La experiencia de investigar: una apuesta desde Tierra del Fuego para el mundo

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El Ing. biomédico Antonio Dell’Osa (UNTDF/CONICET) ganó una beca del Ministerio de Relaciones Exteriores y de la Cooperación Internacional (MAECI) de Italia para realizar en aquel país una visita de investigación. En el marco del Día del Investigador Científico, cuenta su experiencia desde el viejo continente.

Ushuaia, 10 de abril de 2019. En el marco del Día del Investigador Científico, Antonio Dell’Osa, Profesor Adjunto del Instituto de Desarrollo Económico e Innovación (IDEI) de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego Antártida e Islas del Atlántico Sur (UNTDF) cuenta su experiencia como joven investigador científico. El Ing. Dell’Osa se encuentra en este período en Italia desarrollando tareas de investigación conexas a su tesis doctoral: “Detección de fracturas de oseas mediante bioimpedancia”.

El Ingeniero Biomédico, becario CONICET/UNTDF, realiza una estadía de investigación en la Región Italiana de Cerdeña en la Universidad de Cagliari, en el Hospital Universitario “San Giovanni di Dio” y en la spin-off universitaria 2C Technologies. El objetivo de este proyecto en co-tutela es estudiar las bases científicas y tecnológicas para el desarrollo de un dispositivo portátil útil a la detección de lesiones óseas. Tal dispositivo permitiría por ejemplo mejorar los primeros auxilios a personas accidentadas en zonas montañosas o aisladas.

Esta beca es resultado de las colaboraciones surgidas durante el Primer Foro Científico-Tecnológico Italo-Argentino sobre Energía, Ambiente y Bio-Economía IT-AR ENABIO celebrado en marzo/2018 en Ushuaia, el cual fue organizado por el Gobierno de la Provincia de Tierra del Fuego, la Embajada de Italia en Buenos Aires, el Consulado General de Italia en Bahía Blanca y la UNTDF. El Ing. Dell’Osa se presentó a una convocatoria para seleccionar estudiantes de grado y postgrado extranjeros e italianos residentes fuera del territorio italiano, resultando beneficiado con una beca en la categoría “Proyectos de investigación en co-tutela”

– ¿En qué consiste tu desarrollo de proyecto?

A.D: Se trata de la aplicación de una tecnología alternativa a los rayos X a un dispositivo que, pudiendo conectarse a través de un celular, permitiese medir ciertos parámetros eléctricos de los huesos, para poder así determinar la presencia, o no, de una fractura ósea y elaborar un veloz diagnóstico no invasivo.

– ¿Qué innovación incorpora?

A.D: En la actualidad, una fractura ósea se diagnostica por observación clínica y por la visualización de una imagen interna del cuerpo humano como es una radiografía. La novedad en este proyecto es hacer la diagnosis sin generar una imagen, en especial una de rayos X. Lo que se propone en alternativa es medir datos del cuerpo humano que indiquen variaciones en la estructura del hueso, específicamente medir la bioimpedancia. Esta clase de tecnología es notoriamente más económica con la posibilidad de ser implementada en dispositivos portátiles de tamaño apenas más grande que un smartphone.

¿Cómo es tu trabajo en Italia?

A.D: Lo habitual es adquirir datos en fantomas (NdeR: es una construcción con hueso animal y gel balístico que simula una construcción simplificada de una extremidad) o de cualquiera individuo del grupo de trabajo, procesarlos para correlacionarlos con funciones fisiológicas o estructuras anatómicas del cuerpo humano, discutir del tema y luego plasmarlo, sea en un trabajo científico o en conclusiones para modificar las mediciones, el prototipo o –simplemente- ‘barajar’ de nuevo. También surgen reuniones con colegas, médicos e ingenieros entre otros, visitas y reuniones a otros centros de investigación (NdeR: estuvimos con el director y otros investigadores del IMC/CNR, que es un instituto sardo similar al CADIC, pero a escala europea) y tomar cursos para continuar con la formación de posgrado.

¿Qué exige la beca?

A.D: En el momento de la convocatoria: se exige incluir en la propuesta la hipótesis de desarrollo de un proyecto concreto con una institución italiana y luego que el investigador, el tutor y el proyecto de investigación sean superadores respecto a las otras postulaciones. Alcanzada la beca, se traza un plan de trabajo que se intenta cumplir: frecuentemente cuando se investiga en tecnología aplicada a la salud humana, poder plantearse tiempos y objetivos que se cumplan con exactitud no es simple, de hecho, es usual que se presenten imprevistos que modifiquen tiempos y objetivos, independientemente de que uno trate de respetar los previstos inicialmente.

¿Cómo se llega a ser investigador y cómo se dan los primeros pasos?

A.D. En nuestro país, formalmente, uno es investigador siendo docente de una universidad y dedicándose a investigar, además de ser docente; o siendo parte de otras instituciones dedicadas al desarrollo de la investigación científica (CONICET, CIC de la Provincia de Buenos Aires, CNEA, CONAE, algunos hospitales como el Italiano, etc.). El camino es obtener el título universitario de grado, luego doctorado… para nunca dejar de aprender, estudiar más allá del título.

En mi caso, como estudiante de grado en la Universidad Favaloro (Buenos Aires) se nos incentivaba muchísimo a elaborar trabajos de investigacion, escribir informes (por sencillos que sean) en formatos de revistas científicas, a experimentar, ir a congresos, charlas… sin ir más lejos mi proyecto final de grado fue subsidiado por el BID (Banco Interamericano de Desarrollo) porque un docente-investigador necesitaba ese equipo para su trabajo y con dos compañeros más aceptamos el desafío; actualmente la tesis de ese trabajo tiene más de 1.500 lecturas en los últimos 3 años, fue publicada en un congreso de la Sociedad Argentina de Bioingeniería y hasta tuvimos una preselección para una revista latinoamericana. Una vez recibido, tuve la providencia de ingresar al IDEI en nuestra universidad y seguir trabajando en la misma línea; es muy importante tener un director que marque el rumbo, en mi caso el Dr. Fernando Dobarro, que siendo matemático me instó siempre a que ‘no me encierre en lo que creo es mi tema’ y eso hace que se abran puertas. Y se comienza a colaborar primero con la Universidad Nacional de Tucumán, luego UBA, UNLaPlata, Universidad de la República (Uruguay), Universidad de Caldas (Colombia)…hoy es Universidad de Cagliari, SIEMPRE desde Ushuaia en la UNTDF. El primer año en Ushuaia fue difícil, todavía en normalización, pero la receta fue nunca aflojar. Luego de trabajar en roles estrictamente técnicos por varios años, tenía claro que quería investigar.

Personalmente creo que la instancia de la formación de grado es fundamental para expandir la curiosidad, colaborar con profesores en el tema que a uno le gusta, no conformarse con “aprobar y listo”. De hecho, como docente intento fomentar eso y se ven los frutos (NdeR: Damian Martinez –Ing. Industrial- finalista en INNOVAR 2016, Maximiliano Sampirisi –estudiante de la Licenciatura en Sistemas- becado por el Abdus Salam International Centre for Theoretical Physics para hacer un curso intensivo). Considero que es importantísimo dar la posibilidad a los estudiantes de desarrollar trabajos de investigación, diferenciado de trabajos de vinculación o implementación de algo que ya existe y se sabe la respuesta, investigar es trabajar en algo a lo cual se le debe encontrar una respuesta, y además, acostumbrarse, a que también una “no respuesta” es un resultado positivo.

¿Recomendás la experiencia de investigar?

A.D.: Investigar es no detenerse nunca de aprender, de husmear, de mejorar cosas que ya existen y hasta de observar y querer explicar cosas que quizás antes ninguno vio…que existen desde siempre pero nunca nadie le prestó atención. Si uno está dispuesto a formarse constantemente, a estar siempre dispuesto a plantearse nuevos interrogantes e intentar encontrar alguna respuesta, nos aproximaremos a un recorrido que nos lleve a brindar soluciones al lugar donde vivimos, creo que es el camino. Es un camino de motivación constante que uno mismo se impone -más allá del doctorado o las exigencias de la universidad-. Se lo recomiendo a cualquier estudiante y profesional que esté dispuesto a todo esto porque, sin lugar a dudas, sólo la investigación científica va a saciar esa sed. En mi caso, la investigación es soñar despierto, cualquier otro trabajo fue recortar esos sueños.

Cabe destacar que el 10 de abril se conmemora el Día del Investigador Científico, en honor al natalicio del médico y farmacéutico argentino Bernardo Houssay, Premio Nobel de Medicina en 1947 por sus descubrimientos científicos y médicos. Dicha conmemoración es oportuna para saludar y reconocer a todos los docentes investigadores que cumplen con la loable tarea de investigar para contribuir al desarrollo social del territorio.

Fuente-Universidad Nacional de Tierra del Fuego

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