La industrialización del litio – Por Cambio, Bolivia
Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.
Con el anuncio de que Bolivia e India fabricarán baterías de litio, el país avanza a pasos agigantados en la industrialización del salar de Uyuni, gracias a las millonarias inversiones y las alianzas estratégicas que se firmaron con empresas internacionales. El Gobierno, comprometido con el desarrollo del país, no escatima esfuerzos ni recursos para desarrollar la industria que revoluciona el mercado mundial de los almacenadores de energía y de fertilizantes.
Una de las señales más fuertes y acertadas fue la creación de la empresa estatal Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB), que puso en marcha varios proyectos asentados en el salar de Uyuni y muy pronto en Pastos Grandes (Potosí) y Coipasa (Oruro), donde se revoluciona el conocimiento científico, la industria y la economía.
En octubre de 2018, el Gobierno inauguró la Planta Industrial de Cloruro de Potasio en la localidad de Llipi, Uyuni, departamento de Potosí, con capacidad de producción de 350 mil toneladas por año, cuyo volumen se va en gran parte a mercados internacionales, como Brasil. El producto es un fertilizante de alto rendimiento que beneficia a la producción de caña de azúcar, frutas, hortalizas y mejora la resistencia ante algunas plagas.
La obra fue ejecutada por la compañía CAMC Engineering CO. Ltda. Bolivia Branch. Ahora, YLB es la responsable de realizar las actividades de toda la cadena productiva: prospección, exploración, explotación, beneficio o concentración, instalación, puesta en marcha, operación y administración de los recursos evaporíticos, complejos de química inorgánica, industrialización y comercialización.
Como parte de la política de industrialización, la estatal Yacimientos del Litio Bolivianos y la firma ACI Systems Alemania constituyeron la empresa mixta YLB-ACISA para encarar de forma conjunta la producción industrial de hidróxido de litio e hidróxido de magnesio. Bolivia tiene el control del 51% de las acciones y la firma alemana del 49%. Se calculan réditos que superarán los $us 1.000 millones anuales. La inversión en estos proyectos alcanzará a $us 2.229 millones.
Asimismo, el 6 de febrero de este año, YLB y la empresa china Xinjiang TBEA Group-Baocheng firmaron un acuerdo para construir las plantas industrializadoras de sulfato de potasio, hidróxido de litio, ácido bórico, bromo puro y bromuro de sodio en los salares de Coipasa y Pastos Grandes. La inversión en el caso del primero llegará a 1.320 millones de dólares, mientras que en el segundo será de 1.070 millones de dólares. Generarán 1.189 millones de dólares en utilidades brutas por año.
La planta de sulfato de potasio producirá un fertilizante para los cultivos frutales; la de ácido bórico permitirá obtener otro producto similar; la de hidróxido de litio será la más grande y de mayor valor; y las de bromo puro y bromuro de sodio serán emprendimientos orientados al ámbito de la tecnología y la industria farmacéutica.
Por esta razón, grandes consorcios chinos, alemanes, rusos y otros posaron su mirada en Bolivia debido al gran potencial que hay en los salares del país porque tienen en sus entrañas las mayores reservas mundiales de litio, que es considerado un recurso estratégico que está en manos del Estado boliviano.
Todas las acciones emprendidas por el Órgano Ejecutivo tienen el objetivo de superar el extractivismo histórico sin ningún valor agregado impulsado por los gobiernos neoliberales, que además promovieron la privatización de empresas estratégicas, la venta a precios irrisorios de nuestros recursos naturales a empresas transnacionales y otros.
Ahora, la industrialización del litio es el resultado de las acertadas políticas económicas que se tomaron gracias al trabajo visionario del presidente Evo Morales Ayma, así como de la nacionalización de los recursos naturales, que permitió el despegue y el gran crecimiento económico, por encima de los índices que registran otros países de la región.