La oposición amenaza la paz y las elecciones – La Época, Bolivia
Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.
Una reunión de dirigentes cívicos de pocos departamentos país, liderados por el de Santa Cruz, y algunos candidatos a la Presidencia para las elecciones del 20 de octubre próximo, ha emitido conclusiones que permiten pensar que lo que menos quieren es que el país acuda al mecanismo establecido por la Constitución Política del Estado para el cambio o continuidad de las más altas autoridades del Estado.
Las resoluciones de la reunión no han aportado claridad a la situación en la que está la oposición: desesperada. Más allá de volver a reivindicar la bandera del 21 de febrero, no ha sido posible encontrar un camino común para encarar la competencia electoral, como hubiera sucedido si el encuentro concluía con la recomendación de estructurar un solo frente para enfrentar al binomio Evo Morales-Álvaro García Linera. Es más, no se vieron señales de que alguno de los candidatos con poco respaldo electoral, como Víctor Hugo Cárdenas o Virgilio lema, vayan a levantar su participación a favor de los que mejor posicionados están en las encuestas.
Pero si hay un punto que llama poderosamente la atención. En algo más de tres horas de reunión, en la que no cesaron sus críticas al gobierno, lo que ya es algo bastante recurrente, esta parte de la oposición aprobó la línea de dar un plazo hasta el 31 de mayo para que los vocales del Tribunal Supremo Electoral (TSE) dimitan a sus cargos. Aunque no hacen referencia directa a quiénes deberían conducir las elecciones generales de octubre, es de suponer que la apuesta es que la Asamblea Legislativa Plurinacional designe como miembros del TSE a “personalidades” o “notables”. Ya lo plantearon antes.
En el pedido no está el problema, pues les asiste el derecho de hacerlo por muy equivocados que estén. Lo preocupante está en que, si no hay renuncia, el 1 de junio se llevará adelante otra reunión en la que se organizarán huelgas, paros y marchas, según dijo a la prensa el presidente del Comité Pro Santa Cruz, quien es el principal operador del expresidente Jorge Tuto Quiroga y por lo tanto de las instrucciones de los Estados Unidos. Estos mensajes de radicalidad son los mismos que precedieron al ataque e incendio de una de las entidades del Órgano Electoral en Santa Cruz en diciembre pasado, cuando se dio a conocer el registro del binomio Evo Morales-Álvaro García Linera.
Si bien no hay mayores elementos de juicio, no sería nada exagerado pensar que hay un sector de la oposición que no quiere elecciones generales y que su estrategia es generar un nivel de convulsión social que construya la falsa imagen de que en Bolivia no hay democracia. Es decir, que se pretenda aplicar en el país las mismas recetas que se han desplegado en Venezuela y Nicaragua, con el apoyo de un poderoso aparato mediático que sirve para confundir a la población menos politizada.
Frente a ese peligro, no es el miedo que debe orientar las acciones en defensa de la institucionalidad. Los movimientos sociales y todos aquellos ciudadanos y ciudadanas que saben que la democracia es el mejor campo para dirimir las diferencias, deben estar atentos y atentas para derrotar, con el uso de las armas de la paz, a los que tocan los tambores de guerra.