Argentina | Inflación sin control: en marzo fue del 4,7% y la interanual es la más alta desde 1992

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La inflación interanual de marzo es la más alta desde enero de 1992

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) difundió este martes el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de marzo, que exhibió un aumento cercano a 4,7 por ciento.

Desde el propio Gobierno prevén que sea el más alto de 2019: el propio presidente Mauricio Macri adelantó que se trató del «pico» del año, y que a partir de allí comenzaría un proceso desinflacionario.

Sin embargo, no es una partida definida ni mucho menos. En el primer trimestre de 2018 acumuló un 6,7%, mientras que en el mismo lapso de 2019 se situó en un 11,8 por ciento.

La salvedad es que el año pasado, el precio del dólar se disparó a partir del 25 de abril y el 28 de septiembre y completó un alza de 102% en doce meses de 2018. A diferencia del primer trimestre de 2018, en el primer tramo de 2019 todavía se sienten con fuerza los coletazos de aquella devaluación del peso argentino.

Ecolatina subrayó que el Gobierno «implementó fuertes subas de tarifas al inicio del año para reducir al máximo posible el gasto en subsidios. Esta decisión para encaminar el cumplimiento de la meta fiscal de equilibrio primario en 2019, junto con el salto del precio minorista de la carne vacuna -27% en el primer trimestre- y la elevada inercia, generó un nuevo brote inflacionario».

Lorenzo Sigaut Gravina, director de la consultora, anticipó que «recién en mayo podremos ver una reducción de la inflación mensual, por un menor impacto de tarifas y porque es un mes con pocos aumentos estacionales».

La inflación anual alcanzó 54,7% en marzo, la cifra más alta desde que Mauricio Macri asumió el Gobierno. Para encontrar un dato mayor hay que retroceder más de 27 años, a enero de 1992, cuando registró 76% interanual, en el marco de la Convertibilidad entre el peso y el dólar.

»La inflación afecta más a los sectores de menor ingreso, por la mayor incidencia de las tarifas en su canasta de consumo»

Desde entonces la inflación comenzó a descender a 41,6% interanual en febrero de 1992 y a 30,2% en marzo de 1992. La histórica crisis económica por el colapso del «uno a uno» y el default de la deuda elevó la inflación anual a 40,9% en 2002, durante la presidencia de Eduardo Duhalde.

Recién en 2014 se aproximó a esa cifra, con un 38,5% anual en 2014, según el Índice Congreso, dado que las cifras oficiales de inflación fueron manipuladas por el gobierno de Cristina Kirchner. En 2018 crecieron 47,6%, la tasa más elevada desde el 84% de 1991.

Nicolás Trotta, rector de la UMET (Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo), advirtió que la inflación de marzo es «de mismo valor que el mes anterior». Esto demuestra que el Gobierno ya no encuentra manera alguna ni de ordenar la economía ni de bajar la inflación».

Además, según datos de la UMET, «desde 2016, la inflación viene siendo más intensa en los asalariados de menores ingresos, debido a que las subas de servicios públicos los afectan más en términos relativos».

Infobae


Golpeado por la inflación, Macri suspendió su gira europea y anuncia un paquete de «paliativos»

El presidente Mauricio Macri anuncia este miércoles una serie de medidas paliativas, que podrían extenderse hasta las elecciones de octubre, para afrontar el impacto negativo de la inflación y la depreciación del peso ante el dólar. La fecha del mensaje fue anunciada el jueves pasado por el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y fue prevista un día después de la publicación de la tasa de inflación del mes de marzo. El índice fue anunciado este miércoles, llegó al 4,7%, totalizó un 11,8% en el primer trimestre del año y en la comparación interanual registró el 54,7%: el mayor nivel de inflación desde 1991.

Horas antes de los anuncios, el presidente informó la decisión de suspender la gira que lo llevaría a visitar Francia y Bélgica el 26 de abril. “Es un momento para estar en el país”, señalaron a Télam fuentes de Presidencia.

Al cierre de esta nota, la Casa Rosada no aportó precisiones sobre el formato, el lugar y la hora del mensaje, aunque según pudo saber este diario, el entorno presidencial retoca los detalles del anuncio que, en trazos gruesos, implicará la ampliación del programa Precios Cuidados, a un universo de un centenar de productos, pero de segundas y terceras marcas, dentro de un esquema de descuentos en los comercios que podría reeditar la experiencia que aplicó hace dos años la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, con las promociones subsidadas por el Banco Provincia que incluían rebajas del 50%.

En Balcarce 50 también mencionan la implementación de un sistema más duro en materia de Defensa de la Competencia, para castigar a las firmas que no cumplan con el acuerdo de precios o mantengan prácticas especulativas que, en pocas palabras, podrían implicar maniobras de desabastecimiento.

La batería de medidas, según confiaron fuentes oficiales, podría incluir “alguna medida especialmente concentrada en las clases medias urbanas”, pero por fuera del menú de control de precios, que forma parte de una negociación secreta con los supermercadistas, que evolucionó en forma desdoblada entre el secretario de Comercio, Alejandro Werner y el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica. Ambos mantuvieron contactos paralelos con los principales formadores de precios y con las cadenas alimenticias, en una muestra de las dificultades que afrontó el Ejecutivo para avanzar con un sistema de control de precios que, en rigor, no convence al Presidente, ni a Peña, ni al ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne.

Antes de la conferencia de prensa que encabezó Peña el jueves pasado, el ministro coordinador se reunió con los cinco gobernadores que tiene Cambiemos. Por el PRO estuvieron Vidal y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodriguez Larreta, mientras que por la UCR participaron el mandatario mendocino, Alfredo Cornejo, que preside el Comité Nacional partidario; el jujeño Gerardo Morales y el correntino Gustavo Valdés. El encuentro duró tres horas y demandó la presencia de los ministros del Interior, Rogelio Frigerio; de Salud y Desarrollo Social, Carolina Stanley, y el titular de la AFIP, Leandro Cuccioli.

La Casa Rosada buscó mantener absoluto hermetismo sobre las medidas, pero con el correr de los días, y de la incertidumbre, se conocieron algunos detalles, como la extensión de Precios Cuidados, bajo la premisa estratégica de no hablar de congelamiento de precios.

Junto a los paliativos para el bolsillo de la población, el Gobierno buscó flexibilizar las condiciones acordadas con el Fondo Monetario Internacional, a través de Dujovne que estuvo en Washington este fin de semana para participar de la asamblea de primavera del organismo, pero también para encontrar una fórmula que les permita evitar una nueva corrida cambiaria. Parte de esa estrategia estaba concentrada en obtener un permiso del Fondo para reducir el techo de la banda de flotación del dólar, que actualmente supera los 51 pesos, y ofrecer una inflación controlada para el mismo semestre donde el Gobierno busca frenar la suba de precios. Este miércoles por la tarde, recién llegado de Washington, el titular del Banco Central, Guido Sandleris, anunció el congelamiento del techo de la banda cambiaria, pero no su reducción, una pauta de los tironeos con el Fondo, pero también de la necesidad del Gobierno para controlar la inflación por fuera del acuerdo de precios a través de un permiso del organismo internacional para contener la depreciación del peso.

Tiempo Argentino


NOTRE DRAME

El índice de inflación de marzo alcanzó el 4,7 por ciento mensual, lo cual ubica en el 11,8 por ciento el avance de los precios en el primer trimestre, informó ayer el Indec. El rubro de alimentos y bebidas, sensible para determinar las condiciones de vida de la población, lleva en tres meses un aumento del 15,8 por ciento y alcanza el 64 por ciento en el último año. Con los aumentos tarifarios ya anunciados y los que todavía falta aplicar más el riesgo cambiario que crecerá con la cercanía de las elecciones, la expectativa inflacionaria para el año se ubica cerca del 40 por ciento, lo cual empeora el panorama para el poder adquisitivo del salario y otros ingresos, y profundiza la recesión económica. El Gobierno anunciará un paquete de medidas para congelar un puñado de precios y reforzar controles, herramientas de las cuales desde el presidente Macri hasta el último miembro del gabinete económico siempre renegaron.

“La inflación se está desacelerando”, repetía en octubre del año pasado el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne. Apenas dos meses le duró el pronóstico. Del 5,4 por ciento de octubre, los precios subieron 3,2 en noviembre y 2,6 por ciento en diciembre. Luego se reeditó la máquina del pifie económico del Gobierno, inaugurada con la promesa de Macri de que en su Gobierno la inflación no sería un problema y seguida por las declaraciones del por entonces ministro Alfonso Prat-Gay de que la devaluación de diciembre de 2015 no impactaría en los precios y el error de casi 35 puntos en la inflación de 2018 (meta del Banco Central del 15 por ciento frente a una suba del 47,6 por ciento). Al revés de lo que decía Dujovne, en enero los precios se aceleraron al 2,9, luego un poco más al 3,8 en febrero y llegaron al 4,7 por ciento en marzo.

La inflación en alimentos volvió a ser determinante para el resultado de marzo, con un aumento mensual del 6 por ciento. Entre los que más subieron está el tomate redondo (31,3 por ciento), pollo entero (25,4), queso pategrás y queso sardo (9,5), queso cremoso (9,4), leche entera en sachet (9,4), manteca (9,2), pan de mesa (8,6) y dulce de leche (8,1). También subió fuerte la carne vacuna, como por ejemplo la carne picada (6 por ciento) y paleta (6,7), los huevos de gallina (7,2) y la yerba mate (6,9).

En doce meses, el rubro de alimentos y bebidas muestra un aumento del 64 por ciento, que es el principal factor que explica la suba de la pobreza y la indigencia y el empeoramiento de las condiciones de vida. En los alimentos impacta la cotización del dólar, que terminó febrero en 40,14 pesos y un mes después estaba en 44,40 pesos, una suba del 10,6 por ciento.

El rubro transporte subió un 4,2 por ciento en marzo, 9,1 por ciento en tres meses y 67,5 por ciento en el último año. Ese movimiento se explica por la política de tarifazos y quita de subsidios de parte del Gobierno nacional, que implicó para el AMBA la suba del boleto mínimo de colectivo de 16,50 a 18 pesos en marzo. Además, la desregulación del mercado de naftas derivó en un nuevo aumento de los combustibles. También por el lado de los servicios públicos, en marzo se produjo el aumento del 14 por ciento en la tarifa de electricidad, que sumó al 26 por ciento de febrero.

Con el inicio de la nueva temporada, la suba promedio de los precios de la ropa fue del 6,6 por ciento en marzo, mientras que las subas de medicamentos tuvo un impacto del 3,2 por ciento en el rubro salud. El capítulo de educación registró un incremento del 17,9 por ciento por la suba de las cuotas de los colegios y de los útiles escolares, mientras que el aumento del 18 por ciento de Movistar definió el alza del 4,4 por ciento del rubro comunicación. De la mano del dólar y de los altos costos financieros, equipamiento y mantenimiento del hogar subió un 3,8.

En doce meses, los bienes del Indice de Precios del Indec registran un incremento del 59,2 por ciento y los servicios, un 47,2 por ciento. El “IPC Núcleo” que excluye a los precios regulados y estacionales, tiene un aumento del 55,5 por ciento frente a marzo del año pasado.

Con la mitad del actual mes ya jugado, el Gobierno se remite a hacer tibias previsiones quincenales, diciendo que “la inflación de abril va a ser menor que la de marzo”, según el ministro de Producción, Dante Sica. La consultora Ecolatina calculó un 3,7 por ciento de inflación para abril, que está por debajo de marzo pero sigue siendo altísima, por el impacto de las subas en el transporte público, servicio de gas, alimentos y bebidas e indumentaria. Con ese resultado, se alcanzaría una suba de precios del 15 por ciento para el primer cuatrimestre. Estima que la inflación en 2019 cerraría en el 39 por ciento, siempre que el dólar se mantenga en sus cauces.

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