China y el soft power cultural en América Latina – Por Gonzalo Fiore Viani, especial para NODAL
China y el soft power cultural en América Latina
Por Gonzalo Fiore Viani
No es realmente difícil cuantificar la cantidad de inversiones chinas en América Latina, identificar sus empresas privadas operando en la región, especialmente a partir de la década pasada, o medir su influencia en los Productos Internos Brutos de cada país latinoamericano. Sin embargo, los alfiles intelectuales de la República Popular China han ideado, además, una estrategia paralela para ingresar, de manera paulatina pero consistente en Latinoamérica. A través de su cine, su literatura, o sus medios de comunicación, el gigante asiático se encuentra cada día más presente en la región. Existen incluso programas gubernamentales destinados a intelectuales y periodistas latinoamericanos para que tengan la posibilidad de formarse en China.
El presidente Xi Xinping visitó América Latina cuatro veces en cuatro años. Junto a la ex presidenta Michelle Bachelet en Chile, habló en 2017 sobre “voz y valores compartidos”. Al mismo tiempo se refirió a una “admiración mutua más allá de la distancia”. Con Estados Unidos inmersa en una constante espiral de pérdida de poder blando e influencia cultural por sobre otros actores, China parece decidida a reclamar para sí el rol de hegemonía en la política internacio
Xi anunció en 2016 el lanzamiento de un programa para recibir en el corto plazo a más de diez mil jóvenes líderes de distintos sectores políticos y a más de quinientos periodistas. Todos los años, se celebran eventos que reúnen a periodistas de China y América Latina. En noviembre de 2017, Xinping fue el encargado de realizar la apertura de un congreso para líderes de prensa celebrado en Santiago de Chile organizado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). El presidente chino aseguró entonces que si bien la distancia geográfica es grande, “todos somos países en vías de desarrollo”, asegurando que los puntos de unión son más importantes que los de separación. Abogó a favor de una mayor cooperación entre los medios latinoamericanos y chinos para brindarle al mundo una visión “más autentica y vibrante de China y de América Latina” que la que muestran los medios tradicionales.
El programa, a cargo del Centro de Prensa China América Latina y el Caribe (CLAPC), consiste en estudiar y trabajar en establecimientos mediáticos chinos durante seis meses. En la última edición, participaron 17 periodistas de 14 países de la región. Entre ellos miembros de medios como Telesur de Venezuela, Jornal Do Comercio y El Monitor Mercantil de Brasil, Granma de Cuba, La Estrella de Panamá, la Agencia Boliviana de Información, La República de Costa Rica, la Agencia Andina de Perú, o Excelsior de Ecuador. De Argentina también hubo representantes, de los multimedios Clarín y Perfil. En palabras de Luo Linquan, vicepresidente de la Asociación Diplomática de China, órgano del cual depende el CLAPC, se busca con ello “un entendimiento más profundo sobre todos los aspectos de China” para de esta manera lograr “promover el entendimiento mutuo” entre el gigante asiático y los países de la región. Esto representa una estrategia a largo plazo, con objetivos ambiciosos que tienen que ver con extender la influencia cultural de China entre los formadores de opinión latinoamericanos.
A diferencia de la maquinaria cultural estadounidense, los productos culturales provenientes de China aún no son tan masivos. No obstante, los productores detrás de la creciente “Chinawood”, la meca del cine del país, prometen que superarán a Hollywood en producción en el mediano plazo. Si bien, China hoy es el tercer productor mundial de películas, tras Bollywood y Hollywod, los más de veinte mil títulos anuales que produce se consumen casi íntegramente dentro de sus fronteras.
Según tituló El País de España el 5 de septiembre de 2018, en consonancia con el discurso estadounidense, este tipo de programas tienen que ver con “seducir a golpe de talonario a las élites de América Latina”. Lo cierto es que el desconocimiento existente sobre la política interna china entre las elites políticas latinoamericanas es real. A pesar de que el país se ha convertido en el principal socio comercial de gran parte de los países de la región, aún parece que no se logra comprender realmente la idiosincrasia política del país, ni tampoco cuáles son sus verdaderas intenciones en el panorama internacional. Fomentar los intercambios culturales será un factor fundamental para que esto deje de ser así. Cada día se hace más importante para quienes vivimos en este lado del planeta, comprender mejor al principal socio comercial de América Latina.
*Maestrando en Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), Argentina