El tiroteo en una escuela reabre el debate sobre la ley de armas de Bolsonaro

777

Matanza en escuela reabre debate sobre ley de armas de Bolsonaro

Las armas de fuego fueron la bandera de campaña del capitán de la reserva del Ejército, Jair Bolsonaro, actual presidente de Brasil, durante las elecciones.
Pero las mismas armas fueron las que el miércoles acabaron con la vida de ocho jóvenes de una escuela de la ciudad de Suzano, próxima a Sao Paulo.

Dos ex alumnos de la institución ingresaron y dispararon contra funcionarios y estudiantes que estaban en un recreo. El resultado fue ocho jóvenes muertos, varios heridos y uno de los atacantes que asesinó a su compañero y luego se quitó la vida.

Hasta el momento, se desconoce la causa que llevó a estos jóvenes a cometer semejante hecho, pero sí se sabe que antes habían acabado con la vida del tío de uno de ellos.

Bolsonaro lamentó la tragedia, la calificó como «monstruosidad y cobardía sin tamaño» y transmitió sus condolencias a las familias de las víctimas, sin hacer ninguna alusión a sus propuestas de armar a los ciudadanos para que puedan defenderse de una violencia que cada año causa en el país unas 60.000 muertes.

Sin embargo, sí lo hicieron algunos parlamentarios de la base que respalda al Gobierno, muchos integrados en la llamada «bancada de la bala», un grupo suprapartidario que defiende los intereses de los fabricantes de armas y apoya la promoción de la «autodefensa».

Uno de ellos es el senador Sergio Olimpio, jefe del grupo del oficialista Partido Social Liberal (PSL) en la Cámara Alta, quien dijo que, si hubiera habido «profesores o funcionarios» armados en la escuela, la tragedia podría haber sido evitada.

«Si hubiera un ciudadano con un arma regular en la escuela, algún profesor, empleado, un policía trabajando allá, se habría minimizado la tragedia», declaró Olimpio, que es mayor de la Policía Militar.

También instó a los parlamentarios a «no permitir que alguien se valga de esta tragedia para decir que el desarme es la solución», lo que levantó ronchas en la minoritaria oposición, pero también en la amplia y variopinta base oficialista, formada por partidos de centro y derecha.

La declaración más contundente la dio el presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, del partido Demócratas (DEM), que apoya al Gobierno, sobre todo en su línea económica liberal, aunque toma cierta distancia en otros asuntos, como el combate a la violencia.

«Espero que algunos no defiendan que, si los profesores estaban armados, se habría resuelto el problema», declaró Maia sin citar al mayor Olimpio, y agregó que es necesario «entender que el monopolio de la seguridad pública es del Estado y no una responsabilidad del ciudadano».

Maia fue más allá y criticó a quienes, como la «bancada de la bala», proponen que se permita el porte de armas a los ciudadanos. «Ahí pasamos a una propuesta de barbarie que no debe avanzar en Brasil», sostuvo el presidente de la Cámara Baja.

Sin embargo, el propio mayor Olimpio anunció que en las próximas semanas será conformado otro frente suprapartidario, volcado a promover una enmienda constitucional que legalice el porte de armas, la cual reforzaría un decreto firmado por Bolsonaro el pasado enero, que flexibilizó las normas para la compra de armamento.

Según Olimpio, ese frente estará constituido por unos 300 parlamentarios y trabajará «por la posesión y el porte de armas, que es lo que la población dijo que quiere», cuando eligió a Bolsonaro en los comicios del año pasado.

Si bien el presidente mantuvo silencio sobre ese asunto, uno de sus hijos, el influyente diputado Eduardo Bolsonaro, tomó la palabra y afirmó que el problema no son las armas, sino las personas.

«Las armas no sirven solamente para matar. También sirven para defenderse» y pueden «hacer tanto mal como un automóvil», declaró el parlamentario, que también es miembro de la Policía Federal.

«Quienes matan son las personas, no las armas. Y para eso se puede usar una pistola, pero también una piedra o un cuchillo», dijo el diputado, en aparente alusión al atentado que sufrió su padre en septiembre pasado, en plena campaña electoral, cuando fue atacado con un puñal por un hombre que le causó gravísimas heridas.

Última Hora


Tragédia em Suzano reacende debate sobre posse de arma

O caso divide opiniões sobre como esse capítulo de sangue pode influenciar na política de flexibilização do porte e posse de armas. Para alguns advogados, professores de Direito e especialistas em gestão pública e segurança, a lição que fica é que “é um passo perigoso”. Para outros, chacinas como a de Suzano são “fatos isolados” sem qualquer relação causal com o fato de a legislação brasileira ser mais ou menos permissiva.

“A tragédia dialoga diretamente com o posicionamento dos organismos internacionais e dos especialistas em segurança pública: quanto menos armas circularem na sociedade mais segura ela será”, afirma Mônica Sapucaia Machado, advogada, cientista política e coordenadora de pós-graduação em Administração Pública da Escola de Direito do Brasil (EDB). Para ela, à luz do Direito e da política de segurança, a restrição de acesso às armas deve ser a regra, não a exceção.

A posição do criminalista e constitucionalista Adib Abdouni é diametralmente oposta. Para ele, a “tragédia repugnável ocorrida em Suzano não se enquadra como evento típico resultante da escalada irrefreável do crime no País”. “É um ato isolado que não deveria influenciar nem na questão da posse de armas nem no pacote anticrime recentemente lançado pelo ministro Sergio Moro.”

Para o criminalista João Paulo Martinelli, da EDB, o grande problema de facilitar a posse é a dificuldade de fiscalizar o comportamento de quem possui a arma, para evitar que ela seja levada para além dos limites da residência. “O novo decreto facilitou a posse, não o porte”, observa Martinelli. “Mas o Estado não possui estrutura para assegurar que o possuidor não saia de casa com a arma. Em outros termos, o limite entre a posse e o porte depende de efetiva fiscalização do Estado.”

O diretor do Instituto Sou da Paz e membro do Fórum Brasileiro de Segurança Pública, Ivan Marques, concorda que o maior problema em relação ao novo decreto do presidente Bolsonaro é que ele não resolve a ineficácia do Estado no rastreamento de armas desviadas para o mercado ilegal. “São as armas legais que acabam abastecendo a criminalidade. Isso só tem um resultado: o aumento da violência, com o uso da arma de fogo no crime.”

Segurança de escolas

“De tudo que eu conheço dos estudos dessa área (segurança pública), os melhores resultados ocorrem em sociedades onde há, por um lado, rígido controle da posse de armas e, por outro, um sistema de segurança e Justiça eficientes”, observa o coordenador do Núcleo de Estudos da Violência da Universidade de São Paulo (NEV-USP), Sérgio Adorno. Mas ele destaca que o número reduzido de atentados a escolas no Brasil nas duas últimas décadas dificulta a análise. “É um número muito pequeno de casos para sabermos se há um padrão, em termos do perfil de agressor, das armas utilizadas, do contexto em que isso acontece.”

Já o advogado Fabrício Rebelo, do Centro de Pesquisa em Direito e Segurança, o caso não está vinculado à maior ou menor circulação de armas, e sim à segurança dos estabelecimentos de ensino. “Se não tivermos mecanismos de controle de acesso, nada que se pense a respeito de evitar casos assim vai surtir efeito”, ressaltou. “Uma coisa que deve se ter sempre em mente é que, por mais mecanismos de controle que se tenha, quando alguém já está predisposto a cometer um ato desses, chegando ao extremo de tirar a própria vida, é muito pouco eficaz qualquer medida de controle que não seja a eliminação desse agente.” As informações são do jornal O Estado de S. Paulo.

Istoé


Uno de los atacantes de la escuela de Brasil admiraba a Bolsonaro y lo apoyaba en redes sociales

Dos jóvenes encapuchados y armados con pistolas, cuchillos, hachas y arcos atacaron una ayer escuela del sur de Brasil, hirieron a nueve personas, mataron a cinco estudiantes y a dos adultos y luego se suicidaron. Eran exalumnos del lugar, ubicado en un suburbio de San Pablo. Se llamaban Guilherme Taucci Monteiro y Henrique de Castro. Tenían 17 y 25 años.

Horas después del ataque que causó conmoción en la sociedad brasileña comienzan a conocerse detalles de los atacantes y de acuerdo a lo publicado por el portal Epoca, del diario O Globo, el más joven de ellos era seguidor del presidente Jair Bolsonaro, que durante su campaña electoral se mostró en contra de los homosexuales, cercano a los militares y a favor de flexibilizar las condiciones para comprar armas.

Guilherme Taucci Monteiro era fanático de los revólveres, de la serie The Walking Deady amaba jugar videojuegos con misiones asesinas. En sus redes sociales, posteaba fotos suyas armado y compartía su admiración por el mandatario de derecha, que asumió en enero. Antes del tiroteo, el adolescente publicó 30 fotos en las que viste las prendas usadas en el atentado, incluida la máscara de calavera. Además, seguía páginas de ventas de armas e integraba grupos de amantes de cuchillos.

Respecto de Bolsonaro, antes de las elecciones compartió mensajes en su apoyo, como uno que decía: «Mi candidato es apoyado por la policía, el suyo es buscado por ella», frase acompañada por una foto del presidente abrazado a policías. Monteiro además interactuaba con contenidos de uno de los hijos del presidente, Eduardo. Estaba en contra del feminismo y a favor de la tenencia de armas.

Monteiro se conoció con Castro en la infancia. Andaban siempre juntos. «Eran niños normales. no usaban drogas», contó al diario Folha Cássio Nogueira, un vecino que los vio crecer. «Nunca noté un rasgo que indicara que una cosa así podía ocurrir. Salían de paso, solían jugar videojuegos de tiros pero casi todos juegan», comentó Tatiane Motta, quien trabajaba en el lugar de videojuegos que los atacantes frecuentaban.

Las personas que los conocían los calificaron como jóvenes cerrados, que insultaban mucho y en voz alta cuando jugaban.

El dolor de una familia

Tatiana Taucci es la madre de Monteiro y habló con la prensa sin consuelo. Escondiendo su rostro de la cámara de la televisora Band News, comentó que su hijo había sufrido abusos en la escuela. «Le hacían bullying. Dejó de ir a la escuela a causa de eso. Lo molestaban porque tenía muchos granos», contó y agregó que estaba sorprendida por la participación de su hijo en el ataque, del que se enteró a través de la televisión.

La mujer de 35 años se mostró desorientada y dijo que no entendía por qué su hijo había hecho lo que hizo. «¿Cómo puede mi hijo ser llamado de asesino, mi Dios? Pero ¿de qué otra forma lo van a llamar si mató a toda esa gente en la escuela? Cuando me contaron lo que había sucedido, mi mundo se derrumbó», indicó.

Según el relato de Taucci, en el camino hacia el colegio, su hijo se detuvo en la tienda del tío, Jorge Antônio Moraes, hermano de su madre, donde ya había trabajado, le disparó y lo mató. «Perdí a mi hijo y mi hermano. Mi vida acabó».

«Él tenía internet, televisión por cable, tenía todo. ¿Y hace esto? Estoy con mucha rabia», agregó y aseguró que jamás desconfiaron de él. «Cuando juagaba con la computadora se quedaba como paranoico y gritaba a la pantalla: ‘Te voy a matar, te voy a matar'».

Desempleada hace dos años y madre de otros cuatro niños, Taucci contó pasa muchas horas fuera de su casa y admitió que sus hijos fueron criados en gran medida por los abuelos. «La noche antes del ataque llegó de la calle de noche y le calenté la cena. Estaba todo bien. Comió arroz, frijoles y hamburguesa. Él adoraba lashamburguesa», relató por su parte el abuelo.

Monteiro y Luiz Castro ingresaron a la escuela con un revólver 38, una ballesta y hachas medievales para cometer la masacre: mataron a cinco adolescentes, a una coordinadora pedagógica, a una auxiliar no docente y a un hombre fuera del establecimiento. Ambos se suicidaron cuando estaban rodeados por la Policía.

La Nación


VOLVER

Más notas sobre el tema