmado y contó que se conversó sobre «la industria, el sector energético y las posibilidades de abrirse al mundo».
«Bolsonaro habló de implementar una moneda única», comentó el industrial. Y explicó que esto ayudaría a «cortar el drama de la inflación sin el costo tremendo que tenemos en la Argentina».
Anteriormente, el canciller argentino, Jorge Faurie, admitió que los empresarios argentinos habían planteado reclamos a la comitiva brasileña, pero destacó que hubo «una gran coincidencia» con los planes futuros de Brasil. «Fue positivo», subrayó el diplomático.
Unos 30 empresarios asistieron a la cumbre con Bolsonaro para plantear la necesidad de alcanzar una mayor «armonía tributaria e integración industrial», revelaron directivos de la UIA.
Fueron invitados al encuentro empresarial con el mandatario brasileño los popes del Grupo de los Seis y el Consejo Interamericano de Comercio y Producción, precisó el vicepresidente de la UIA, Daniel Funes de Rioja, durante la presentación de la nueva cúpula de la entidad industrial.
El Grupo de los Seis está integrado por la Unión Industrial (UIA), la Sociedad Rural (SRA), las cámaras de Comercio y Construcción, la Bolsa de Comercio y la Asociación de Bancos privados de capital argentino (ADEBA).
«Para la UIA es particularmente importante la relación con Brasil, y conseguimos una reunión de alto nivel empresarial» en el marco de las visita oficial de Bolsonaro al país, subrayó Funes de Rioja.
El empresario destacó la necesidad de «una armonización normativa, ya que nos estamos creando nosotros mismos barreras paraarancelarias» y al respecto hay sectores fuertemente interrelacionados, como el energético, el automotriz y el alimentario».
Mano a mano con Macri
Más temprano, cerca del mediodía, el presidente Mauricio Macrirecibió en Casa Rosada a su par brasileño.
Tras la reunión, ambos mandatarios dieron unas declaraciones ante la prensa en las que dieron cuenta de la dirección que tomará la relación bilateral entre los países.
Macri detalló lo que hablaron en la cumbre: «El Mercosur está llegando a cumplir 30 años y tenemos que focalizarnos en cómo nos incluimos en el mercado mundial», enfatizó y destacó «los acuerdos con la Unión Europea, Canadá y Corea que van a permitirnos crecimiento industrial y agropecuaria».
«Hablamos de la importancia de la lucha contra el narcotráfico. Y de la importancia de la energía renovable, de Vaca Muerta para producir energía barata -enumeró- Y del compromiso que tenemos con la defensa de los Derechos Humanos y la democracia el duro momento que estamos viviendo con nuestros hermanos venezolanos. Vamos a hacer todo lo posible para que se restablezca la democracia en Venezuela».
«No queremos nuevas Venezuelas en la región», dijo luego Bolsonaro.
Y a continuación se metió sin disimulo en la campaña electoral argentina. Pidió a los argentinos tener «mucha responsabilidad y menos emoción» para votar en las próximas elecciones.
Junto a Bolsonaro llegaron al país el jefe de Economía, Paulo Guedes; el de Defensa, Fernando Azevedo; el de Energía, Bento Albuquerque; la ministra de Agricultura Tereza Cristina y el de Ciencia y Tecnología, el astronauta Marcos Pontes.
Estuvieron a a su lado, también, dos de sus consejeros más íntimos: el general Augusto Heleno, ministro del Gabinete de Seguridad Institucional y el ministro Jefe de la Casa Civil (coordinador) Onyx Lorenzoni. La comitiva se integró con la primera dama Michelle y el hijo Eduardo Bolsonaro, diputado nacional y presidente de la Comisión de Relaciones de la Cámara Baja.
Al llegar a Buenos Aires, en un acto protocolar, el mandatario brasileño realizó una ofrenda floral en la Plaza San Martín acompañado por el canciller argentino Jorge Faurie, y luego se dirigió a la Casa Rosada para reunirse con Macri.
Bajo el comando del ministro Ernesto Araújo la Cancillería brasileña reforzó el carácter «estratégico» de la alianza con Argentina.
«Y una señal de esa relevancia es el hecho de que el presidente Mauricio Macri fue el primer jefe de Estado en ser recibido por el presidente Jair Bolsonaro. La visita a la Argentina va a profundizar la agenda en la que ambos presidentes comenzaron a trabajar en enero», aseguraron. Las áreas donde piensan poner el énfasis son las de integración económica, energía, ciencia y tecnología, defensa y asuntos regionales.
El brasileño se alojó en el hotel Alvear Palace, en el barrio de Recoleta, desde donde se trasladó a la embajada de Brasil para inaugurar el seminario de Industria de Defensa.
El ex capitán del Ejército dormirá en Buenos Aires y partirá a las 6.40 del viernes hacia Río de Janeiro, donde tiene su residencia particular.
Rechazo a la visita
Movimientos sociales, políticos y sindicales convocaron a una jornada de protesta en Plaza de Mayo en rechazo a la visita del presidente de Brasil.
Con el lema «Argentina rechaza a Bolsonaro. Tu odio no es bienvenido acá», organizaciones como las dos CTA, ATE, el movimiento ALBA, el frente Patria Grande, el frente popular Darío Santillán, la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) y La Cámpora -entre otras- se concentraron en la Plaza de Mayo a partir de las 17.
«Es la primera vez que Bolsonaro visita la Argentina y con el presidente Mauricio Macri discutirán una agenda bilateral que prevé temas como la reestructuración del Mercosur, Venezuela y las elecciones presidenciales en Argentina. Convocamos a la defensa de la soberanía y la solidaridad latinoamericana», señalaron las organizaciones convocantes.
En el acto protestaron contra las «políticas neoliberales de Bolsonaro y Macri, diciendo no al autoritarismo, al militarismo y a las declaraciones racistas, machistas, homofóbicas y de apología a la tortura» expresadas por el mandatario brasileño, dijeron.
Declaración conjunta
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