El Salvador: sacerdote es condenado a 16 años por abuso sexual
José Adonay Chicas Campos, sacerdote de la parroquia “Nuestra Señora del Pilar”, de Zaragoza, La Libertad, fue condenado este lunes a 16 años de cárcel por los delitos de remuneración por actos sexuales o erótico y agresión sexual en menor e incapaz agravada.
El Tribunal 2° de Sentencia de Santa Tecla aceptó toda la prueba presentada por la Fiscalía General de la República (FGR) y consideró que existieron los elementos suficientes para sentenciar al religioso por los delitos cometidos.
Fiscal del caso en contra del sacerdote José Adonay Chicas Campos habla de la condena que deberá cumplir, de 16 años de prisión, por los delitos de remuneración por actos sexuales o erótico y agresión sexual en menor e incapaz agravada. Video @FGR_SV pic.twitter.com/KBnpbd473z
— elsalvador.com (@elsalvadorcom) March 18, 2019
Chicas Campos recibió un total de 2 condenas que suman 16 años de cárcel. El religioso deberá purgar 12 años por el delito de agresión sexual en menor e incapaz agravada; y por el delito de remuneración por actos sexuales o erótico deberá purgar 4 años de prisión.
Asimismo fue condenado al pago de $1,200 en concepto de responsabilidad civil.
Sin embargo por el delito de corrupción de niños, niñas y adolescentes a través de las tecnologías de la información a la comunicación se tuvo un fallo absolutor, informó el fiscal.
El pasado 12 de marzo, el tribunal inició la audiencia en contra del religioso. El juicio fue realizado a puerta cerrada. El proceso mantuvo reserva total por haber como víctima un adolescente, lo que impidió el acceso de periodistas y otros personas ajenas al caso.
En el 2018, los defensores del religioso pidieron la realización de una audiencia especial con la que buscaban que a Chicas se le permitiera enfrentar el proceso en libertad porque es diabético y tiene complicaciones de salud.
La investigación señala que, desde hace más de dos años, el sacerdote supuestamente venía abusando sexualmente del menor de edad.
Las agresiones eran cometidas en la casa parroquial y después de cada acto le entregaba dinero a la víctima para que no lo denunciara.
Los padres del adolescente descubrieron charlas de WhatsApp, en donde el sacerdote, según dijeron, le pedía fotos de desnudo a su hijo.