La inmensa derrota de la ortodoxia – Contrapunto, El Salvador
Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.
El indiscutible triunfo de Nayib Bukele en las presidenciales del domingo significa un cambio trascendental en la vida política de El Salvador. Ha triunfado la posibilidad de que se instale una nueva forma de hacer política en beneficio de la población, que en los últimos 27 años fue olvidada en sus necesidades vitales y en sus esperanzas de vivir en un mejor país.
Las formas de hacer política se han sentado, en estas tres décadas pasadas, en la corrupción y en la demagogia (política de parches disfrazados de programas sociales). Eso fue derrotado el domingo.
Por lo tanto, las derrotas sufridas por el FMLN y ARENA, son derrotas a sus dirigencias, que en los gobiernos actuaron igual: corrupción centrada en el robo de las arcas del Estado, clientelismo, despilfarro, impunidad…
El cambio posible está centrado en romper con toda esa forma ortodoxa de hacer política con la que actuaron ARENA y el FMLN.
El nuevo liderazgo nacional debe impulsar el rescate de la ética, la moral y la esperanza de los salvadoreños. No le queda de otra. También, de inmediato poner en acción todos los nexos y todas las relaciones necesarias para cumplir con las promesas ofrecidas en la campaña electoral.