El irrenunciable derecho de volver al océano Pacífico – Cambio, Bolivia
Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.
El 14 de febrero de 1879 —hace 140 años— tropas chilenas invadieron el puerto boliviano de Antofagasta. El desenlace fue la pérdida de 400 kilómetros de costa y 120 mil kilómetros cuadrados de territorio rico en recursos naturales.
Desde la cobarde invasión, torrentes de tinta corrieron a ambos lados de la frontera porque varios cancilleres, presidentes y otras autoridades dialogaron sobre un acceso de Bolivia al océano Pacífico, pero las buenas intenciones tropezaron con obstáculos y dilaciones bajo cualquier pretexto.
Por esta razón, el 24 de abril de 2013, el Gobierno pidió a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que falle para que Chile asuma la obligación de negociar de buena fe una salida soberana al mar sobre la base de varios compromisos históricos asumidos tácita y formalmente por La Moneda.
En octubre de 2018, la CIJ estableció con claridad que Bolivia nació a la vida republicana en 1825 con una amplia costa sobre el océano Pacífico y determinó que el Tratado de 1904 no resolvió la histórica y justa demanda de salida al mar con soberanía.
Para no dejar dudas, el fallo sobre el fondo no impide que las Partes (ambos países) “continúen su diálogo e intercambios”, y pide que ese consenso se haga “en un espíritu de buena vecindad”.
Sin embargo, sectores oligárquicos de Chile, dueños del poder económico y político, bloquean cualquier posibilidad de entablar un diálogo bajo el argumento falaz de que se debe cumplir con el fallo y que los territorios fueron conquistados en una guerra.
Ayer, un oportuno tuit del presidente Evo Morales recordaba: “Como hoy, 1879, #Chile invadió Antofagasta sin declaración de guerra, para satisfacer la codicia de su oligarquía alentada por intereses imperialistas. Ahora el mundo entero sabe que #Bolivia nació con una salida soberana al Pacífico y que nuestra causa es justa e irrenunciable”.
Morales, como un vocero nato de la demanda marítima, sostuvo durante la celebración del Estado Plurinacional de Bolivia que “el acceso al mar sigue siendo para todos los bolivianos un desafío pendiente por el que seguiremos trabajando como país de paz en el marco del derecho internacional de los pueblos de América Latina”.
A ello se suma la declaración del canciller Diego Pary, quien pidió a Santiago retomar el diálogo bilateral para dar una solución al enclaustramiento marítimo boliviano: “será en corto, mediano o largo plazo, pero el diálogo con Chile debe reiniciarse para abordar el enclaustramiento de Bolivia y para poder resolver todos los temas referidos a la relación que tenemos con Chile”.
El enclaustramiento marítimo deja pérdidas millonarias de alrededor del 2,7% del Producto Interno Bruto (PIB) para Bolivia.
Urge que Chile y Bolivia reinicien el diálogo para solucionar de forma definitiva un acceso al océano Pacífico como un vivo testimonio de que dos países hermanos, vecinos, resuelven sus conflictos de manera pacífica.
Los bolivianos, amparados en la razón y en la historia, reclaman ante el mundo que jamás renunciarán a su derecho de retornar con soberanía a las costas del océano Pacífico.