Chile: exagente Adriana Rivas es detenida en Australia acusada de crímenes de lesa humanidad

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Cayó la “Chani”: detienen en Australia a Adriana Rivas, la torturadora y exsecretaria del “Mamo” Contreras

Cinco años después de requerida su extradición, personal de la Policía Federal Australiana detuvo esta jornada a la exagente de la DINA y antigua secretaria de Manuel “Mamo” Contreras, Adriana Rivas, también conocida como la “Chani”.

Durante la dictadura de Augusto Pinochet, Rivas trabajó como agente en la fatídica Brigada Lautaro de la DINA. Por esta unidad de exterminio, que operaba desde el cuartel Simón Bolívar 8630, pasó la cúpula del Partido Comunista.

Precisamente por esos casos, Rivas es requerida por la justicia chilena. En el 2014, la Corte Suprema emitió una orden de extradición en su contra por su participación en los secuestros calificados de Víctor Díaz, Fernando Ortiz, Fernando Navarro, Lincoyán Berríos, Horacio Cepeda, Héctor Véliz y Reinalda Pereira, todos ocurridos entre 1974 y 1977.

La exsecretaria del “Mamo” se radicó en 1978 en Australia. En el 2006 regresó a Chile para asistir al matrimonio de una sobrina y fue detenida por su participación en el Caso Conferencia. Procesada en febrero del 2007, estuvo casi tres meses detenida. Cuando se le otorgó la libertad condicional, pero con orden de arraigo, se fugó vía Argentina con destino nuevamente a Australia.

Tras su detención, Rivas compareció ante el juez Robert Williams en el tribunal de Sydney, pero aún falta determinar si “pedirá o no pedirá una libertad condicional. Está en su derecho de hacerlo conforme a la ley de Australia”, explicó la abogada Adriana Navarro, representante de las familias de víctimas de Rivas.

“Una de las criminales más peligrosas de la dictadura”

En el 2013, Rivas dio una entrevista a la radio australiana SBS con ocasión del 40º aniversario del golpe militar en Chile, donde reivindicó sus años en la policía secreta de la dictadura. “Los mejores años de mi juventud fueron los que viví en la DINA”, confesó en un diálogo donde además sostuvo que Pinochet “fue un buen presidente”.

Si bien la exsecretaria del “Mamo” defendió la tortura señalando que era una técnica “necesaria para quebrantar a la gente”, negó haber participado en la aplicación de tormentos.

Pero esto es desmentido por el abogado Eduardo Contreras, querellante en el caso: “Ella es una de las criminales más peligrosas y agresivas de la dictadura. Participó personalmente en el asesinato de nuestro inolvidable dirigente Víctor Díaz y en el de muchos otros compañeros antifascistas de diversos partidos”, sostuvo.

En esa misma entrevista, al ser consultada sobre el paradero de los más de 1.000 detenidos desaparecidos, Adriana Rivas contestó que es algo que nunca se sabrá: “Si está muerto, está muerto. ¿Dónde están? No se sabe”.

La historia de la exsecretaria de la DINA fue relatada por su sobrina Lisette Orozco en el documental El pacto de Adriana. Para la autora de este trabajo audiovisual, “todos los que participaron en la DINA hicieron un pacto de silencio y prefieren morir a aceptar y reconocer lo que realmente hicieron. Es un mecanismo de defensa para que puedan vivir en su presente (…). Mi tía se va a morir con su discurso, igual que todos los militares”.

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Fugada y capturada: el fin de los años “maravillosos” de Adriana Rivas

Era el año 2012 cuando el ministro Miguel Vásquez, el mismo que había procesado a la exagente DINA Adriana Rivas por su coautoría en cinco secuestros -y que la mantuvieron en prisión preventiva desde el 2009- pidió el registro del libro en donde Rivas solía firmar cada mes. Pero ya era demasiado tarde.“Me dijeron en dos horas tienes que estar lista”, relató Rivas en una entrevista sobre su fuga a Mendoza.

Era el año 2013, se conmemoraban 40 años del golpe militar y Rivas no encontró mejor momento para hablar de las torturas. Convencida, dijo en la entrevista que “eran necesarias” y que los comunistas eran “cerrados”, que extrañaba a su madre también, que lo vivido en la DINA fue una suerte de años maravillosos o “la mejor época de vida”.

María Luisa Ortiz, hija del desaparecido Fernando Ortiz, aseguró a este medio haber sido una de las primeras familiares de un detenido desaparecido en observar dicha entrevista publicada por la revista australiana SBS, en donde Rivas, probablemente coautora del asesinato de su padre, aparecía por primera vez después de su fuga.

Es por esto que quizás -después de enterarse este martes de su captura en Australia-, volvió a recordar este episodio y comentó de su importancia. Aunque sin apresurarse, según dijo, pues lo que realmente se pidió -en representación de su abogado, Francisco Ugás- fue la extradición de Adriana Rivas al territorio chileno.

“En el verano del 2014, la Corte Suprema accedió a esta solicitud y desde allí han pasado casi cinco años. Nosotros tenemos mucha esperanza de que el caso siga su curso de buena manera en Australia, pero esperamos también que el Estado de Chile tenga una actitud activa y resuelta en apoyar esta petición”, mencionó Ortiz.

En el 2017, la cineasta chilena Lissette Orozco intentó seguir el rastro familiar que había dejado su tía, Adriana Rivas, sobre sus años en la DINA. Orozco intentaba mostrar también la imagen que se tenía de la exagente en un ambiente más íntimo.

Sin embargo, el pacto de silencio que se imputa sobre los miembros de la policía secreta de Pinochet no se rompió en ningún momento del documental, titulado El pacto de Adriana, y Rivas, increpada por su sobrina, se aferró a su ley.

“Yo nunca tomé a un detenido, nunca estuve a lado de un detenido, no sé… nunca tuve la oportunidad de ver nada, y nunca fui a husmear en otra parte que no me correspondía”, aseguraba Adriana Rivas mientras fumaba un cigarrillo.

En medio de la realización del documental, su productora, Gabriela Sandoval, fue designada con este cargo precisamente en el momento en el que Orozco intentaba buscar financiamiento. A Sandoval le tocó hacerse cargo de los trámites internacionales y del montaje de la cinta.

Aunque Sandoval aseguró a este medio no haber tenido ningún contacto con Adriana Rivas, también fue clara en detallar la intención del trabajo audiovisual que realizó junto con Orozco.

“Es la historia, el punto de vista de la directora sobre los secretos familiares, y ella tiene un punto de vista y valores completamente distintos a los de la tía, y el documental lo deja claro. Ella (Rivas) tiene que venir a Chile a responder por todas las causas abiertas que se le acusa, esa es la posición del documental y también la posición nuestra”, precisó la productora.

Las causas a las que se refiere Sandoval, según indicó uno de los abogados querellantes y representante de la familia de Fernando Ortiz, Francisco Ugás, son cinco. Muchos de ellos relacionados con operaciones en el cuartel de exterminio de la calle Simón Bolívar.

“En el marco del proceso de extradición desplegado y que se motiva a propósito del requerimiento que ha realizado el Estado de Chile, se ha requerido la extradición por el proceso Conferencia 1, relacionado con Víctor Díaz y Conferencia 2, relacionado con Fernando Navarro, Fernando Ortiz, Héctor Veliz, Horacio Cepeda y Reinalda Pereira”, explicó el abogado.

Aunque Ugás realizó las consultas necesarias a sus colegas australianos sobre el tiempo que podría demorar el proceso antes de la extradición, no se atrevió a dar una fecha exacta dado que, según consignó, empezará una etapa de discusión en la que ambas partes expondrán sus argumentos.

Finalmente, el abogado querellante instó a no realizar comparaciones entre este pedido de extradición con el que hace algunas semanas fue rechazado por la justicia francesa, en relación a Palma Salamanca. Para Ugás, los antecedentes de ambos casos son distintos y el de Rivas está relacionado directamente con crímenes de lesa humanidad.

Radio U Chile


«La tortura existió en Chile desde que tengo uso de razón, era necesario»: la polémica cita de Rivas

Adriana Rivas es por hoy, el nexo más cercano a una pronta y posible justicia en Chile, por la tortura y asesinatos cometidos en tiempos de dictadura.

La exsecretaria del Ministerio de Defensa en la era Pinochet, fue arrestada recientemente en Australia. A partir de esto, las reacciones han venido en cadena. No es para menos, ya que está vinculada a la tortura y asesinato de 7 personas cuando era ex miembro de la DINA, bajo órdenes de Manuel Contreras.

¿Cómo llega una mujer joven, en la década del 70, a trabajar para un mecanismo tan sombrío en la historia de Chile? Ella misma se lo contó en una entrevista a la cadena australiana SBS en 2013.

El video con duración de casi una hora, tiene una edición de aproximadamente 8 minutos, en la que se condensa lo más importante dicho por la mujer que tocó las mieles del poder a través de los militares.

Rivas, comentó en el espacio que hoy cobra vigencia, dada su detención, que fue escogida entre varias aspirantes a secretarias ejecutivas bilingües. Miembros de Defensa llegaron hasta su centro de estudios para buscar secretarias. Entre las “elegidas” estaba ella. “Me llamaron especialmente para trabajar con Alejandro Burgos”. Se trata del agente de la DINA que ingresó a sus filas en 1973 y se convirtió en hombre de confianza de Manuel Contreras, director de este organismo represor.

Se describió como una joven de clase media, con un padre que era comerciante pero no tenía los recursos para hacerla conocer el nuevo mundo que estaba por descubrir. Su madre, ama de casa y sus otros 5 hermanos, estudiantes. Ese día, cambiaría el curso de su vida, y de hecho, lo sigue haciendo hasta ahora.

“Mis mejores años de juventud son los que viví en la DINA”

Viajes, lujos, cenas y otros menesteres del jet set político le dieron un nuevo mundo a la joven secretaria que hoy enfrenta un panorama muy distinto.

“Cuando llegué a la DINA fue otro mundo para mi, (tenía) ropa Nos vestían de pies a cabeza, cuatro veces al año en las mejores casas del país. Una cabra como yo, de clase media con educación media: ¿tú crees que tenía la oportunidad de cenar en embajadas en Chile, andar en limusina, viajar gratis sin pagar ni uno, en los mejores hoteles?”

El estar cerca de presidentes, monarcas y otros accesos lejanos al resto de mortales la fueron encariñando, según lo denota en la entrevista.

Su rol fue importante, según ella. “Con Burgos trabaja bien, me pasaban los microfilm que encontraba de los allanamientos, que eran unas cositas chiquititas; tenía yo una lupa y las tenía que traducir”.

Durante el diálogo que se torna más honesto con el paso de los minutos, Rivas dijo desconocer si habían documentos de la CIA, los que llegaban a la parte internacional de la DINA. “Yo nunca trabajé con ese grupo”, aseguró.

Pero, durante la entrevista, le insisten en esos documentos desde la agencia de investigación estadounidense. Su otrora jefe, también acusado de tortura y asesinato, Manuel Contreras, sale a mención en la charla.

¿”Manuel Contreras, tenía relación con la CIA”? Le insisten a la ex secretaria. “No, él era una persona muy reservada”, dice con asombro. Luego viene la etapa en la que habla de su lealtad al militar que consideró su amigo porque la ayudó en cosas difíciles.

“Excelente persona, excelente jefe y nadie puede decir lo contrario porque él ayudó a todo mundo que pudo”. Contreras firmó un cheque para su familia que no tenía fecha de devolución de “lo prestado”. El término lealtad, entonces, se afirmó aún más en ambos personajes.

“La tortura existió desde que tengo uso de razón en Chile”

A Rivas, le preguntaron si le parecían injustas las condenas en torno a las torturas desde la DINA. Su respuesta no sorprendía a propios, pero si a extraños, a décadas de un episodio que los chilenos aún tienen en la memoria.

“Claro que es injusta. Me parece que todas las condenas que han hecho son injustas. Si la balanza hubiese sido apareada como correspondía para los dos lados iguales, yo no diría que fue injusta, pero fue injusta”.

Pese a ser prófuga de la justicia, Rivas, vio el momento para analizar al estilo de cualquier politólogo lo ocurrido en tiempos de dictadura. El MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria) tenía tanta responsabilidad como la DINA, a su criterio.

“Porque toda la gente que participó, los del MIR, los que mataron, porque también ellos mataron mucha gente, antes y después. Bueno, la tortura existió desde que yo tengo uso de razón en Chile. Siempre existió. Todo mundo sabía que tenían que hacer eso y quebrar a la gente de alguna manera”.

Rivas, pierde por un momento la noción de su realidad judicial y habla de los procedimientos oscuros, utilizados en tiempos de la dictadura, esos que lo tenían en el ojo de la tormenta, alimentada por los pedidos de justicia en la era post pinochetista.

“Porque los comunistas son cerraos, tienen una formalidad militar mucho mejor que la de los militares. Pa’ que estamos con cosas. Era necesario, lo unico que usaron los nazi, me entendí… una parte necesaria. ¿Y tú crees que en Estados Unidos no hacen lo mismo? Todo mundo lo hace”.

La mujer que ahora guarda prisión en Sidney, normaliza en esa entrevista la tortura, reconociendo además que, según ella, no había otro camino.

“Si es la única manera de quebrar a la gente porque psicológicamente no hay un método, no esta la inyeccion que te ponen en las películas para que tu digai la verdad, no existe. Nadie te va a decir ‘yo maté a fulano y sutano’”.

Lo que viene después de esa especie de confesión, es la forma en la que salió de Chile, cuando fue apresada en 2006, en medio de una visita que hizo a su familia. Llegaba procedente de Australia. Rivas ya había huído a ese país a finales de los 70.

En 2007, un año después de ser apresada en el aeropuerto de Santiago, obtuvo libertad condicional, misma que aprovechó para escapar de nuevo a territorio australiano, vía Mendoza y Buenos Aires.

La situación hoy es muy distinta, aunque tras su arresto, la justicia de Australia tiene la palabra a la hora de decidir si la también conocida como “La Chany”, será devuelta a Chile, donde los tribunales le esperan por los delitos que se le imputan.

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