Colombia | Camilo González Posso, presidente de INDEPAZ: «Hubo un asesinato cometido por militares y un intento de encubrirlo»

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Entrevista a Camilo González Posso, presidente del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (INDEPAZ)

Por Nicolás Retamar, de la redacción de NODAL

Tras conocer el asesinato de Dimar Torres, exguerrillero de las FARC, la Comisión de Paz acudió a la región de El Catatumbo, en la zona norte de Colombia. “Aunque será la Fiscalía la que determine los detalles del suceso, es evidente que la muerte de Dimar Torres no fue un hecho accidental, se trata de un homicidio en persona protegida”, dijeron. El general Diego Villegas reconoció el asesinato pero el ministro de defensa, Guillermo Botero, sostuvo que fue producto de un forcejeo. La oposición ha pedido la renuncia del ministro mientras el Senado define si da o no lugar a las objeciones del presidente Duque a los Acuerdos de Paz. Sobre este tema, NODAL entrevistó a Camilo González Posso, presidente del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (INDEPAZ)

A partir de las distintas versiones que circulan, ¿Qué pasó con Dimar Torres, exguerrillero de las FARC?

Dimar Torres fue un exmiliciano de la guerrilla de las FARC que se incorporó en los acuerdos de paz y que vivía en su comunidad como un líder comunitario muy querido por su gente.  Fue a conseguir unos instrumentos de trabajo y en el camino fue interceptado por militares que, según todos los datos de la Comisión de Senado, testimonios, incluidos los del general al mando Diego Villegas, fue ultimado, fusilado, ejecutado, y luego de eso se hizo una operación. Se conoce esta versión, no sólo por el cabo que aparece implicado como responsable directo, sino por varios integrantes de esa unidad militar que procedieron a hacer una fosa para enterrarlo y ocultarlo.  Así configuraron un homicidio con responsabilidades de encubrimiento por una unidad militar. Pero esto ha estado acompañado después por versiones muy contradictorias. El ministro de defensa se apresuró a decir que esto había sido un intento del exmiliciano por quitarle el arma a un cabo y que en el forcejeo se había disparado el arma de manera no intencional, pero esa versión fue desmentida por testimonios de las comunidades, por los mismos datos recogidos por la comisión del Senado de la República y, sobre todo, fue desmentido de manera contundente por la declaraciones del propio comandante en el área Villegas, brigadier general de la república, que señaló que allí había habido un asesinato responsabilidad de integrantes de las Fuerzas Armadas. Villegas dijo que tendrían que responder individualmente en tanto no se trataba de una acción de servicio, y que por lo tanto no podía haber encubrimiento para la impunidad de esos hechos. Creo que no ha quedado la menor duda tanto del asesinato como de una operación de encubrimiento que desafortunadamente ha sido partícipe en ella el ministro de defensa tratando de desviar el objetivo de la investigación.

¿Puede influir este hecho en el debate que se está llevando en el Senado acerca de las modificaciones que el presidente Iván Duque pretende hacerle a la JEP?

Claro que influye en las discusiones que se están haciendo en el Congreso a propósito de las objeciones presentadas por el presidente Iván Duque al funcionamiento de la Jurisdicción Especial para la Paz (más conocida como JEP). Influye porque hay sectores de extrema derecha que están alerta y han dado la orden de bloquear la JEP, han dicho que quieren destruir esa herramienta. Y, en particular, les preocupa la presencia de militares que están implicados en crímenes atroces y que se acojan a la JEP y puedan involucrarlos de alguna manera en testimonios que ellos den y que establezcan responsabilidades sobre sus superiores jerárquicos o, incluso, presidentes de la república, ministros o funcionarios de alto nivel o del sector privado que hayan sido partícipes en la perpetración de homicidios, ejecuciones extrajudiciales, de desaparición forzada, de personas que asesinan y luego meten una tumba. Esto se ha presentado. Entonces, por supuesto que como se trata de objeciones a la JEP, estas alertas de que hay posibilidades de que haya militares que se salgan del libreto, que sean capaces de contradecir a un ministro de defensa y dar otra versión de los hechos, que digan que no van a cobijar estos acontecimientos con la impunidad eso, es una alerta que influye en las discusiones que se están dando en el Congreso de la República.

El general de las Fuerzas Armadas Diego Villegas pidió perdón por el asesinato de Dimar Torres. ¿Qué lectura hace usted de esta declaración?

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El general Diego Villegas, comandante en el Catatumbo de cuatro mil hombres que están allá en fuerza de tareas, en acciones contrainsurgentes y de represión al narcotráfico pidió perdón. En presencia de una delegación del Senado y de delegaciones internacionales, dijo que había responsabilidades que tenían que ser investigadas y que de ninguna manera se podía tratar este tema de manera irresponsable como el hecho de que un supuesto forcejeo había dado lugar a una muerte accidental. Esta reacción tiene que ver con varias circunstancias. Uno, porque efectivamente la velocidad de presencia de la comunidad destapó la realidad de los hechos con evidencias contundentes de una fosa que ya están abriendo muchos soldados de un cuerpo y se ve un cadáver que tenía señales de maltrato, por la intención de enterrarlo para desaparecerlo y ocultar así un homicidio. Entonces, era evidente. Esto, además, a los ojos del mundo, con presencia de delegaciones internacionales implicaba un señalamiento inmediato al superior de esa unidad por sus responsabilidades. Entonces ese superior, ve la necesidad de acudir incluso por encima de sus superiores jerárquicos y del propio ministro de defensa, al lugar de los acontecimientos, a la cita con la Comisión del Senado, anticiparse y decir esto hay que investigarlo, hay responsables. En última instancia está diciendo “yo no tengo responsabilidad y no tengo por qué verme involucrado como mando que pueda estar implicado en estos acontecimientos”. Más aún si tenemos en cuenta que cuando se discutió en el Congreso de la República el ascenso a brigadier general, tuvo impugnaciones, hubo discusiones por acusaciones en situaciones de ejecuciones extrajudiciales en las que habría estado involucrado. Es decir, ese antecedente puede estar entre las motivaciones que lleva al general a decir que no va a esperar a alinearse con unas versiones equivocadas de un ministro. Salió, dio una versión de los hechos y pidió perdón. Creo que es un hecho que ha tenido consecuencias. Ya se habla de que ha sido llamado a investigación disciplinaria, que ha sido removido de su cargo rápidamente, en cuestión de horas, y que ha sido trasladado a funciones administrativas en otro departamento cercano a donde estaban, en Santander. De modo que, por supuesto, ahí hay diferentes motivaciones, pero es un hecho contundente. Se trata de una actitud dentro del cuerpo de generales de la república que manifiestan que no están dispuestos a encubrir no solamente a sus subordinados cuando cometen atrocidades, pero tampoco operaciones de encubrimiento con sentido equivocado de cuerpo que pueda ser dirigida desde las altas esferas.


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