Entrevista a Nicolás Maduro: “La llamada crisis humanitaria es un show montado por el Comando Sur para justificar una intervención militar”

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Por Luis Hernández Navarro

En la peor crisis desde que asumió la presidencia de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro considera que el intento de la derecha de formar un gobierno paralelo en su país es expresión del conflicto entre la independencia y la soberanía de Venezuela y la intención imperial estadunidense de recolonizar esa nación.

En entrevista exclusiva con La Jornada, el mandatario bolivariano rechaza que Venezuela sea una dictadura, se violen los derechos humanos o exista una crisis humanitaria. Según él, los políticos que hoy están presos son los organizadores de un golpe de Estado violento, que asesinaron, quemaron vivas a muchas personas y destruyeron propiedades. La inmensa mayoría de los medios de comunicación –asegura– están en manos privadas, en su mayoría opositoras. Y la llamada crisis humanitaria es un show montado por el Comando Sur para justificar una intervención militar.

Presente en la toma de posesión del presidente Andrés Manuel López Obrador, el mandatario venezolano cuenta que no asistió a la ceremonia de investidura en la Cámara de Diputados para evitar una agresión en su contra que habría tapado el carácter histórico del triunfo del político mexicano.

Nicolás Maduro asegura que, en caso de que Estados Unidos apueste por intervenir militarmente su país, se creará en América Latina un nuevo Vietnam. Venezuela está moralmente lista para responder la agresión. Su ejército está unido y aliado al pueblo. Las agresiones de Trump –dice– buscan apropiarse del petróleo venezolano.

Esta es la versión completa de la entrevista con Maduro, que La Jornada le hizo en el Palacio de Miraflores el pasado 5 de febrero.

–Presidente, el día de hoy se dio a conocer que usted envió una carta al papa Francisco proponiéndole que jugara un papel en la mediación del conflicto. ¿Podemos saber qué más le decía en esa carta?

–Primero le daba las gracias por sus oraciones permanentes para que haya paz en Venezuela y le pedía que nos ayudara en la facilitación para un diálogo nacional. Ya el Vaticano nos ayudó en una fase en el año 2016. Quiere decir que conoce bien el terreno aquí, en Venezuela. Creo que la autoridad moral del Papa puede ayudar mucho para un diálogo que sea constructivo, de agenda abierta. Espero su respuesta pronto.

–Sin embargo, la Asamblea Nacional dijo que rechaza todo diálogo o grupo de contacto que alargue el sufrimiento del pueblo. O sea, descalifica cualquier posibilidad de diálogo.

–Sí, la derecha venezolana golpista ha rechazado los mecanismos de diálogo que la comunidad internacional está ventilando. Hace dos días el gobierno de Estados Unidos, el gobierno de Donald Trump, ya había dicho: no al diálogo. Y ayer, el cártel de Lima, este grupo de gobiernos intolerantes de derecha, dijo también no al diálogo. Es una posición irracional, insensata. Es una posición antinatural, porque lo natural en la política es el diálogo, la palabra, la conversación.

“Yo insisto: sí al diálogo, sí al diálogo y sí al diálogo. Y más temprano que tarde, con la ayuda del gobierno de México, de Uruguay, de los 14 gobiernos del Caribe en el Caricom, de Bolivia, del grupo de contacto de la Unión Europea –y ojalá también del Vaticano– vamos a sentarnos en una mesa de diálogo. Estoy seguro que así será.”

La actitud de México, diplomáticamente correcta

–¿Qué opinión le merece la actitud y la posición del gobierno mexicano?

–El gobierno mexicano ha tenido una actitud diplomáticamente correcta, que es respetar a Venezuela, no inmiscuirse en sus asuntos internos. Y, a decir del presidente López Obrador, ha rescatado el espíritu de la Constitución mexicana y la tradición diplomática mexicana, tan admirada en el mundo, de no intervencionismo, de diálogo. Creo que está jugando un gran papel en este momento histórico

–Usted fue a la toma de posesión del presidente López Obrador, pero no llegó a la ceremonia en el Congreso, sino a la comida. ¿Por qué fue eso?

–Eso fue ex profeso. Nosotros sabíamos que la derecha tenía preparado un show para agredirme, físicamente incluso, y que la noticia fuera la agresión física a Maduro. Y si algo así hubiera sucedido, yo habría reaccionado, porque soy un hombre de pueblo. Si alguien me agrede físicamente le voy a responder, no me importa el apellido y el pelucón (el fifí) ni que sea de la derecha. No me importa. Te lo digo, yo tengo sangre del Caribe y querían un show para tapar el carácter histórico del cambio que ha empezado en México con el presidente López Obrador. Y como yo no caigo en provocaciones ni creo provocaciones, sencillamente decidí ir al palacio presidencial de manera directa a saludar al presidente López Obrador.

Me llevé una gran sorpresa en el Zócalo. Miles de personas nos recibieron con cantos, con consignas, con afiches, con saludos. Creo que toda la campaña que se hizo contra nosotros con motivo de la toma de posesión se les revirtió. Se generó un interés y una simpatía del pueblo mexicano que agradecemos.

–Como justificación de la ofensiva en su contra se asegura que en Venezuela se violan los derechos humanos, que se persigue a la gente, que hay presos políticos, que no hay libertad de opinión. Hay informes de distintos organismos de derechos humanos internacionales que documentan algunos de estos señalamientos. ¿Es eso cierto?

–En 20 años de revolución nosotros hemos sido víctimas de una agresión permanente por parte de Estados Unidos y sus aliados oligárquicos internos. En lo particular, en mis seis años del primer gobierno, yo he sido víctima de varios intentos violentos para llevar al país a una guerra civil y para derrocar al gobierno. Uno de ellos fue en 2014. Otro fue en 2017, con las llamadas guarimbas (bloqueos violentos de las vías de comunicación). He sufrido varios atentados. El 4 de agosto de 2018 perpetraron un atentado directo en mi contra con drones.

“La justicia venezolana ha actuado. Están detenidos los responsables del asesinato de varias personas, de la violencia, de la destrucción física de ciudades. Están detenidos los responsables directos del intento de asesinarme con drones. Pero Estados Unidos y su manipulación mundial dicen que los responsables directos de delitos violentos que están procesados por la justicia y que están detenidos son presos políticos. La verdad es que son individuos que han cometido delitos contra las personas, contra la propiedad, que han tratado de derrocar al gobierno legítimo.

De todas maneras, aquí en Venezuela existe una Comisión de la Verdad y la Justicia que tiene la investigación de todos estos delitos, de toda esta situación. Recientemente esa comisión emitió un conjunto de decisiones, de órdenes y a algunas de estas personas involucradas en estos delitos se les dieron beneficios procesales. Están en libertad. Quizás los que se encuentran todavía detenidos son los que han cometido delitos de homicidio, han quemado personas vivas. Quizás los responsables de delitos más graves son los que se mantienen aún en las manos de la justicia.

–Se señala también que Venezuela es una dictadura, que no hay libertades, que la prensa está controlada por el Estado. ¿Es eso verdad?

–Yo te puedo dar varios datos de las amplias libertades que hay en Venezuela. Primero, la situación de las televisoras nacionales. Setenta y cinco por ciento son privadas, y te podría decir que todas las televisoras privadas del país son opositoras. De la prensa escrita, 80 por ciento de las publicaciones nacionales y regionales son privadas, y te podría decir que todas son opositoras. Más de 70 por cierto de las radios del país están en manos privadas, y todas son opositoras.

“Las redes sociales son controladas a escala internacional. En Venezuela existe Twitter, Instagram, Youtube, Facebook, WhatsApp. Todo el mundo las usa. Y te puedo decir que 80 por ciento de la publicidad y de la información que corre de manera directa en todas las redes sociales son abierta y totalmente opositoras. Son datos que es bueno precisar.

“Decir que Venezuela es una dictadura es una ofensa al pueblo venezolano. Venezuela tiene un nivel educativo, cultural y la madurez democrática suficiente. Solamente basta con pasearse por cualquier pueblo o ciudad y ver el debate permanente que hay sobre Venezuela. En todo caso, la acusación de dictadura forma parte del guion que el imperio estadunidense ha utilizado siempre para etiquetar, estigmatizar a los países independientes, a los gobiernos que no le obedecemos. Les sirve para justificar cualquier cosa. Porque si en Venezuela, como dicen ellos, hay una dictadura, entonces es posible cualquier cosa: un golpe de Estado, un magnicidio, una invasión.

Simplemente, la acusación de que Venezuela es una dictadura forma parte de los falsos estigmas con los que han tratado de etiquetar a la revolución bolivariana.

La crisis humanitaria, una farsa

–Se dice que en Venezuela hay una crisis humanitaria de grandes proporciones, que hay hambre, que hay desabasto de medicinas, que la migración de venezolanos, no sólo hacia España o a Miami, sino a multitud de países de América Latina, es una hemorragia imparable. ¿Es verdad que existe esa crisis humanitaria?

–La crisis humanitaria es una farsa. Venezuela tiene problemas, como cualquier otro país. Es más, en algunos casos no tenemos algunos problemas que tienen países donde gobierna el neoliberalismo. Pero todo el montaje de la crisis humanitaria viene del Comando Sur de Estados Unidos desde el año 2014.

“¿Para qué endilgarnos una crisis humanitaria fabricada a nivel mediático? Para justificar una ‘intervención humanitaria’, entre comillas.

“Venezuela tiene altos índices en materia de empleo. El año pasado volvimos a cerrar con 6 por ciento de desempleo. Sesenta por ciento del empleo en Venezuela es de carácter formal, protegido, hemos avanzado. Venezuela tiene un sistema de seguridad social que protege al ciento por ciento de sus pensionados. Venezuela tiene por encima de 90 por ciento de escolaridad de educación inicial, básica, secundaria, universitaria. Ochenta por ciento de nuestra educación global es pública, gratuita, de calidad.

Venezuela tiene un programa llamado CLAP (Comités Locales de Abastecimiento y Producción) que llega a 6 millones de hogares, 24 millones de venezolanos. El alimento es permanente y, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, tenemos altísimos niveles de nutrición. Venezuela tiene un programa llamado Barrio Adentro en Salud, que lleva 30 mil médicos a las comunidades. Tú en tu barrio, en tu comunidad, tienes un médico, tienes acceso a la medicina. En los tres años recientes, por las sanciones, hemos tenido problemas para importar alimentos, para importar medicinas. Sí, los hemos tenido, y ya lo estamos resolviendo efectivamente. Pero una crisis humanitaria no ha existido ni va a existir en Venezuela.

Donald Trump está obsesionado con Venezuela

–Usted ha denunciado que detrás del intento de imponer a un pre-sidente encargado está la mano de Estados Unidos. ¿Por qué dice eso? ¿Qué evidencias tiene?

–Bueno, porque la actitud del gobierno de Estados Unidos de llamar al derrocamiento del gobierno constitucional que yo presido es abierta y vulgar. Lo es, sobre todo, desde que llegaron los extremistas de Donald Trump a la Casa Blanca. Ha sido una etapa de confrontación total, de sanciones, de persecución financiera, de llamados a un golpe de Estado militar, de conspiración directa en la embajada gringa en Venezuela.

“Donald Trump está obsesionado con Venezuela. Su equipo se hace llamar el equipo Venezuela. John Bolton, consejero de Seguridad; Mike Pompeo, secretario de Estado, y Mike Pence, vicepresidente, se hacen llamar el equipo Venezuela. Todos los días tuitean, escriben, declaran, llamando al golpe de Estado abierto.

“No es que ellos lo disimulen. Recientemente, The Wall Street Journalpublicó la información de cómo se gestó todo este tema de tratar de imponer un gobierno paralelo, un gobierno falso. Y se gestó en Washington, se financió en Washington, se impuso desde Washington.

“Desde meses antes, en septiembre, The New York Times y The Washington Post sacaron las evidencias de la participación del gobierno de Estados Unidos, directamente de la Casa Blanca, en un intento de golpe militar en los meses de marzo y abril, que nosotros neutralizamos y derrotamos. Ellos dieron datos de quién conspiró, quién pagó, dónde pagó. Esos testimonios y declaraciones son suficientes elementos de prueba de la obsesión imperialista que tienen.

“El domingo pasado Donald Trump nos amenazó una vez más con una invasión, con mandar al ejército de Estados Unidos a tomar Venezuela. Y yo he venido preguntando: ¿cuál es el casus belli (motivo de guerra)? Venezuela no es una amenaza para Estados Unidos. Venezuela no tiene armas de destrucción masiva apuntando a Estados Unidos. No, su casus belli es el petróleo venezolano, la riqueza de Venezuela. Y que, en 20 años, no han podido derrotar la revolución bolivariana por ninguna vía. Ni por la vía electoral, ni por la vía política, diplomática, ni por golpe de Estado.

Yo creo que el gobierno de Estados Unidos está entrando en una fase de mucha desesperación y se va haciendo cada vez más peligroso. Así que es muy importante la conciencia solidaria del mundo, de la gente que quiere paz, de la gente que quiere detener un nuevo Vietnam, esta vez en América del Sur. Venezuela se convertiría en un Vietnam si un día Donald Trump manda al ejército de Estados Unidos a agredirnos.

–¿Están preparados para una intervención militar estadounidense?

–Venezuela está moralmente preparada para rechazar las amenazas del uso de la fuerza. Y nosotros y nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana, nuestra ciudad bolivariana, nuestro sistema de armas y nuestro pueblo, en unión cívico-militar, nos preparamos con el concepto de guerra de todo el pueblo, guerra de resistencia, para dar una respuesta contundente a cualquier posibilidad de agresión militar.

Esperamos que nunca suceda. Esperamos que se imponga la verdad de Venezuela, la vía diplomática, y que la conciencia de paz en el pueblo de Estados Unidos le tuerza la voluntad y la locura a Donald Trump. Esperamos que reine la paz. Pero, mientras tanto, nos preparamos para defender nuestra sagrada tierra, como todo el mundo la defendería.

–Usted ha informado que cuentan con milicias que agrupan con 2 millones de integrantes. ¿Tienen esas milicias una organización territorial o gremial? ¿Tienen ellos el control directo de las armas? ¿Han recibido formación militar?

–Sí, nosotros tenemos a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana que tiene cuatro componentes. El Ejército Bolivariano, con una distribución territorial, un sistema de armas muy poderoso. La armada bolivariana, que también ha ido fortaleciendo su sistema de armas. La Aviación Militar Bolivariana, también con buen sistema para cuidar nuestro país, y la Guardia Nacional Bolivariana, que es una fuerza de orden público. Y, además, el comandante Chávez creó la Milicia Nacional Bolivariana como un quinto elemento que fortalece e integra a los cuatro componentes constitucionales.

“La milicia ha llegado al millón 600 mil ciudadanos y ciudadanas. El 13 de abril de este año vamos a llegar a los 2 millones. Están organizadas en unidades de defensa popular, que agrupan a un número de 20 o 30 milicianos por territorio. Tienen entrenamiento militar, tienen plan operativo, saben qué hacer en cualquier escenario. Y, además, tienen acceso, y cada vez van a tener más acceso, al sistema de armas nacionales. Esto quiere decir que Venezuela cuenta con 2 millones de milicianos y milicianas integrados para una guerra de resistencia, una guerra de todo el pueblo, que le haría insufrible, le haría un infierno a una fuerza invasora que se meta en Venezuela.

Nosotros queremos paz. Toda nuestra fuerza armada y nuestra milicia tienen una sola consigna: ganar la paz. Nuestra victoria es la paz y así vamos a seguir.

–La oposición los acusa de tener grupos paramilitares. Según ellos, los colectivos son grupos armados civiles al servicio del chavismo ¿Es eso cierto?

–Los llamados colectivos son una forma de organización popular voluntaria, muy propia de la revolución bolivariana. Son una forma extrapartidista del movimiento popular. Son miles en Venezuela. Organizan a la gente alrededor de algún objetivo. La mayoría de los colectivos del país están en el área productiva, empresarial, agroproductiva, donde producen decenas de toneladas de alimentos. O están en el área de la cultura, de la resistencia cultural, de la música, del arte, del muralismo. Y están también en el área política.

La derecha tiene mucho miedo a los colectivos porque son grupos muy revolucionarios, muy radicales. Son gente muy honesta. Han tratado de estigmatizarlos como paramilitares pero es totalmente falso. Eso no quiere decir que no exista un colectivo que de pronto estimule el entrenamiento para la defensa nacional. Seguramente existe uno o dos de esos grupos por aquí. Pero lo fundamental de los colectivos es que son una forma de organización del movimiento cultural.

–¿Y la derecha sí tiene grupos paramilitares?

–La derecha ha tenido grupos violentos que han dirigido las guarimbas.Durante todos estos años ha tenido grupos para atentar contra cuarteles. Y tiene grupos que se expresan a través de las redes sociales, que dicen tener armas, se tapan la cara y dicen estar ya en una línea de guerra, para una guerra civil. No ha podido con esos grupos perturbar la vida y la paz interna del país, pero lo declaran y los tienen. Son elementos de riesgo que hay que saber controlar.

No se trata de la guerra fría

–Ustedes ubican el actual intento de golpe de Estado como una disputa por la soberanía nacional en contra de la intervención imperialista. Sin embargo, hay quien concibe el conflicto como una pelea entre potencias. Aseguran que detrás del gobierno de Nicolás Maduro están China y Rusia, que pretenden establecer una cabeza de playa en América Latina ¿Es correcta esa interpretación?

–Ese es un esquema de interpretación propio de la guerra fría, en donde todos los conflictos parecían tener detrás la confrontación entre la Unión Soviética y Estados Unidos. Pero no es nuestro caso. El conflicto venezolano tiene 200 años. Existe antes de que existiera la Unión Soviética o la Federación Rusa, o de que existiera la República Popular China. Viene desde Bolívar.

“Es el conflicto entre las ideas independentistas de libertad y soberanía de nuestros libertadores versus las ideas imperialistas. Si uno revisa la ideología, la práctica política de los libertadores, de Bolívar, encuentra que ellos buscaron crear un bloque de naciones libres, independientes, que no oprimieran a ninguna nación del mundo y que construyeran su propio modelo político, social, económico, cultural.

“En cambio, si uno revisa el proyecto, la forma, la práctica de quienes fundaron Estados Unidos, de las antiguas 13 colonias, encontrará cómo heredaron de manera directa toda la visión imperial británica. Nunca ayudaron a la independencia del Sur. Estuvieron en contra de la lucha de independencia. Más aún, vendieron armas, vendieron pertrechos y apoyaron al ejército imperial español contra los libertadores.

“Es un conflicto en una historia que viene de lejos, de 200 años atrás. Nosotros hoy decimos que el conflicto nuestro es entre la independencia de Venezuela, la soberanía de Venezuela y el intento de recolonización del imperio estadunidense. El centro del conflicto es el de la nueva independencia de América Latina versus el intento de dominación y de un nuevo esclavismo contra nuestro pueblo.”

–¿Cuál es su hoja de ruta para enfrentar el actual conflicto? Pareciera que lo que la derecha venezolana quiere hoy, además de establecer un gobierno paralelo y ganar legitimidad en el terreno internacional, es montar una provocación alrededor de la ayuda humanitaria que justifique una intervención militar extranjera. ¿Cuáles son los pasos que ustedes piensan dar para evitar un escenario de este tipo?

–Los pasos que estamos dando están vinculados a la Constitución. Nuestra hoja de ruta es la Constitución.

“En primer lugar, gobernar el país, atender los problemas de nuestro pueblo, echar a andar el plan de la patria 2019-2025 en todas las áreas. Hoy lanzamos la Gran Misión Transporte Venezuela. Un gran proyecto que pretende transformar todo el sistema público de transporte del país.

“Segundo, defender la paz, la paz con justicia, digo yo, la paz con igualdad, la paz con independencia. E impulsar todas las formas de diálogo político y negociación política para establecer una paz duradera.

“En tercer lugar, mantener la unión cívico-militar: Nuestra fortaleza es nuestra fuerza armada, nuestra ciudad bolivariana y su capacidad unitaria para gestionar la defensa nacional.

“En cuarto lugar, defendernos diplomática, política, mediáticamente de todas las agresiones del gobierno imperialista de Donald Trump. La operación llamada ‘ayuda humanitaria’ es un show, un show barato, un show malo. Lo atenderemos, ten la seguridad de que no va a perturbar a Vene-zuela. Esos shows se van diluyendo, se van disolviendo con la realidad venezolana.”

–¿Hay peligro de una ruptura del ejército?

–Se han invertido centenares de millones de dólares para dividir la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Yo te puedo decir, estando en contacto directo con los soldados venezolanos, que hoy están más unidos que nunca. No lo van a romper.

–¿Qué ha hecho mal el gobierno de Nicolás Maduro?

–Muchas cosas. Nosotros tenemos una gran capacidad de autocrítica. Creemos que la autocrítica y la crítica son la pedagogía política más importante para aprender de la experiencia.

“Nosotros hacemos un gran esfuerzo por nuestro país. Un esfuerzo diario, permanente, con mucha honestidad. Pero todavía nos faltan muchas cosas. Hemos cometido errores en la política cambiaria que han llevado a que se posesionara el dólar criminal, el dólar paralelo que nos fijan desde Miami, desde Colombia. Estamos rectificando muchos elementos de esa política.

“En algunos casos hemos abandonado el liderazgo diario de los temas populares. Debemos poner más acento en la construcción del movimiento popular, del poder popular, de los consejos comunales. Atender a la base directamente. Atender los problemas de la gente, escuchar al pueblo, impulsar el movimiento asambleario, hacer una permanente revisión. Quizás ahí hemos cometido errores, producto de la misma conflictividad que enfrentamos.

“Hay muchas cosas que rectificar todos los días. La lucha contra la indolencia, el burocratismo, la corrupción, es dura, es amarga, es muy compleja. Nadie me va a venir a decir que porque uno diga que vamos a luchar contra la corrupción ya eso se ejecuta. No, la corrupción tiene mil caminos para recomponerse. A veces tú nombras a un gran compañero en un cargo, a uno que ha servido en la lucha política, en la agitación social, y termina pudriéndose en el cargo. Termina siendo más corrupto que alguna mafia que tú retiraste de ese cargo.

La lucha contra la corrupción es tremenda, es una lucha sin fin y la estamos dando con mucha precisión. Tengo la sensación de que en los meses que están por venir eso va tener un gran resultado en la realidad política del país.

–El último documento del presidente Chávez antes de morir, Golpe de timón,apostaba a fondo por la construcción de ese poder popular. ¿Diría usted que el gobierno de Nicolás Maduro ha seguido esa orientación?

–Yo creo que sí. Hemos cabalgado junto al poder popular venezolano. Hemos logrado activar más de 50 mil consejos comunales que agrupan a 80, 100, 120 familias cada uno, a veces un poco más. Hemos logrado articular 3 mil 100 comunas de una instancia superior de la organización social, económica, política de la comunidad. Agrupan a unos 2 millones de venezolanos. Hemos logrado responder al tema del abastecimiento de alimento por medio de los consejos comunales, creando los CLAP. Si no existiera el poder popular hubiera sido imposible atender este tema y otros que atendemos.

“Ahora falta mucho por hacer. Es mentira que sólo porque uno convoque a la organización el poder popular se organiza solo. No. Hace falta mucho esfuerzo, tocar puertas, motivar, educar, llevar adelante al pueblo, atender sus problemas, empoderar verdaderamente al hombre, a la mujer humilde, al ciudadano, a la ciudadana.

“Yo diría que el gran reto de la izquierda en el mundo es construir verdaderas bases populares, verdadero poder popular. Porque, a veces, la izquierda cumple con sus luchas políticas, con su consigna, pero se olvida que la política no puede ser aérea. La política debe tener raíces. Siempre uno tiene que poner los pies sobre la tierra.

La revolución bolivariana, por mandato del comandante Chávez, nos dio la consigna: comuna o nada. Ahí está la dicotomía. O vamos por el camino de la comuna del poder popular, de la raíz real del pueblo o quedamos en la nada.

–A usted le apasionan la historia, el cine –dirigió el cineclub de Caracas antes de hacer política institucional– y la música. ¿Cómo resumiría esta situación actual en un evento histórico, en una película y una canción?

–Sería: La batalla por Venezuela. Y la canción de salsa, de Ray Barretto, que a mí me gusta mucho, que se llama Indestructible. Búsquenla en las redes sociales. Como en esa canción, yo siento Con sangre nueva, indestructible/ Ay, unidos venceremos y yo sé que llegaremos.

–Presidente: ¿algo más que quiera usted decir?

–Agradecer mucho a México por su nobleza, por su solidaridad. Y pedirle toda la solidaridad. Que se levante un poderoso movimiento en solidaridad que le diga a Donald Trump: ¡No a la intervención militar en Venezuela! ¡Queremos paz en Venezuela! Necesitamos la compañía del pueblo mexicano para que se imponga la paz y se acaben los gritos de guerra contra nuestro país.

La Jornada


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