Campaña para una intervención: la excusa de la «ayuda humanitaria»

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Las últimas declaraciones del alto mando político estadounidense se esfuerzan cada vez menos en ocultar la autoría intelectual de la vertiginosa progresión hacia un desenlace violento en Venezuela. La nota de Bolton con las indicaciones de 5 mil tropas a Colombia mostrada deliberadamente durante el anuncio de nuevas sanciones a PDVSA y la entrevista que el presidente Donald Trump concedió a la cadena de televisión CBS, donde ratifica que la intervención armada en Venezuela es una opción (sin dar más detalles), son muestra de ello.

Sin embargo, las implicaciones de un conflicto bélico en la región genera el suficiente ruido como para que Estados Unidos siga sin afirmarlo abiertamente y refuerce las justificaciones para desatarlo. De ahí que la instalación del corredor humanitario en las fronteras de Venezuela tome fuerza nuevamente.

Mientras la ruta de una intervención armada toma su curso como intimidación, en el plano mediático surgen las figuras públicas que se manifiestan a favor de este escenario, suavizando a los actores implicados, fortaleciendo dentro de la opinión pública los motivos para llevar a la guerra al país y desestimando las consecuencias que acarrearía.

LAS VOCES MEDIÁTICAS QUE SE ALZAN EN FAVOR DE LA INTERVENCIÓN

Entre los personajes que han fijado posición, está la periodista colombiana Patricia Janiot. Su cuenta de Twitter se ha convertido en una plataforma para aupar las medidas a favor de las amenazas que hacen políticos como Bolton:

Janiot también compartió la imagen que se hace de la ayuda humanitaria diciendo que se imagina «filas y filas de camiones llenos de ayuda recorriendo las carreteras de la Venezuela valiente» refiriéndose al despliegue militar de Estado Unidos en territorio venezolano.

El resultado de Irak como ejemplo de operación militar fallida del ejército estadounidense contrasta con la celebración que augura la presentadora del canal Univisión. Las cifras indican que 150 mil soldados fueron enviados al terreno iraquí y el saldo de muertes producto de la violencia se estima entre 100 mil y 600 mil, según varios informes.

Empleados de la farándula se han sumado a esta campaña de «humanizar» la guerra, tarea similar a la que hicieran cuando apoyaron a células terroristas que causaron daños a instituciones públicas, planificaron asesinatos a civiles y funcionarios militares en manifestaciones y detuvieron la estabilidad política del país a principios de 2017.

Ahora, desde las redes sociales apoyan la instauración ilegal de un gobierno paralelo y promueven el corredor humanitario como la solución a los efectos que dejan las agresiones económicas que conduce instituciones financieras extranjeras en la población venezolana.

Artistas españoles y latinoamericanos, en un video difundido por Alejandro Sanz, participaron en una campaña pública que respaldó la movilización del sábado pasado, parte de la agenda convocada por Guaidó que es seguida muy de cerca por el Departamento de Estado norteamericano y sus principales representantes.

LOS QUE PROMUEVEN UN GOLPE MILITAR O UNA SALIDA VIOLENTA DE MADURO

Por otro lado, el cantante panameño Rubén Blades publicó un texto donde reconoce al autoproclamado presidente interino, al afirmar que «(…) a Venezuela no le quedaba otro recurso para recobrar la institucionalidad que el iniciado por Juan Guaidó con la intención de ofrecer al país la opción de otra dirección que permita restaurar el principio de la democracia (…)», a la vez que pide una insurrección militar por parte de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.

En el escrito, Blades se muestra ambivalente con las acciones injerencistas de Estados Unidos, expresando que el conflicto debe ser resuelto por venezolanos pero abogando a la opción única de cambio de régimen inconstitucional. Esto, a pesar de conocer de primera mano los resultados de un acontecimiento similar al que podría desarrollarse ahora: el bombardeo aéreo del barrio de El Chorrillo y la invasión a Panamá en diciembre de 1989.

No solo en la industria del entretenimiento se generan voces que defienden la escalada bélica contra el Estado venezolano, sino que parte de la izquierda mundial cómoda con el establishment global se alinea con la narrativa de «transiciones democráticas», como lo hicieran en su momento con Libia y Siria.

En ese sentido, las declaraciones de Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid, que ganó las elecciones municipales en 2015 desde una candidatura afiliada a la izquierda de España, reflejan esa actitud cómplice.

En principio, la alcaldesa y el partido que la respalda votaron en contra de una propuesta hecha por parlamentarios españoles que buscaban el reconocimiento de Guaidó. Por el contrario, promovían una «solución negociada y pacífica al conflicto».

Pero luego se dijo en una entrevista que apoya sin inconvenientes que se reconozca el gobierno paralelo de Juan Guaidó, además de expresar que no lo considera un golpe de Estado.

Quienes pretenden no apoyar una salida violenta mientras atacan al presidente Nicolás Maduro, imponen las mismas condiciones que el Estado norteamericano ha trazado en su objetivo de remover al Gobierno Bolivariano.

Es así que figuras públicas de distintas áreas, provenientes de países como España, Argentina, Puerto Rico o Colombia, permanecen aletargadas ante los estragos económicos o abusos políticos que atraviesan conciudadanos en sus lugares de origen y rápidamente logran un consenso para tomar posiciones afines al antichavismo internacional.

Lo que demuestra la cartelización que existe en gran parte de la industria mediática por darle una cobertura narrativa a un posible desenlace violento en Venezuela. De izquierda a derecha, además, se observa la doble vara que utilizan figuras políticas y mediáticas con invitaciones a golpes obviando, por ejemplo, las consecuencias que existen con las medidas tomadas por Estados Unidos.

De forma autómata, como robots en serie, algunos lo hacen para no quedarse atrás de la última ola de opinión, pero en casos como Janiot y artistas como Alejandro Sanz y compañía, deliberadamente en favor de lavarle la cara a una intervención armada en Venezuela.

Porque siempre es bueno recordar que todos los países que recibieron la mencionada «ayuda humanitaria» de Estados Unidos, como Haití y Somalia, hoy están peor que antes. Sin embargo, si aún ese argumento fuese cierto, el lector siempre debe tener presente que mientras Washington ofrece 20 millones de dólares en «ayuda humanitaria», le roba a Venezuela un total de 18 mil millones de dólares que servirían para más de un año de importaciones de alimentos y medicinas al país.

Misión Verdad

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