Masculinidades en el ámbito sindical: trabajo conjunto entre la UNPAZ y la UOCRA – Por Dora Barrancos

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Reseñado por Dora Barrancos*Nora Goren y María Celeste Álvarez (Coordinadoras) Cómo trabajar las masculinidades en el ámbito sindical – Buenos Aires, Aulas y Andamios /EDUNPAZ  – 2019

Resultan absolutamente escasos los abordajes que ponen en relación masculinidad/mundo laboral, y no sólo en nuestro medio. La perspectiva de género ha ingresado de manera contundente a los ambientes académicos y se ha expandido como contenido inexcusable en una serie de manifestaciones institucionales, pero “género” ha limitado su señal semántica a la “condición femenina”. Esta economía nocional tiene además, implicancias teoréticas y ha generado numerosos debates en diferentes cuencas feministas en las últimas décadas, pero no es posible examinarlas en esta breve nota. Desde luego, se asiste hoy a una cruzada proveniente de vertientes conservadoras que combaten la “ideología de género”, pero no es de esto que quiero ocuparme en esta fugaz bienvenida a la investigación realizada en articulación entre el Programa de Políticas Públicas de Género de la Universidad Nacional de José C. Paz y uno de los más importantes sindicatos del país, la UOCRA. Hay que felicitar la convergencia de ambas instituciones.

Debemos celebrar, en primer lugar, que este trabajo venga a luz. Fue el resultado de siete talleres desarrollados en diversos lugares del país durante 2016 con el objetivo de poner en discusión la malla relacional de los géneros (varones y mujeres), a partir de la constatación de la redundante composición laboral masculina que nutre la actividad de la construcción en nuestro país. La división sexual del trabajo, como lo señalan las autoras y autores de este libro, tiene una manifestación exuberante en la sobre representación masculina tratándose de los diversos componentes del proceso de edificar, de construir. Los talleres tuvieron mayor participación de varones y en esto debe señalarse el éxito de la iniciativa dado que el motor fundamental de la empresa era contorsionar las convalidaciones históricas acerca de que las tareas implicadas en la construcción, están reservadas a la membresía masculina de la especie.  Quienes estuvieron al frente de los talleres pudieron abordar, con interesantes estrategias metodológicas, las mentalidades ancladas en el “sentido común” repetitivo acerca de las diversas especialidades de la construcción, históricamente expulsoras de la participación de mujeres. El trabajo con las y los delegados permitió abordar el horizonte mayor de la segregación sexual subordinante, la atribución de las expectativas diferenciales de género, pero centrándose en la propia experiencia de los sujetos, en las múltiples dimensiones personales, familiares, y laborales. Debe notarse que ha sido un hallazgo de las intervenciones realizar una breve encuesta al inicio de los talleres y aplicar otra a la finalización, para apreciar los cambios. Aunque el desarrollo de un taller destinado a analizar los cimientos generizadas de la sociedad entre grupos de trabajadores (y trabajadoras), seguramente no alcanza para la revisión de los preconceptos, para alterar con estrépito las sensibilidades y los atavismos patriarcales, debe pensarse que esa experiencia se constituye como un mojón.  Los cambios de opinión al concluir el trabajo grupal no son irrelevantes, aunque cabe imaginar que los interrogantes se abren paso y marcarán sucesivas tensiones. Los talleres realizados por el grupo del Programa de Políticas Públicas de Género de la UNPAZ fortalecen la idea de que para modificar las irracionales normas de la segregación de actividades según sexos es necesario, en primer lugar, poner a las propias comunidades comprendidas en su manifestación en posibilidad de reflexionar. Sólo en condición de examen común podrán superarse las ominosas barreras que limitan el ejercicio laboral de las mujeres. Da muchas esperanzas de cambios que estén acotadas las actitudes consagratorias de que el “verdadero desempeño femenino” está en la casa, y que de modo concomitante hayan disminuido las objeciones a la participación de las mujeres en el mercado laboral. Síntoma de los nuevos tiempos, aunque nuestras sociedades presentan todavía cristalizaciones sobre cuáles son los “lugares acertados” para el trabajo extra doméstico de las congéneres. También da ánimo el registro de una opinión mayoritaria acerca de que no está comprometido el trabajo masculino con la mayor afluencia de mujeres.  Esto sí se enmarca dentro de las grandes transformaciones: en el pasado los trabajadores creían a pie juntilla que las mujeres y su descalificación envilecían los salarios, y también les sacaban puestos.

Este libro es una excelente contribución para los análisis imprescindibles que requiere el mundo del trabajo y sus ficciones configuradoras de la segregación de las mujeres. Hay que emular estas intervenciones y ojalá más sindicatos se decidan por este rumbo.

*Dora Barrancos, militante por los derechos de las mujeres,  es Socióloga graduada de la UBA, Magister en Educación por la Universidad Federal de Minas Gerais (Brasil) y Doctora en Historia por la UNICAMP (Brasil).

Fuente-Universidad Nacional de José C. Paz


Cómo trabajar las masculinidades en el ámbito sindical

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