Víctimas de pederastia en Chile y Argentina estudian acciones legales contra el Vaticano
Víctimas de pederastia estudian acciones legales contra el Vaticano por delitos de lesa humanidad
Víctimas de abusos eclesiásticos evaluarán acciones en contra del Estado Vaticano por delitos de lesa humanidad, tanto en tribunales chilenos como en organismos internacionales, sobre la base de las conclusiones formuladas en la cumbre de obispos que encabezó el papa Francisco.
Según los sobrevivientes de abusos por parte del clero, los religiosos y religiosas tenían un modus operandi para cometer sus delitos, tomando en cuenta que el comportamiento fue similar en todos los países donde han ocurrido. Por lo mismo, plantean que existe una asociación ilícita.
Por esta razón es que en Chile y Argentina decidieron promover ciertas acciones, como solicitar a los distintos países que se pida a la ONU declarar al Vaticano como un Estado genocida, perpetrador de delitos de lesa humanidad.
Pero también, promoverán denuncias en los tribunales penales de cada país, además de otras instancias internacionales relativos a los Derechos Humanos, según lo planteó uno de los denunciantes del caso Maristas, Jaime Concha.
“Vamos a tratar de demostrar que aquí hubo asociación ilícita y un crimen organizado en torno a la pederastia, y si no lo podemos demostrar en el Estado chileno, tendremos que concurrir a las Cortes Internacionales de Derechos Humanos”, señaló.
De acuerdo a lo que han explicado, la idea es adherir a las propuestas que salieron desde Argentina. Al respecto, el abogado de la red de sobrevivientes trasandinos, Carlos Lombardi, sostuvo que hay que acordar un método para concretar las acciones, pero que la idea también es darle responsabilidad a los Estados.
“Aquí los Estados están mirando para otro lado, cuando tienen dentro de su territorio a otro Estado extranjero que, para nosotros, es un Estado genocida”, cuestionó.
En ese sentido, consideró que tras este encuentro de obispos en el Vaticano, tanto el Papa como la iglesia en general perdieron.
“El papa Francisco en particular, y la iglesia Católica en general, perdió, confirmó su demagogia, es un nuevo acto de simulación, es un nuevo acto de hipocresía”, criticó.
Visión distinta a la que tiene el doctor en la historia de la Iglesia, Marcial Sánchez, quien cree que tras esta cita, el pontífice salió fortalecido.
“Él coloca un tema sobre la mesa y lo visibiliza, no estaba necesariamente sobre la mesa en todas las conferencias episcopales a nivel mundial y da cuenta de las atrocidades y horrores que se han cometido en algunos países del mundo”, afirmó.
“Habían sectores dentro del Vaticano que no estaban muy interesados de que efectivamente todos estos asuntos se ventilaran públicamente”, reveló Sánchez.
El administrador apostólico de Puerto Montt, Ricardo Morales, tuvo una visión positiva de la reunión, en especial por el testimonio durísimo que dieron víctimas de abuso de varias partes del mundo.
“Siempre van a haber opiniones distintas y yo creo que las opiniones enriquecen el debate”, sostuvo.
Por otro lado, descartó catalogar la cumbre como una “movida de marketing”, como criticaron los denunciantes.
“Yo creo que en la Iglesia jamás va a estar un interés de limpiar una imagen, porque finalmente todos lo que estamos haciendo, es mostrar las llagas”, dijo.
A mediados de marzo se espera que los religiosos chilenos analicen las conclusiones de esta cumbre en el Vaticano.
Recordemos que esta cumbre se cerró con la noticia respecto al cardenal australiano George Pell, número tres del Vaticano, quien fue declarado culpable de agresión sexual a menores, convirtiéndose así en el más alto responsable de la Iglesia católica condenado en un caso de pederastia.
La corte de Melbourne (Australia) declaró al cardenal, de 77 años, culpable de un cargo de agresión sexual y de otros cuatro cargos de atentado al pudor contra dos monaguillos que entonces tenían 12 y 13 años, por unos hechos ocurridos en la sacristía de la Catedral de San Patricio de Melbourne en los años 1990.
El prelado había rechazado inicialmente estas acusaciones y el jurado no había alcanzado una decisión durante un primer juicio en septiembre, pero fue declarado culpable durante un nuevo juicio el 11 de diciembre.
Víctimas argentinas de abuso eclesiástico repudian la cumbre contra la pederastía
La Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico de Argentina expresó un fuerte repudio a la histórica cumbre del Vaticano contra la pederastia en la Iglesia Católica, al calificarla como un «acto de simulación e hipocresía».
La Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico de Argentina expresó un fuerte repudio a la histórica cumbre del Vaticano contra la pederastia en la Iglesia Católica, al calificarla como un «acto de simulación e hipocresía».
«Hemos presenciado un nuevo acto de simulación e hipocresía por parte de funcionarios de un Estado independiente, incumplidor serial de Convenciones internacionales sobre Derechos Humanos», señaló la Red en un comunicado titulado «El pastor mentiroso».
La organización instó «a la opinión pública global, declarar Estado genocida a la Santa Sede», por haber «elaborado, aplicado y mantenido a través del tiempo, un sistema de protección y encubrimiento de sacerdotes abusadores». Entre otras medidas, impulsarán denuncias internacionales contra el Vaticano, pedirán la apertura de archivos de la Iglesia y la realización de registros de abusadores eclesiásticos.
«El objetivo (de proteger a los menores) se desenfoca y pierde valor al concluir que la pederastia eclesiástica es solo una parte del abuso como problemática transversal y amplísima tanto que la incidencia de la iglesia resulta siendo mínima», se lamentó la Red sobre la cumbre, liderada por el Papa Francisco.
La Red Argentina de Sobrevivientes de Abusos Sexuales Eclesiásticos integra a más de un centenar de víctimas. «No todas las víctimas han hecho la denuncia penal y/o eclesiástica. Algunos todavía no se animaron. A muchos que todavía no han hablado y están atrapados en la institución, todo lo que ha sucedido (en la Cumbre) los va a mandar para atrás, va a provocar un retroceso. Por eso el repudio», declaró a la AFP su psicóloga, Liliana Rodríguez.
El organismo acusó a la Iglesia católica de priorizar «su credibilidad como institución a la vida y salud física y psíquica de víctimas y sobrevivientes». En esa línea, afirmaron además que durante el encuentro del que participaron líderes de las 114 conferencias episcopales de todo el mundo, hubo un «trato irrespetuoso, denigrante y revictimizante para con las víctimas».
Al concluir este domingo la cumbre, el Papa argentino se comprometió a combatir todos los casos de abuso sexual en la Iglesia con «la máxima seriedad» y reconoció que la batalla contra el problema del abuso apenas comienza.
Condenaron a un hombre clave del Vaticano por abuso de menores
El cardenal australiano George Pell, tesorero del Vaticano y tercero en la línea de importancia de la Santa Sede, fue encontrado culpable del delito de abuso sexual a menores.
Pell, de 77 años, hasta ahora el religioso de más alto rango de la iglesia católica de Australia, violó a un monaguillo de 13 años en la década del `90 y además abusó también de otro de esa misma edad en un colegio.
Por ambos delitos Pell podría ser condenado a diez años de prisión, pena máxima prevista para ese delito. La pena será dada a conocer en el corto plazo.
El veredicto fue dictado el 11 de diciembre pasado, pero recién dado a conocer en las últimas horas por razones de secreto legal.
El poderoso hombre del Vaticano ya había atravesado procesos judiciales por presuntas violaciones en la década del 70, aunque se trató de juicios que a través de sus influencias lograron quedar en la nada.
Por otro lado, la inminente sentencia ocurre luego de la cumbre encabezada por el Papa para dialogar sobre la epidemia de sacerdotes pederastas que afloran en todas partes del mundo día a día.
«Cuando denuncié a mi abusador, Bergoglio se negó a recibirme»
Por Pablo Taranto
A los 13 años, Sebastián Cuattromo fue víctima de abuso sexual en el Colegio Marianista del barrio de Caballito. Durante diez años no pudo siquiera ponerlo en palabras, pero al cabo se sobrepuso a ese duro silencio y denunció a su abusador, el hermano marianista y docente Fernando Picciochi, también agresor de otros niños de su misma edad. “Luego de 20 años de dolor y de lucha –cuenta–, en 2012 logré el juicio y la condena penal de quien fuera mi abusador, a 12 años de cárcel por el delito de corrupción de menores calificada y reiterada. Entonces hice pública mi historia, convencido de que no era una cuestión personal y privada, sino colectiva y de interés público, con la clara convicción de que mi testimonio podía contribuir a visibilizar esta enorme injusticia.”
Cuattromo observa a la distancia lo que sucede por estos días en el Vaticano, donde una cumbre de la jerarquía católica, liderada por el Papa Francisco, parece por primera vez tomar por las astas el ominoso toro del abuso sexual dentro de la Iglesia. Su lectura de lo que sucede en Roma es, a la vez, esperanzada y crítica. “Nosotros creemos que hay que leer situaciones como esta como un claro triunfo de las víctimas, una muestra más del avance colectivo de las luchas que llevamos adelante durante muchísimos años y, particularmente en el ámbito confesional católico, en una gran soledad y enfrentando enormes dificultades, cuando no una abierta hostilidad institucional. Que esto esté sucediendo ahora, en el contexto de una gestualidad pública que en los últimos años ha ido reconociendo esta injusticia y las siniestras políticas que sostuvo la Iglesia Católica, siendo cómplice de los agresores y desprotegiendo absolutamente a los niños y a las víctimas en general, es un mérito de nuestras luchas y del eco que hemos logrado generar en la sociedad. Es esa masa crítica la que obliga a las dirigencias, que hoy ven que no tienen margen para actuar de otra manera que no sea la de asumir cabalmente y de una buena vez la enorme gravedad de este delito. Es un avance esperanzador. Esperemos que, además de los gestos, impulsen acciones y políticas que transformen esta realidad”.
–¿Qué lectura hacés de esta suerte de cónclave impulsado por Francisco?
–Nuestra mirada no deja de ser crítica. En seis años de su papado, que se van a cumplir en marzo, podemos decir que aún no se han producido cambios profundos. Al leer esos 21 puntos expuestos esta semana a manera de guía, vemos que el eje no está puesto, como debería, en los niños y en la infancia.
–En efecto, sólo un punto habla de “protocolos para salvaguardar un ambiente protegido para los menores”.
–Vivimos en una sociedad patriarcal pero también adultocéntrica, de adultos que cierran filas y actúan corporativamente, y esto queda gravemente expuesto en problemáticas como la del abuso sexual, desprotegiendo a los niños, niñas y adolescentes víctimas. A nuestro juicio, estos 21 puntos están centrados en los adultos varones, obispos, sacerdotes, adultos muy preocupados por ellos mismos. Están muy lejos de dar cuenta del descomunal abuso de poder que significa el abuso sexual perpetrado por una persona adulta en contra de un niño. Y ponen en evidencia las flagrantes limitaciones que tiene la jerarquía católica por la cultura patriarcal y machista en la que está inmersa.
–Otro dato ausente es el respeto a los tiempos de las víctimas, que no siempre están preparadas para denunciar.
–En nuestro país, como respuesta a nuestra lucha, en 2015 el Congreso estableció que los plazos de prescripción legal para investigar y eventualmente sancionar a los culpables de este delito empiezan a correr cuando se realiza una denuncia. Eso lo hemos logrado aquí, dando cuenta de la extraordinaria complejidad y singularidad que tiene para un niño ser víctima de tamaño abuso de poder.
–¿Cómo evaluás la postura del Papa respecto de esta problemática?
–En estos seis años de su papado, la Conferencia Episcopal Argentina, una parte importante de cuyos miembros fueron designados por él, nunca salió públicamente a pedir perdón a la sociedad por los crímenes de abusos cometidos dentro de la Iglesia Católica en la Argentina, por las omisiones y las complicidades con los agresores y por la desprotección a las víctimas. Respecto de los gestos que Francisco viene realizando a nivel universal, nosotros no hemos visto ningún correlato en la Iglesia argentina. Hoy están hablando en el Vaticano de la necesidad de escuchar a las víctimas, de acercarse a su dolor, pero en todos estos años nadie de la Conferencia Episcopal, jamás, se comunicó conmigo, y mi historia ha tenido una fuerte visibilidad pública en los medios. Creo que vale en este caso la autorreferencia, de hecho en 2015 propuse un encuentro con Francisco que no prosperó, pero esto va más allá de lo personal. En el país del Papa, si realmente hubiera en la Iglesia una comprensión cabal de lo que significa semejante crimen contra la infancia y un compromiso real de revertir esta terrible situación hacia el futuro, los cambios ya tendríamos que haberlos visto aquí. Y sin embargo, sin ir más lejos, siguen resistiéndose a que en las escuelas confesionales se aplique plenamente la ley de Educación Sexual Integral.
–¿Ves una dualidad entre la actitud actual del Papa y la que tenía como arzobispo?
–Bueno, además de lograr en 2012 la condena de mi abusador, 12 años después de denunciarlo y luego de su extradición de Estados Unidos, adonde se había profugado, yo también pude lograr que el Colegio Marianista asumiera su responsabilidad civil. Pero al principio de todo ese proceso tuve que enfrentarme a un intento de silenciamiento por parte del colegio, que en ese momento, en 2002, denuncié ante la jerarquía católica de la Ciudad de Buenos Aires, que encabezaba el entonces cardenal Bergoglio. Yo concurrí a preguntar, como ciudadano, si el Arzobispado avalaba o desautorizaba el procedimiento del colegio y de la congregación pretender silenciar a víctimas de abuso sexual. Me recibió un secretario de Jorge Bergoglio, el padre Martín García Aguirre. Al cabo de unos días, me dijo que Bergoglio me pedía que tramitara el tema ante la vicaría zonal de Flores. Allí me recibió el entonces obispo Mario Poli, hoy arzobispo porteño, con quien me reuní en varias oportunidades, y finalmente recibí, de boca de Poli, la respuesta de que ellos avalaban la actitud del colegio, desde una postura que revelaba una profunda arrogancia, la de saberse en una situación de poder, y una profunda subestimación de la gravedad del delito, del sufrimiento de las víctimas y de su necesidad de obtener, más de diez años después, justicia y reparación. Es evidente que el contexto internacional en el que hoy Francisco debe desempeñarse como Papa es de un fortísimo cuestionamiento a la Iglesia respecto de su postura ante el abuso sexual en la opinión pública global. Pero la misma persona que hoy aparece produciendo gestos en un sentido, diecisiete años atrás se pronunciaba claramente en otro. «
ADULTOS POR LA INFANCIA
La lucha de Sebastián Cuattromo cristalizó hace siete años en la condena de su abusador y, paralelamente, en el nacimiento de la asociación civil Adultxs por los Derechos de la Infancia, un colectivo integrado por personas que fueron víctimas de abuso o que luchan por defender y acompañar a niños víctimas, y por familiares y amigos de esos «sobrevivientes», compartiendo sus testimonios, en primera persona, en los más diversos ámbitos. Cofundadora de la entidad es Silvia Piceda, también abusada durante su infancia y hoy compañera de vida de Cuattromo.
PADRE GRASSI
La Justicia ordenó esta semana que se tomen muestras biológicas al cura Julio César Grassi, condenado por abuso agravado y corrupción de menores y preso en el penal de Campana, para incluirlas en el Registro Nacional de Datos Genéticos para delitos contra la integridad sexual.
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