El gobierno de Cuba rechaza el “espectáculo” de Luis Almagro contra la reforma constitucional

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Cuba ratificó que no reconocerá como autoridad moral o legal a la Organización de Estados Americanos (OEA), en respuesta a un evento efectuado en la sede del ente internacional sobre el proyecto cubano de reforma constitucional.

En una declaración, leída en La Habana por Eugenio Martínez, director general de América Latina y el Caribe de la Cancillería, la isla enfatizó que desconoce también a funcionarios y órganos subsidiarios que intenten singularizar a Cuba.

Ante la prensa nacional y extranjera, el diplomático, a nombre del Ministerio de Relaciones Exteriores, denunció que el secretario general de la OEA, Luis Almagro, organizó un nuevo espectáculo contra la nación caribeña que denominó Conferencia, acerca de la carta magna cubana, siguiendo el guión que dicta el gobierno de Estados Unidos.

En el documento, se le indica a Almagro que ni él ni esa organización tienen el derecho de debatir sobre la constitución de un Estado que no es parte de esa entidad, ni se propone serlo y no es, por tanto, sujeto de su sistema de tratados con los cuales no tiene obligación.

Con tal actitud el secretario general del ente internacional irrespeta la letra de la propia Carta de la OEA que teniendo en cuenta sus funciones no se le reconoce autonomía o capacidad para orquestar este tipo de acciones, que ni los estados miembros le han otorgado en algún mandato especial, de acuerdo con el texto.

Señala la declaración que la constitución de la isla emana de la autoridad soberana de su pueblo, que democráticamente debatió el proyecto de carta magna sobre el que votará el 24 de febrero.

Asimismo precisa que la ley de leyes la discuten y aprueban los cubanos y así será confirmado el día del referendo para su ratificación.

“Resulta llamativo que el secretario general, con su particular obsesión anticubana, reitere vulgares calumnias y mentiras sobre nuestro país, e ignore temas de verdadera urgencia en Nuestra América, para los cuales no dedica la misma energía ni el tiempo ni los recursos de la organización de la cual es funcionario”, añade el documento.

Rememora asimismo que la OEA al servicio de Washington apoyó los intentos de aislamientos de Cuba; intervenciones militares en América Latina; las dictaduras militares creadas, financiadas y protegidas por el gobierno estadounidense durante años; y no condenó “las torturas más abominables en nuestra región, pisoteando los derechos humanos de Nuestra América”.

Por último, significa el texto que Almagro se equivoca al repetir el guión tantas veces ensayado contra Cuba.

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