Fuerte rechazo al modelo económico en el quinto paro general contra Macri

477

El pais parado

Por Felipe Yapur

La mañana del quinto paro general que decretó la CGT contra la política económica del presidente Mauricio Macri comenzó con represión cuando por orden de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, se impidió a fuerza de gases y balas de goma que organizaciones sociales expresen su repudio al Gobierno. Eso no impidió ni disminuyó la adhesión a la medida de fuerza que contó también con la realización de ollas populares que gremios del Frente Sindical para el Modelo Nacional (FSMN) implementaron junto a los movimientos sociales conocidos como los Cayetanos, a modo de adhesión a la medida de fuerza. En ese contexto, tanto la conducción de la central obrera con Héctor Daer y Carlos Acuña a la cabeza como la del Frente Sindical, evaluaron la medida como “contundente” y advirtieron, sobre la posibilidad de realizar nuevas medidas de fuerza en los próximos meses.

Por la CGT, Daer reclamó “la rectificación de las políticas económicas que fueron erosionando la actividad productiva generando consecuencias devastadora en el tejido social argentino”. En tanto que Mario Manrique (Smata) desde el FSMN indicó que “se van a seguir tomando acciones. Es preocupante que el estado se fije en el acatamiento y no pone en la mesa los problemas que llevan a tomar estas decisiones”.

No estaba muy equivocado el secretario adjunto del gremio de los mecánicos. “Estamos hartos de los paros”, dijo Bullrich luego de que los efectivos de la Prefectura distribuyeran golpes y gases lacrimógenos entre los manifestantes del Polo Obrero que querían acceder al puente Pueyrredón. Luego se sumó el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, que cuestionó el costo de la medida. En tanto, el presidente Macri optó por no hacer referencias a la medida de fuerza y sí mostrarse con el fiscal Carlos Stornelli, quien se niega a explicar ante la justicia sus vínculos con la banda de espías y extorsionadores.

El paro provocó un alto nivel de inactividad. Las ciudades estuvieron prácticamente vacías. Las escuelas cerraron sus puertas, los hospitales solo prestaron servicios de urgencia y el servicio de transporte público no funcionó en ninguna de las provincias. Tampoco hubo servicio de transporte aerocomercial ni marítimo. Mucho menos funcionaron los trenes y en la ciudad de Buenos Aires no partió ninguna formación de subterráneos. Todo se detuvo, salvo la represión ordenada por Bullrich contra las organizaciones sociales que habían anunciado manifestaciones y cortes circunstanciales como una forma de sumarse a la medida de fuerza de alcance nacional.

A diferencia de otros paros, en este hubo dos informes sobre el alcance de la huelga. El primero de ellos lo hicieron los gremios enrolados en el FSMN que se realizó poco antes del mediodía en la sede de Camioneros. La segunda la realizaron los integrantes del consejo directivo de la CGT. En ambos espacio se coincidió en calificar al paro de “contundente”.

Pero hubo algunas diferencias entre estos dos sectores. Por caso, el Frente Sindical organizó otra vez el armado de ollas populares como la que se organizó en la esquina del gremio de Camioneros o la que se hizo en la puerta del Smata que conduce Ricardo Pignanelli, por donde pasaron cientos de personas en busca de una comida caliente. Las ollas populares la realizaron también la Corriente Clasista y Combativa, Barrios de Pie y la Confederación de Trabajadores Desocupados.

La CGT prefirió no hacer nada porque, como justificó Acuña, ya se había realizado una movilización el pasado 4 de abril en defensa de la industria. Por eso la única aparición de su conducción fue a través de una conferencia de prensa que, a diferencia de lo que sucedió con la que hizo el FSMN, apenas fue transmitida por los canales de noticias.

Durante la evaluación del Frente Sindical, Hugo Moyano aseguró que la medida de fuerza debe ser considerada como “la demostración más importante del rechazo de los trabajadores a las políticas que implementa el gobierno”. Luego Sergio Palazzo de La Bancaria criticó los dichos de Bullrich que los definió como una expresión “autoritaria”. También cuestionó al ministro Sica, que había dicho que el costo del paro asciende a 40 mil millones de pesos: “Si corrigieran la política económica y modificaran la base salarial solo el uno por ciento el crecimiento sería de 80 mil millones. Entonces habría más consumos y más trabajo”, señaló.

A su turno habló Daniel Catalano de ATE Capital, quien habló en representación de la CTA que dirige Hugo Yasky que se encontraba en Córdoba por los actos que recuerdan los 50 años del Cordobazo. Catalano señaló que la unidad de estos sectores sindicales “es lo mejor que puede pasar” y remarcó la necesidad de que el gobierno “escuche la voz de los trabajadores y no de los mercados. Los estatales seguiremos peleando porque el acuerdo del 28 por ciento no es suficiente”.

El discurso de la plana mayor de la CGT no fue muy diferente a lo que dijeron antes sus colegas del Frente Sindical. Daer aseguró que “la sumatoria de los trabajadores más un sector mayoritario del pueblo se sumó a la convocatoria de la CGT para reclamar medidas urgentes contra las medidas económicas que fueron erosionado la actividad económica”. Es más, dijo que el gobierno debe “frenar la caída y la decadencia política, social y económica de la Argentina”. De todas formas, el dirigente de sanidad no mostró expectativas por el tipo de respuestas que pueden llegar desde la Casa Rosada. Acuña, en tanto, se preocupó en responderle a Sica y el costo del paro al sostener, con un dejo de picardía, que esperaba que desde el gobierno “digan cuánto perdió la Argentina con la timba financiera y que nos digan cuánto perdemos los trabajadores con la inflación. Estaría bueno que nos den esa información”.

Ambos sectores del movimiento obrero, la CGT y el Frente Sindical, intentaron evitar opiniones sobre unos y otros. Moyano se hizo el distraído. Manrique logró contenerse algo al decir que “el paro lo decretó la CGT y acatamos pero el 30 de abril decretamos uno nosotros y ellos no lo acataron y por eso tenemos compañeros procesados. De todas formas no vamos a calificar a otros dirigentes eso lo hará la gente”, concluyó. A su turno Daer sólo hizo referencia a la existencia de matices. Eso fue un dato que sorprendió en el marco del proceso electoral que ya comenzó. De hecho, tanto Daer como Moyano apuestan a la fórmula que integran Alberto Fernández y Cristina Kirchner pero ambos buscaron centrar sus declaraciones a la cuestión sindical. De todas formas, el líder del gremio de la sanidad sólo agregó que “ninguno de los trabajadores en octubre van a votar a Macri”. Por su lado, Moyano avisó creemos que “aquel que no se suma a este esfuerzo (el del PJ) evidentemente está jugando para el enemigo porque tratan de restarle votos para favorecer a los que están gobernando” y avisó: “Ningún trabajador va a volver a equivocarse. En octubre cambia la historia”.

Página 12


Con críticas a la CGT, al gobierno y a la oposición, los sindicatos de izquierda cerraron los piquetes con un acto en el Obelisco

Desde bien temprano, los principales dirigentes de los partidos de izquierda y sindicatos clasistas que orientan esas fuerzas comenzaron a concentrarse en los cinco puntos que eligieron para realizar cortes en los ingresos de la Ciudad de Buenos Aires. Los piquetes, en algunos casos con miles de manifestantes, se desarrollaron en el Puente Pueyrredón, el Acceso Oeste, la Panamericana, la General Paz a la altura del INTI y la Autopista Buenos Aires La Plata.

Pero los cortes, organizados por el Plenario del Sindicalismo Combativo (PSC) que agrupa, entre otros, al Sindicato del Neumático, la seccional oeste de la Unión Ferroviaria, la AGD-UBA, el sindicato ceramista del Neuquén y el gremio docente Ademys, además de organizaciones sociales independientes como el Polo Obrero y el Teresa Vive, se extendieron hasta 64 puntos a lo largo y ancho del país. El propósito declarado fue el de darle un carácter activo a la medida de fuerza y reclamar la continuidad del plan de lucha con un paro activo de 36 horas.

En todos los casos se registraron fuertes operativos represivos protagonizados por las fuerzas policiales y la Prefectura Naval que trataron de impedir las manifestaciones y llegaron a reprimir con balas de goma y gases lacrimógenos en el Puente Pueyrredón.

Sobre las 11 de la mañana y en forma coordinada, los cortes se levantaron para confluir en el centro de la ciudad donde se realizó un acto a los pies del Obelisco que comenzó pasadas las 12 del mediodía. Allí, diez oradores hicieron uso de la palabra con la mira puesta en “el ajuste del FMI, Macri y los gobernadores”, y en la “complicidad de la CGT que apuesta a un recambio con la oposición fondomonetarista”.

Ante unas cinco mil personas que se movilizaron en autos, micros y bicicletas, el acto comenzó con las palabras de Rubén “el Pollo” Sobrero que señaló que “los más de 60 cortes muestran la fuerza de las nuevas direcciones que salen a pelearle a la burocracia sindical”. Para el ferroviario, “los dirigentes de la CGT trataron de evitar esta jornada, pero los trabajadores estamos hartos de este plan económico”.

El dirigente, denunció a la cúpula de la CGT porque “nos dicen que es el último paro y vamos a las elecciones pero nosotros creemos que sin una ruptura con el FMI no hay salida. Los charlatanes dicen que hay que negociar con el FMI pero nosotros queremos una salida de clase.”.

Luego hicieron uso de la palabra, entre otros, el metrodelegado Claudio Dellecarbonara y Mónica Sulle dirigente del Movimiento Sin Trabajo Teresa Vive que señaló que “hicimos posible que este paro no sea dominguero” y se quejó porque “cada vez hay más compañeros en los comedores». Para Sulle «es responsabilidad de este gobierno que le paga al FMI y no se fija en la deuda interna”.

El otro dirigente de organizaciones sociales, Eduardo “Chiquito” Belliboni del Polo Obrero saludó a “Mary, que muchos de ustedes no conocen pero se comió siete tiros en el Puente Pueyrredón y quiso estar en este acto igual. Bien distinta a la burocracia de la CGT que lo mira por televisión mientras deshoja la margarita para ver que alternativa patronal va a apoyar en octubre”.

Ileana Celotto, secretaria general de la Asociación Gremial Docente de la UBA también disparó contra la CGT: “este paro está en las antípodas de El Cordobazo. La CGT quiere anestesiar al movimiento obrero y buscan dilapidar esta fuerza para cumplir con los ajustadores”. El objetivo, según Celotto, es “trabajar por un recambio fondomonetarista en octubre. Por eso no preparan un plan de lucha”.

Para la dirigente de los docentes universitarios el agrupamiento que se reunió en el Obelisco “levanta un programa que es contrario a los diez puntos del macrismo: partimos de la defensa del salario y las jubilaciones y planteamos la nacionalización de la banca y el comercio exterior y el no pago de la deuda externa”.

Guillermo Pacagnini, del sindicato de médicos bonaerenses, la CICOP, coincidió en que “nosotros planteamos un programa obrero para romper este ajuste mientras, para ellos el programa es esperar a octubre”.

El cierre quedó a cargo del secretario general del Sindicato del Neumático, Alejandro Crespo, que destacó que “los trabajadores hicieron el mayor paro desde que está Macri. Es por el hartazgo con esta dirigencia que ha fracasado en traer una solución a los trabajadores”.

Y también puso el foco en la cúpula de la CGT señalando que “si no fuera por esa burocracia sindical que quiere hacer un puente hasta las elecciones tendríamos millones de trabajadores en la calle”. Finalmente expresó que “necesitamos una dirección que defienda a los trabajadores. Hace falta una conducción sindical que vaya al centro del poder político y diga: ‘este ajuste se acabó’”.

Crespo la emprendió también con la oposición kirchnerista señalando que “con el pacto social que proponen se repite la historia como farsa. Ya sabemos que el pacto social viene con más ajuste sobre los trabajadores”, por eso llamó “a los trabajadores a confiar en sus propias fuerzas en los lugares de trabajo y, cuando haya que votar, hacerlo por la única alternativa que nos representa, que es el Frente de Izquierda”.

Sobre las 13 concluyó el acto y los manifestantes despejaron el cruce de las avenidas Corrientes y 9 de julio en las que circulaban apenas un puñado de vehículos particulares.

Tiempo Argentino


El enojo de Bullrich tras el alto acatamiento: «Estamos hartos de estos paros»

La ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, se sumó a la posición general del oficialismo y descalificó el paro nacional pese a su altísimo acatamiento.

«Estamos hartos de los paros. Ya sabemos que cuando el Gobierno no es del partido de los sindicatos esto pasa. Es muy poco democrático este paro, pero hay que bancársela», aseguró la funcionaria en diálogo con radio La Red.

La cuestionada ministra indicó que existió una «connivencia entre el paro de hoy y el peronismo», que «está esperando con el cuchillo entre los dientes la vuelta al Poder».

La jefa de la cartera de Seguridad de la Nación también calificó como «poco democrática» a la medida de fuerza y afirmó que se registraron «piquetes» en supermercados para impedir que la gente ingrese a trabajar.

«Las autopistas están todas absolutamente liberadas, la gente puede venir a trabajar. Lo que se destaca es que en algunos supermercados y estaciones de servicio hay piquetes de empleados de comercio que no dejan entrar a los trabajadores», había dicho Bullrich en horas de la mañana.

Infonews

Más notas sobre el tema