Brasil | Reinaldo José Lopes: «Las universidades públicas producen más del 90% de las investigaciones»

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Por Reinaldo José Lopes*

O Bolsonaro se halla tremendamente mal informado o está desinformando deliberadamente a la población sobre este tema.

En el último mes de marzo, algunos científicos brasileños publicaron un estudio mostrando que la temperatura media del país puede aumentar 1,5 C grados hacia la mitad de este siglo si no se controla la deforestación. Esta investigación procede de la UFRI y la UERI, dos universidades públicas, una federal y otra estatal, ambas de Río.

El pasado febrero, algunos médicos demostraron que una persona infectada con el virus del dengue puede hallarse parcialmente protegida de los efectos del virus zika. Este trabajo fue dirigido por investigadores de Fiocruz(Fundación Osvaldo Cruz) de Bahía y de la Facultad de Medicina de San José de Rio Negro, dos instituciones públicas.

Un equipo internacional del que participaron especialistas de Embrapa (Empresa pública de Investigaciones Agopecuarias) de la USP y de la UFMG (una universidad estatal y otra federal) revelaron en diciembre pasado que el sureste de la Amazonía ha sido una de las zonas más importantes para lo que, hace unos 6500 años,fue la transformación de los predecesores del maíz en planta totalmente domesticada.

En agosto de 2018 un grupo que incluyó a investigadores del Instituto Osvaldo Cruz, institución pública de Río de Janeiro, identificó el origen del último brote de fiebre amarilla, debido a serios daños ocasionados en la región de los “macacos” amazónicos que transmitieron la enfermedad a sus parientes de otras regiones del Brasil.

Usando documentos públicos, datos satelitales y análisis de campo algunos investigadores demostraron que hubo gran incidencia de fraudes en los relativo a la extracción de madera supuestamente legal en Pará en el período 2012/17. El estudio igualmente publicado en el pasado agosto fue realizado por investigadores de la UFSCar (Universidad Federal de San Carlos).

Y a mi entender esta es la columna insoportablemente más chata que se haya originado en el teclado de mi computadora y que el lector ya habrá tenido la mala suerte de detectar con sus propios ojos. Pero puede dar fe en mi método repetitivo. El resumen de mi trabajo, en caso de que usted no lo haya percibido aún es el siguiente:  quién hace investigaciones en Brasil – es decir quienestambién hacen innovación tecnológica – lo son en grandísima medida las instituciones públicas.

Lo prueba así el Ranking Universitario Folha, condenado todos los años con denuedo por la colega Sabine Reghettique no me deja mentir. En el ranking general de las universidades brasileñas solo hay dos entre las top 20 (PUC-RS y PUC RJ) en los puestos 18 y 20 respectivamente. En el ranking de investigaciones solo hay una institución privada entre las 20 mejores (PUC-RS em el puesto 19). En el ranking de las innovaciones que mide las innovaciones incorporadas en asociación y colaboración con empresas, solo hay cuatro universidades privadas entre las top (la mejor colocada es la Universidad de Caxias do Sul, en sexto lugar).

Mientras tanto el presidente Jair Bolsonaro afirmó recientemente “Pocas universidades hacen investigación y entre esas pocas, gran parte en la iniciativa privada. Como en la de Mackenzie en San Pablo”.

Con todo mi respeto hacia la Universidad Presbiteriana Mackenzie (lugar 62 en el ranking de la investigación nacional) una afirmación que carece de fundamento como lo carece la idea de que no hubo dictadura en Brasil a partir de 1964.

O el presidente de la República está tremendamente mal informado o está mal informando deliberadamente a la población sobre este tema. Ambas posibilidades son graves y parecen confirmar el desprecio del actual gobierno federal por los hechos sobre todo cuando no encarnan su visión del mundo.

*Reinaldo José Lópes, periodista especializado en biología  y en arqueología, autor de “1499, Brasil antes de Cabral”. Traducción de Susana Merino para Nodal.am

Folha De S. Paulo


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