Cristina Fernández enfrentará su primer juicio oral el 26 de febrero

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En campaña electoral, Comodoro Py va por CFK

La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner pasará la mayor parte de 2019 en tribunales. El juicio oral por la presunta adjudicación irregular de obra pública en Santa Cruz comenzará el 26 de febrero, tal como había sido previsto a fines del año pasado, y pese a que una prueba central no estará disponible. Metáfora futbolera: será como si un equipo comenzara el partido con dos o tres jugadores menos que el rival, porque se demoraron firmando la planilla.

El abogado de CFK, Carlos Beraldi, pidió durante la semana la postergación del juicio porque el Cuerpo de Peritos Contadores de la Corte Suprema aún no concluyó con una auditoría testigo de cinco de las obras adjudicadas al empresario Lázaro Báez. La fiscalía se opuso a la postergación. Sin embargo, los propios encargados de realizar el peritaje admitieron que no tendrán los resultados hasta mediados de año. No obstante, el Tribunal Oral Federal N° 2 se apresta a ratificar que el juicio comenzará igual.

Así, la potencial candidata opositora a la presidencia estará dos veces por semana, de aquí hasta las elecciones (PASO incluidas) afectada a ese juicio, aunque no tiene obligación de ir a todas las audiencias. Pero además, en agenda está la ampliación de indagatoria por la causa de las fotocopias de los cuadernos, el 25 de febrero, y los juicios orales por el dólar futuro, el memorando con Irán y Los Sauces. Ninguno tiene aún fecha de inicio, pero todos están en agenda para 2019.

El escenario político, que se mudó hace años a Comodoro Py 2002, ahora prepara todas sus escenografías para ser parte fundamental de la campaña electoral. La declaración de Víctor Manzanares, el excontador de los Kirchner, como arrepentido en la causa por las fotocopias de los cuadernos, contribuirá a eso. Según lo que trascendió de su declaración ante el fiscal Carlos Stornelli, hay una confirmación del traslado de bolsos hacia Río Gallegos que impacta directamente en el expresidente Néstor Kirchner, en su exsecretario Daniel Muñoz, y en otros personajes menos relevantes en términos políticos. ¿Y Cristina Fernández? La información se desparrama entre quienes aseguran que «está hasta las manos» hasta los que aseguran que Manzanares estuvo más cerca de despegarla que de involucrarla en casos de corrupción.

De momento es imposible confirmar ninguna de esas variantes interpretativas. La declaración de Manzanares, a diferencia de Carolina Pochetti, viuda de Muñoz (la que habló de un supuesto pago de diez millones de dólares para zafar de una causa e involucró a un juez en un pacto venal) no trascendió.

¿Por qué sí se conoció la de Pochetti? Esencialmente por hacer la alusión a un supuesto soborno del juez federal Luis Rodríguez. Stornelli y Rodríguez se detestan por razones laborales que trascendieron al plano personal y viceversa. Desde la fiscalía manejaron los tiempos para resolver cuándo se filtraba ese dato. ¿Qué dijo la viuda de Muñoz? El textual que recogieron las crónicas fue: «Cuando salió lo de los Panamá Papers, mi marido les pagó a (el abogado Miguel Ángel) Plo y al Juez Rodríguez una suma importante de dinero. Me dijo que le había pagado 10 millones de dólares para arreglar al juez y a los abogados para que ellos me defiendan».

Se trata de un recorte parcial e incompleto. En otro tramo del arrepentimiento, Pochetti recordó que su marido ya enfermo decidió cambiar de abogados. «Yo los conozco en mi casa a los Dres. Miguel Ángel Plo y María Jesús Plo. Ellos venían a mi casa porque Muñoz estaba mal y había días que no podía ni caminar. En la tercera reunión cuando Daniel lo desplaza a Soria (el abogado anterior) al indicarle que el estudio Plo se iba a hacer cargo de lo de Panamá Papers (…) La enfermedad de Daniel se empieza a agravar y estando internado en el Hospital Alemán lo vino a visitar Miguel Plo y los dejo a solas. Después me llama Daniel y me dice delante de Plo que el Dr. le había prometido que me iba a sacar de todo este quilombo. Cuando se retiró Plo, Daniel me comentó que el trabajo iba a costar diez millones de dólares. Ese dinero creo que era para solucionar el tema de Panamá Papers, para hacer el cambio de titularidad de las sociedades y todas las cosas relativas a ello. El dinero fue pagado en la Argentina pero no sé dónde. No sé dónde guardaba el dinero Muñoz. El dinero Muñoz me dijo que era para todo, incluido el pago al Juez Rodríguez para que nos deje afuera y nos sobresea». La versión completa ya no muestra a Muñoz sobornando a un juez sino pagándole una fortuna a un abogado que decía que iba a utilizar una parte de ese dinero para «arreglar» a un juez.

En las últimas horas, una investigación periodística mostró a un allegado a Stornelli pidiendo dinero a un productor agropecuario en nombre del fiscal. Stornelli utilizó sus canales habituales de comunicación y blindaje para despegarse del asunto. «Es una ‘girada’; hay miles de estos ‘giradores'».

¿Qué es una «girada»? En la jerga judicial, dícese del supuesto influyente que pide dinero para sobornar a un juez o un fiscal sin que el juez o el fiscal esté enterado de nada. En esa lógica, el abogado Marcelo D’Alessio «giró» a Stornelli pidiendo dinero en su nombre. El abogado de Muñoz y Pochetti, Miguel Plo, hizo lo mismo con el juez Rodríguez.  Plo hoy está preso y Rodríguez tiene una causa en el Consejo de la Magistratura y otra en el fuero penal que investiga Claudio Bonadio. En tanto el abogado D’Alessio está en libertad, no hay pedido de juicio político contra Stornelli ni imputación penal en su contra.

El viernes, a la salida de tribunales, un juez bromeaba con un periodista, a propósito de la rotura de un caño cloacal y el estado de los baños: «Poné que Comodoro Py huele a mierda. No importa cuándo lo lean, siempre va a tener actualidad».

Tiempo Argentino


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