Nin Novoa, canciller uruguayo: «¿No será que atrás de la ayuda humanitaria que plantea EEUU vengan los fusiles?»
Entrevista a Rodolfo Nin Novoa, canciller de Uruguay
Por Emiliano Cotelo
El Grupo de Contacto Internacional (GCI) decidió ayer, aquí en Montevideo, promover un diálogo entre oficialismo y oposición de ese país que culmine en elecciones libres.
La resolución se conoció al final del encuentro en la Torre Ejecutiva, en una declaración a la que adhirió Uruguay junto con la Unión Europea, España, Italia, Portugal, Suecia, Alemania, Francia, Países Bajos y el Reino Unido, y del lado latinoamericano Costa Rica y Ecuador.
El documento brega por restaurar la plena democracia en Venezuela, respetar las libertades fundamentales, y expresa que deplora la pérdida de vidas humanas por la represión estatal. El texto además pide restablecer las potestades de la Asamblea Nacional de Venezuela y señala el compromiso de entablar contactos para que se permita el ingreso de la ayuda humanitaria.
El gobierno uruguayo suscribe esta posición, pero al mismo tiempo participa del llamado Mecanismo de Montevideo, acordado el miércoles con México y la Comunidad del Caribe (Caricom), en el que se busca una salida negociada a la crisis de Venezuela, pero que no menciona la convocatoria a elecciones ni otros puntos como la restauración de las potestades de la Asamblea Nacional. Ayer ese Mecanismo de Montevideo recibió la adhesión de Bolivia, cuyo canciller estuvo presente en la reunión de la Torre Ejecutiva, pero no firmó la declaración final, como tampoco lo hizo México.
¿Qué caminos se abren para una salida en Venezuela? ¿Cómo se entiende la posición de Uruguay en este escenario?
Vamos a charlarlo con el canciller de la República, Rodolfo Nin Novoa.
Ayer de tarde en la Torre Ejecutiva, en la conferencia de prensa conjunta con Federica Mogherini, vicepresidenta de la Unión Europea, usted calificó como fructífera la reunión del GCI. ¿Por qué utilizó ese adjetivo?
RODOLFO NIN NOVOA (RNN) —Lo utilicé en primer lugar porque se abren oportunidades para crear opciones a los efectos de colaborar con una solución a un problema venezolano que atañe a toda la región. Nos parece que después de la reunión que tuvimos con México y el Caricom, en la que señalamos algunos de los objetivos que teníamos y los pasos que podíamos dar para colaborar en una salida pacífica y democrática a los problemas que hay en Venezuela, este mecanismo del contacto se vuelve coincidente con lo que el grupo de México, Uruguay y Caricom están buscando.
EC —Coincidente…
RNN —Coincidente. Porque, primero, ambos reconocemos la compleja situación que hay en Venezuela, el GCI habla de la gravedad de la crisis y nosotros hablamos de la compleja situación, que es lo mismo. Segundo, ambos rechazamos el uso de la fuerza y de una intervención armada, sobre todo una intervención extranjera, porque perseguimos el objetivo de la paz. Tercero, reconocemos ambos que es potestad de los venezolanos encontrar una salida para la situación actual, eso lo dice la declaración final del GCI y lo dice el Mecanismo de Montevideo, porque no puede haber dos presidentes y dos gobiernos en un país, eso irremediablemente lleva a una escalada en la confrontación. Cuarto, no ponemos condiciones tampoco, porque eso es injerencia, decimos que lo deseable a la luz de los acontecimientos, en un país donde hay dos presidentes, uno autoproclamado y el otro surgido de elecciones cuestionadas por buena parte de la comunidad internacional y por buena parte de los venezolanos, en un acto en el que también tiene su responsabilidad la oposición. Porque esto surge de los acuerdos de Santo Domingo, en noviembre-diciembre del 17, donde gobierno y oposición habían acordado ir a elecciones, incluso adelantarlas, y después la oposición decidió no participar, participaron varios partidos políticos, varios candidatos. Si se habla de la ilegitimidad del gobierno de Maduro, francamente es más ilegítima una autoproclamación. Ahí tenemos dificultades, porque hay países de la Unión Europea y de América Latina que han reconocido a Guaidó como presidente encargado. No voy a hacer juicio de valor sobre los argumentos que usa Guaidó para proclamarse de tal manera, pero no son coincidentes con los del artículo 233 de la Constitución venezolana, a la cual apela. Fue una reunión bien trabajosa, por cierto, porque el primer proyecto de declaración final incluía condiciones.
EC —Vamos a explorar distintos puntos que usted fue mencionando, en especial esto de si hay o no condiciones, coincidencias y diferencias entre los dos procedimientos que se han puesto en marcha. Yo le preguntaba por su expresión “reunión fructífera”, entre otras cosas, porque, el lunes 28, cuando se conoció la posibilidad de que este encuentro se hiciera acá en Montevideo, se había anunciado que se buscaría que confluyeran la iniciativa de la Unión Europea, el GCI, y el mecanismo de diálogo que estaban impulsando en ese momento Uruguay y México. Eso al final no se logró, no hay un único sistema.
RNN —No; en el espíritu hay un único sistema, que es el de ayudar y de buscar los caminos que coincidan para tratar de solucionar la crisis. Porque cuando en el GCI se habla de una misión técnica para ser enviada a Venezuela, nosotros hablamos de lo mismo, dando incluso nombres de varias personalidades latinoamericanas, para para que hagan los contactos necesarios no solo entre las fuerzas del gobierno y de la oposición, sino también con actores sociales de Venezuela y con algunos otros países. Al Caricom hay que darle la importancia que tiene, son 15 países que están muy cerca de Venezuela, algunos de ellos a dos o tres millas, tienen una oleada migratoria muy fuerte y quieren dar sus puntos de vista. Viven del turismo, un conflicto internacional no les hace bien, afecta su economía. Entonces ese es un requisito que también tenemos que incorporar. Digo fructífera porque al fin y al cabo en Montevideo se reúnen casi 50 países del mundo.
EC —Está bien, pero esa idea de que confluyeran, de que se terminara en un único procedimiento, no se logró. Usted marca coincidencias que hay entre los dos, pero la idea de la confluencia no se logró. Es más, México participó de la reunión en Torre Ejecutiva solo como observador y no firmó la declaración final.
RNN —Claro, porque México no era parte del GCI, nunca lo fue. Lo había dicho López Obrador a Pedro Sánchez en México mismo.
EC —Pero en el comunicado del domingo de la Presidencia uruguaya figuraba México como asistente.
RNN —Como integrante del grupo Uruguay-México, fue invitado por Uruguay.
EC —En el comunicado de la UE no estaba, y por algo no estaba.
RNN —Como era nuestra casa, nosotros invitamos, tenemos derecho a hacer invitaciones también.
EC —Entonces México participó solo como observador, por lo tanto no firmó…
RNN —Pero participó.
EC —Para usted ese es un detalle importante.
RNN —Sí.
EC —Bolivia, que sí participó de la reunión del GCI, optó por no firmar y decidió pasarse al Mecanismo de Montevideo, con México, Uruguay y Caricom.
RNN —Bolivia interpretó que los párrafos 2 y 3 tenían alguna frase, algún sentido que no compartía, más allá de que el párrafo 2 de la declaración final habla de una solución pacífica política y propiamente venezolana, ellos querían parar ahí. Las cosas tienen su dinámica, su desarrollo, una cosa es no pedir elecciones en determinado momento y otra cosa es cuando la crisis asume tal magnitud que se da la particularidad extrañísima de que hay dos presidentes, uno surgido de elecciones con determinadas características y otro surgido de una autoproclamación, y que además está apoyado por muchos países y anda nombrando embajadores y tratando de llevar adelante una política sin instrumentos ni medios para hacerlo. Ahí el Uruguay muestra su flexibilidad y asume la situación actual: parecería que a esta altura, cuando hay dos presidentes, dos gobiernos, esto se dirime por una resolución popular, por una elección.
EC —Esa es otra pregunta: si Uruguay cambió su posición ayer en la reunión de la Torre Ejecutiva con respecto a Venezuela. Es interesante lo que dice, pero permítame otra pregunta más sobre el tema de los dos mecanismos. El canciller de México, Marcelo Ebrard, ha sido muy insistente –volvió a decirlo ayer– en que en su país, por mandato constitucional, no puede apoyar la injerencia política en otros países, y dijo además: “No se puede impulsar un diálogo imponiendo condiciones previas a las partes; esas condiciones deben surgir de la propia negociación”. Por eso no está en el GCI.
RNN —Es verdad, y nosotros decimos lo mismo. Cuando viene Europa con el proyecto de declaración final, habla de que “con todas las condiciones y garantías necesarias, en particular, liberación de presos políticos, establecimiento de una composición equilibrada del Consejo Nacional Electoral –desconociendo cómo se nombra el Consejo Nacional Electoral, esto lo discutimos mucho–, eliminación de todos los obstáculos para la participación libre e igualitaria de todos los partidos, establecimiento de nuevos registros electorales que permitan el voto de todos los venezolanos fuera del país –¿Uruguay cómo va a mandar una instrucción en ese sentido cuando no tiene voto fuera del país? Nos pueden decir “primero establezcan su voto fuera del país y después vengan a hablar del voto de los venezolanos afuera”– y una observación electoral internacional independendista”, ¡cinco condiciones o precondiciones!, y nosotros las sacamos de la declaración final.
EC —Ahora nos estamos acercando a entender un poco más las cosas…
RNN —Fue una reunión muy trabajosa, porque había países que reconocen a Guaidó, otros que no reconocemos a Guaidó, unos que quieren ampliar todavía más el GCI, otros que queremos tener algo ejecutivo y más pequeño que pueda en un marco de discreción y de reserva acercar a las partes y lograr un entendimiento. Fue una reunión trabajosa, sin duda.
EC —Y que da lugar a sinuosidades, a giros, a flexibilidad. Le citaba lo del canciller mexicano porque él en definitiva dice que el GCI incurre en injerencia política en otros países. Y al decir eso en definitiva también está aludiendo a Uruguay, que se sumó, cuando Uruguay justamente venía sosteniendo esa postura hasta hace muy pocos días.
RNN —Nosotros somos flexibles y somos capaces de cambiar y entender las situaciones y adaptarnos a las realidades.
EC —Usted decía recién que en la reunión de ayer en la Torre Ejecutiva estuvo en juego un mayor grado de injerencia interna y que Uruguay rechazó algunos de los puntos que se manejaron.
RNN —Exactamente, esos cinco puntos que le acabo de leer fueron sacados del proyecto de declaración final. Y diga que no se llevan actas en esas reuniones, porque a través de las actas, con la experiencia parlamentaria, uno puede detectar el espíritu de las decisiones que se van tomando, el espíritu de las conclusiones. El término injerencismo fue quizás el más usado a lo largo de toda la tarde, Uruguay diciendo que no quería injerencia, que no iba a intervenir en esto de poner condiciones, sobre todo. Para nosotros el término injerencismo se reduce a la imposición de condiciones, no creemos en eso, creemos –y lo refleja la declaración final– en la solución pacífica, política, democrática y de los propios venezolanos, como se dice una o dos veces en la declaración final.
EC —¿Cómo fue la negociación con la Unión Europea y los países europeos que estaban ayer en la Torre Ejecutiva? Da la impresión de que fue dura…
RNN —Trabajosa, yo la defino como trabajosa.
EC —¿Hubo presiones sobre Uruguay?
RNN —No, presiones no. Nosotros queríamos tener una declaración final, porque eso demostraría que el Uruguay avanzaba en un camino de entendimiento con otros países del mundo para lograr una solución pacífica, democrática y con resolución propiamente venezolana, de acuerdo a la Constitución venezolana.
EC —Varias crónicas de prensa de esta mañana indican que Federica Mogherini, a nombre de la Unión Europea, jugó fuerte, y llegó ya pisando fuerte al comienzo mismo de la reunión. Destacan el hecho de que después de las palabras inaugurales del presidente Tabaré Vázquez, cuando ella tomó la palabra, en su intervención utilizó tres veces el término elecciones, que hasta ese momento no figuraba, no se había conversado.
RNN —Sí, pero también vino fuerte con la liberación de los presos políticos, con el establecimiento de la composición equilibrada del Consejo Nacional Electoral y tres cosas más. Fue una negociación trabajosa.
EC —Una de las tantas lecturas que se hicieron de la reunión de ayer y su declaración final es que al integrar el GCI el gobierno de Tabaré Vázquez da un giro en su posicionamiento con respecto a Venezuela. Porque, primero, no llega a reconocer a Juan Guaidó como presidente encargado, como le reclaman Estados Unidos, los países del Grupo de Lima, los partidos de oposición…
RNN —Ahí no hay giro.
EC —… pero se planta de manera más crítica que nunca ante el gobierno de Nicolás Maduro. Y además pasa a poner arriba de la mesa una serie de condiciones para la salida de la crisis venezolana que se acercan mucho a los reclamos de la oposición. ¿Qué dice de esta lectura?
RNN —Primero, no reconocemos a Guaidó y por lo tanto ahí no hay giro. Encontramos inamisible que en un país una persona se autoproclame presidente de la República. Además este señor deja de ser presidente el año que viene, ¿y va a haber otro presidente autoproclamado antes de las nuevas elecciones? Segundo, el que habló de elecciones en primer lugar fue el propio Maduro.
EC —Pero él habló de elecciones legislativas.
RNN —No importa, habló de elecciones. Nosotros hablamos de elecciones también legislativas y si la salida es elecciones para el Poder Ejecutivo también, elecciones totales han dicho varios referentes del Uruguay y de la propia fuerza política.
EC —Pero en la declaración final de ayer se habla de “elecciones presidenciales libres, transparentes y creíbles” de acuerdo a la Constitución venezolana.
RNN —Porque las otras ya están planteadas.
EC —Pero hasta ahora Uruguay no hablaba de elecciones presidenciales.
RNN —Pero Uruguay, viendo la nueva situación de dos presidentes en un país, entiende que la única manera de dirimir esto es a través de elecciones.
EC —Y a propósito de ese giro, el otro elemento que yo mencionaba es la serie de condiciones para la salida de la crisis, que son muy aproximadas a las que reclama la oposición.
RNN —Yo no veo tantas condiciones. La oposición reclama liberación de presos políticos, no se habló, establecimiento de una composición equilibrada del Consejo Electoral, tampoco, de todos los obstáculos, nuevos registros electorales que permitan el voto de los venezolanos en el exterior. Eso no está en la declaración.
EC —No, pero dice: “Para que Venezuela pueda superar la presente crisis es crucial restaurar la plena democracia”…
RNN —Eso lo pusimos nosotros, la democracia plena.
EC —Implícitamente se dice que no hay democracia plena. ¿Qué hay?
RNN —Lo que pasa es que para un país como Uruguay, que es una democracia plena, la vara está muy alta y entonces es muy difícil catalogar a otros países como democracias plenas. Hay solo 19 democracias plenas en el mundo entero, y Uruguay es una de ellas. Hay muchos países de Europa que no son democracias plenas, no están catalogados como tales.
EC —Se dice además que hay que “restaurar el Estado de derecho, restaurar la separación de poderes y que respetar el mandato constitucional de las instituciones del país…”.
RNN —De las instituciones, de todas las instituciones: el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo, el Poder Judicial, todas.
EC —Pero se pone un énfasis en “la democráticamente electa Asamblea Nacional”.
RNN —Sí, señor. La democráticamente elegida Asamblea Nacional fue impulsada fuertemente por el Uruguay cuando ejercía la presidencia pro témpore de la Unasur. Pasamos todo el año 2015 impulsando esa elección, trabajando con ese objetivo, negociando con el gobierno venezolano, en aquel momento con la canciller Delcy Rodríguez, para que hubiera elecciones con observadores internacionales, con jefe de misión, y se logró, y el Uruguay se congratuló de eso porque considera que fue un éxito diplomático de la Unasur con la presidencia de Uruguay. Entonces a nosotros no nos duelen prendas con esto, la Asamblea Nacional para nosotros tiene que ser respetada, igual que tienen que ser respetados el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial.
EC —Y también dice: “Las libertades fundamentales y los derechos humanos de todos los venezolanos deben ser respetados, se deplora los muertos y heridos causados por el excesivo uso de la fuerza”, se subraya que el uso de la violencia no es nunca una solución.
RNN —¿Cuántas veces hicimos declaraciones a lo largo de estos años deplorando las muertes y los heridos causados por el uso exclusivo de la fuerza? Por lo menos seis veces. Ante cada manifestación que había en Venezuela, cada marcha que había en Venezuela que terminaba con muertos, el Uruguay estaba allí rechazando ese método, lamentando y deplorando las acciones de fuerza empleadas por el gobierno, por quien fuera. Pero parecería que hay una especie de fake new también aquí, parece que el Uruguay nunca opinó sobre Venezuela, nunca habló sobre los problemas que tiene Venezuela, cuando tenemos más de 20 declaraciones a lo largo de estos años, casi una cada dos meses, hablando de que queremos ayudar a Venezuela, de que deploramos el uso de la fuerza, deploramos la violencia, que hay que respetar los procesos democráticos. Ahí no hay un cambio, Uruguay ha transitado siempre ese camino.
EC —Pero usted reconocía hace un rato que sí, que algún cambio hay en atención a la situación tal cual ha quedado planteada en los últimos días.
RNN —Me estoy refiriendo a eso, a las muertes y a la violencia.
EC —Y en cuanto a las condiciones, usted mencionaba recién que la Unión Europea traía una lista larga de condiciones y que Uruguay y otros países negociaron para eliminar algunas de ellas para no caer en la injerencia en asuntos internos. Pero igual, condiciones hay. Y estoy seguro de que dentro del propio Frente Amplio (FA) usted va a recibir críticas en estas horas de algunos grupos políticos que van a ver eso, que Uruguay ahora está incumpliendo una línea que se había seguido hasta el momento en esa materia.
RNN —Veremos, no se adelante.
EC —Porque antes de esta reunión de la Torre Ejecutiva usted había tenido reuniones con referentes del FA en materia de relaciones exteriores en las que sobre todo había expuesto el posicionamiento que llevó al Mecanismo de Montevideo.
RNN —El Mecanismo de Montevideo fue posterior.
EC —Claro, las condiciones o el posicionamiento que llevaría al Mecanismo de Montevideo, ese de la neutralidad, de no poner condiciones, etcétera.
RNN —No ponemos condiciones, no estamos poniendo condiciones. Las condiciones son: para que haya elecciones hay que liberar a los presos políticos, hay que establecer la composición equilibrada del Consejo Nacional… No ponemos condiciones, decimos que la solución tiene que ser una elección; cuando hay dos gobiernos establecidos, anulándose uno contra otro, la única solución son elecciones. Además la propia Constitución venezolana tiene una salida para eso, que es el artículo 71, que prevé la realización de referéndums consultivos a iniciativa del presidente de la República o de la Asamblea Nacional, con determinada mayoría –que la tiene– o del 10 % de los electores para consultar temas esenciales de la vida nacional. Y ese es un tema esencial, cómo quieren salir los venezolanos. A Uruguay le parece que esa sería la mejor manera de que los venezolanos discutieran si quieren elecciones totales, generales, parciales, lo que sea, que lo resuelvan ellos. Ahora, si la resolución pasa por que también hay que cambiar el Consejo Nacional Electoral, eso no tiene mucho arreglo, porque el Consejo Nacional Electoral está reglado por la Constitución de la República y no tiene filiación política, según el artículo de la Constitución. Se dice que estará integrado por cinco personas no vinculadas a organizaciones con fines políticos, tres de ellas serán postuladas por la sociedad civil, una por la Facultad de Ciencias Jurídicas y una por el poder ciudadano. Precisa una elección popular prácticamente, que después la Asamblea ratifica. Entonces no se puede cambiar el Consejo Nacional Electoral y poner otro, hay que respetar la Constitución. Si hablamos del respeto a la Constitución, este es un respeto fundamental.
EC —La declaración de ayer habla de que la solución pasa por elecciones presidenciales, pero usted señalaba que Uruguay en realidad piensa que la salida sería esa otra votación, un referéndum consultivo.
RNN —Uruguay trabajó en ese sentido, lo planteó, pero también esto es parte de la resolución de los propios venezolanos. Ahí tiene una herramienta la propia Asamblea Nacional, porque es a instancias de la Asamblea Nacional por determinada mayoría: “Las materias de especial trascendencia nacional podrán ser sometidas a referéndum consultivo por iniciativa del presidente o presidenta de la República, en Consejo de Ministros, por acuerdo de la Asamblea Nacional aprobado por el voto de la mayoría –y ellos tienen más que una mayoría, tienen dos tercios– o la solicitud de un número no menor al 10 % de los electores”. Eso lo puede hacer hoy la Asamblea Nacional.
EC —Uruguay propuso este camino ayer en la reunión del GCI y no tuvo acompañamiento.
RNN —No es que no haya tenido acompañamiento. Se habló de esto en reuniones más informales, mucha gente está de acuerdo y se dejó para los contactos que puedan hacerse con los actores venezolanos.
EC —Desde ayer Uruguay forma parte de dos caminos, de dos procedimientos que procuran ayudar a que se resuelva la crisis en Venezuela: el Mecanismo de Montevideo y el Grupo de Contacto Internacional que ha impulsado la Unión Europea. ¿Cómo se puede estar en los dos ámbitos, dadas las diferencias de criterio que existen?
RNN —Creo que no hay diferencia de criterios, porque el criterio es ayudar a una salida pacífica, democrática y de acuerdo a la Constitución de la crisis venezolana. El objetivo es ese. Lo siguiente es que nosotros estamos proponiendo cosas que son muy parecidas a las que propone el GCI, nosotros especificamos más.
EC —Cuando dice nosotros, ¿por quién habla?
RNN —Por el Mecanismo de Montevideo. El Mecanismo de Montevideo decía cosas más concretas, hablaba de cuatro fases, una fase de diálogo, que tenía que ser inmediata, una fase de negociación, que es fundamental, una fase de compromiso y una fase de implementación. El GCI, que Uruguay integra, lo que hace es enviar una misión de contacto inmediatamente. Eso es lo que vamos a arreglar en esta semana, quizás con Mogherini, en conversaciones telefónicas, etcétera, para que empiece esa fase que pueda llevar a un diálogo que pueda acercar a las partes.
EC —¿De cuál de los dos grupos sería esa misión?
RNN —No importa, es una misión del grupo de países que están trabajando para ayudar a Venezuela.
EC —¿Usted dice que podría ser una única misión?, ¿ahí sí podrían confluir los dos grupos?
RNN —Claro, porque si el GCI dice “vamos a mandar una misión técnica”, nos va a consultar a nosotros: “¿A quién vamos a mandar?”, “Podemos mandar a Fulano de Tal o a Mengana”, ahí se confluye. El Mecanismo de Montevideo va a cosas más concretas que lo que llegamos a acordar ayer de tarde.
Segundo, no hay contradicción en eso, porque estamos todos con el mismo objetivo. Así que ahí no creo que haya que buscar diferencias.
EC —Pero diferencias hay, las estuvimos viendo hace un rato. Los dos grupos coinciden en que lo que se busca es una solución pacífica, sin el uso de la fuerza, pero en el que es impulsado por la Unión Europea se indica que la salida debe incluir elecciones presidenciales libres, transparentes y creíbles de acuerdo a la Constitución venezolana, y se mencionan una serie de condiciones –usted dice que no es injerencia, pero ahí hay un debate–, mientras que del lado del Mecanismo de Montevideo se ofrece un diálogo con las dos partes enfrentadas, sin establecer condiciones, se pone mucho énfasis en eso, porque “las condiciones deben surgir de las propias partes”.
RNN —Para mí las condiciones eran las que sacamos de la declaración final del proyecto europeo: la libertad de los presos políticos, todo lo que hemos hablado. Eso salió todo, no hay condiciones, lo que decimos es que debería haber elecciones porque no puede haber un país con dos presidentes. No puede, no existe, eso se dirime democráticamente.
EC —¿No son condiciones restaurar la plena democracia, el Estado de derecho, la separación de poderes, el respeto por el mandato constitucional?
RNN —No son condiciones, son objetivos.
EC —Hay una delgada línea ahí, usted manejó ese término ayer.
RNN —Todo es muy delgado.
EC —¿Los países que integran el Mecanismo de Montevideo no ven un problema en que Uruguay esté en los dos lados?
RNN —No, al contrario, creo que agradecen esta iniciativa.
EC —¿Usted en particular va a jugar en los dos trabajos? ¿Cómo va a ser su papel allí?
RNN —Vamos a ver, no sé si esto va a ser una reunión más bien de altos coordinadores, personal diplomático, o va a ser a nivel ministerial. No lo creo, si lo encaramos a nivel ministerial, a los ministros que participen –como dijimos el otro día en una reunión en la Cancillería– esto les come toda la agenda, no pueden dedicarse a ninguna otra cosa más.
EC —Yo le preguntaba por los dos sombreros…
RNN —No hay problema por eso, ¡es un detalle menor!
EC —Ayer el ministro de Relaciones Exteriores del Gobierno español, Josep Borrell, a propósito de una de sus declaraciones en la conferencia de prensa dijo: “El canciller uruguayo ha hablado primero como miembro de nuestro grupo y luego como miembro de la iniciativa de Montevideo”.
RNN —Sí. ¿Y qué problema hay? Ninguno. ¿Cuántas veces uno habla en nombre del gobierno uruguayo y en nombre de una organización supranacional? Muchas veces. Cuando nos tocó la presidencia pro témpore del Mercosur o de la Unasur hablábamos en esas dos condiciones, Uruguay daba su opinión y después hablaba en nombre de la organización regional. Creo que es un detalle menor ese.
EC —Está bien, yo le pregunto y escucho con mucha atención su respuesta. Creo que son varias las personas que tienen este tipo de dudas y la entrevista es para eso.
RNN —Que no se preocupen, que se saquen esas dudas. Lo que importa aquí es el talante, el objetivo, la disposición, las ganas de ayudar, evitar una confrontación armada, evitar más muertes. Eso es lo importante, no si uno se pone un sombrero, se saca el otro.
EC —Vamos al frente de la crisis humanitaria. Al adherir a la declaración de ayer del GCI, Uruguay sostiene que “hay una crisis humanitaria que se continúa profundizando día tras día, afectando a millones de venezolanos”. El miércoles de noche, el canciller venezolano, Jorge Arreaza, negó la existencia de esa crisis humanitaria en una entrevista con Telenoche, de Canal 4. ¿Entonces?
RNN —Cuando alguien plantea una ayuda humanitaria es muy difícil decir que no. Creo que hay una crisis humanitaria sobre todo en temas… no voy a opinar sobre eso. Me parece que nosotros deberíamos ayudar en las dificultades que tienen los venezolanos en materia de salud y medicamentos, eso está constatado a todas luces.
EC —Ahí hay una crisis humanitaria.
RNN —Ahí hay una crisis de salud que hay que ayudar a resolver.
EC —Y a eso se dispone el GCI, se comprometió a desplegar más asistencia humanitaria, pero ¿además se analizó que la ayuda no está llegando a la población porque es bloqueada por el gobierno de Maduro?
RNN —No sé eso.
EC —¿Cómo se habló de esto ayer?
RNN —Se habló, se dijo que la ayuda tiene que llegar directamente a los que más la necesitan. ¿Sabe qué pasa con la ayuda humanitaria impulsada por Estados Unidos? Se puede volver lo mismo que se volvió la presencia de armas de destrucción masiva en Irak, que después no se comprobó. Entonces eso no puede ser el motivo y el argumento para una intervención armada que ni Guaidó ni el propio gobierno norteamericano descartan. Sería trágico para Venezuela y para América Latina toda.
EC —Esa es una inquietud, está la crisis humanitaria por un lado y por otro cómo encararla, de qué manera enfrentarla. Para el gobierno de Uruguay, la forma de enfrentarla puede traer mayores problemas.
RNN —Sí, hay muchos antecedentes. Las armas de destrucción masiva fueron las que originaron la guerra de Irak, y no había armas de destrucción masiva. ¿No será que acá la crisis humanitaria no sea como la plantea Estados Unidos y atrás de la ayuda vengan los fusiles?
EC —¿En ese análisis se coincidió en el GCI ayer?
RNN —Ese es el sombrero que yo me pongo por Uruguay.
EC —Entonces, ¿cómo se piensa actuar sobre la base de esa realidad que está planteada? ¿Qué es lo que va a hacer el GCI?
RNN —La Unión Europea tiene una oficina en Caracas por donde puede canalizar alguna ayuda, naturalmente que en diálogo con el gobierno, poniéndose de acuerdo con el gobierno, negociando con el gobierno. En eso me parece elemental que haya una negociación, un diálogo, un intercambio.
EC —¿Solo con el gobierno, o también con la oposición? Porque la oposición también está jugando en esa materia.
RNN —Si según ustedes el que impide es el gobierno, hay que negociar con el gobierno. La oposición quiere que entre, así que hay que negociar con el gobierno.
EC —Se menciona la coordinación con el representante especial de Acnur, Organización Internacional para las Migraciones, Eduardo Stein. ¿Cómo sería ese papel?
RNN —Esa es una idea de la Unión Europea. Hay un fenómeno migratorio importante, que además si hay algo en América Latina que tenemos bien claro es la ayuda humanitaria en esa fase, todos los países de América Latina están recibiendo inmigrantes venezolanos, no somos como Estados Unidos que no recibe, no somos como muchos países de Europa que tampoco reciben inmigrantes africanos. Somos diferentes y por lo tanto ese es un tema sensible, también hay que ayudar a que los gobiernos tengan condiciones para absorber esa cantidad de inmigrantes.
EC —Este capítulo de la crisis humanitaria y el de la entrada o no de la ayuda proveniente del exterior es quizás lo más urgente, porque este fin de semana mismo puede haber tensiones en la medida en que ya hay embarques que han arribado a la frontera y se han encontrado por ejemplo con ese puente que todos hemos visto bloqueado. En esta coyuntura bien concreta, la de viernes, sábado, domingo, ¿está previsto algún tipo de acción del GCI?
RNN —La Unión Europea está trabajando, porque ya lo venía haciendo, durante enero trabajó en estas cosas. Hay otras instituciones que están trabajando, el Instituto para la Paz europeo está trabajando en eso, yo voy a tener una reunión con ellos, vamos a hablar de estos temas, vamos a buscar alternativas y soluciones, a ver si podemos llegar. A mí lo que más me preocupa es la intransigencia de Guaidó, lo digo con toda franqueza.
EC —Veamos ese aspecto.
RNN —Digo eso y nada más: no a las elecciones, no al diálogo, no a todo. No sé qué es lo que pretenden. Me preocupa mucho, con la intransigencia no se llega nunca a ningún puerto seguro; hay que ser flexible, comprensivo y saber que uno no tiene toda la verdad de su lado, y los argumentos tienen que ser unos que por sobre todas las cosas atiendan los problemas y las sensibilidades de las mayorías, el interés general y no el interés particular o sectorial.
EC —Pero… ¿no es igual de intransigente Nicolás Maduro?
RNN —Son los dos iguales, por eso hay que buscar una salida. Sí, son.
EC —Usted ponía el énfasis recién en Guaidó.
RNN —Sí, porque Guaidó no quiere elecciones, y Maduro habló de elecciones por lo menos parlamentarias, hay que convencerlo de que hagan las dos elecciones. Veremos.
EC —Hay un fragmento muy picado de la entrevista que le hizo un periodista español hace pocos días a Maduro en la que insiste en preguntarle si él descarta la convocatoria a elecciones presidenciales, y Maduro nunca termina diciendo que la descarta.
RNN —Nunca termina.
EC —Uno de los muchos mensajes que llegan de la audiencia es de Andrés: “¿No es demasiado el tiempo que se dedica a la crisis en Venezuela? ¿Nin Novoa no tendrá asuntos más urgentes e importantes para el país? Por ejemplo, compradores para Pili, buscarlos en el mundo para resolver esa situación en Paysandú”. ¿Qué dice a propósito de esto, que es una sensación de mucha gente?
RNN —Es un tema que siempre hablamos con el resto de los cancilleres. Todos los días hay un tema con Venezuela, pero nosotros no nos vamos a negar a ser solidarios. Hay otros temas, por supuesto, tratamos de ponernos ese sombrero y varios otros: la negociación con la Unión Europea, con Corea del Sur, con Canadá, con EFTA. Lo de Pili es un problema mucho más grave, mucho más hondo que esa superficialidad de conseguir un comprador, el problema es que no hay leche para mantener una planta de esas características. Entonces podemos hablar de eso y muchas cosas más. Así que hay muchos otros temas, pero tratamos de jugar con todos los sombreros.
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