Brasil – Felipe Comunello: «No sabremos si tendremos para pagar las cuentas de luz y agua de las universidades»

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Entrevista a Felipe Comunello, antropólogo y profesor universitario

Por Carla Perelló, de la redacción de NODAL

En conferencia de prensa con chocolatines sobre la mesa el ministro de Educación de Brasil, Abraham Weintraub, anunció y explicó un recorte del 30 por ciento del presupuesto apuntado especialmente al área universitaria. A su lado, el presidente Jair Bolsonaro comía medio chocolate. Como respuesta, el movimiento estudiantil comenzó a organizarse y llevó adelante diferentes protestas en contra de la medida. La articulación entre los diferentes sectores creció y hoy -15 de mayo- llevan adelante el Día Nacional de Huelga en la Educación en lo que se constituyó como el primer paro nacional contra Bolsonaro a cinco meses y medio de la asunción. En esta entrevista con NODAL Felipe Comunello, antropólogo y profesor de la Universidad Federal de Río Grande do Sul, cuenta sobre la situación que están viviendo.

El ministro de Educación Abraham Weintraub anunció la un recorte del 30 por ciento del presupuesto a las universidades públicas, ¿cuál es la situación actual y de qué manera los afecta esta medida?

Los recortes anunciados podrían inviabilizar el funcionamiento de las universidades. No sabemos si en el segundo semestre habrá recursos para pagar las cuentas de luz, agua, seguridad y otros gastos semejantes. Probablemente también faltará material para las aulas y apoyo para las actividades de investigación y extensión. Ese es el impacto más inmediato que generarían los recortes del presupuesto. En el mediano y largo plazo tendremos problemas de infraestructura, con obras que ya deberían estar siendo realizadas o concluidas (problema que se arrastra desde 2015 y fue se fue agravando por la enmienda constitucional 95 en 2016), y la producción científica será afectada.

Según lo que dijo Bolsonaro entre sus objetivos se encuentra erradicar lo que denomina “el marxismo cultural” y” la ideología de género» de las aulas y también anunció que se descentraliza la inversión en colegios de filosofía y Sociología para centrarse en las áreas que generan retorno inmediato al contribuyente, tales como veterinaria, ingeniería y medicina. ¿Cómo entienden este recorte sobre determinadas carreras?

Las principales organizaciones científicas de Brasil se manifestaron en las últimas semanas acerca de la importancia de las Ciencias Humanas y Sociales. En internet se pueden encontrar por ejemplo declaraciones de la Sociedade Brasileira para o Progresso da Ciência (SBPC), así como de la Associação Nacional de Pesquisa e Pós Graduação em Ciências Sociais (ANPOCS), de la Sociedade Brasileira de Sociologia (SBS), de la Associação Brasileira de Antropologia (ABA) y de la Associação Nacional de Pós-Graduação em Filosofia (ANPOF). Organizaciones internacionales incluso también se manifestaron en el mismo sentido y agradecemos a colegas de toda América Latina que han acercado su solidaridad con nuestra situación.

Sin embargo, no está claro lo que el presidente quiso decir, o mejor, cuál es su objetivo con estas afirmaciones acerca de la descentralización en inversiones en la educación. Es importante notar que los recortes que se están llevando a cabo no se restringen sólo a las áreas llamadas «humanas» y tampoco a las Universidades Públicas. En los últimos días quedó claro que todas las áreas y niveles del sistema de educación están sufriendo con los cortes. Como dijo la semana pasada el exministro de Educación Renato Janine Ribeiro, es el primer gobierno que ve la educación como un problema y no como solución. Al otro día oí a alguien decir que transformaron el Ministerio de Educación en un anexo del Ministerio de Economía.

¿Cómo organizaron este paro nacional? ¿Cómo se articula con otros movimientos?

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Ahora hay una manera de organización que es diferente a cómo se venían llevando a cabo en los últimos años. Por un lado, se están llevando a cabo muchas asambleas de todos los actores de la comunidad educativa; estudiantes, docentes y técnicos de las universidades y al mismo tiempo las organizaciones sindicales y estudiantiles están consiguiendo unificar las agendas de movilización. Eso es algo nuevo en relación con lo que sucedió, por ejemplo, en 2016 durante las protestas contra la llamada “PEC da Morte”, que instituyó el techo de gastos en educación y salud pública (N de R: Propuesta de Enmienda Constitucional de Muerte, consigna con la que se repudió la finalmente votada Enmienda 95 impulsada por Bolsonaro para congelar el presupuesto nacional por veinte años). Por otro lado, también estamos viendo adhesiones de otros sectores de la educación, como los sectores medios y básicos que normalmente no se movilizan con la misma dinámica e intensidad que el sector universitario. Finalmente, la adhesión y el apoyo de la sociedad de manera general está siendo bastante importante. Ciertamente es un gran día para nutrir de esperanzas el futuro del país con educación, ciencia, tecnología y cultura.

¿Qué esperan de este paro y movilización?

Nosotros esperamos sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de la educación, llamar la atención de las autoridades, los medios, las personalidades y presionar a los líderes políticos para revertir esta situación.


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